HOY: SNOW ON THE BEACH

1.3K 153 36
                                    

Estaba confirmado, Simón y yo nos quedamos en el camión, atrapados

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Estaba confirmado, Simón y yo nos quedamos en el camión, atrapados. ¿Por qué se me tuvo que ocurrir la tonta idea de sacar la carne por mi cuenta? Sabía que era mejor volver a casa o ir a otro lugar.

—Sí, ya sé que fue mi culpa, ya sé— hablé, sintiendo mucha culpa.

—Pará, no te culpo de nada, Valentina— me sonrió, frotándose ambas manos. Soltó una risa —Pero hay que salir de acá porque hace un frío.

—¿De qué te ríes?— me quejé —Estamos a punto de morir congelados, ¿entiendes eso?

Me sonrió, divertido ante mi nerviosismo —Pero no seas exagerada, Valentina— se encogió de hombros —Es un poquito de frío, nada más.

—Sí, ya sé— murmuré.

El camión hizo un movimiento fuerte, haciéndome perder el equilibrio y chocar con las carnes que ahí estaban colgadas. Hice un sonido de asco y escuché una risa proveniente por parte de Simón.

—Ya nos van a sacar, quedate tranquila.

—Sí, ojalá que nos saquen— solté un suspiro, tenía mucho frío —Se me están enfriando las piernas.

—¿Querés que te las caliente?— lo miré enseguida, soltó una risa —Era broma.

El camión volvió a hacer otro movimiento haciendo que vuelva a perder el equilibrio casi cayendo sobre él. Entonces, sentí al camión detenerse.

—Paró— susurré.

—¿Ves? te dije— sonrió —Debemos haber llegado al frigorífico.

Asentí —Sí, es lo más probable.

Esperamos atentos a que abran la puerta para salir, pero no pasaba nada. Lo miré, preocupada.

—¿Y...?

—Bueno, banquemos un toque— sugirió.

—Sí, sí, claro— respondí, nerviosa.

Sin embargo, la puerta nunca se abrió. Intercambié miradas con él y corrimos hacia la puerta, pidiendo que nos abran a gritos.

—¡Abran la puerta!— grité, lo más fuerte que pude.

—¡Abran!

—¡Estamos encerrados!

Simón dió un último golpe —¡Dale, que hace frío!

—Sí, ya sabemos que hace frío.

Seguimos golpeando la puerta, pero parecía ser que no nos escuchaban porque nadie nos abría. Suspiré más de una vez en el transcurso de dos minutos, no podía dejar de temblar y no sabía si era por el frío o los nervios de estar encerrada con Simón.

Midnights ✨ || Casi ÁngelesOnde histórias criam vida. Descubra agora