Capítulo N° 46

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Con las fuertes lluvias en el exterior y el frío que cada vez se sentía más intenso, los Moms cenaban en un elegante salón de Assassin junto a Serge, para poder hacer negocios y conversar sobre trabajo.

—Sabatini sigue desaparecido —dijo Julio y bebió un trago de vino—, él debe ser tu prioridad, hermana. Olvidate de Wolff.

—Yo no olvido las traiciones.

—¿Y de qué traición estamos hablando, de que te haya dejado hace una década pero vos jamás lo superaste? —dijo con una sonrisa y meneó su copa de vino en la mano—. ¿Que se haya enamorado nuevamente, de qué traición me hablás específicamente?

—Su deber era protegerla y la dejó tirada en medio del fuego —escupió Héctor con asco.

—Uhm, ¿era realmente su deber, o él lo hacía por el cariño que sentía hacia vos, Gretchy? —insistió Julio—, el único que se auto denominó tu «protector» fue Nahuel, y él te abandonó hace cinco años.

Gretchen se puso de pie y golpeó la mesa con sus palmas, con furia.

—¡¿Algún maldito día vas a dejar de insultarme?!

—¿Insultarte? Solo analizo la situación. Yo no veo traición alguna en sus decisiones, priorizó la vida de su amada por sobre la tuya, eso no es un acto de traición, es un acto natural.

—Aprovechó el caos para desertar, eso es el mayor acto de traición en D.E.A.T.H. y el motivo por el que nuestro padre mató a Kasch —dijo Héctor con seriedad.

—En ese caso hay cientos de asesinos que desertaron, y solo por nombrar dos de tu sede, Héctor, puedo decir «Kolzova» y «Sokolov» —dijo Julio con una sonrisa torcida y dio otro sorbo a su copa—. Y si vamos a hilar fino, Nahuel es el máximo traidor desde Kasch Wolff, abandonó D.E.A.T.H. para unirse a los barrenderos y formar grupos de espionaje entre nuestros asesinos. Sin embargo no los veo interesados en matar a Nahuel.

—¡Me tenés harta! —gritó Gretchen con fastidio y colocó sobre la mesa su pistola.

Un cañón fue colocado al instante en la nuca de Gretchen.

—Guarde el arma, Gretchen-san —dijo Akihiko con seriedad.

—¿De qué lado estás? —preguntó Héctor con su rostro serio.

—Del lado de la verdad, y la verdad es que ustedes dos son unos imbéciles impulsivos que solo buscan venganza por una nimiedad —Julio se veía serio, con un rostro y mirada intimidantes—. Preocúpense por Sabatini que está desaparecido planeando algo contra nosotros, no por Wolff que lleva meses sin molestarnos.

—Si no molestan a Wolff, él no atacará —acotó Serge de repente—. ¿Por qué no lo dejan vivir en paz?

—¿Paz? —repitió Gretchen con sus cejas alzadas y comenzó a reírse—. ¡Ese maldito nunca tendrá paz!

—Pero… ¡no pueden atacarlos! Ellos no molestan a nadie —insistió Serge—. Solo... denle lo que quiere y preocúpense por Sabatini.

—¿Y qué quiere, libertad? No existe la libertad para gente como nosotros —dijo Gretchen con fastidio.

Julio tomó un habano de su saco negro, Akihiko no tardó en llegar hasta él para cortarlo y encenderlo, mientras que Julio no quitaba su mirada oscura de Gretchen, parecía demostrarle la diferencia de poder entre ambos solo con ese acto. Solo con un simple y sencillo habano.

—No tienen gente, la gente que tienen es mía —dijo Julio y dejó ir el humo—. Su plan deberá ser aprobado por mí o ninguno de mis preciados elementos va a mover un solo dedo.

Mörder [ COMPLETA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora