Sonata De Invierno [Larry Sty...

By Love4Styles97

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ADAPTACIÓN SONATA DE INVIERNO Harry Styles se cambia a una nueva preparatoria en busca de su padre biológico... More

Sinopsis
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
NOTA
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
ADELANTO...
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
ANUNCIO
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
MALAS NOTICIAS
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
IMPORTANTE
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
CAPÍTULO 40
CAPÍTULO 41
CAPÍTULO 42
CAPÍTULO 43
CAPÍTULO 44
CAPÍTULO 45
CAPÍTULO 46
CAPÍTULO 47
CAPÍTULO 48
CAPÍTULO 49
CAPÍTULO 50
CAPÍTULO 51
CAPÍTULO 52
CAPÍTULO 53
...
CAPÍTULO 54
CAPÍTULO 55
CAPÍTULO 56
CAPÍTULO 57
CAPÍTULO 58
CAPÍTULO 59
CAPÍTULO 60
ANUNCIO
CAPÍTULO FINAL - PARTE I
CAPÍTULO FINAL - PARTE II
CAPÍTULO FINAL - PARTE III
EPÍLOGO
DESPEDIDA
Gracias ❤️

CAPÍTULO 6

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By Love4Styles97

Era mitad de semana, pasaron un par de días desde aquel viaje a la cabaña del bosque en donde Louis y Harry se habían reconciliado, las cosas entre ellos volvieron a ser como antes de la pelea que tuvieron, incluso mejores. Harry se abría más con Louis, pues quería demostrarle que sus sentimientos hacia él eran reales.

Por el contrario, la amistad de Louis con Eleanor no iba nada bien; ya no hablaban mucho, Eleanor se había alejado un poco de su grupo de amigos del club de radio, pues los demás (a excepción de Camille que también estaba celosa) estaban felices por los chicos, incluso Harry interactuaba un poco más con ellos.

Al final del día, fueron a cumplir su castigo, ambos recogieron las hojas secas y luego se sentaron juntos a quemarlas.

-Parece que nunca se acaban.

-Si verdad? –respondió el rizado metiendo otro montón de hojas secas en el incinerador.

-Harry, por qué no habrá nevado? Ya estamos en tiempo.

-Ya nevará.

-El año pasado, cuando cayó la primera nevada, Eleanor me invitó a comer a su casa. No pude comer porque su madre no cocinaba muy bien en ese entonces; ella se comió lo mío para no que yo no quede mal con su madre, fue divertido –le contó.

Harry lo miró y notó que le pasaba algo raro, en realidad desde que regresaron del viaje, había momentos en los que Louis estaba algo triste. En si, estaba nostálgico de que su amiga de la infancia se haya alejado de él. Pero luego se le pasaba y volvía a estar feliz, por el hecho de tener a Harry a su lado.

-Louis, quieres que haga nevar? –preguntó- espera!

Se puso de pie y se subió a una mesa vieja que había allí. Tomó en sus manos una parte de aquel montón de hojas secas y las aventó en el aire, simulando que era nieve.

-Qué tal? Parece nieve no? –Louis se puso de pie y sonrió por como el rizado intentaba animarlo.

Levantó las manos y agarró unas cuantas hojas.

-Oye, qué harás si nieva?

-Qué?

-Qué vas a hacer si nieva? – repitió, mientas seguía aventando las hojas sobre Louis.

-Tú qué vas a hacer? –le respondió con otra pregunta.

-Pues yo… -fingió estar pensativo- me reuniré con alguien en el lago –le sonrió.

Indirectamente Harry le había hecho una invitación a Louis, él lo entendió y le devolvió la sonrisa. Aquel día se fueron sin terminar su castigo pues se la pasaron jugando haciendo caer “nieve”.

Al día siguiente, tenían el día libre, por acercarse el fin de año.

-Tardará un poco porque es fin de año -dijo la recepcionista recibiendo un pequeño paquete- no podremos entregarlo de inmediato -redactó un recibo y se lo entregó a Harry.

-No importa, gracias –respondió el rizado y salió de la oficina de correo.

Para su sorpresa, estaba nevando. Era la primera nevada que caía. Miró al cielo y sonrió muy feliz, pensó que aquel día no iba a ver a Louis, pero para su suerte hoy tenía una cita con él. Fue a la parada de autobús y se subió a este para ir lo antes posible al lago, aquel donde fue con Louis cuando se escaparon del colegio.

