Payton:
-¿Por qué estas tan sonriente esta mañana?
-no estoy sonriente esta mañana.
-Si, si lo estas. A mí no me vengas con mentiras, ¿acaso Brandon y tu ya se sacaron las ganas?
-¡¡GARY!! ¡¡POR DIOS!!
-¿Qué? Si tengo razón, ustedes dos se traen unas ganas que ya no la pueden ocultar mas, no se a que están esperado.
-solo porque eres tú, te voy a dar una primicia – puso la cara de un niño esperando un regalo en la mañana de navidad, pero aun así lo iba hacer sufrir un poco- esta noche dejare a Zoe en los de mi padres para que Brandon y yo tengamos una cita de verdad y después de eso pasaremos nuestra primer noche juntos.
-¡¡madre mía!! ¡¡Madre mía!! Tienes que contarme todo, estoy seguro de que él es la clase de persona que te hace ver las estrellas en la cama.
-yo también tengo esa sensación, solo con sus besos me deja con las piernas como gelatina, la otra vez lo vi bailar, y ya sabes lo que dicen de los hombres que bailan bien.
-son geniales en la cama – dijimos los dos al mismo tiempo y luego nos largamos a reír.
-oye, no deberías de ir despertando a Zoe, tu madre se va enojar si no llegan temprano.
-lo sé, pero anoche llegamos tarde, fuimos a cenar con Brandon y su madre y volvimos algo tarde.
-¡QUE! ¿CONOCISTE A SU MADRE?
-sip, resulto ser fantástica, me cayo muy bien.
-es bueno que te lleves bien con tu futura suegra.
-tranquilo, que apenas estamos saliendo, para que sea mi suegra deberíamos de casarnos y eso mi amigo no está en mis planes.
-si yo consiguiera un novio como Brandon no lo dudaría dos veces, nena. Es más si pudiera me embarazaría para retenerlo de por vida a mi lado.
-tienes que dejar de ver novelas, te están enfermando la mente – me puse de pie y fui a despertar a Zoe, dejando a Gary sentido en la cocina terminando su desayuno.
Mientras caminaba hacia su cuarto Milo me seguía enredándose en mis pernas.
Ni bien abrí la puerta Milo subió a la cama de Zoe y comenzó a despertarla con lamidas en la cara, pero Zoe no despertaba.
-Zoe, cariño es hora de despertarse – me acerque a ella y comencé a despertarla suavemente. – vamos nena arriba.
-estoy cansada, tengo sueño – dijo con la voz roca cubriendo su cara con el brazo.
-lo siento pequeña, pero tenemos que ir a lo de la abuela, y creo que Milo quiere salir para hacer sus necesidades.
Solo basto mencionar al perro para que se despertara.
-lo siento amiguito, ya te saco – se levanto rápidamente se puso unas zapatillas y aun con el piyama puesto le ordeno a Milo que buscara su collar, este le hizo caso y volvió rapidísimo con él en su boca.
-¡¡anda mami, ayúdame!! ¡¡Milo quiere salir!! No puedo sacarlo yo salita a la calle.
Teníamos todo preparado para ir a lo de mi madre, solo quedaba esperar Sophie que nos llevaría en su auto ya que Zoe quería llevar a Milo.
-¿Por qué la tía Sophie siempre tiene que llegar tarde?
-ya sabes cómo es de olvidadiza.
¿Y porque el tío Gary no viene con nosotros?
-porque trabajo hasta tarde anoche y tiene que descansar. Pero vendrá mas tarde.
-¿y el tío Jack también vendrá, verdad?
-si nena, ¿que pasa, porque tantas preguntas?
-es que… bueno… quería saber si va ir alguien de la familia de papa.
Cuando ella era pequeña y me preguntaba por sus abuelos paternos, le respondía que Vivian lejos. Cuando creció un poco más, le conté una versión más light de lo que había ocurrido con sus abuelos, en vez de decirle que eran unos idiotas que negaban la existencia de su nieta, opte por decirle que antes de que Jesse muriera él se había peleado con sus padres y no se hablaban mucho, que estos se mudaron a otro país y no podían volver, pero que algún día los conocería.
