🔗 Sentimientos a desarrollo 🔗

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Pasaban los meses, Levi no volvía y eso preocupaba a Mikasa, ¿estaría bien?, era lo que más se preguntaba en su mente, pero inconscientemente la compañía y convivencia con Eren opacaban dicha preocupación, venía más seguido a la casa para verla. Platicaban de todo, reían y jugaban, salían al bosque, etc.

Mikasa se sentía feliz, mientras que Eren iba confirmando cada vez más que dichos sentimientos que le otorgaban felicidad y cosquilleos en el abdomen cuando la tocaba. También se preguntaba si Levi estuviera bien pero una mayor parte de sí se enfocaba más en lo que Mikasa le hacía sentir.

- Sabes? A veces pienso con más fuerza que algún día un "príncipe azul" vendrá por mi y me llevará a un "paraíso" dentro de su "palacio" - sonrió

El castaño igual sonrió y se acercó a ella.

- ¿Me permitirías ser ese "príncipe" para ti? - preguntó casi a modo de súplica

La azabache se sonrojó y bajó la mirada, avergonzada.

- Claro - respondió y rió un poco al último

Volvió la mirada hacia el castaño para compartir la misma sonrisa nerviosa. Sus ojos brillaban de una forma tan peculiar que lo hicieron enamorarse más de ella. Era imposible evitarlo, sí, tal vez era un error histórico y trágico que un Jaeger y un Ackerman quedaran juntos pero eso no le importó en ese y muchos momentos más.

No lo dudó más y se acercó por completo, pegando sus labios con los de la chica para poder sentir lo que era besar a la chica que comenzaba a amar cada día más que el anterior. Mikasa se sorprendió por ello, fue repentino pero no puso oposición, pronto encontraron el ritmo y continuaron así hasta que necesitaron respirar. Ambos estaban sonrojados, se miraban con muchas pausas y bastante vergüenza sin embargo volvieron a unirse. El pálpito de Eren era tan acelerado que sentía como en cualquier momento su corazón explotaría, su primer beso con la chica que amaba, era perfecto y bello; tomó el rostro de la azabache y continuó, esto estaba mal, lo sabía pero no era tiempo para pensar en ello, estaba siendo correspondido y eso le causaba una felicidad enorme. Sus labios eran tan extremadamente suaves que era absurdo el querer detenerse sin embargo, Mikasa se separó un poco, deteniéndolo.

La miró a la cara, ella aún mantenía sus ojos cerrados con sus mejillas ruborizadas.

Levantó su rostro tomándolo con delicadeza del mentón, abrió sus ojos y observó ese color plata profundo.

- ¿Esto está bien? - preguntó con un tono dulce, Eren sonrió

- No, pero no me interesa - dijo para luego repartir varios besos en sus mejillas

- Conozco la historia, Eren, un Jaeger y un Ackerman no pueden estar juntos - bajó la mirada mostrando su tristeza y decepción

- Sí, yo también lo sé, pero por alguna razón no me importa, voy a protegerte y no voy a dejar que nada te pase, si nos descubren, prefiero que me maten a mi en lugar que a ti - dijo

- Eren, no digas eso - frunció el ceño

- Está bien pero es la verdad, lo siento pero me enamoré de ti de una forma tan descomunal que prefiero que me pasen las cosas a mi que a ti, Mikasa, yo te amo, mucho - confesó

Los ojos de la chica se dilataron, se sentía emocionada pero preocupada al mismo tiempo, la angustia de que su romance terminara en otra masacre como en el pasado le daba miedo. Tomó sus manos morenas y las acarició para luego rodear su cuerpo con ellas, formando un abrazo.

- Yo...también siento casi lo mismo pero me da miedo, me da miedo que a pesar de todo nos pase algo tan horrible por el cual tal vez solo quede sufriendo uno de los dos y no quiero eso, no quiero! - concluyó levantando su rostro lleno de lágrimas. Eren se conmovió por ello y la abrazó de nuevo.

- Mientras sea nuestro secreto todo estará bien, si todo sale bien te haré mía para siempre y juntos cambiaremos el mundo y el poder, junto con Levi y cualquiera que se nos una, me encargaré de hacerte feliz todo el tiempo, te lo prometo - besó sus manos y la miró con ternura

Ella aún tenía sus ojos llorosos y sonrió para volver a abrazarlo.

- Gracias, Eren - susurró

- ¿Por qué? - preguntó él, sin borrar tal sonrisa tan sincera y llena de ternura

Mikasa descubrió su rostro del escondite en el pecho del castaño para mirarlo.

- Por todo - agregó, nuevamente se besaron y se mantuvieron así por unos segundos para quedar al final en un abrazo lleno de calidez y luz entre una situación y destino cruel y oscuro.

El sufrir de un AckermanWhere stories live. Discover now