Capítulo N° 60

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—Decime, ¿de qué me sirve esto?

Erica resopló apoyada en su puño mientras miraba fijo al Loco frente a ella, quien en ese momento esperaba el movimiento de ella en el ajedrez.

—Es un juego de estrategia, tenés que aprender, prever el ataque enemigo. Hubiera preferido que jugaras al go, pero no tengo la paciencia de explicarte las reglas.

—Un juego no es la realidad, no me sirve de nada.

—Te enseñará a observar, a analizar situaciones.

Erica soltó un suspiro mientras miraba el tablero, esta consciente de que él le estaba ganando y de que no le dejaría ganar, ni siquiera para incentivarla. Ella debía hacerlo sola, debía aprender, así que movió el alfil para comer un peón del Loco, solo que él se rió al menear la cabeza, mientras movía su caballo hacia el alfil.

—¡Así no se puede! —refunfuñó.

—Te lo dije, debés observar el terreno, vos solo atacaste sin analizar la situación, sin ver la probabilidad de estar rodeada. Sos impulsiva, eso a veces puede jugar a tu favor, pero en el resto no, la impulsividad te llevará el fracaso, y el fracaso te llevará a la muerte.

—Ya trabajé la impulsividad con Fosa, un juego de mesa no me sirve de nada —dijo en un siseo.

Llevaban dos semanas entrenando juntos, él no mostró sorpresa alguna al ver el nivel de su querida esposa, desde la primera vez que la vio supo que ella sería alguien fuerte y poderosa, ese era uno de los grandes motivos por el que se había enamorado de ella. Sin embargo no creyó que estaría tan avanzada, resistía las provocaciones con una altura sorprendente a un punto en que ni él era capaz de tolerar. Era rápida, ágil y habilidosa al esquivar y defenderse de ataques, pero implacable al luchar en cuerpo a cuerpo. Era buena con las armas de fuego e incluso mejor con los cuchillos.

A su punto de vista, Erica era una versión femenina de Nahuel a su edad pero con un inmenso corazón bondadoso, y sonrió por ello.

—Voy a preparar el almuerzo, así practicás con Lu, ¿te parece? —le dijo Erica con un suspiro.

Él la miró en silencio, cada vez ella se veía más agotada pese a que no se estaba sobreesforzando, incluso dormía muchas más horas de lo usual, y fue justo por verla tan agotada siempre que él solo se dedicó a observarla esas semanas. Había algo distinto en ella, y él ya lo había notado.

—¿Qué querés almorzar? —le preguntó Erica luego de beber un trago de agua.

—Lo que vos quieras, ¿qué te gustaría a vos?

—Pescado, pero creo que no tenemos, no compré —dijo ella con un suspiro y abrió la heladera para ver lo que allí había—. Tendríamos que hacer una compra grande, hay que llenar la heladera. Por ahora voy a hacer pollo, no es pescado pero... me gusta.

Él sonrió al oírla y asintió con un movimiento de cabeza. La miró nuevamente fijo mientras ella comenzaba a preparar el almuerzo. La risa de Jack al ver sus dibujos animados se oía allí, al igual que los ladridos de Hund en el fondo que corría junto con Lucas, con quien estaba jugando.

No entrenó con Lucas, en su lugar se mantuvo sentado junto a Jack en el sillón con el teléfono en la mano, conversaba con alguien por mensaje mientras le hacía caricias al pequeño a su lado. Luego de un rato dirigió su mirada hacia Erica y con una sonrisa dijo:

—Akihiko despertó, está fuera de peligro pero le va a tomar más tiempo recuperarse.

—Es una buena noticia —dijo Erica con una sonrisa—. Entonces Ruriko va a pelear con nosotros, ¿verdad? Tenemos que planear la ofensiva, ¿cuándo vamos a atacar a Aaron?

Mörder [ COMPLETA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora