Involuntariamente se creó un momento tan tenso que los pequeños silencios parecían el final de la vida.
- No, ¿Por qué? -
Mikasa bajó, colocándose a un costado suyo
- Quiero que vengas, tenemos que hablar - dijo
Eren rodó los ojos, suspiró y asintió.
- Está bien, llegaré en 30 minutos - dijo
- 20 - corrigió su padre
- Está bien, allá nos vemos -
- Te espero -
Colgó el teléfono.
- ¿Qué pasa? - preguntó al ver su expresión molesta
- Mi padre volvió -
La azabache se sintió acorralada de nuevo, con miedo.
- Quiere que vaya para allá y hablar, seguramente, de lo que pasó hace días - cerró sus manos en puños, ejerciendo fuerza que demostraba su enojo.
Mikasa se acercó y tomó su rostro, calmando un poco ese sentimiento.
- ¿Qué dirás? - preguntó
- Inventaré que fuiste alguien que entró a mi casa, le di refugio unos días y luego, mientras yo volvía de la ciudad desapareciste, obviamente tampoco diré tu nombre o algo que te identifique - rodeó su abdomen
Mikasa lo abrazó, siendo correspondida de inmediato.
- Quiero que te mantengas escondida en el sótano, capaz y mi hermano viene mientras mi padre y yo hablamos - pidió
Mikasa asintió.
Se separaron y se miraron, estaban asustados. Trataron de calmar dicho miedo con un beso pero no fue del todo efectivo.
- Ten mucho cuidado, Eren, trata de mantener la calma y pensar bien todo lo que hagas o digas, por favor - pidió
El chico asintió, preocupado.
Se creó un silencio tenso, no querían separarse. Pero debían de solucionar ese problema.
- Está bien, pero igual tú, mantente escondida, no soportaría que te hicieran algo - tomó su rostro y desvió la mirada
- Por favor - pidió
- Lo haré - le dijo
Mikasa vio su expresión, Eren tenía miedo, de todo, y más por su bien estar.
Se dirigieron a la puerta, la abrieron y la brisa de muerte, riesgo y guerra entró en su refugio lleno de amor y de paz.
Se colocaron frente a frente y se despidieron, momentáneamente, con un abrazo y otro beso.
- Te amo, Mikasa - dijo
- Te amo, Eren - contestó
Se separaron, sin quererlo, alejando lentamente sus manos, en demostración de lo difícil que se sentía el alejarse en ese momento.
Al ya no verlo más, entró de nuevo a la casa y se dispuso a cerrar la puerta, pero su mirada se desvió, asombrada hacia el frente.
Mikasa suspiró con sorpresa y no cerró la puerta.
- Le..Levi - dijo
El azabache detuvo su caminar en frente suyo, serio y algo molesto por lo que acababa de ver.
- Hola, Mikasa - respondió a su llamado
Se quedaron viendo por un momento, después de años se volvían a encontrar. Sin nada que decir o como expresar palabras que no podían salir. Mikasa se acercó a él y lo abrazó.
- Estás bien..., estás vivo - dijo, aliviada de verlo después de tanto
- Sí, estoy vivo - respondió, serio
No dijo nada más, se separó de ella y entró a la casa. Mikasa sintió algo en su pecho, ese nerviosismo y dolo por lo que había hecho, pero fue inevitable.
La azabache cerró la puerta y lo siguió, Levi se recargó en la entrada hacia la cocina y la quedó mirando.
- ¿Quieres algo de comer o beber? - preguntó
- No, quiero hablar contigo, supongo, ya sabes de qué - frunció un poco el ceño
Mikasa bajó un poco la mirada y asintió.
- Sí, lo sé -
- Bien, sólo vine de rápido así que dime...-
- Espera - lo interrumpió- Primero dime, ¿Qué pasó allá?, por favor - pidió
El azabache la miró algo enfadado.
- Acabo de decir que vine de rápido - recalcó
- Pero, por favor, sé que estás molesto pero de todas maneras fueron años que no nos vimos, ni hablamos, ni nada, por favor, dime lo que viviste allá - dijo tomando su mano
De nuevo, esa conexión que no habían sentido por tanto tiempo volvió, sorprendiendo a ambos, Mikasa lo soltó, su mente se confundió al igual que su sentir.
Levi se mantuvo serio, pero su molestia disminuyó. Suspiró.
- Bien - tomó se nuevo la mano de Mikasa y se dirigieron a la sala, sentándose y comenzando desde aquella despedida que los hizo sentirse rotos y vacíos.
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El sufrir de un Ackerman
FanfictionUn mundo moderno, principalmente a finales del siglo XIX donde a pesar de todo, la horrible tradición continua por los Jaeger. Mikasa, una de los pocos Ackerman que quedaban en todo el mundo, conoce a alguien más, quien aporta el nombre de Levi y de...
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