Capítulo N° 49

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El Loco entrenaba junto con Lucas con armas de fuego y en pelea cuerpo a cuerpo, mientras que Erica jugaba dentro con Jack. Le sorprendió darse cuenta de que Lucas tenía mejores habilidades como tirador que Erica, quien demostraba tener más habilidad con los cuchillos que con las armas.

Su puntería con el rifle era también muy buena, el Loco lo observaba con atención, porque el rostro de Lucas se volvía serio y oscuro al apuntar, concentrado en la mira. Manejaba los clicks con habilidad y controlaba su pulso de forma correcta. También había comprobado que con un par de cervezas, Lucas disparaba incluso mejor.

Luego de finalizar con las armas de fuego practicaron pelea cuerpo a cuerpo. El Loco le lanzó un puñetazo a Lucas, pero él se la frenó rápidamente para después doblarle el brazo hacia atrás y, a su vez, trabarle las piernas para hacerlo caer al suelo. El Loco aprovechó su caída para enredar sus larguísimas piernas en la cintura de Lucas, buscando aplicarle una llave de sumisión, pero se sorprendió cuando sintió un filo en su cuello.

—Creo que por primera vez en todo este tiempo te gané —dijo Lucas, jadeante por la pelea.

—Aprendiste bien —dijo él con sorpresa, viéndolo a los ojos y la sonrisa que se formó en Lucas—. Aprendés muy rápido, incluso más que Erica.

Lucas lo soltó y se sentó a un lado, jadeante y agotado.

—¿Bajaste tu nivel para pelear? —preguntó Lucas al verlo de reojo.

—Sí, pero me venciste de forma honesta. Creí que podría aplicarte una llave, no esperaba que tuvieras un cuchillo —admitió con una sonrisa orgullosa y lo despeinó con cariño.

—Me dijiste que siempre tuviera uno, te presto atención.

Lucas lo miró fijo de forma algo intensa, para luego mirar hacia la tierra y encenderse un cigarrillo.

—Mañana nos vamos, ¿verdad?

—Sí, pero podemos volver en otro momento de todas formas —respondió el Loco al ponerse de pie—. Descansá, Rubio, que luego el viaje va a ser largo.

Luego de guardar todo en bolsos y cajas para poder regresar a la casa, Erica recorrió cada rincón y se sentó sobre un tronco entre los árboles, para poder disfrutar de toda esa tranquilidad una última vez. Aún no había amanecido y todo se veía oscuro, el aire era fresco y húmedo, por lo que respiró hondo para disfrutarlo.

—Podemos volver en otro momento, mein engel —le dijo el Loco, de pie frente a ella.

—¿No nos podemos quedar acá? Es una casa segura, ¿no?

—Lo es, pero mientras Gretchen y el pollito vivan no tenemos garantía de nada —suspiró—. Si lo deseás podés quedarte con el Rubio y con Jack, yo debo regresar para terminar el trabajo.

Erica levantó la mirada para verlo, ofendida ante semejante propuesta.

—No pienso quedarme acá sin vos, no digas estupideces. Si vas a volver, vuelvo con vos.

—Tal vez sería mejor que te quedaras con el Rubio —dijo y llevó su mano hacia la mejilla de ella—. A mi lado nunca vas a tener una vida normal y siempre vas a correr peligro, porque tengo muchos enemigos y siempre va a haber alguien buscándome...

—Jack —comenzó a decir con el ceño fruncido—, soy alumna de Gretchen y de Nahuel, sé defenderme sola así que no me vengas con boludeces. Estuviste un año peleando para que salga con vos, ¿y ahora querés dejarme?

—No quiero dejarte, mi amor, solo quiero que estés a salvo —dijo en un susurro y le acarició la mejilla—. Si algo llegara a pasarte por mi culpa, oh, mein engel, podría incluso morir.

Mörder [ COMPLETA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora