Louis no sabía qué decir, se quedó viéndolo y Edmond se acercó a él.
-Amigo de Camille? Que tal, nos conocimos en Doncaster –sonrió- vaya casualidad! Me recuerdas? Soy Edmond O’Brien –lo saludó cordialmente dándole la mano.
-Te recuerdo –respondió y quitó su mano rápidamente.
-Siéntate por favor, mientras yo preparo todo.
La secretaria les llevó café, Louis estaba sentado en una mesa para reuniones que había en la oficina. Sus manos temblaban, tenía la mirada fija en la taza de café que estaba frente a él; le era difícil ver a Edmond.
-Louis –escuchó y volteó rápidamente, tenía la voz muy parecida a la de Harry, pero era más grave- Louis –repitió- es un nombre bonito y suena muy bien al pronunciarlo, estoy seguro de que a tu prometida le encanta –sonrió.
Terminó de juntar todos los papeles del proyecto del centro de esquí y se acercó a Louis, dejó todo en la mesa, se sentó junto a él.
-Bien, te parece si comenzamos? –sugirió tomando en manos una de las carpetas- supe que mi forma de trabajar te dio problemas, lo siento; habría sido más accesible de saber que eras tú –sonrió mirándolo, pero Louis volvió a bajar la mirada- bien, creo que el concepto general está bastante bien. Revisemos todo para poder tomar una decisión, de acuerdo?
Siguió revisando los papeles de la mesa para leerlos; Louis levantó un poco la cabeza y comenzó a mirarlo fijamente. Se había cortado el cabello, podía observar mejor cada detalle de su rostro; además observaba cada movimiento, cada expresión facial. Cómo era posible que sea tan parecido a Harry? Su corazón latía con fuerza, sentía que en algún momento se le saldría del pecho.
-Qué le parece? Todo está en su sitio… -se había dado cuenta de que tenía la mirada de Louis encima- dos ojos, una nariz y una boca como todos -rió- siempre miras así a las personas?
Louis se sintió mal por ese incómodo momento, bajó la mirada nuevamente; quiso tomar un poco de café pero como temblaba derramó un poco sobre la mesa. Edmond lo miraba, le parecía que Louis actuaba de manera muy rara.
-Estás bien? –preguntó al ver que Louis temblaba- dije algo raro? Qué ocurre? –Borró la sonrisa de su rostro al notar que Louis tenía lágrimas en los ojos- qué… dije algo que…
-Discúlpeme –le dijo Louis, tomó su maletín de trabajo y salió corriendo de allí.
-Louis espera! –gritó, pero él no hizo caso. Edmond quedó apenado, pensando que quizá algo que había dicho habría podido ofender a Louis.
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Liam estaba en la oficina esperando noticias sobre cómo le habría ido a Louis con el proyecto. El teléfono comenzó a sonar.
-Polaris, dígame?
-Hola, soy Edmond O’Brien de Marcian.
-Qué tal? Habla Liam Payne.
-Llamaba para preguntar por Louis Tomlinson –estaba un tanto preocupado por la forma en la que había salido de su oficina.
-No se encuentra aquí, creí que seguía en la reunión en Marcian.
-Así que no ha llegado, ya pasó mucho tiempo desde que salió de mi oficina.
-Pues, no volvió aquí.
-Sabe que, dígale que me llame en cuanto llegue si? Gracias –colgó.
-Jefe, ya llegó la comida –anunció Niall entando a la oficina.
-Gracias amigo.
-Claro, amigo para hacerte favores y empleado para lo demás –se burló.
-Louis Tomlinson… -pensó en voz alta.
-Ah si, cómo te fue en la reunión?
-Fija otra cita para que vuelva, si?
-Por qué? No firmaste hoy? –se sorprendió, pues ese día más temprano, Edmond le había comentado que ya había tomado la decisión de trabajar con Polaris, era la mejor propuesta para el proyecto.
-No pude, al parecer tengo una cara triste –le comentó.
-Que? –no entendía de que estaba hablando.
-Dime, qué pensarías si después de mirarte fijamente, una persona comienza a llorar?