Mientras tanto Louis estaba en casa, haciendo los deberes que les habían dejado. Cuando de pronto su hermanita entró corriendo a su habitación.

-Louis! Está nevando! –le dijo saltando de la emoción.

-En serio? –Corrió a ver por la ventana, levantó la persiana y en verdad estaba nevando. Louis amaba la nieve.

Se dio cuenta que había quedado de encontrarse con Harry el día de la primera nevada. Así que se dio prisa en alistarse, se despidió se su madre y fue a tomar el autobús.

Cuando llegó al pequeño bosque, no encontró a Harry, pero no le preocupaba. Sabía que él llegaría; empezó a caminar por aquel sendero por donde caminaron con Harry antes; de pronto le llegó una bola de nieve al hombro. Miró hacia lugar de donde vino ésta y allí estaba Harry, esperándolo. Ambos se sonrieron.

-A qué viniste aquí? –le preguntó Louis, mientas Harry se acercaba para caminar junto a él.

-Tengo una cita.

-Ah si?

-Y tú?

-Yo también tengo una cita.

-Ah si? –le dio la misma respuesta- Y todavía no llega?

-Ya llegará –respondió y ambos rieron. Louis empezó a caminar muy extraño, daba pasos largos y luego cortos.

-Qué haces? –le preguntó Harry divertido.

-Piso mi sombra –respondió con total naturalidad- oye, sabes qué hacer para no sentirse solo en el país de las sombras? –hizo referencia a la historia que Harry le había contado.

-Pues… -pensó- no, no lo sé.

-Alguien tiene que acordarse de su sombra. Como yo.

-Si, muchas gracias –rió.

-Sólo eso?

-Bueno, entonces… -ambos se detuvieron- te parece bien que el día de hoy yo sea tu cita?

-Si, es buena idea –aceptó sonriendo y siguió caminando.

Llegó hasta aquel gran tronco y se subió a este, Harry se paró junto a él. Y ambos se tomaron de la mano, para que Louis se sostenga de él mientras caminada sobre el tronco.

Así pasaron toda la mañana, charlando mientras caminaban tomados de la mano, haciendo ángeles de nieve, jugando voleibol con una pelota imaginaria. Hicieron un gran muñeco de nieve y luego se sentaron en una de las mesas del parque para descansar un poco y mientras tanto, cada uno hacía un muñeco de nieve más pequeño.

-Y esa boca? –preguntó Harry al ver que el muñeco de nieve de Louis parecía tener la boca entreabierta.

-Es que, tiene algo que hablar contigo.

-Dímelo –le dijo, sentía curiosidad sobre qué podría ser.

-Más tarde si? Te lo diré después.

Terminaron los muñecos de nieve y los miraron para apreciar como quedaron, Harry tomó ambos muñecos y los giró un poco para que quedaran frente a frente, los arrastró un poco sobre la mesa hasta juntarlos.

-Lo está besando –sonrió Louis al ver lo que Harry había hecho.

-Si, como lo envidio –le dijo Harry mirando los muñecos con una sonrisa.

De pronto sintió que Louis le había dado un beso en la mejilla. Volteó a verlo, pudo ver a un Louis tímido y avergonzado que miraba fijamente sus manos.

-Ya no lo envidias –dijo nervioso, mientras Harry seguía mirándolo, estaba sonriendo. El rizado se aclaró la garganta y habló.

-Louis… -él volteó y Harry acercó su rostro al suyo para juntar sus labios en un tierno y dulce beso.

Louis tenía los ojos completamente abiertos, lo había tomado por sorpresa. Pero un segundo después, los cerró para sentir los cálidos labios de Harry sobre los suyos. El rizado se separó de él y le sonrió tímidamente, Louis le devolvió la sonrisa; no sabían que decirse, en ese momento las palabras quedaban sobrando.

Luego de unos minutos, se pusieron de pie y se fueron de allí juntos de la mano. Pasaron la tarde jugando en la nieve; fueron a caminar cerca del lago donde el grosor de la nieve en el suelo era más alta Harry caminaba por delante y Louis caminaba sobre las huellas de éste.

Cuando ya se estaba haciendo tarde, decidieron ir a comer algo y luego se quedaron caminando por el centro de la ciudad. Como iban de la mano, Louis le había prestado uno de sus guantes blancos a Harry, para que se lo ponga en la mano que tenía libre y aunque éste le quedaba algo ajustado, no se lo quitó.

