-No bromees conmigo Min Yoongi- había replicado Eunji negado con su cabeza, creyendo que él bromeaba -Si quieres ve a molestar a otros.
Sin embargo Min Yoongi no planeaba rendirse, no cuando ya había dado el primer paso y se lo había dicho.
-¿Acaso no te gustaría divertirte?- replicó él tomado su mano sin vergüenza o pudor.
Y a pesar de que Eunji había estado a punto de negarse, por extraño que pareciera había optado por decidir que después de todo sería interesante divertirse.
-Podría arriesgarme... siempre y cuando prometas que me divertiré- replicó ella acercándose y tomado su cabeza mientras levemente tiraba de su camisa.
Haciendo que la sorpresa apareciera en el rostro del chico, era claro que Eunji era una persona que tampoco le importaba mucho lo que creyeran los demás, actuaba por sus deseos, y eso después de todo le llamaba la atención a Yoongi.
-Hare mi mejor esfuerzo- había replicado él mientras se aferraba más a su mano y empezaba a tirar de ella -¿Dime que tan fan eres de las hamburguesas?- había cuestionado dirigiéndose a un restaurante cercano, el cual había visto cuando la había estado siguiendo.
-Estoy a dieta- había replicado Eunji, sin embargo aquello no era algo que lo fuera a detener.
-No se si estoy seguro pero... pareces ser alguien que no presumirá nuestra cita con tus amigas, así que podrías fingir que este día no existió y si no existió nunca habrás comido esa hamburguesa, además yo prometo que guardare tu secreto.
-¿Acaso eres soltero?- replicó ella girado sus ojos de manera sarcástica por sus comentarios -Esta bien Min Yoongi seguiré tus reglas.
-Para tu fortuna, no salgo con nadie- comunico mientras caminaban hacia aquel restaurante.
Se habían sentado en una de las bancas del fondo, mientras esperaban su orden.
-Entonces... ¿que planeas?- habia replicó ella mientras posaba sus codos sobre la mesa para que sobre ellos apoyara su mentón, incluso había entrecerrado sus ojos, como si lo estuviera analizado y se riera de él. Incluso pareciera de que antes de que el muchacho hablara ella lo sabía, lo había descubierto.
-¿Planear?... no planeo nada- había dicho negado con sus cabeza y alejándose levemente como si se hubiera sentido intimidado.
Habían pasado tan sólo segundos para darse cuenta de aquello, así que luego había tratado de recuperar su compostura pero Eunji ya había empezado a reír.
-Alguna vez te han dicho que luces como un pequeño gatito- expreso ella acariciado el rostro del chico volviendo a tomarlo por sorpresa -Tu naricita, tus adorables ojos, tus cachetes.
No era la primera vez que alguien lo llamaba así, y a pesar de que aquello no sonaba exactamente como una oración excesivamente importante, casi como un dejavú, sintió un escalofrío en su cuerpo, aquella sonrisa y la forma en la que Eunji depositó su mano en su mejilla, todo aquello revolvió muchas cosas en su interior.
-Soy demasiado rudo para ser un gato- comunico negado con su cabeza y arrugando su nariz como su gruñera, intentado cambiar el tema y más que nada dejar de pensar en dichos recuerdos.
-Incluso adorable- expreso pasado su dedo índice por la nariz de Yoongi -Pero un gato muy curioso- replicó apartándose -Aún dudas de mi... supongo que ya no se si sentirme ofendida o quizá eso te vuelve más confiable, a puesto que Ann significa mucho para ti, quieres saber mi verdad...- había suspirado -el dinero, me importa más de lo que crees, te lo dije y lo repito Min Yoongi, no soy su enemiga a menos que me traicionen... quieres que sea sincera, me importa, me importa ganar a todo costo, no quiero lastimar a nadie pero no se metan en mi camino, todos ustedes parecen buenas personas pero las buenas personas no ganan, por eso los ayudo, porque Taehyung me importa quizá no tanto como a ti te importa Ann pero daré todo de mi Yoongi, pero quiero que tengas en claro que me casare con él, pero hasta entonces...
Y a pesar de que Yoongi no había predicho aquello. Incluso de cierta manera se sintió confundió. Cuando sintió los labios de Eunji sobre los suyos no los rechazó y más que eso, se había sentido a gusto con aquello.
Pero lo que si lo había extrañado era lo que aquel beso, había empezado a producir en su cuerpo.
Como incluso había pasado sus manos por su mejilla. Y lo suave que era ella, lo bien que olía y cuán tranquilo se sentía a su lado. Y por un par de segundos su plan y todo lo demás había parecido dejar de importar.
Quizá había sido el repentino recuerdo, la forma en la que la presencia de ella lo ponía, o más bien todo eso mezclado.