Niall no sabía que responder, así que cambiaron de tema. Pero lo que había pasado aún estaba en la mente de Edmond, había sido muy extraño.
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Louis no volvió a su oficina, tampoco fue a su departamento. Necesitaba un poco de aire fresco, así que fue a caminar para aclarar un poco sus ideas; necesitaba respuestas y sabía a dónde ir.
-Disculpe, aún no inauguramos la tienda, podría regresar mañana? –le pidió una chica joven que al parecer era empleada de Camille.
-Busco a Camille, soy un amigo, necesito hablar con ella.
-Louis –lo saludó saliendo del fondo de la tienda- ven, quieres tomar algo? –ofreció y subieron las gradas hacia la oficina de Camille- Cómo está Eleanor?
-Bien… -ambos se sentaron en el sofá que había allí.
-No me digas que ya fijaron la fecha –fingió estar emocionada- tienen que avisarme con tiempo para hacer el vestido y tu traje Louis, recuérdalo.
-Claro… Escucha Camille, vine aquí…
-Ya lo sé –lo interrumpió- viniste por mi novio, no es así? Me imaginé que vendrías, es algo casi natural no crees? –Hablaba mostrándose empática con Louis- Sabes, me arrepentí mucho de habérselos presentado, en especial a ti –fingió lamentarse- imagino que te trajo recuerdos tristes. Lo cierto es que son muy parecidos.
-Y tú… a Edmond, cómo lo conociste? En qué lugar? Es cierto que creció en Estados Unidos? Estás segura de que no es Harry? –Camille estaba por responder, pero Louis no la dejaba hablar con sus preguntas- Camille, dilo! Dímelo por favor –rogó- quiero saberlo, necesito saberlo.
-Por qué? Con qué derecho? –su actitud cambió de pronto- Porque amabas a Harry, por eso tú crees que debo darte una explicación y decirte quién es él? –Louis no respondió- Lo siento, no quise ser grosera –volvió a fingir amabilidad- discúlpame por favor. Edmond… no tiene nada que ver con Harry, tú sabes que él está muerto –tenía poco tacto con sus comentarios, eran hirientes- mi novio no sabe quien es Harry y, no me gustaría que pensara que me gusta sólo porque se le parece, entiendes?
-Claro… -nuevamente unas cuantas lágrimas descendían por el rostro de Louis.
-Louis? Estás bien?
-Si –se limpió la cara y fingió una sonrisa- estoy bien. Tienes razón en lo que dijiste, Harry está muerto, yo sé que está muerto –cada que lo decía en voz alta, sentía que su corazón se rompía un poco más- me voy, discúlpame.
Louis salió de allí y se fue caminando a casa. Al llegar vio a Eleanor en su auto, la saludó y decidieron ir a cenar.
-Lou, te pasó algo? –Preguntó cuando estaban en el restaurante- No te ves bien.
-No es nada –sonrió.
-Es el trabajo? Tu presentación de hoy no salió bien? –Louis negó con la cabeza- Ya veo, dime, al director no le gustó la nueva propuesta? –él no dijo nada- que tipo tan pesado, él es muy extraño?
-Si, es extraño, muy extraño –respondió pensativo.
-No importa, finalmente sólo es trabajo –intentó animarlo- aquí estoy yo, yo soy tu eterna admiradora –le dijo tomando su mano sobre la mesa.
Louis sonrió agradecido y decidió decirle la verdad sobre Edmond a Eleanor.
-Ele, hoy… ese director…
-Ya olvídate de ese tipo si? Deja de angustiarte, ya tienes bastante de qué preocuparte –no lo dejó hablar, pero él tampoco insistió.
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A la mañana siguiente Edmond llegó a trabajar temprano, fue a buscar un libro que necesitaba. Junto al librero estaba el cuadro del rompecabezas que había terminado recientemente, se acercó el y notó que ya estaba en su lugar la pieza que faltaba.
-Que raro –se dijo a si mismo tomando la pieza en su mano.
-Hola jefe, llegaste temprano –saludó Niall entrando a la oficina- la gente de Polaris viene hoy a firmar el contrato.
-Oye Horan, tú pusiste esto?