-lo siento preciosa, solo el tío Jack estará –me mataba esa cara de decepción que ponía cada vez que preguntaba sobra la familia de Jesse.
-¡¡mira haya viene Sophie!! –ambas nos pusimos de pie y nos acercamos a la acera.
-¿Cómo están mis chicas? – dijo mientras bajaba la ventanilla del auto y miro mal a Milo.
-nadie me dijo que el chucho vendría con nosotras – toda la vida Sophie había tenido problemas con los animales, los perros le ladraban las palomas cagaban sobre su cabeza y los gatos la rasguñaban, hace tiempo decidió que no iba mantener contacto con ningún animal mas.
-¡no es ningún chucho! Se llama Milo, y si vendrá con nosotras –Zoe puso su mejor cara de angelito y Sophie no puedo decir que no.
-está bien, pero lo mantendrás alejado de mí, no quiero que me muerda ni que me use como árbol, y será mejor que tampoco haga algo en el asiento trasero.
-no hará nada, está bien entrenado y llevamos 15 minutos esperando aquí afuera así que ya hizo todo lo que tenía que hacer.
-entonces suban. –coloque a Zoe en la parte de atrás y luego subí a Milo.
-No puedo creer que tu madre este haciendo una fiesta de cumpleaños, tus fiestas eran las mejores, ¿sabias pequeñas que tu abuela daba las mejores fiestas de cumpleaños? Una vez rento un parque de diversiones solo para los amigos de tu mami.
-¿enserio? Waaaauuu.
-si, si, así que prepárate que de seguro esta fiesta será inolvidable. Si hay algo que Silvia sabe hacer bien es organizar las mejores fiestas.
Pasamos la hora de viaje cantando canciones que sonaban en la radio, por suerte Milo se comporto e incluso fue la primera vez que un perro no mordió a Sophie.
La casa de mis padres se encontraba en una zona residencial, igual a esa que aparecen en las películas donde todos tienen una cerca blanca, un césped verde y la casa más pequeña era de dos pisos.
Todos se conocían entre todos, todos fingían que se caían bien y luego hablaban a sus espaldas. Esa también fue una de las razones por la que me fui, odiaba que me vieran como la pobre que perdió a su futuro marido el día de su boda y que encima estaba embarazada.
Ni bien aparcamos en la entrada mi padre salió a recibirnos.
-¡¡mis chicas llegaron!!- grito mientras abría la puerta de atrás y ayudaba a Zoe bajar.
-¡Abuelo!
-pero si has crecido un montón.
-sip, ahora tengo 6 años así que soy más grande, y mira lo que mi mami me regalo, ¡Milo, ven!
Al escuchar el llamado Milo salto del auto y se quedo parado frente a mi padre.
-¡oh! Un perrito, que lindo. – luego me miro y con los ojos lo dijo todo “a tu madre no le va gustar”.
Sophie y yo bajamos del auto y saludamos a mi padre.
-hola Sr Philips, sigue tan guapo como siempre.
-gracias querida, tu tampoco has cambiado nada, extraño mucho tenerlas por aquí, cuando eran adolecentes vivías prácticamente aquí, les pido que no se alejen tanto.
Los cuatro entramos a la casa, había gente corriendo por todos lados, unos llevaban flores, otros llevaban globos incluso creo que vi a alguien con un poni en el patio trasero pero no estoy segura.
-papá, ¿Qué es todo esto?
-la verdad, ni idea, ha estado llegando gente toda la mañana, yo ni pregunto solo firmo los cheques y recibos que tu madre me entrega.
-¡¡POR FIN LLEGARON!! – Me doy vuelta y mi madre está bajando por las escaleras - ¡¡ZOE!! ¡FELIZ CUMPLEAÑOS PRECIOSA!!
