Capítulo 22 (Encaje Negro)

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Abby:

Grité, horrorizada por la escena ante mí.

Harry estaba recostado sobre su estómago encima de la cama de pacientes, su espalda sangraba y estaba herida, su piel estaba en carne viva. La evidencia de los azotes estaba escrita en toda su espalda.

— ¡Harry! —grité, corriendo a toda prisa a su lado, sujetando su mano con la mía—. ¿Estás bien? Por favor dime que estás bien ¿sí? Mierda, oh Dios mío, todo esto es mi-

Harry apretó mi mano para calmarme, sus cejas se arrugaron con dolor—. Estoy bien.

Sentí lágrimas llenar mis ojos, la culpa abrumaba cada emoción y los pensamientos que experimentaba—. Lo siento mucho. Lo siento Harry. Disculpa.

Harry apretó mi mano de nuevo, forzando una pequeña sonrisa en sus labios antes de que hiciera una mueca de nuevo—. Está bien, no es tan malo como parece.

Me agaché sobre la cama—. ¿No está tan mal? ¿De qué estás hablando Harry? ¡Toda tu espalda está con heridas y sangrando!

Y después, mientras rozaba mi mano contra su sudorosa frente, me percaté de que Zayn me mintió.

Rompió una promesa.

E iba a confrontarlo por esto.

Harry:

—No te preocupes Abby. Estuve en peores situaciones —mentí. Miedo, preocupación y culpa eran visibles en sus ojos y la última cosa que quería era que ella se sintiera culpable por esto.

—Esto es mi culpa. Lo lamento —susurró, una lágrima caía de su ojo.

Aproximé mi mano a su rostro, secando la lágrima—. Oye, no llores. No es lindo cuando lloras.

Eso sólo provoco que brotarán más lágrimas y mantuvo mi mano en su cara, besando la punta de mis dedos—. Lo lamento mucho Harry.

Cerré mis ojos, para evitar que ella notara el dolor en mis ojos—. Abby ¿puedes hacerme un favor realmente rápido? —pregunté.

—Lo que sea.

—En el gabinete de ahí, hay un botella que dice Ibuprofeno. ¿Me la pasas por favor?

Rápidamente abrió el gabinete, buscando la botella de píldoras.

—Pásame dos —pedí y quitó la tapa y saco las diminutas píldoras rojas.

Las colocó en mi mano y se volteó, sujetando uno de esos pequeños vasos Dixie de papel, llenándolo con agua del lavabo.

—Ten.

Sujete el vaso con gratitud, tragando los analgésicos rápidamente y los acompañé con agua.

— ¿Me darías más agua por favor?

Mientras ella caminaba hacia el lavabo para rellenar mi vaso, la puerta se abrió y giré mi cabeza para ver quién era.

Liam se paralizó cuando vio a Abby en la habitación y después negó con la cabeza—. ¡Abigail! ¿No le diste ya suficientes problemas?

Ella se congeló, con la culpa clara en sus coloridos ojos.

—Vete. Antes de que Zayn los encuentre a los dos aquí. ¡Vete! —Liam la ahuyentó fuera de la habitación y cerré los ojos nuevamente, dejando salir un respiro agitado—. Liam.

Era más y más difícil concentrarse, y mis párpados cayeron. Una ola de sueño me abrumó y después los cerré, bloqueando la luz de la habitación.

Laced | Zayn Malik (Español)Where stories live. Discover now