-Poner qué?
-Que raro, quién lo haría? –se preguntó.
-Ah es eso –le dijo viendo la pieza del rompecabezas en la mano de Edmond- no me digas, tienes tantas mujeres que recordar? –lo molestó.
-Qué? –preguntó divertido poniendo la pieza en su lugar.
-Creo que ya sé por qué te gusta hacer esos rompecabezas, cada pieza te recuerda a una mujer, no es cierto? –se burló y ambos rieron.
-Oye, de qué estas hablando?
-Louis, el chico de Polaris, me dijo que tal vez tienes tantos recuerdos, que te gustaría traerlos uno por cada pieza. Y creo que tiene razón, verdad?
Edmond sonrió y pensó que tal vez Louis tenía razón; tal vez cada pieza representaba cada uno de sus recuerdos.
-Señor, llegó la gente de Polaris –anunció la secretaria.
Al fin Edmond tendría la oportunidad de hablar con Louis sobre lo que sucedió antes, y si era necesario se disculparía con él.
Pero no fue así, no fue Louis quien entró por la puerta.
-Buenos días.
-Vaya, vino personalmente –saludó Niall- Edmond, él es Liam Payne, el gerente de Polaris.
-Un placer –saludó- comenzamos?
Los tres se sentaron y comenzaron a revisar los últimos detalles del proyecto. Cuando terminaron, le dijeron a Liam que habían elegido trabajar con Polaris y que debían preparar una presentación para los accionistas de la empresa. Así que Niall preparó un precontrato.
-Dígame, cuando quiere comenzar? –preguntó Liam cuando terminaron de firmar el precontrato.
-Pues, cómo está su calendario?
-Tenemos un par de proyectos en curso, los cuales seguro no tardarán.
-Y el encargado del proyecto no viene?
-Ah, Louis? Tenía otras cosas que hacer, además, pensamos que como yo soy el gerente a cargo, era más conveniente que venga yo.
-Y entonces, él será el encargado de hacer la presentación a los accionistas?
-No, eso lo haré yo –respondió- Louis está a cargo de un nuevo proyecto; y aunque él hizo el diseño, de ahora en adelante seré yo quien se ocupe de todo su proyecto porque…
-Hay una condición que tengo que hacer, si no se cumple, no firmaré el contrato oficial.
Liam regresó a Polaris con la buena noticia de que habían conseguido trabajar con Marcian y para “celebrar” invitó a Louis a almorzar.
-Pide lo que quieras Louis, yo invito; además con el estómago lleno se piensa mejor.
-Por qué lo dices? –preguntó riendo.
-Es que… -no sabía cómo darle la noticia a Louis- el proyecto de Marcian es el centro de esquí.
-Si, pero ya está listo y ya firmaste el contrato.
-Claro, eso ya lo tenemos, pero… me pusieron una condición.
-Qué condición? –tenía un mal presentimiento.
-Tú hiciste todo el trabajo difícil y yo solo firme el contrato, eso no es justo para ti amigo.
-Eso no importa, tú estas a cargo y tú debías ir a firmarlo –le dijo, pero luego se dio cuenta de cual podría ser la condición- así que la condición es que…
-El director O’Brien dijo que no firmará el contrato oficial si tú no te haces cargo –Louis negó con la cabeza, no quería hacerlo- vamos Louis, ya quita esa cara, es tu proyecto y debes representar a Polaris en esto. Así que la presentación de mañana, tendrás que hacerla tú.
-Liam no, nada de eso, yo no puedo hacer ese trabajo. No lo haré ahora, no puedo.
-No exageres, pondré a Liz a cargo del proyecto en el que tú estás ahora. Además sabes que yo me pongo nervioso en las presentaciones; tú hablas mejor en público.
Louis resopló molesto, ya no podría librarse de aquello. Volvieron a Polaris y comenzó a trabajar en la presentación que tendría que hacer para los accionistas de Marcian. Como él había hecho todo el proyecto, le sería sencillo exponerlo, no tenía ningún problema con eso.
Con quien si tenía problemas, era con Edmond, el director. De ahora en adelante tendría que soportar verlo casi a diario.
