Capítulo 15

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Bell sabía que despedirse de Wiene iba a ser bastante doloroso, la realidad lo golpeo más duro de lo que alguna vez se imaginó, su corazón se estrujo y lágrimas amenazaron con salir a borbotones, si no lloró fue porque considero que las lágrimas de la vouivre habían sido suficiente para los dos, sin embargo, el dolor seguía dentro suyo así que aprovecho para desahogarse con todos los monstruos que el calabozo generó en su camino devuelta a la superficie, las piedras mágicas le dieron igual, destruyó la mayoría al no medir sus ataques tal y como hacia cuando su objetivo era conseguir dinero.

-Kuro-san, Magnus-san – él llamo ignorando por completo la enorme cantidad de polvo que los monstruos soltaron encima suyo – quiero que los encuentren, argonauta no deja de querer estallar y tengo un mal presentimiento.

-Pero apenas han pasado un par de horas Bell-sama – Lili exclamo intentando calmarlo.

-Suficiente tiempo para que cazadores de Xenos los hallan encontrado o tendido una trampa.

Él no quería voltear a ver a los demás, no estaba en la mejor condición y estaba seguro de que sus ojos no tenían brillo alguno, algo que no quería mostrarles a los otros, sabía que ellos dos estaban listos para partir en cuanto les hiciera la más mínima señal, así que no los detuvo más tiempo, supuso que entendían la razón detrás de lo que dijo, por lo que solo movió su mano un poco, provocando que el aire fuera desplazado a una impresionante velocidad.

-Se que no es suficiente para emprender una búsqueda cuando deberíamos regresar a la mansión, quiero que confíen esta vez, solo por este instante.

Sus palabras habían sido acertadas, no sabía que tanto, pero tampoco quiso voltear a mirar, solo siguió avanzando, él no era capaz de verse a si mismo, aun así, si por algún casual lograra hacerlo, se percataría de que el rojo rubí de sus ojos había pasado a un carmesí oscuro y profundo, suponiendo que esto pudo haber pasado, hizo que su cabello cubriera la parte superior de su rostro, no confiaba en los aventureros, empezaba a odiar a los monstruos y los dioses comenzaban a parecerle egoístas, sin embargo, no dijo nada, no comentó nada, no cuando podía quedar con el mayor hipócrita, después de todo todavía no confiaba en ser capaz de hacer algo, odiaba su debilidad y comprendió que estaba actuando de manera egoísta.

Sus pasos resonaron por diferentes partes del calabozo, sus caminos estaban divididos y sus sentidos estaban llevados al límite, aquel presentimiento que su líder y amigo tenía paso a los dos una vez dieron el primer paso en busca de seguir esa orden, casi podían sentir el olor de la sangre, incluso si en realidad no había ningún aroma, sus oídos se estremecieron cuando un cantico llego a ellos, su paso se detuvo y el color de sus ojos cambio, características de bestia tomaron control en algunas partes de sus cuerpos y explotando lo que podían de sus cuerpos, aceleraron, estaban cansados, no habían dormido en más de veinticuatro horas y, sin embargo, no les importó, corrieron todo lo rápido que pudieron.

Un rugido, eso fue lo que los oídos de Haruhime captaron, no era de un monstruo, ese rugido era uno que solo su hermano podía hacer, lo sabía desde que era una niña, desde que los problemas con su padre empezaron, desde que Kuro decidió ponerse delante para evitar que fuera golpeada, sintió miedo, más que un llamado parecía un grito de dolor, su andar se detuvo y con eso el de Bell, sintió como su cabeza era acariciada de manera gentil y un par de ojos rojo rubí la miraban con cariño.

- ¿Qué tan lejos crees que están? – él le pregunto sorprendiéndola mientras un aura blanca empezaba a cubrirlo.

-Bastante, fue difícil escucharlo – ella dijo, su voz teniendo un ligero toque de desesperación.

-Eso sirve para mí, los demás vuelvan a la mansión, díganle a Kami-sama que volveremos pronto.

Querían replicar, decir que no lo dejarían hacer esto solo, que podían ayudarles, pero la sonrisa que les dio las detuvo, era como si el chico estuviera listo para dejar de ser humano, como si considerara que el único camino posible en este momento era el acabar con sus enemigos, ninguna fue capaz de ver como sus ojos se volvían de un rojo carmesí ominoso mientras la ira empezaba a recorrer cada centímetro de su cuerpo, su cabello volvió a cubrir esa parte de su rostro y despidiéndose con un saludo de mano, él se alejo a la máxima velocidad que le fue posible.

La mejor FamiliaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang