Capítulo 62

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Para el chico, su diosa había aparecido delante suyo repente, sin embargo, ante una segunda advertencia y una evaluación de como se sentía la presencia de quien estaba delante se retracto de su pensamiento, si él tuviera que dar una explicación al respecto, sería como si estuvieran tratando con una réplica, con un clon de su diosa, a pesar de ello, él no retrocedió, por el contrario, se acercó a la sacerdotisa de Vesta, el ataque de fuego que le lanzó siendo bloqueado por un escudo del mismo fuego.

Hephaestus y Welf habían logrado acercarse a la herrería, ambos solo vieron como los flammanoid se encontraban forjando al mismo tiempo, al mismo ritmo, diosa y chico solo comprendieron lo que ocurrió y que nació de la determinación de los herreros, ante eso la diosa se disculpo con anterioridad por lo que iban a hacer, que era robar el corazón, la llama que les permitiría crear un arma capaz de soportar el poder de un arma divina, la espada mágica de Welf fue levantada mientras ocurría un estruendo a lo lejos.

-Eso vino de la fortaleza, la sacerdotisas están protegiendo los pilares, el sistema de defensa se ha activado para eliminar a los intrusos – Hephaestus mencionó mientras mantenía su atención en lo actual.

-Entonces, Bell y los demás...

Los ataques de fuego de la sacerdotisa rompieron el escudo de Bell como si se tratará de un cristal, siendo ese el momento en el que el chico desenfundó a Elpis y comenzó a cortar cada ráfaga, cada ataque, los cuales provenían desde todos los lugares posibles, a pesar de todo, él consiguió acercarse paso a paso, detrás suyo estaban Ryuu, Cassandra e Illia, las cuales observaban como él hacía lo imposible al atravesar un campo preparado para la muerte misma.

-Cassandra-san, necesito de tu ayuda – el chico dijo mientras abría sus manos y creaba un pasillo después de alejar el fuego.

La sanadora no dudo ni un solo segundo y comenzó a correr detrás del chico, el cual desvió cada llama, cada ráfaga de fuego fue desviada de Cassandra a milímetros de que ella fuera alcanzada, en ese momento los dos comprendieron que los ataques no eran a matar, si el fuego que no los quemó al estar muy cerca los tocaba era para empujarlos lejos, por eso, sin miedo alguno y confiando en su último corto sueño, la sanadora se lanzó a abrazar a la sacerdotisa mientras Bell se acercaba y ponía una mano sobre su cabeza.

-Salvaremos a Hestia – ambos dijeron al mismo tiempo, el sonido de algo rompiéndose, llegando a los oídos de Cassandra, no queremos dejarla sola y sea lo que sea que haga, la apoyaremos.

Los sentidos de Bell gritaron en ese momento, por pura coincidencia Cassandra decidió saltar hacia atrás con la sacerdotisa todavía en sus brazos, un segundo después, el chico tenía sus dos armas chocando con la de Epimetheus, el cual se sorprendió porque la hoja de su arma no había alcanzado a su objetivo y solo había una ligera línea de una extraña sangre recorriendo el filo de su arma, entonces de reojo vio como la sanadora colocaba una mano sobre el corte en la sacerdotisa, esta comenzó a brillar de un ligero tono verde mientras la chica lo miraba con un ceño fruncido.

-Sacred: soullight – ella exclamo después de que en su mente aquella nueva palabra apareciera al decir el nombre de su magia, el cántico era el mismo.

-No creas que vamos a dejar que te salgas con la tuya – Bell dijo comenzando un intercambio de cortes a gran velocidad.

- ¿Qué sucede mocoso? ¿Acaso imaginaste a tu diosa siendo cortada? – Epimetheus pregunto de manera burlona, esperando ver ira en el rostro del chico.

-En ese caso, sería yo quien cargaría con ese pecado – sin embargo, a pesar de lo que el héroe caído quería, el chico solo le devolvió una sonrisa de ojos resplandecientes.

La mejor FamiliaWhere stories live. Discover now