La tarde siguiente Louis fue a Marcian para la presentación del proyecto. Los accionistas estuvieron de acuerdo con todos los detalles. Les había gustado totalmente todo el proyecto que hizo Louis para en centro de esquí. Una vez terminada la presentación, Edmond y Louis se reunieron en privado.
-Si usted está de acuerdo con el plan general, podemos afinar algunos detalles después.
-Dime Louis, siempre has trabajado así? –le dijo mientras se sentaba frente a su escritorio- siéntate -le dijo señalando la silla frente a él.
-Cómo? –preguntó y se sentó.
-Es que –rió- no digo que esté mal; pero parece que estás repitiendo todo de memoria. Es tu forma de hablar?
-Si tiene alguna duda más, dígamelo –lo ignoró.
-Yo, te hago sentir incómodo? –Louis no respondió- Para mí es importante sentirse cómodo; cómo puedes trabajar con alguien que no lo está?
-Para mí es importante sentirme cómodo con el trabajo no con el cliente.
-Así que separas el trabajo del cliente.
-No siempre es posible trabajar con la gente con la que te sientes bien -respondió cortante.
-Entonces, te agrada éste trabajo pero te desagrado yo, no es cierto? –preguntó.
-Siento que lo haya interpretado de esa forma.
-Pará trabajar, a mí también tiene que agradarme la persona –dijo.
-No le reprocharía nada, si decide cancelar el contrato.
Louis de verdad esperaba que Edmond se retractara, para así no continuar con el peso de tener que pasar tiempo con él; cada que lo veía, los recuerdos de Harry volvían más a su mente.
-Pues lo siento, sabes por qué? Me agradas y quiero trabajar contigo –sonrió- tienes hambre? Quieres cenar?
-Gracias, pero no quiero cenar.
-A ver Louis, tú tienes idea de por qué la gente se reúne para cenar? –él no respondió- pues porque eso les permite conocerse un poco más. La verdad soy un hombre muy egoísta –le comentó riendo– Y pienso sacarte el mayor provecho en el proyecto, pero para que eso suceda, tenemos que llevarnos muy bien. Así que, cenamos juntos o no?
-Lo siento no. Hasta luego señor O'Brien –se despidió y salió de allí.
-Espera…
Edmond quedó con la palabra en la boca. No entendía por qué Louis actuaba de esa manera, era muy raro y eso le había llamado un poco la atención.
Louis salió caminando lentamente del edificio de Marcian, estaba pensativo.
Edmond era todo lo contrario de Harry, sus personalidades estaban en dos extremos opuestos; Edmond era un hombre risueño y extrovertido, decía lo que tenía en mente y demostraba sus emociones, se notaban en sus expresiones faciales. Harry por el contrario, era un chico apático e introvertido; antes de abrirse con Louis, casi nunca sonreía y le costaba demostrar sus emociones.
Louis comenzaba a ver la realidad, Edmond y Harry solamente tenía el físico parecido, pues eran dos personas totalmente diferentes.
-Louis! –lo llamaron y vio a Eleanor.
-Qué haces aquí Ele?
-En tu oficina me dijeron que ibas a venir a hacer la presentación, así que vine a darte ánimos.
-Muchas gracias –fingió una sonrisa.
-Y, todo salió bien? Supe que ya firmaron.
-Si, todo salió muy bien.
-Señor Tomlinson, ya se va? –preguntó Niall interrumpiendo su charla y se acercó a ellos.
-Si señor Horan.
-Lo felicito por su trabajo, aunque ahora se viene lo difícil, confiamos en usted –le dijo dándole la mano.
-Se lo agradezco mucho.
-Cuídense, adiós –se despidió y entró a su auto.
-Así que ese es el nuevo director? –Louis se quedó callado, no sabía como decirle que el verdadero director era el novio de Camille- parece que tiene mal carácter.
-Ya vámonos de aquí, te invito a cenar –ofreció Louis, la abrazó por los hombros y le dio un beso en la frente.
Edmond estaba viéndolos, eran una pareja adorable. Pero no parecían novios, si no lo sabría ya, él hubiera pensado que ellos eran solamente amigos.