Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél momento. ¿Qué misterios le depara la vida?
[Simón Arrechavaleta x OC!]
Basado en la segunda temporada de Casi Ángeles.
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El momento entre Mar y Tefi fue muy emotivo, y lo fue para todos, incluso para mí que no soy muy fan de Tefi. Sé que ella puede llegar a ser una amiga, lo único que tiene que hacer es cambiar un poco y eso que hizo con su hermana es un gran comienzo. Era bonito ver cómo las cosas se arreglaban de a pocos.
Terminé de limpiar las últimas mesas de afuera del bar, y no pude evitar soltar una risita cuando me di cuenta de que Simón seguía observándome. Quería preguntarle qué le sucedía, pero decidí dejar que él sea quién se acercara a mí.
Miré con satisfacción las cosas en orden, y giré. No pude avanzar más porque Simón me lo impidió. Lo miré con expectativa.
—¿Sí?
—Eh... ¿todavía tenés que hacer algo más?
—Nope, ya terminé aquí. ¿Por qué? ¿Deseas que te atienda?— le sonreí —¿Algo en especial?
Simón se acercó mucho más a mi —Algo especial y duradero, sí.
—Ah— me alejé con una sonrisa divertida —Pues... puedes pedir lo que quieras, pero tienes que pagar porque no hay pase libre para los amigos.
—¿Y para los novios?
Me reí —Eso depende.
Lo escuché suspirar —Dale, mi amor.
—¿Qué?— le di una mirada inocente.
—¿Por qué no me perdonás y nos olvidamos de las cosas que hice y dije? Dale, vos sos buena, sos cero rencorosa y me amás.
Arqueé una ceja —¿Enserio?
Simón retrocedió, dolido —¿No me amás?
—Simón, yo te amo, te lo he dicho ya antes— hablé, con seguridad —Pero te repito, necesito ver más de ti, más que unas sonrisas y palabras bonitas.
—Vos pedime lo que sea y yo lo hago.
—¿Dónde está el chiste en eso? Tu solito tienes que esforzarte— dejé unas palmaditas en su brazo, él se encogió de hombros —Confío en que me amas y no te rendirás. Sé creativo.
—Conozco una forma en la que puedo ser creativo.
—¿Enserio? ¿Cuál?
En vez de responderme, me pegó más a él y noté la mirada que dejó en mis labios. Miró mis ojos, miró mis labios nuevamente y repitió el proceso muchas veces hasta que comenzó a acercar su rostro al mío para besarme. Ay, no, tenía que resistir.
Sus labios no llegaron a tocar los míos ya que sonó un celular, esta vez el mío. Lo revisé con confusión, preguntándome qué querría Mar ahora.
