34. El hedor de la traición

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¡Basta!, me reprimí mentalmente. Me negaba a creer que la amistad que Annabeth y yo comenzábamos a formar fuera a desmoronarse y que solo se tratara de un engaño de la hija de Atenea. Estaba segura de que solo era una idea estúpida que mi cabeza se había formado debido a que éramos enemigas por naturaleza. Pero tenía fe en que podíamos romper esa brecha de hostilidad que alguna vez espartanos y atenienses se tuvieron. No iba a darme por vencida, si Annabeth había confiado en mí, yo también iba a hacerlo.

Cerré los ojos y las imágenes de mi sueño me atacaron sin piedad. Seguía viendo el mismo túnel oscuro con un enorme agujero en el suelo, a Annabeth sentada a un costado de la brecha mientras se quejaba del pie y a mi misma correr a socorrerla solo para que cuando la ayude a ponerse de pie, ella me empuje hacia el precipicio cayendo al abismo que no parecía tener fin.

- Vamos a bajar.

La voz de Jason me regreso al presente. Él junto con Piper llevaban en las manos unas canastas y una manta color azul. Seguramente Piper quería tener un momento a solas con mi amigo, además de celebrar su cumpleaños.

- Felicidades, chispitas -sonreí y me acerque a darle un abrazo- No esperes que me ponga sentimental mientras alguien más está viendo, pero espero que te guste tu regalo.

La palma de mi mano se abrió, mostrándole el obsequio que tenía para él. Era una pequeña águila dorada atada a un cordón para hacerlo un collar, detrás tenía una grabación: frater meus, hermano mío en latín. Jason sonrió mostrando los dientes y me agradeció mientras se la ataba al cuello. El águila se posó en su pecho, reluciente e imponente.

- Está increíble, Mei. Gracias -dijo.

Una vez que termine por darle su regalo, él y Piper se perdieron por la ciudad, la cual ya estaba iluminada por el sol y abrigada por el calor.

- Tal vez deberíamos hacer lo mismo, aprovechar y caminar por los alrededores. Estoy seguro de que te gustaría pasear un poco -Cassian se paró a mi lado, traía una camisa negra que resaltaba la palidez de su piel y sus ojos veían con asombro la ciudad que tenía enfrente.

- No creo que el entrenador esté de acuerdo -dije.

- ¿Quieres apostar?











Cassian podía ser muy persuasivo si se lo proponía, así que después de prometerle al entrenador Hedge que no nos alejaríamos demasiado, bajamos del barco. Tal vez el sátiro se había dado cuenta de que necesitábamos relajarnos un poco luego de todo por lo que habíamos pasado y de lo que pasaríamos los siguientes días.

La ciudad era incluso más hermosa que como la había visto desde las alturas. Recorrimos unas cuantas calles, atravesando turistas y esquivando coches. Además, logramos encontrar preciosas fuentes y enormes monumentos. Por último, pasamos por el antiguo foro, el cual estaba rodeado de pinos. No había mucho que ver, más que ruinas, unos cuantos muros desmoronados y un suelo de piedra cubierto de musgo y vides marchitas.

Apreciamos el lugar por un momento, pero la tranquilidad que habíamos tenido pronto fue ensombrecida por el habitual sentimiento de agitación y preocupación. El rostro de Cassian se giró en dirección a la entrada del foro y sus ojos buscaron algo más allá de la puerta.

- ¿Qué sucede? -pregunte enseguida, adoptando mi tan conocida postura de pelea- ¿Es un monstruo?

- Allá adentro hay algo, pero no puedo asegurar que se trate de un monstruo -contesto dudoso, su ceño fruncido me dijo que no estaba teniendo éxito en descubrir que es lo que había en el foro.

UNSTOPPABLE ━━Percy JacksonWhere stories live. Discover now