HOY: LOS SÚPER AMIGOS

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—¡NO!

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—¡NO!

En un acto instintivo, me puse delante de Thiago y cerré los ojos, esperando lo peor. Prefería ser yo la que se lleve, la que posea, pero no mi hermano, no merecía sufrir más, suficiente tenía con Bartolomé.

El viento batió mi cabello con fuerza. No sabía que había escuchado, parecía ser un gruñido furioso, y, de pronto, todo se detuvo, el viento paró y yo sentí alivio, mucho mucho alivio.

Thiago estaba fuera de peligro.

Mi hermano cayó al piso, rendido, y yo me agaché, rápidamente, para poder consolarlo. Él, se aferró a mí, fuerte, llorando como un niño perdido al que a su padre habían arrebatado injustamente.

—Estará todo bien— le prometí.

Lo cierto era, que ya no estaba segura. Aquello que acababa ver, y lo que había pasado con Bartolo, me demostraba que Juan Cruz estaba dispuesto a todo con tal de quebrar el alma de Thiago para poseerlo. Además, ahora sabía que estaba detrás de mí, iba a intentar matarte nuevamente estaba segura de eso. ¿Por qué? No tenía ni idea, pero dolía. ¡Era su hija, éramos sus hijos! ¿Eso no significaba nada para él? ¿Qué podía esperar de alguien así? Nada.

Cuando llegamos a la mansión, Thiago se sentó en uno de los sofás y yo me senté a su lado, dándole a mi hermano todo el apoyo que necesitaba. Él iba a necesitarnos a todos.

Mar se acercó lentamente cuando nos vió y noté lo mucho que estaba controlando sus lágrimas. Le di una pequeña sonrisa y dejé que abrazara a Thiago. Enseguida, vinieron Jazmín y Caridad y ambas no dudaron en hacer lo mismo que la castaña. Él solo lloraba, se desahogaba y ninguna de nosotras hizo nada para detenerlo.

Cuando estuvo un poco más calmado, él se paró, y Mar iba a hacer lo mismo para seguirlo, pero yo le hice señas para que no lo siguiera. Necesitaba que también le demos un poco de espacio y además yo sabía que los chicos estarían ahí para él, así que lo iban a contener ellos.

Las chicas no sabían todo, lo único que sabían, era que Bartolomé había fallecido y del resto, hablaría Cielo luego. Todas nos quedamos charlando juntas en el sofá hasta que lentamente se fueron cerrando nuestros ojos.

**********

Cuando Thiago recibió las cenizas de su padre, nos comentó que quería hacer algo para despedirlo. Lo sentía aún devastado y tenía miedo por él. Cielo ya me había dicho que la culpa podría quebrarlo para beneficio de Juan Cruz y no podíamos dejar que lo haga. Teníamos que apoyarlo entre todos.

Mar, Justina, Cielo, Thiago y yo fuimos al jardín, y junto subimos sobre el pequeño puente que estaba sobre un pequeño riachuelo. Mi tía no estaba lista, no pudo acompañarnos por lo mismo, la entendía.

Midnights ✨ || Casi ÁngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora