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Johannah le sugirió a Louis que fuera al cementerio a ver a su padre y él lo hizo, al día siguiente del que había viajado a Doncaster fue a visitar la tumba de su padre.
No había llorado desde la noche anterior, pero al llegar a la tumba sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas.
-Papá… -se arrodilló frente a la tumba- papá… yo tuve un sueño –sonrió levemente- Harry y yo veníamos a pasear a Doncaster, entonces de pronto nos encontrábamos contigo que paseabas también; íbamos a tomar algo y te mostrábamos lo mejor de nosotros dos, te mostrábamos que éramos felices estando juntos –su voz se quebró- y así estuvimos mucho tiempo, sólo nosotros tres. Será por eso que desde un principio él me gustó tanto? Porque los dos venimos de ti… tú crees eso papá? –hizo una pausa- ya no… ya no debería soñar más con él, no es así papá?
Se quedó en silencio y dejó que las lágrimas siguieran cayendo por su rostro, ya no quería llorar más. Después de una hora, salió del cementerio y tomó subió al autobús para que lo llevara a la estación de buses y volver a Londres.
Al subir vio con nostalgia los asientos del fondo, pero decidió dejar de sentarse siempre en el mismo lugar; se sentó junto a la puerta.
En la estación de buses, compró un pasaje para el siguiente autobús que salía a Londres, subió a éste y allí esperó que partiera. Bajó la mirada hacia sus manos y se dio cuenta que aun llevaba puesto el anillo que Harry le había dado.
-Harry… adiós –dijo en vos baja y se lo quitó.
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-Eleanor hay alguien que quiere verte –le dijo Ella entrando en su oficina.
-Quién? Dile que pase.
-De acuerdo –Ella salió y Louis entró a la oficina de Eleanor.
-Louis, aquí tan temprano? –sonrió- deseaba mucho volver a verte Louis, te gusta encerrarte en casa? –se acercó a él.
-Sí, tú ya sabes... –la abrazó- anteayer regresé de Doncaster; te quito el tiempo?
-Claro que no, sentémonos –ambos lo hicieron- no sabes cuánto de he echado de menos.
-Gracias Ele, yo también a ti –sonrió- bueno, vine aquí para contarte que… -respiró profundamente- renuncié a Polaris.
-Qué? Renunciaste a tu trabajo? –preguntó sorprendida.
-Es sólo que… no me puedo concentrar, además siento que Liam se preocupa demasiado al verme así.
-Qué piensas hacer ahora?
-Todavía no quiero pensar en eso Eleanor –suspiró.
-Claro, con el tiempo lo sabrás; quizás descansar un poco no te vendría mal, no lo crees?
-Sí… -se quedó callado por un momento- Eleanor…
-Dime –Louis se puso nervioso.
-Ele, tú podrías hacer que me encuentre con Harry? No he podido comunicarme con él, tú podrías llamarlo por mí?
-No Louis, no lo haré –le dijo seriamente- no haré que te encuentres con Harry; puedo hacerte cualquier favor, pero eso no. Sufrirás mucho si ves a Harry nuevamente; yo puedo ayudarte a que lo olvides, Louis… él ya no es parte de tu vida.
-Te lo ruego Eleanor –volvió a pedir- no debes preocuparte, sólo hay algo que tengo que decirle, eso es todo; si me hicieras el favor, podrías decirle que necesito verlo por última vez.
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-Esto no me gusta nada, el chalet no está quedando como lo planificamos –se quejó Niall- todo el esfuerzo hecho al final no valdrá la pena.
-El encargado no está cumpliendo –dijo Harry revisando los planos.
-Oye, por qué no me dejas a cargo del chalet?
-A decir verdad, estaría más tranquilo si así fuera, pero crees poder? Quedarás como Director y estando a cargo del proyecto, será el doble de trabajo.
-Claro que sí –afirmó seguro.
-Bien, confío en ti. Entonces llévate todo esto –le entregó los planos y algunos documentos.
-De acuerdo –se puso de pie y recibió lo que Harry le estaba entregando- debo analizarlo todo con Louis –Niall se quedó callado al darse cuenta que lo había mencionado- lo lamento.
-Descuida –suspiró.
-Luego hablaré con él –Niall salió de la oficina, pero en ese mismo momento volvió a entrar- debo decírtelo… qué necesidad tienes de sufrir tanto si en verdad lo quieres? Harry, quisiera que te veas, luces muy tiste.
El celular de Harry comenzó a sonar, Niall se despidió con la mano y cerró la puerta detrás de él.
-Hola –contestó.
-Harry, soy yo –él reconoció la voz de inmediato.
-Hola Eleanor.
-Louis vino a verme hace un rato –le dijo directamente.
-Entonces ya volvió… Louis está bien?
-No, Harry, no lo está; él me pidió que te llamara.
-Eso te pidió él?
-sí Harry, él quiere verte una última vez.
-De acuerdo entonces.
-Louis me dijo que estará en Polaris por si aceptabas verlo; puedes ir allí directamente o puedes llamarlo si quieres.
-Gracias Eleanor, hasta luego.
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-Eso es todo por hoy, recuerden que el examen es la próxima semana así que estudien por favor –recomendó el señor Calder a sus alumnos- pueden retirarse.
Mientras los alumnos salían del aula, él iba guardando sus cosas a su maletín de trabajo. Su celular comenzó a sonar, lo vio y era un número desconocido.
-Hola?
-Es usted Philip Calder?
-Sí, soy yo.
-Le hablo de parte del laboratorio para informarle que los resultados del análisis de ADN que solicitó ya están listos.