La toma en brazos y a comienza a llenar de besos, mientras mi pequeña se ríe. Luego miro a Milo –espero que este entrenado –fue lo único que dijo y yo asentí.
-será mejor que suban y se preparen quiero que sea todo una sorpresa.
-yo ya estoy lista mama, mejor dime en que te puedo ayudar –mi madre me repaso de pies a cabeza con su mirada inquisidora. Llevo puesto unos jean ajustados una blusa de satén blanca y zapatos altos.
-hija, te ve hermosa, pero solo por esta vez podrías darme el gusto y ponerte lo que compre para ti. Solo por esta vez.
-está bien, pero que conste en actas que ya es la segunda vez que me dejo vestir por ti, y no va haber una tercera.
La ropa que nos había comprado no era del todo horrenda, mientras que Zoe lucía una pollera blanca plisada con una camisa de jean arremangada hasta los codos que combinaban con unas converse también de jean yo llevaba puesto una pollera larga hasta los pies floreada y una remera sin mangas blanca, no era mi estilo pero estaba contenta de que no me obligara a usar ningún vestido y joyas.
-¡estas preciosas! –dijo mi madre.
-¡divinas dijo Sophie! – pero vi que se llevo un dedo a la boca fingiendo que tenia arcadas, la mire mal – bueno Zoe si esta hermosa, tu Payton pareces una madre.
-madre o no, todavía puedo darte un puñetazo – ella solo me saco la lengua.
-bajemos, quiero que vean todo, ya terminaron de arreglar el jardín y la gente comenzara a llegar. ¿Payton, arreglaste todo, verdad? – se estaba refiriendo a Brandon, me había enviado un mensaje hace unos minutos para avisarme que estaba en camino.
- si mamá, todo listo –asintió y luego nos indico el camino para que la siguiéramos.
Bajamos las escalera y llegamos al patio, casi me caigo al ver todo lo que había preparado, prácticamente era una kermes ubicada en su jardín trasero, había carritos de comida rápida, algodón de azúcar, manzanas acarameladas y ¡un maldito poni! Incluso había stands con juegos como tiro al blanco, una mesa de tejo, y ese juego con el que se apunta a la cara de un payaso con una pistola de agua. En el centro predominaba un ring inflable. De verdad se había pasado, esto era genial, me sentí de nuevo como si tuviera 5 años quería probar todo.
-¡abuela, esto es genial! ¡¡Gracias!!
-es verdad, mama. Esto es mucho, no tenias que haberte molestado de esta manera.
-¡naaaa!! Si ya lo dije yo. No hay nadie en este mundo que de mejores fiesta que tu madres –Sophie se fue directo al carro de hot dogs.
-¿te gusta? –pregunto mi madre, tratando de ocultar una sonrisa.
-si, es genial me recuerda a mi cumpleaños número 5, pero a mí no me habías traído un poni.
Ambas reímos y escuchamos el timbre de entrada –será mejor que vaya abrir.
De pronto recordé que ese podría ser Brandon por lo que la seguí, no quería que él se enfrentara solo a mi madre, pero para cuando entre de vuelta a la casa, mi madre ya estaba abriendo la puerta.
Cuatro hombres encapuchados y con el torso desnudo aparecieron ante mi vista cuando ella abrió la puerta, mi madre grito ¡¡LADRONES!! ¡¡SON MALDITOS LADRONES!!
Brandon:
Presentarnos ya con el atuendo de luchadores parecía una buena idea hasta que la madre de Payton nos llamo ladrones cuando abrió la puerta.
Supongo que Payton no la habrá informado que el Ángel Negro era un luchador encubierto.
Pero bueno, en fin. Aquí estábamos los cuatro, El Llanero, El Mastodonte, La Roca y yo, personificados siendo llamados ladrones.
-¡Mama, que no son ladrones! El es el Ángel Negro, ¿recuerdas? Me pediste que lo contratara
Silvia dejo de gritar y nos miro fijo uno por uno, luego saco su teléfono y empezó a escribir algo.
