Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél momento. ¿Qué misterios le depara la vida?
[Simón Arrechavaleta x OC!]
Basado en la segunda temporada de Casi Ángeles.
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Las siguientes semanas pasaron lentas y aburridas. Me la pasé llorando algunas noches, sin poder salir para ver a mis amigos. Aunque las chicas llamaban para ponerme al día cada que podían y fueron muy lindas cuando vinieron a verme un día. Cuando me dijeron lo de Cielo y su bebé... me dió tanta pena el que lo haya perdido, solo podía imaginar el dolor y tristeza que tenían ella y Nico.
Extrañaba a Simón. No tenía noticias de él y sentía tanta tristeza por cómo había terminado todo. Aún estaba dolida, muy dolida, pero lo extrañaba. Lloré mucho por él y la lluvia constante no ayudaba, solo hacia empeorar mi estado de ánimo. Día y noche la lluvia estaba presente, siempre, y muchas noches la observaba por mi balcón preguntándome si pararía algún día y si saldría el sol. Nunca lo hizo.
Digamos que en eso se resumieron mis vacaciones; en llanto, lluvia y mucho aburrimiento. Aunque me ayudó mucho que Marta esté conmigo, porque solo ella me entendía en casa.
¿Y qué sucedió aquel día cuando acusamos todos a nuestro querido presidente de ser mafioso? Pues...
••••• FLASHBACK •••••
Salí del cuarto de las chicas luego de despedirme y me quedé en el pasillo, pensando en qué decirles a mis papás. Se suponía que no tendría que salir, así que estaba segurísima de que estarían enfadados y eso sí es que no me habían visto en la televisión. Si ambos me habían visto... digamos que el castigo de antes quedaría corto.
—Ey, ¿todo bien?— escuché la voz de Thiago.
Lo miré, tratando de sonreír —Sí, sí, todo bien.
—¿Segura? Sabés que podés confiar en mí.
—Es solo que... me tengo que ir a casa y siento que está anocheciendo muy rápido.
Sonrió —Ah, pero no te preocupés. Yo voy con vos.
—No tienes que hacerlo, enserio.
—Pero yo quiero— aseguró —Dale, te voy avisando que no vas a convencerme, eh.
Me reí —Bueno, está bien, está bien.
Puse los ojos en blanco y ambos caminamos juntos hacia la puerta. Me crucé de brazos cuando salí del hogar y empecé a caminar con Thiago a mi lado.
—¿Y cómo van las cosas con Simón?— preguntó.
Formé una línea con los labios antes de responder. Thiago me miró y yo suspiré —Iban bien hasta que pasó lo de la pelea y... digamos que terminamos, él terminó lo nuestro.
—¿Qué? ¿Cómo que terminó con vos?
—Sí. Conocí a su papá, parece que no le caigo bien. Pensé que Simón haría algo más por nosotros, es... no sé, es complicado.