-Entonces… ya tiene el resultado? –preguntó nervioso.
-Así es, puede pasar por el resultado cuando guste.
-Gracias –colgó.
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Después de ir a ver a Eleanor, Louis fue a Polaris para recoger sus pertenencias y poner en orden su trabajo, pues la tarde que regresó de Doncaster, había presentado su carta de renuncia.
Louis iba guardando en una caja sus cosas a medida que las iba sacando de su escritorio y de su librero.
Bajó de la parte superior del librero una maqueta que había elaborado años antes, sonrió al verla y recordó la vez que la había diseñado.
-Louis, pero qué estás haciendo? –preguntó Liam sacándolo de sus pensamientos- Qué haces? –se acercó a él molesto.
-Liam, estoy empacando todas mis cosas, ya sabes que me iré de aquí.
-Louis, ya te dije que no aceptaré tu renuncia.
-Liam, ahora estoy en un mal momento; después pensaré qué voy a hacer, aunque tal vez tenga que empezar de nuevo –Liam o dijo nada- recuerdas esto? –preguntó mostrándole la maqueta- lo diseñé cuando una pareja me pidió que le diseñara una hermosa casa, sólo que… como iba a costar mucho dinero, se les hizo imposible construirla.
-Claro, lo recuerdo, la casa imposible… y qué?
-Mira Liam, yo nunca más intentaré hacer algo que sea imposible –le dijo cabizbajo.
-Louis… las puertas de Polaris siempre estarán abiertas para ti, por si quieres volver.
Louis continuó guardando sus cosas y cuando terminó, Liam se ofreció para llevarle las cajas a su departamento.
Entonces Louis se despidió de todos, entre abrazos de despedida y lágrimas, todos iban a extrañarlo. Finalmente Louis salió de Polaris, llevándose la maqueta.
Al salir no había notado que a corta distancia estaba estacionado el auto de Harry, que había ido a buscarlo desde que colgó la llamada con Eleanor. Al ver a Louis, Harry se puso muy nervioso, así que no se acercó inmediatamente.
Bajó del auto y lo comenzó a seguirlo, tomando cierta distancia. Louis llegó hasta una plaza y se sentó en una banca, triste, pensando que Harry no había aceptado verlo. Sintió que lo estaban observando, volteó a un lado y vio a Harry cerca de él.
Louis se puso de pie y se acercó a Harry. Ambos se sentían felices por estar juntos en ese momento, pero esa felicidad era opacada por toda la tristeza que tenían en su corazón.
En aquella plaza había un par de mesas con sillas de piedra, se acercaron a una de estas y se sentaron frente a frente.
-Cómo has estado? –preguntó Louis.
Harry no respondió, bajó la mirada hacia la maqueta que había llevado Louis y comenzó a observar todos los detalles.
-No sé por qué me siento así –continuó hablando Louis.
-Perdóname Louis –le dijo sin mirarlo- yo nunca hubiera querido que lo supieras, pero no pude protegerte de eso.
-Si nunca e hubiera enterado de todo, tú crees que hubiera sido mejor haber terminado y que luego te odiara por dejarme sin ningún motivo?
-Y tú… estás bien? –miró a Louis.
-Y tú? –volvió a preguntar ya que Harry no había respondido- Harry yo... yo te adoro –sus ojos se cristalizaron- y por siempre lo haré, no podré evitar hacerlo. Quiero que me digas… eso es malo? No debo hacerlo?
-No Louis –negó también con los ojos llenos de lágrimas- no es malo.
-Gracias, eso pensé yo –sonrió- pensaré que no es algo malo y jamás me voy a avergonzar de nuestro amor, no importa lo que la gente diga; nunca me avergonzaré… sabes? Estaba muy nervioso y sentía que se me salía el corazón, todo este sufrimiento, el de antes y el de ahora, ha sido poco en comparación con la felicidad que he sentido al estar contigo –respiró profundamente- yo… yo… te he amado mucho Harry, no olvidarás eso? –Harry bajó la mirada- yo no, siempre voy a recordar lo nuestro –sonrió levemente- nunca olvidaré ni un detalle de todo lo que vivimos juntos, esos serán mis recuerdos de ti… Y tú Harry, te acordarás de mí? –Harry no respondió- sólo te pido eso, yo nunca olvidaré lo nuestro hasta el día en que yo muera.
-Claro –limpió las lágrimas de su rostro con las manos y miró a Louis a los ojos- te recordaré por siempre, pase lo que pase… yo te recordaré. Te lo prometo Louis.
-Muchas gracias, en verdad muchas gracias.
-Y yo, también te lo agradezco.
Ambos sintieron que la plática había terminado, se pusieron de pie y caminaron juntos sin decirse nada; Harry llevaba en manos la maqueta de Louis y la seguía observando.
-Tú lo hiciste? –Louis asintió.
-Sí, pero nunca fue construida.
-Puedo quedarme con esto? –preguntó.
-Sí, consérvalo –ambos se detuvieron al llegar a la salida de la plaza- quiero pedirte algo –se pusieron frente a frente- quiero pedirte que no miremos hacia atrás, no quisiera que mi último recuerdo sobre ti fuera tu espalda.
-Claro, no lo haré.
-Entonces así será, ninguno va a mirar hacia atrás –se miraron a los ojos por última vez- adiós Harry.
-Adiós.
Ambos giraron al mismo tiempo y cada quien se fue por una dirección distinta; después de haber caminado unos pasos ambos se detuvieron, pero ninguno volteó y continuaron caminando, yéndose por su propio camino.