🔗 La revelación de los sirvientes 🔗

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Pasaron varios años, los tres niños ahora tenían 9 años de edad.

Pero el conflicto se da en la mansión de los Jaeger.

Los dos Ackerman que vivían sirviendo para ellos, se habían hartado de todos los malos tratos de toda la familia, menos del pequeño Eren, él jamás estuvo de acuerdo con ello y mucho menos, lo ponía en práctica.

" Yo lo empecé a hacer cuando tenía tu edad hermanito "  decía Zeke con cierto sarcasmo, era obvio que comenzaba a maltratarlos desde que tenía memoria. Eso molestaba mucho al menor

Nikita Ackerman y su hermano, Natán, lo habían hablado con el menor de toda la familia, arriesgando que lo dijera a sus padres y eso terminara peor.

Sin embargo el menor solo sonrió y los miró con orgullo.

Háganlo, no tengan miedo — 

Los apoyó y no dijo nada, quería ver a sus dos amigos felices, fuera de las cadenas invisibles que sólo él veía, las cuales tenían grabadas el apellido Jaeger en cada eslabón a su parecer ya que Eren repudia su apellido, lo odia.

Nikita se encargó de comunicar sus planes a todos los Ackerman que servían en ese momento al gobierno de los Jaeger, consiguiendo su meta con éxito.

Natán se encargaba de servir la comida en el comedor de la familia, mientras intentaba ser culpado por envenenamiento.

— ¿Dónde se metió tu hermana? —

La pregunta del líder de la familia hizo que un escalofrío recorriera la espalda del chico.

— En su habitación sr. Jaeger, se sentía mal —

Contestó nervioso; los ojos de Grisha voltearon a verlo sospechoso, no le creía del todo, sin embargo, el joven Ackerman, se mantuvo firme y "seguro" mientras servía el plato de la mujer, de Carla.

— Eso no es verdad, en su habitación no hay nadie —

Entró Zeke al comedor, mirando al Ackerman con desprecio.

Éste volteó y dejó que una pequeña botella cayera al suelo mientras dejaba el plato frente a la madre de los herederos Jaeger.

La recogió con notabilidad, haciendo que sospecharan de él, todo iba de acuerdo al plan.

— ¡Mamá, no comas de ese plato! —

Resaltó Eren, de inmediato la madre soltó la cuchara y Zeke se acercó a ella.

— Natán, ¿Qué es ese frasco que llevas? —

El joven Ackerman entregó el frasco....el cual contenía veneno para ratas.

Grisha se levantó de inmediato y lo tomó de las solapas, atrayéndolo a él con violencia.

— ¡¿Intentabas matar a mi familia; maldito esclavo?! —

De inmediato se abrió la puerta del comedor, dejando ver a Nikita con el ceño fruncido.

— No de nuevo sr. Jaeger —

La familia se exaltó de inmediato y justo después se comenzaron a escuchar gritos de protesta en las calles. Una sonrisa discreta apareció en el rostro del menor, llamando la atención de la madre.

— ¿Un golpe de estado? — 

Preguntó el hermano mayor mientras que el menor solo se mantenía en su silla, mirando y esperando el buen resultado.

— No, son los Ackerman que sobrevivieron antes — 

Contestó el padre mirando hacia la ventana.

Zeke corrió hacia su habitación y Grisha tomaría el teléfono de la pequeña mesa.

Los dos sirvientes impidieron que llegara al aparato, tirándolo por la ventana mientras el otro interfería en el camino del líder.

Sin embargo Zeke logró hacer aquella llamada; levantarse en armas contra los Ackerman otra vez.

En pocos momentos los ciudadanos que apoyaban a los Jaeger empezaron a dar batalla contra los Ackerman.

Las calles se pintaban de rojo.

Carla, Zeke y Eren se refugiaron en la oficina del padre mientras él mataba a los desobedientes.

Una nueva pesadilla, Eren no pensó que ese era su plan, su estrategia para acabar con el maltrato era...morir? Su sonrisa desapareció. Bajó la cabeza y abrazó más a su madre mientras se escuchaban gritos en el comedor. Su odio crecía y Carla lo notaba.

El sufrir de un AckermanKde žijí příběhy. Začni objevovat