Omegaverse
⛅ sansoft_ espero te guste uwu.
El grupo Lee.
Está familia era bastante respetada en Corea del Sur y en gran parte de Asia, tenían una fama que habían mantenido por generaciones, y es que la familia Lee, a parte de tener una maravillosa cantidad de dinero y bienes, estaba sólo compuesta por alfas.
Desde años inmemorables los Lee sólo se mezclaban con alfas, tenían un cierto odio y repulsión hacia las otras clases de lobos, habían sido criados para que fueran asi, para pasarle la costumbre a sus hijos y así sucesivamente.
Pero parecía ser que Lee Donghae hizo algo mal porque su hijo mayor, el que heredaria todo en poco tiempo había caído enamorado de un pequeño Omega. Y no sólo eso, Renjun era todo lo que la familia Lee odiaba.
Pequeño, débil, con un aroma dulce a fresas recién cosechadas, y era el chico más dulce que Jeno había visto en su vida, tan dulce como los cafés que preparaba en la pequeña pero famosa cafetería de sus padres.
Jeno arreglo sus lentes entrando a la cafetería sin querer llamar la atención.
-Buenas noches.-susurro.
-Buenas noches, ¿que le podemos servir?-pregunto el hermano mayor de Renjun el cual era un Alfa.
-Eh...-se quitó los lentes.-Lucas hyung, ¿puedo hablar con Renjun?
El mayor suspiro borrando su sonrisa.
-Oye Jeno, no se muy bien toda la mierda que anda pasando, se quien es tu familia pero eso en realidad me importa una mierda. Lo único que me interesa es Renjun, no quiero, ni voy a permitir que mi hermano sufra.
El mayor habló seriamente y Jeno asintió suspirando e inclinando su cabeza levemente, si su padre lo viera seguro lo mataría.
-Sólo déjame hablar con el, por favor.
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Llego a la casa de Renjun entrando con total confianza. La familia Huang lo había aceptado y le había brindado su amor con mucho gusto, los Huang eran una bendición para el, le habían enseñado que era el amor y la calidez real de una familia, algo que nunca había experimentado.
-Renjun...-llamo cerrando la puerta, Renjun salía de la cocina justo en ese momento.
-¿Que haces aquí?-susurro mirándolo.
-Junnie, lo siento ¿si? Sólo tenía miedo.
El más bajo miro al suelo intentando no gritarle que se fuera a la mierda. Es que le dolía mucho, había estado tan feliz cuando Jeno al fin lo invito a un fiesta de su familia y pensó que por fin enfrentarian sus miedos. Pero cuando el chico estaba a su lado, tomando su mano, Renjun se sentía el Rey del mundo y al segundo la peor basura cuando Jeno soltó su mano al sentir la mirada de sus dos padres en el.
-Lo que sea, Jeno.
-Renjun, no eres un secreto que trate de ocultar. Te amo, y se que tu también lo haces.-dijo acercándose.
-¿Entonces que soy Jeno? Ah, ya se. Soy Omega y eso en tu familia es una maldición, ¿no? Y no te culpo Jeno, no tienes la culpa de haber nacido en esa familia.-su voz se quebró.-Sólo que no hay nada que hacer, nuestras manos están atadas Jeno, debes aceptarlo.
-No digas eso.-habló con voz fuerte pero sin darle miedo.
-¿Que quieres que diga entonces? Las cartas no están a nuestro favor, si estuviéramos destinados esto no pasaría...
-Siento que eres tu el que se está poniendo fuera de mi alcance.-reclamo.
Renjun soltó una risa negando mientras se dirigía a la sala siendo seguido por el pelinegro.
-Tu y yo sabemos quién no está al alcance de quién. Mi familia está bien contigo.-se giro a mirarlo.-¿Y la tuya?
-Renjun no me importa una mierda mi familia, si, la cague anoche al soltar tu mano, ¿pero quién se creen ellos o tu para decidir que no eres lo que quiero?-Jeno estaba tratando de contenerse, no era lo mismo para un Alfa lupus, cuando estos se enojaban era difícil lograr que se calmaran.-Nadie, escuchame, nadie me va a detener si decido que tu...-lo señalo.-Eres mi destino.