-Te voy a preguntar cosas y hay que contestar al mismo tiempo, para saber que tan parecido pensamos. De acuerdo?

-Claro –a Harry le gustó la idea, quería saber más sobre Louis.

-Tu color favorito, cuál es? –comenzó a preguntar.

-Blanco.

-Y cuál es tu estación favorita?

-Ésta.

-Y tu comida favorita?

- Yo como de todo –respondió después de pensarlo unos segundos.

-Dime una –insistió Louis.

-Oye, tú no has contestado al mismo tiempo, por qué?

-Porque lo memorizo. Quiero recordar todo, todo lo que más te gusta.

Harry se sintió alagado, no podía estar más feliz de haber encontrado en su camino a alguien como Louis.

-Ahora puedes preguntarme tú –le dijo Louis.

-De acuerdo, qué flor te gusta?

-La rosa blanca.

-Rosa blanca –repitió para si mismo- Y un animal?

-Un perro y a ti?

-Alguien –respondió sonriendo y ambos se detuvieron junto a la fuente en donde se habían sentado aquel día que Harry defendió a Louis.

-Qué? Quién es?

-Nos veremos aquí el treinta y uno de acuerdo? Y ese día te lo diré.

-Está bien –accedió- yo también.

-Qué?

-Mi animal favorito.

Ya era tarde y hacía bastante frío, fueron a tomar el autobús para irse a casa, cuando Louis bajó en la parada que debía Harry se bajó junto con él para ir a dejarlo a la puerta de su casa, no quería que se fuese solo.

-Aquí es, gracias –le dijo Louis cuando llegaron a la puerta de su casa.

-Oye, tus guantes –le dijo el rizado intentando devolvérselo.

-No, hace mucho frío. Póntelos –le dijo mientras se quitaba el otro guante y se lo ponía a Harry.

-Cómo crees Louis?

-Me los devolverás el treinta y uno –insistió y ambos rieron al ver lo pequeños que se veían los guantes en las manos de Harry.

-Oye –dijeron al mismo tiempo- primero tú.

-Quería, que el día treinta y uno no faltes –pidió Harry- y tú?

-Quieres entrar y tomar un poco de té? –lo invitó y Harry accedió.

Entraron a la casa de Louis y le pidió a Harry que se sentara el sofá mientras él llamada a su madre. Al parecer había tenido que salir pues sólo estaba su pequeña hermana en casa.

Fue corriendo a la sala y vio allí a Harry quien sonrió al verla, la niña era muy tierna y tenía los ojos parecidos a los de Louis.

-Nena, no vas a saludar? –le preguntó Louis, pues Lottie se había quedado boquiabierta viendo a Harry. Fue corriendo hacia él y rodeo su pierna con los brazos- qué le pasa? –dijo Louis riendo- Oye Lottie, no es para tanto.

-Louis, me puedo casar con él? –preguntó- es que está muy lindo. Me voy a casar con él –afirmó y los muchachos rieron.

-Escucha, el señor lindo quiere tomar té, no podrías darle algo de comer mientras espera, antes de pensar en casarte con él? –le sonrió a su pequeña hermana.

-Bueno, lo haré –soltó a Harry- voy a traerte comida –le dijo y se fue corriendo a la cocina.

-Gracias –respondió Harry- es muy linda -la niña era tan inocente y tierna. Seguramente Louis era parecido a ella en su niñez.

-Espérame aquí, voy a ayudarle.

-De acuerdo –se quitó la chaqueta y se acomodó en el sofá. Observaba el lugar, era muy lindo, allí había crecido Louis.

Lottie le llevó a Harry las galletas que su madre había preparado aquella tarde y luego fue a traer los álbumes de fotos familiares para enseñárselos mientras su hermano calentaba el agua para el té.

-Sabías que mi hermano era feo de chiquito? –Harry rió y le ayudó a poner los álbumes en la mesa.

-A ver –abrieron uno, allí habían varias fotografías de los padres de Louis, además de otras personas que seguramente eran familiares de ellos.

-Era feo verdad? –le dijo Lottie señalando una fotografía de Louis de niño.

En esa foto Louis seguramente tenía unos tres años, era adorable. Era muy hermoso.

-Era feo verdad? –insistió Lottie, mirando a Harry.

