Capítulo 58

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Los ojos de Bell se llenaron de lágrimas, se abrieron poco a poco ante la voz y presencia que se encontraba detrás suyo, su mandíbula se tensó y sus emociones explotaron en un inmenso mar de confusión, ni siquiera el dolor por el que se encontraba pasando su cuerpo al haber pasado por esa conversión que hizo su alma llamo su atención, él tenía miedo de voltear y encontrar que en realidad estaba solo como antes, cuando se levantó con el propósito de destruir la barrera de fuego que rodeaba Olympia.

Su garganta estaba seca, las palabras no salían de su boca y patéticos gemidos eran lo único que se podía escuchar, ya fuera porque en realidad estaba sintiendo el insano dolor por el que estaba pasando o por la locura mental que se encontraba teniendo, lo único que pudo hacer fue ver su reflejo en la hoja de Aron, Elpis estaba perdida y no tenía ni idea de que hacer a continuación, dentro suyo su corazón latía con fuerza y él no sabía a cual de los dos motivos se debía, solo sabía que latía con una fuerza que parecía querer salir de su pecho.

- ¿Artemis? – fue lo primero que se le ocurrió y que pudo preguntar.

-Eso es, soy tu diosa de la luna y tú eres mi único Orion.

Las palabras golpearon el pecho del chico, un dolor que se suponía ya había cicatrizado volvió y más fuerte que antes, ignorando el ardor que recorría su cuerpo y que hacía que sus movimientos fueran torpes se puso de pie, tomó una respiración profunda y con una expresión devastada volteó a mirar a la imagen de la diosa, su corazón de repente se detuvo y los impulsos se apoderaron de él.

- ¿Huh? – la diosa soltó al ser repentinamente abrazada por el chico.

-Perdón – él comenzó a disculparse entre sollozos – perdón por haber sido imprudente, por haber peleado de esa manera, por haber provocado que tuvieras que intervenir, por no haber evitado que te fueras como te prometí aquella noche.

La diosa solo acarició la cabeza del chico que seguía desahogando su dolor, estaba apoyado sobre su pecho y tales emociones no hicieron más que alegrarla y ponerla feliz, al menos hasta que Bell se incorporó, su mirada era seria y un poder que ella pensó estaba sellado estallo en la forma de una llama blanca que cubrió el cuerpo del chico, el cual solo volteó y encaró a los flammagons, incluso si no tenía su poder completo, incluso si había dejado de ser un humano y su cuerpo ardía por esa alteración empuñó a Aron con fuerza en su mano izquierda y corrió hacia sus enemigos.

Corte tras corte, golpe tras golpe, él demostró que su fuerza apenas había disminuido, él no comprendía del todo que era lo que estaba ocurriendo con su cuerpo, pero tampoco le importaba en ese momento, lo único que lo detuvo fue el hecho de que se estaba agotando y el número de enemigos no dejaba de crecer, cosa ante la cual tomo la mano de la diosa y comenzó a correr, si su [Estado] no estuviera sellado podría pelear durante días sin cansarse, sin embargo, dada la situación y que estaba acostumbrándose a su cambio, prefirió no arriesgarse.

En otra parte de la región, los demás integrantes de la Familia Hestia notaron la clara ausencia de su capitán peliblanco, sus [Estados] estaban sellados y por ende la fuerza de la que gozaban como aventureros se había desvanecido, al menos para la mayoría, pues ciertos chicos solo habían sentido un cosquilleo en sus espaldas y es que incluso si sus [Estados] fueron sellados, el poder era de ellos y como espíritus, ese poder no podía ser contenido de maneras convencionales.

-Entonces ¿Qué hacemos ahora? – una preocupada Cassandra pregunto entre murmullos.

-Lo primero será encontrar un lugar donde podamos quedarnos y encontrar a los dioses y demás – Kuro exclamo manteniendo bastante la calma.

-Entonces será mejor que nos encarguemos de eso – Magnus dijo dando un paso adelante y sujetando su espada ante la presencia de los flammagon.

- ¿Van a pelear así? – Lili pregunto con preocupación en su voz.

La mejor FamiliaWhere stories live. Discover now