Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél momento. ¿Qué misterios le depara la vida?
[Simón Arrechavaleta x OC!]
Basado en la segunda temporada de Casi Ángeles.
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—¡Despertate, che!
Fruncí mi ceño, aún con los ojos cerrados, mientras escuchaba a alguien pedirme que me despierte. Dos segundos después, abrí los ojos, confundida.
—¡Por fin! ¿Por qué me la hacen difícil?
Parpadeé para adaptarme a la luz y dirigí mis ojos a la persona a mi lado, que me veía sonriente y vestía todo de blanco. Fruncí mi ceño al no reconocerlo, él se acercó más a mí.
—¿Quién eres?— me atreví a preguntarle —¿Dónde estoy?
Miré a mi alrededor con confusión y observé que se trataba de un cuarto de hospital. ¿Qué hacía aquí, y quién era aquella persona? Quizá un doctor.
—No, no soy un doctor.
Lo miré asombrada y solté una risita —Fue como si me leyeras la mente, que raro. ¿Qué hago aquí?
—Te desmayaste.
—Oh— me senté, frotándome la frente —¿Y... quién eres?
—Un amigo— respondió, sonriente —Un amigo que tenía que darte una pequeña visita.
—¿Amigo? No te conozco, creo que te confundiste.
Negó —No, no me confundí.
—No te conozco— repetí.
—Pero yo te conozco a vos.
Fruncí mi ceño —¿Cómo te llamas?
—Digamos que... un amigo.
Me reí —¿Te llamas un amigo? Eres muy extraño, y estoy segura de que sigo desmayada porque esto no es normal.
—¿Por qué no me acompañás a un lugar?
—¿A un lugar? No creo, mis papás deben de entrar en cualquier momento— me encogí de hombros, él negó —Pero fue un gusto conocerte.
—Tranquila, tenemos tiempo antes de que regresen tus viejos— respondió.
Puse los ojos en blanco —No creo que me dejen ir y el doctor puede venir.
—¿No mencionaste que seguías desmayada?
—¿Es cierto entonces? ¿Sigo desmayada?
Pensó un poco —Digamos que sí. Podemos salir un momento, ¿a dónde querés ir?
¿A dónde quería ir? Pensé un poco y sonreí. Quería ir a un parque donde hay carruseles y algodones de azúcar. Uh, una manzana acaramelada me vendría, ahora, muy bien.
—Tomá.
Sonreí —Gracias.
Me di cuenta de que tenía una manzana dulce en la mano y me sorprendí. Comencé a reír. Estaba en el sueño más divertido del mundo, podía pedir lo que quisiera.