-Es cierto, era muy feo –le siguió el juego riendo, pero luego sonrió viendo la foto del pequeño Louis.

-Qué están haciendo? Están hablando mal de mi? –preguntó Louis desde la cocina.

-Yo como de todo –susurró Lottie- pero mi hermano no. También tomo leche; mi hermano se levanta tarde y mamá lo castiga porque llega tarde al colegio.

En la imaginación e inocencia de la pequeña, diciendo aquello, intentaba hacer que Harry la prefiera a ella por sobre su hermano. Louis apareció junto a ellos y tomó a su hermanita en brazos.

-Ya es sufieciente –le dijo tapándole la boca en forma de juego y luego la sentó en el sofá, a Harry le pareció divertido, seguía viendo el álbum de fotos y se quedó pasmado viendo una fotografía.

-Louis, quién es él? –preguntó a penas, señalando la foto, la boca se le había secado.

-Ah él?  Él es mi padre, el otro hombre es el padre de Eleanor, ya debes conocerlo. Fueron compañeros en el colegio.

-La mujer es linda –comentó Lottie.

-Ya deja de hablar y ven conmigo –le dijo su hermano y la llevó junto con él a la cocina.

Temblando, Harry metió la mano en el bolsillo de su pantalón y de allí sacó la fotografía de “sus padres”. La puso junto a la foto que estaba en el álbum, eran la misma.

Todo ese tiempo basó su búsqueda en aquella vieja fotografía, buscando a aquel hombre, al padre de Eleanor, pensando que él era su padre; ahora que veía la fotografía completa, era un ángulo totalmente diferente, su madre estaba tomada del brazo del padre de Louis.

-La señora, la que está junto a papá, según mamá eran compañeros de colegio –comentaba Louis desde la cocina- pero yo tengo mis dudas, por como están en la foto parecen novios –Harry no respondió nada.

-Lou, el té está listo? –le preguntó Lottie.

-Si, nena, dile a Harry que ya está listo.

-Voy -su hermana obedeció- Louis, ya no está –le dijo y Louis fue a ver si era cierto.

Y así era, al parecer Harry se había ido, era muy extraño. Pero eso no le sorprendió mucho a Louis. Después de todo, así era Harry.

Cuando escuchó a Louis decir que su madre y el padre de Louis parecían “novios” por como aparecían en la foto, Harry tomó su abrigo y salió corriendo de la casa de Louis. Se había puesto muy nervioso, sentía que su estómago se había vaciado.

Se subió a un taxi y le pidió que se dirigiera a la universidad. Su respiración estaba agitada, había estado sacando ciertas deducciones al ver aquella fotografía, no podían ser verdad, no quería que lo fueran; tenía que aclarar sus dudas lo antes posible.

Durante casi dieciocho años su madre le había dicho que su padre estaba muerto, para él, eso era una mentira, pero ahora tenía dudas “mi padre murió de una enfermedad” recordó las palabras de Louis.

Llegó a la universidad y fue corriendo a la oficina del señor Calder, para su suerte había luz dentro de ésta y entró de golpe sin tocar la puerta, el hombre se sorprendió al verlo allí. Ese día no tenían clase particular.

-Qué pasa Harry? Qué se te ofrece a ésta hora? –el chico estaba agitado- sientaté.

-Maestro, usted conoció bien a Anne Selley? –preguntó sentándose.

-La pianista? Y cómo es que sabes eso?

-Porque vi una fotografía de ustedes en la casa de Louis.

-Vaya, aún existe esa fotografía?

-Y eran muy amigos los tres?

-Así es, el padre de Louis era mi mejor amigo.

-Y la señora Selley? Louis lo dijo como broma pero, dijo que su padre y esa señora tenían una relación. Es cierto eso? –tartamudeo.

-Y por qué te importa eso? –preguntó confundido.

-Es que me gusta mucho la música de la señora –mintió y el padre de Eleanor asintió- Es cierto que tal vez ellos dos estuvieron alguna vez enamorados?

-Pues, no sé si deba decirte esto, después de todo es la vida privada de Anne. Pero, si –confirmó- se querían; pero Anne se fue cuando él la dejó por la madre de Louis.

-Usted profesor, Nunca tuvo alguna relación amorosa con ella? –preguntó esperanzado.

-Yo amaba a Anne –hizo una pausa- y ella amaba a Mark –suspiró- eso es… el pasado.