Mire a Payton -¿Qué está haciendo?
-te debe de estar googleando –reí fuertemente y los demás hicieron lo mismo.
-Sra., no somos ningunos ladrones, venimos a animar la fiesta
-según google eres tu –luego se giro a Payton- ¿porque no me dijiste que se trataban de luchadores?
-pensé que lo sabías, Zoe no deja de hablar de él. Estaba segura de que ya lo habías googleado.
-pues no, pensé que se trataba de algún Ángel Mágico, o un súper héroe no de un luchador.
-la mayoría de los niños me consideran un súper héroe –dije encogiéndome de hombros.
-bueno pasen antes de que Zoe los vea, quiero que sea una sorpresa.
Silvia comenzó a llevarnos escalera arribas y nos escondió en un cuarto, ni siquiera había podido saludar a Payton, se veía hermosa con esa ropa, pero una vez mas era privado de ver sus piernas.
-esa mujer da miedo –dijo El llanero –deberíamos de crearle un personaje, patearía traseros en el ring.
-oye, nos darán de comer ¿verdad? – pregusto el mastodonte mientras se sacaba su mascara, de hecho todos nos sacamos la máscara, era un día bastante caluro y al parecer pasaríamos un rato encerrados antes de que pudiéramos salir.
Cuando empezamos a ponernos cómodo la puerta se volvió abrir, era Silvia que nos traía una bandeja con bebidas y algo para comer –lo siento, por el momento solo puedo traerles esto cuando bajen podrán comer todo lo que gusten –dejo la bandeja en un escritorio y luego me vio.
-¿tu? ¿Tu eres el Ángel Negro?, ¡genial, ahora entiendo porque Payton dijo que tenía contacto directo! ¡Genial, genial! – sin decir nada mas cerró la puerta y se fue.
-¿Qué mierda fue eso? ¿Por qué reacciono así al verte?
-estoy saliendo con su hija, y creo que no soy del todo de su agrado. Tengo que avisarle a Payton –tomo mi teléfono le envió un mensaje
Yo: S.O.S. tu madre me vio, salió enojada.
Payton: tranquilo yo lo arreglo.
Yo: ¿puedo cambiarme y bajar?
Porque siempre que tenía que responder algo importante se tomaba su tiempo.
Payton: si.
-muchachos se quedan aquí, tengo que bajar a dar la cara.
-más comida para nosotros –dijo La Roca con la boca llena.
Apenas llegue a la planta baja Payton me tomo de la mano y me metió en un despacho.
-dime que fue exactamente lo que dijo.
-hola, ¿no? – El tome por la cintura pegándola a mi cuerpo estrellando mis labios contra los suyos – estas preciosa –logre decirle
-hola –fue todo lo que ella puedo decir y yo sonreí al ver el efecto que tenía en ella.
-volviendo al tema de tu madre
-¡¡dios mi madre!! ¿Qué te dijo?
-no dijo mucho, solo que ahora entendía porque le habías dicho que tenias contacto directo con el Ángel Negro. Si me lo preguntas creo que lo mejor es que digamos todo ahora, ya debe estar suponiendo cosas, mejor lo decimos ahora.
-no sé, se va poner como loca.
-se va poner como loca se lo digamos ahora o más tarde.
-está bien, lo hacemos ahora.
Payton tomo mi mano y me llevo al jardín. Me quede sorprendido con lo que vi, los demás se van a caer de culo cuando vean todo lo que tienen para comer.
-¡¡Brandon!! – como cada vez que me veía Zoe vino corriendo y me abrazo.
-¡pequeñas! Al parecer tienes toda una fiesta aquí.
-sip, mi abuela lo preparo todo, ¡me encanta! –Silvia me miraba con recelo, supongo que su mente estaba atando todos los cabos sueltos, si tenía alguna duda sobre lo que ocurría entre Payton y yo se la acabábamos de confirmar.
