Capítulo 21

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- ¿Por qué la ayudas? – el hombre gato pregunto con miedo en su voz, llamando ligeramente mi atención.

-Eres de Evilus, no conozco que hiciste en el pasado, no se porque lo hiciste, pero si hiciste que ella te persiga es porque cometiste actos brutales y no planeo evitar el castigo.

- ¿Incluso si te vuelves perseguido?

-No seré perseguido, porque una vez ella haga lo que tienen que hacer desaparecemos, además, lo que otros piensen no me importa.

Di un salto hacia atrás llevando en mis brazos a Ryuu, justo en el momento que una explosión ocurría, por lo que pude ver se trataba de un kaenseki, un ítem bastante peligroso que podría lastimar a una segunda clase, como era el caso de ambos, debía admitir que el hecho de que mis sentidos se hubieran acoplado a mis estadísticas eran una gran ventaja, pero tenía que evitar que lanzaran otro kaenseki, tenía el presentimiento de que algo, una calamidad ocurriría si le provocaban más daño al calabozo, cuya regeneración estaba prácticamente paralizada, una vez mis pies tocaron el suelo, comencé a correr.

Mi atención fue puesta sobre aquel que lanzó el kaenseki, a primera vista se notaba que era un aliado de ese sujeto, que comenzó a correr en otra dirección, no tenía tiempo que perder con aquellos que estaban delante de mí, sobre todo del grupo de aquel hombre lobo, con el cual ya me encontraba peleando, tenía que quitarles las bolsas llenas de esos ítems, eran por lo menos un grupo de cinco y por sus movimientos debían estar cerca del nivel tres, así que no debería tener problema en conseguir lo que acababa de pensar.

Todavía podía sentir la presencia de Ryuu, pero se estaba alejando con cierta rapidez, corte el soporte de la bolsa dejándola caer por el efecto de la gravedad, lo sujete antes de que cayera al suelo notando que solo habían dos kaenseki, aproveche para llevármelos mientras los guardaba en mi bolso y corría hacia el siguiente, patee, golpee a los demás aventureros que se pusieron en mi camino, no los mataría, la mayoría no tenía nada que ver en este asunto y la verdad, estaba impresionado, no esperaba tener tanta superioridad a todo el grupo que me estaba rodeando, claro, tampoco iban a matar, pues notaron que solo los estaba noqueando.

Una vez tuve hasta el último kaenseki, que resultaron ser seis en total, comencé a correr a donde sentía la presencia de Ryuu, el hombre gato y un monstruo que no había enfrentado hasta ahora, temiendo que algo ocurrió active la fase inicial de argonauta, los pequeños brillos blancos me dieron la señal de que podía aumentar mi velocidad, así lo hice y en cuestión de un par de segundos alcance a ambos, notando la presencia del monstruo, aspecto de serpiente de por lo menos cinco metros de alto y más de ocho de largo, se trataba de un Worn Well o Lambton.

Empuje a Ryuu sacándola del camino del monstruo que casi logra sujetarme de un brazo, para este punto me encontraba mirando entre mi amiga, el monstruo y el que debía ser su controlador, el látigo rojo me confirmo el hecho de que se trata de un domador, fue un solo segundo, ese fue el aparente tiempo de espera, pues un instante después el Lambton se volvió a lanzar contra Ryuu, ante lo cual me interpuse con mi mano libre cubierta por el fuego del firebolt, el cual no dude en lanzar hacia el hombre gato, el cual hizo sonar su látigo, haciendo que el monstruo fuera a cubrirlo.

-Deberías irte Cranel-san, te estás metiendo en una mala situación – Ryuu dijo poniéndose delante de mí, al parecer estaba enojada.

-No me iré, no te dejaré aquí sola.

Su mirada cayo sobre mí, se veía visiblemente enojada, algo que parecía inusual en los elfos, pero eso no era me altero, esta claro que no comprendo su dolor, después de todo no se que significa perder a mi Familia por culpa de alguien más, pero se que buscar venganza la dejará vacía, por eso me quedaré, si me odia lo aceptaré, si deja de hablarme lo entenderé, aun así, no la abandonare, reafirme mi postura cuando me pare a su lado con una mirada seria, la escuche soltar un ligero suspiro que me divirtió y no demostré, la situación no estaba para reír.

La mejor FamiliaWhere stories live. Discover now