Jeno suspiro para mirar a Renjun fijamente, el más bajo trataba de contener sus lágrimas.
-Por favor Junnie, di que naciste para ser mío.-se acercó tomandolo de la cintura.-Reescribamos en las estrellas, hagamos que sea a nuestra manera, no a la manera de nadie más.
Renjun contuvo la respiración por unos segundos, pensando que si, que ellos podrían estar juntos sin ningún problema pero, debían aceptar la realidad.
Apartó las manos de Jeno de su cintura dando un paso atrás.
-¿Tu crees que es fácil Jeno?-odiaba ser tan sensible, odiaba ser el único llorando aunque sabía que no era el único sufriendo.-¿Crees que no quiero dejar todo e irme corriendo detrás de ti.
-Se puede.
-No Jeno, hay cosas que no están en nuestras manos. Hay puertas por las cuáles no debemos cruzar.-su voz sonaba dolida. Y lo estaba.-Tu familia te daría la espalda, serías desterrado y yo nunca me lo perdonaría.
-No me importa, ¿no puedes entender?-Jeno sonó tan desesperado.
-Eso dices ahora, pero Jeno tu nunca haz cazado, casi no conoces la sensibilidad del mundo real, todo es rudeza para ti, ¿Estas realmente listo?
Jeno tomo sus manos.
-A tu lado lo haré.-habló convencido.
-Jeno...-soltó una de sus manos y la llevo a la mejilla del contrario.-Te preguntas por que, por que no digo que si y ya, pero es que aquí, dentro de estas cuatro paredes...-miro alrededor y luego a los ojos del contrario.-Aquí si podemos ser nosotros mismos. Pero cuando salimos, cuando salgamos verás que no hay esperanza para nosotros Jeno. Tu no quieres perderlo todo para nada.
Se alejó soltando un sozollo.-¿Como quieres que Reescribamos las estrellas? Nadie puede hacerlo, no me puedes garantizar que serás mío y que yo seré tuyo. Todo, la cosa más mínima nos puede separar.
-No seas pesimista.-se quejó.
Jeno camino hacia el haciendo que se sentarán en el sofá y acarició su rostros entre sus grandes manos.
-Nada nos podrá separar, Junnie. No Reescribamos nada, no debemos porque estaba destinado a encontrarte, no a un Alfa con el que mis padres me quieran. Tu eres a quien debía encontrar.
-Yo no soy a quien debías encontrar.-negó levemente aún con las manos de Jeno en su rostro.
-Renjun,eso depende de ti y de mi. Nadie debe decidir que seremos. Mis padres no pueden decidir si estaré con un Alfa, un beta o un Omega, eso depende totalmente de mi y yo, quiero estar contigo.
Renjun ya no aguantaba más. Amaba tanto al Alfa que dolia, dolía demasiado no poder ser lo que querían.
-Sólo quiero estar contigo, ¿por que no podemos estar juntos sin consecuencias? Quiero amarte a ti.-puso sus manos encima de las del Alfa.-Quiero luchar por ti, pero se siente tan imposible...
-No lo es.
Renjun lo miro fijamente.-Di que es posible Jeno.
-Es posible, lo es, yo estaré contigo siempre.
-Entonces, dime, ¿como se reescriben las estrellas?
Jeno soltó una risita para secar las lágrimas del Omega y luego besarlo lentamente.
-No quiero irme nunca de tu lado.
-¿Es necesario pedir permiso?-pregunto Renjun.
Ambos se miraron por unos minutos para luego sonreír.
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Esa noche, a las 11:43 PM ambos habían huido, habían huido lejos de las opiniones, del que diran, de los Lee, de todo. Ahora sólo serían ellos, ellos mismos escribirán su destino.
Con las manos entrelazadas en el tren de Seúl sin ningún rumbo específico sonrieron.
-Ya verás como el mundo será nuestro desde esta noche en adelante.
Renjun sonrió a las palabras del Alfa mientras este dejaba un beso en su frente.