-nos quedamos sin hielo, iré a comprar –fue todo lo que dijo, y comenzó a caminar, pero no iba a dejar que huyera de esta situación.
-la acompaño –Payton me miro con los ojos realmente abiertos, apreté su mano y le roge con la mirada que confiara en mi
-¡yo también voy! –grito Zoe.
-no, pequeña tú te quedas, no quiero que ensucies tu ropa.
-¡por favor, por favor, por favor!
-está bien, puedes venir, pero ten cuidado.
Silvia tomo a Zoe de la mano y yo las seguí por atrás. Todavía no se bien que es lo que iba a decirle para convéncela de que era bueno para su hija, pero algo se me iba a ocurrir.
Nos subimos a su camioneta y empezó a conducir. Silvia no me miraba para nada, pero podía ver como arrugaba sus cejas.
-Brandon, ¿y Sam?
-el vendrá con Matt cuando comience la fiesta.
-Silvia, yo…
-ya me puedo imaginar por donde va esta conversación, y no me interesa, creo que mi hija está loca, no puede estar tomándote enserio.
-¿y por qué no? Tengo un trabajo, soy responsable y lo más importante Zoe me quiere y yo quiero a ella.
Ambos tratábamos de no levantar la vos para que Zoe no escuchara, pero estoy seguro de que no íbamos a aguantar mucho tiempo más.
-¿y tu novia también viene en el combo? Porque hasta donde sé, tú tienes novia, que clase de hombre anda seduciendo a otra cuando está en pareja.
-Silvia, la única persona con la que estoy saliendo es con su hija, no hay nadie más, solo ella.
Estacionamos y no dijo nada mas, habíamos llegado a un supermercado. Me baje del auto y luego ayude a Zoe. Silvia camino unos paso por delante nuestro mientras que yo iba tomando a Zoe de la mano.
-necesitamos hielo – una de las cajera nos indico que siguiéramos por el ultimo pasillo y dobláramos al fondo.
-Abuela, puedo comprar las croquetas que come Milo.
-si corazón, ve por ellas, están al fondo – Zoe se dirigió saltando al fondo pero aun permanecía en nuestro campo de visión.
Desde lo que había pasado con Sam, me aseguraba de tenerlo siempre a la vista, lo mismo con Zoe, si algo le ocurría a alguno de los dos no me lo perdonaría.
-Silvia, por favor, tenemos que hablar, no quiero llevarme mal con usted, solo dígame que es lo que ve mal conmigo y si puedo lo cambio y sino tratare de que le moleste lo menos posible.
-tu no entiendes, contigo es distinto, no quiero volver a ver a mi hija sufrir, veo como te mira, esto no es solo un encaprichamiento, o algo físico, si tu rompes su corazón o si algo ocurro ella no lo va soportar, ¿Cuántas veces crees que una persona puede sufrir de amor?
-no tengo intenciones de lastimar a Payton, yo me siento de la misma manera. Solo sé que si algo llegara a pasar, si nosotros no pudiéramos estar juntos soy yo el que no sobreviviría, ella es fuerte.
Ahora entendía, no es que ella me considerara poca coas para su hija, simplemente tenía miedo, pero no estoy dispuesto a dejar a Payton. Mientras ella me quiera voy a estar a su lado, y si no me quiere voy hacer todo lo posible para que cambie de opinión.
La mirada se Silvia se volvió de repente dura, ni siquiera a mi me había mirado con el odio que le estaba dirigiendo a quien sea que se encontrara a mi espalda.
-tenemos que irnos, ¡Zoe! Vamos.
Me gire para ver qué era lo que le estaba molestando y me encontré con una pareja algo mayor, Zoe paso corriendo por al lado de ellos
-¡listo, ya las encontré!
-¿Silvia? -pregunto la mujer.
-Judith –le respondió fríamente.
La mujer miro a Zoe y los ojos de le llenaron de lagrimas.
-¿es ella?