🔗 Inseguridad 🔗

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La semana del día de expedición era en ese momento y Mikasa apenas y comenzaba con la actividad física. Lo que significaba dejarla sola, idea que Levi no quería permitir pero no había de otra.

- ¿Saldrán? -  preguntó a Levi

- Sí, intercambio de información por mercancía -  respondió, afilando su cuchillo

- No puedo ir, verdad? -  dijo, sentándose a su lado

- No, solo te pondrías en peligro si es que las cosas se complican -  guardó su cuchillo y le dirigió la mirada

- Está bien, no me moveré de aquí, estaré bien, nadie puede encontrar éste lugar -

- Claro que pueden encontrarlo, la cuestión es si sabrán como entrar -  suspiró

Mikasa tomó su hombro y le sonrió ligeramente, tratando de calmarlo.

- Voy a estar bien -  dijo

- Cambiaste mucho desde aquél sueño, verdad? -  comentó

La azabache se quedó seria y miró los ojos de Levi directamente, fingió una sonrisa y asintió con la cabeza.

- Necesitaba un ancla, no?, bueno, la encontré -  sus ojos se iluminaba cada vez que recordaba. Aún sentía algo, Levi lo sabía, aún amaba con fuerza a Eren.

- Levi, ya es hora -  Hange apareció del otro lado de la puerta

- Ya voy -  dijo apenas y volteando a verla

Hange se acercó y tomó las manos de Mikasa, quien la miró atentamente.

- No nos tardamos sí? No salgas de aquí por ninguna razón -

- No lo haré -  respondió

La castaña la abrazó, fue correspondida para después Hange saliera de la habitación.

Levi se levantó.

- Bueno, ya es hora - dijo, se colocó frente a ella y la miró a los ojos  - Ya debo irme -  tomó su mentón, Mikasa acomodó el cuello de su camisa, sonriendo para ser tomada por sorpresa.

Aquélla sensación, era extraña, su mente reconoció de inmediato sus labios, la nostalgia se apoderó de su cabeza, de su corazón y recordó aquél primer beso de ambos, fue repentino pero significativo

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Aquélla sensación, era extraña, su mente reconoció de inmediato sus labios, la nostalgia se apoderó de su cabeza, de su corazón y recordó aquél primer beso de ambos, fue repentino pero significativo.

Su mente recordó cuando Levi había vuelto, lo cerca que se encontraban y el como su cuerpo reaccionaba antes de que Eren entrara por la puerta principal. Sin darse cuenta, estaba correspondiendo mientras pensaba en todo eso.

Levi lo sintió, esa conexión entre sentimientos volvió a flote, lo que lo hizo feliz. Se separó y Mikasa reaccionó.

- ¿Por qué hiciste eso? -  se alejó un poco de él, sonrojada

- Por si no logro sobrevivir, al menos pude besarte de nuevo -  respondió

Esas palabras apuñalaron a Mikasa, quien tomó la muñeca de Levi cuando éste giró para irse.

- Tú...prometiste nunca dejarme, ¿Por qué dices eso ahora? -  preguntó con la mirada baja

El azabache se devolvió, con sus dos dedos alzó el rostro de la chica.

- Debes saber nuestra posición, Mikasa, claro que nunca te dejaré..., pero eso no significa que no me pueda pasar algo; no tardamos -  besó su frente para por fin irse y cerrar la puerta de la habitación, pronto Mikasa experimentaba el silencio absoluto.

Se levantó y abrió la ventana de la habitación, salió por ahí y se dirigió a la casa. Estaba confundida pero su propósito no cambió.

Fue con cautela y logró llegar a dicha casa, se veía tan sola y tenebrosa, la puerta estaba abierta. A pesar de tener el dolor en su pecho por el ataque de las memorias, tomó valor y entró, reviviendo todos los recuerdos que ahí tuvo con él.

Observó el lugar a detalle, oscuro, frío. Miró la sala, el sofá donde por primera vez hicieron el amor. Sus lágrimas comenzaron a caer. Del otro lado se encontraba la cocina...el lugar donde lo dejó.

Entró, miró la mesa, llena de polvo, la alacena y la estufa para luego voltear hacia la puerta, llevándose la sorpresa de no encontrar su cuerpo, solo una gran mancha de sangre.

Se acercó, arrodillándose casi sobre la mancha para luego tocarla y revivir aquél sentimiento de amor eterno que prometieron pero al mismo tiempo el dolor incurable de su separación. Tantos recuerdos en un solo momento que volvían a romper su alma, que la hacían perder dicha calma que había obtenido.

"- Ya no me llores -"  recordó las palabras que le dijo cuando se encontraron eh aquél sueño; realmente era un sueño?, ¿Por qué su cuerpo no estaba?, al ser el hijo de la familia gobernante dudó que le hicieran sepultura, alguien más lo habría hecho?, ¿Quién y en dónde?

"- ¿Dónde estás? -"
"- No lo sé -"

Recordó de nuevo, a caso alguien lo sepultó en algún lugar desconocido para ambos. Pero dónde??

Su alma fue tomada por el deseo de saber en qué sitio estaba el cuerpo de su más amado, quería ver la lápida y llorar en ella pero no sabía nada.

- ¿Dónde estás, amor mío? - preguntó para sí misma

Se levantó y salió del lugar al responder la duda de si su cuerpo aún estaba en la casa o no. Pero la nueva incógnita era saber por qué no está? Y en dónde está su tumba?

Caminaba de regreso, no le faltaba mucho pero fue interceptada por un hombre que ahí acechaba. Fue tomaba directamente por el cuello, Mikasa se asustó.

- Vaya, vaya, una linda Ackerman -  dijo mientras apretaba su garganta, impidiendo que respirara correctamente e igualmente que se moviera.

- Dime, linda, ¿qué prefieres, obedecer o morir? -  preguntó con mirada lasciva lo que evidenciaba o una vida llena de abuso o un abuso antes de morir. Mikasa se lamentó y maldijo en silencio por no prestar atención al regresar. Se metería en problemas.

El sufrir de un AckermanWhere stories live. Discover now