Capítulo 34

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Ella, la chica, comenzó a reír con diversión mientras parecía estar ahogándose por el agua que parecía haber tragado durante el tiempo que tarde en traerla a la superficie, resulto un poco perturbador escucharla reírse de esa manera luego de que acabáramos de escapar de los miembros de su Familia, tengo el presentimiento de que un hombre gato me querrá arrancar la cabeza por haber "secuestrado" a su diosa, solté un silencioso suspiro al tiempo que me acercaba a Syr, este día no va a ser sencillo, luego esta lo que viene mañana, en serio, esas visiones fueron, son y seguirán siendo un fastidio incluso si me ayudan, solté un suspiro que Syr no notó.

-Vamos, antes de que nos encuentren otra vez – dije tomando su mano y comenzando a caminar otra vez.

Si ella no hubiera saltado de esa manera no me habría olvidado de los ítem mágicos en el barco, no es como si fuera a nadar con el maldito bolso en mi espalda, solo espero que Hestia o Artemis se hayan percatado del bolso, de otro modo el pago de esos dos habría sido más o menos inútil, mientras era guiado por la chica que se había quitado sus zapatillas de tacón y sujetado con sus dedos índice y corazón, por mi parte, decidí quitarme el chaleco, resulto incómodo cuando me encontraba nadando con la chica entre mis brazos, las cosas se están poniendo interesantes.

El sonido de los pies de la chica golpeando el suelo hicieron que me adelantara un poco, la subí a mi espalda y comencé a correr siguiendo las indicaciones de Syr, me preguntaba como la diosa era capaz de seguir la velocidad que llevo en este momento teniendo en cuenta que sus poderes en realidad estaban sellados, ignore eso al preferir simplemente centrarme en las indicaciones y comprender a donde me dirigía, lo comprendí al cabo de unos segundos, no había planeado venir aquí hoy, pero supongo que no estaba mal.

-Así que el puente de los héroes – dije con una sonrisa mientras dejaba a la chica con cuidado en el suelo.

- ¿Ya habías venido aquí, Bell-san? – ella pregunto con curiosidad.

-Puedes decirme solo Bell – exclame sin pensar mucho en ello – y sí, un par de veces cuando era un nivel dos, claro que estaba lleno de gente.

-Sí, es la primera vez que esta tan tranquilo.

La vi responder con un sonrojo en su rostro, claramente no se esperaba que yo dijera lo de quitar el "san", ya estoy metido hasta el cuello en problemas, no veo como hacer podría complicarme más la vida ¿Puede hacerlo? Por supuesto, estoy hablando de mí mismo, quiera o no siempre estaré metido en problemas que muchos llegarían a considerar absurdos, pero que le voy a hacer, que me suicide no es una opción, no planeo dejar de avanzar solo porque cada vez haya problemas cada vez mayores, ya morí una vez, casi muero otras nueve, apreció mi vida, aun así, no tengo miedo a hacer locuras.

Mi mirada se puso en la estatua del supuesto héroe más grande que este mundo ha conocido, el último hasta ahora en ser reconocido como tal, mire el pedestal de la estatua, se encontraba su nombre, pero no el apodo por el que era conocido, no es como si fuera un gran problema, cada héroe tiene su vida privada, su tiempo antes de ser conocidos como tal, <Rey Mercenario Waldstein>, no me parecería extraño que fuera uno al comienzo de su vida antes de conocer a la Espíritu Aria y el probable nacimiento de Aiz, aunque ¿Puede una Espíritu embarazarse? Saben que, prefiero no saber eso, tengo el presentimiento de que sería demasiado problemático.

- ¿Te interesa el Gran Héroe-sama? – la chica pregunto notando mi mirada.

-Me gustaría saber algunas cosas sobre él, pero no mucho más, mi idea de los héroes ha ido cambiando con el tiempo y no se si me estoy desviando o no.

- ¿A qué te refieres? – es verdad, ella no conoce que tanto he cambiado de manera mental.

-Bueno, todos idealizan mucho a los héroes, cualquier mínimo error les quita el título, cualquier acción que hagan que no les guste a los demás los convierte en tontos.

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