Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél momento. ¿Qué misterios le depara la vida?
[Simón Arrechavaleta x OC!]
Basado en la segunda temporada de Casi Ángeles.
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Un nuevo día de clases, aunque este se sentía mejor que los anteriores por el simple hecho de que ahora mis papás se encontraban en casa. Su llegada fue lo mejor de mi día, pero la partida de mis abuelos solo me entristeció. Ya los extrañaba.
••••• FLASHBACK •••••
Llegué a casa sonriendo después del día hermoso y maravilloso que pasé con Simón. Charlamos tanto, sentía que cada día lo conocía mejor y eso me daba mucho gusto. Me reía con sus ocurrencias y sonría siempre que estaba con él, era algo bonito que solo me pasaba cuando estábamos juntos.
—¿Y esa sonrisa? Espero que no sea por un chico.
Abrí los ojos cuando escuché aquella voz. Al elevar mi mirada, me rostro pasó de confusión a sorpresa cuando vi a mamá y papá parados, mirándome con una sonrisa divertida. Entonces, pegué un grito.
—¡Llegaron!
Me lancé sobre papá, quien me recibió riendo y me dió un beso en la cabeza. Mamá acaricio mi mejilla con delicadeza y mis ojos se humedecieron.
—¡Pensé que llegaban más tarde! Oh, por Dios.
Mamá soltó una risita —¿Sorpresa?
—Definitivamente— confirmé —¡Me encanta cómo se te ve ese bronceado, mamá! ¡Los extrañé!
—Nosotros también, princesita— comentó papá, le sonreí —¿Cómo te portaste, eh?
—Muy bien— respondió una de mis abuelas —Pero mejor vamos a sentarnos para que nos cuenten del hermoso viaje que hicieron.
—Enseguida les preparo algo de tomar— Marta les sonrió —Me da mucho gusto que regresaran bien y espero se hayan divertido, señores.
—Gracias, Marta— sonrió mamá —Ay, traje regalos también para ti. Después te los entrego.
—No era necesario, señora.
—Nada, eres parte de esta familia tanto como lo es Julio. Hay regalos para todos.
Papá me abrazó por los hombros y caminamos con una sonrisa hacia el patio mientras me comentaba de su viaje. Mamá venía hablando con mis abuelos.
Dos dias después, mis abuelos tenían que regresar con mucha pena a Perú. Mamá, papá y yo fuimos a despedirlos al aeropuerto y estuve con ellos porque no me hacía la idea de que no los vería hasta que la llegada de las vacaciones me lo permitan.