Harry se despidió y salió de allí. Arrastraba los pies al caminar, sus ojos se cristalizaron, su corazón estaba roto; algo se había derrumbado dentro de él. Sus dudas fueron aclaradas, su temor se había convertido en realidad. Louis era su hermano.

Llegó a casa y se recostó en su cama, intentando asimilar todo lo que estaba pasando. Tenía muchas ganas de llorar, pero también sentía mucha rabia y maldecía a sus padres. Qué iba a hacer ahora? Se había enamorado de su hermano, eso no era correcto, lo sabía. Lo único que podía hacer era irse de allí, dejar a Louis. Él nunca debía descubrir la verdad, Harry no lo permitiría, debía protegerlo.

Su teléfono comenzó a sonar, vio la pantalla, era su madre. Contestó.

-Hijo, estás en casa? Acabo de llegar de la gira y voy en camino.

-Mamá… Iré a América contigo. Ya quiero irme –sintió un nudo en la garganta.

-De acuerdo hijo, me parece estupendo. Mañana nos vamos -Harry colgó.

Se sentó frente al piano que tenía en casa y tocó un par de notas de aquella canción que tocaba para Louis, no lo soportó más, le dio un golpe a las teclas del piano y se soltó a llorar.

>>>>>

Llegó el treinta y uno, eran cerca de las nueve de la noche. Louis se había estado alistando desde muy temprano para su cita con Harry, quería verse bien. Ese día era muy especial. Salió de casa y fue en autobús hasta el lugar en el que habían quedado de verse.

Harry metió su equipaje en el taxi y subió a éste junto con su madre, estaban en camino al aeropuerto. No hablaba con su madre más de lo necesario; sentía mucha rabia hacia la mujer.

-Cenaremos en el avión porque ya no tenemos tiempo –Harry no contestó- señor, cree que llegaremos a tiempo?

-No lo sé, hay mucho tráfico –respondió el taxista.

Harry ignoraba por completo a su madre.

Louis ya había estado esperando a Harry junto a la fuente por un buen rato; sintió que le tocaron la espalda, volteó feliz creyendo que era el rizado, pero solamente era una mujer pidiéndole indicaciones.

Harry estaba distraído mirando a través de la ventana del auto, sus manos estaban heladas y las metió en sus bolsillos, sintió algo dentro; sacó lo que había ahí dentro y era uno de los guantes blancos que Louis le había prestado el día anterior.

Se arrepintió de lo que hacía, debía despedirse, debía verlo una última vez.

-Señor detenga el auto.

-Cómo? –el taxista no sabía si obedecer o no.

-Mamá –volteó a verla- espera, ahora vuelvo.

-No hijo, ya no hay tiempo.

-Tenía una cita y necesito decirle algo –insistió.

-Usa el teléfono del aeropuerto, ya es tarde –se negó su madre.

-Sólo un minuto, no tardaré más, en serio.

-No se detenga –le ordenó su madre al taxista.

Harry comenzó a desesperarse, se quitó el cinturón de seguridad y abrió la puerta. El taxista frenó de golpe y Harry bajó.

-Hijo! A dónde vas? –gritó su madre asustada y bajo del taxi detrás de él, pero Harry ya había cruzado al frente y tomó un taxi en sentido contrario par ir a ver a Louis. Anne no sabía que hacer.

El taxista iba lo más rápido posible, pero tal y como dijo el otro chofer, había mucho tráfico. Harry miró su reloj y ya era muy tarde; Louis ya lo había esperado por más de dos horas.

-Gracias señor, aquí bajo –le pagó y decidió ir corriendo; así llegaría más rápido.

Aún se encontraba lejos del lugar, debía apresurarse; por llegar rápido no miraba a los lados para cruzar las calles ni respetaba los semáforos, no le importaba; solo quería ver a Louis, pero estaba siendo muy imprudente.

Estaba a unas calles de Louis, faltaba poco; corrió por una avenida pero no se dio cuenta de que un auto venía por esta, el auto frenó, Harry se quedó parado allí con las luces del auto alumbrándolo.

-Louis… -susurró.

Louis volteó, sintió que alguien llamó su nombre, pero no había nadie junto a él. De pronto cientos de fuegos artificiales brillaban en el cielo. Ya era media noche, un nuevo año había llegado. Louis miraba al cielo, con los ojos llenos de lágrimas. Harry lo había dejado plantado.

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