Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél momento. ¿Qué misterios le depara la vida?
[Simón Arrechavaleta x OC!]
Basado en la segunda temporada de Casi Ángeles.
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Un par de horas más tarde.
Feli nos reunió a todos para una clase de conga. No se opuso nadie, así que todos entramos y la clase se puso interesante. No me consideraba la mejor en el baile, pero sabía lo mío, no era mala.
—Música afroamericana, ergo conga, ergo caliente, ergo rebelde, ¿sí?— Feli nos miró —Con la rebeldía de lo negros esclavos que vivían en las playas— nos sonrió —En las playas ardientes, ¿sí?
Mientras ella explicaba, nosotros seguíamos con el baile. Me reí cuando Sebastián movió las caderas y de manera exagerada. Feli aplaudió.
—¿Vamos? Derecha y uno, dos; uno, dos; uno, dos. ¡Uno más! ¡Esa me gustó! ¡Adelante! ¡Y los brazos! ¡Quiero ver esa sangre Angola!
Nos miró y aplaudió una vez más.
—¡En parejas!— indicó —¡Vamos, las chicas por un lado y los chicos por el otro! ¡Va!
Supuse que era costumbre, o estupidez, pero yo no pude evitar reír cuando Simón se colocó delante de mí, listo para bailar. Decidí ignorarlo y me coloqué delante de Sebastián que me guiñó un ojo.
—¡Dale, bombón, que tenemos que ser los mejores!
Me dió una vuelta y no pude evitar reírme. Vi cómo Tefi agarraba los brazos de Luca.
—A ver, dale, derecha, izquierda-
Luca se soltó de su agarre —Soltame, eu, bajale.
—Basta— Feli lo regañó —¡A congear y punto!— se giró —¡Hombritos!
Todos la imitamos. Entonces, vi que Juliette entró, sonriente, y no pude evitar poner una mala cara. Si bien me controlaba para no jalarle las greñas, tenía tanto coraje hacia ella. Y no solo hacia ella, porque, por más que quiera negarlo, el responsable de todo había sido Simón, él me había engañado. Igual, me daba mala espina Juliette, sentía que había algo en ella que no me cerraba del todo.
Me percaté de que las chicas también ponían mala cara al notar su presencia.
—Ay, clase, ¿puedo?— Juliette preguntó.
—Sí, sí, vení— Simón la animó.
Ugh. Ya cállense los dos.
Jazmín, que había estado bailando con Simón, nos miró a las chicas con una mueca y pasó por su lado chocando hombros con Juliette. Me reí, pero quité mi sonrisa y puse los ojos en blanco cuando noté a Simón agarrar el cabello de su noviecita.
—Te bañaste— señaló.
—Sí— respondió ella con una sonrisa.
Turro, seguro querías bañarte con ella.
En ese momento, apareció Tacho. Me percaté de lo mojado que traía el cabello el rubio y aquello podía significar solo una cosa; se había duchado. Algo en mi cabeza hizo click y abrí los ojos. ¿Juliette y el...?
