Paranoia [Teen Wolf]

By its_the_impala

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[Libro dos de la saga de Stilinski Twins] «Paranoia es solo un sentido desarrollado de precaución» Cuatro mes... More

Sinopsis
1. Tattoo
2. No le agrado a los pájaros
3. Here we go again
4. Fearless
5. Patrones que no existen
6. ¿Isaac? ¿Ya lo recuerdas?
7. Planeamos robar un banco
8. Just give me your tears
9. Emptyness
Trailer temporada 6b!
10. Definitivamente, hoy no es mi día
11. Cause it hurts like hell
12. Una tarde casi normal
13. Demasiados pensamientos
14. Sobreviviendo al Motel de los Suicidios
15. Sobreviviendo al Motel de los Suicidios
16. This is about us
17. ¡Ten cuidado si eres médico!
18. Un mal presentimiento
19. Para curar hay que sufrir
20. Memories
21. Sigamos con el plan... Ah, es verdad, no tenemos uno
Goodbye, Teen Wolf
22. El recital
23. Mi profesora de Literatura quiere matarme
24. Convincing you
25. Resiste, Cora
26. Guardianes
27. Need you to come back
28. Retirados, sí. Indefensos, no.
29. El atardecer
30. ¿El Nemeton no aparece en el GPS?
31. Que el show comience
32. Dieciséis horas
33. Corre, cariño, corre.
34. Tres Alfas y un darach
35. Lunar Eclipse
36. Cerrando etapas
37. ¿Esto es real?
38. Keeping up
39. Cuervos vs hamingja
40. La puerta entreabierta
41. Problemas con coyotes
42. Problemas con coyotes
43. Problemas con coyotes
44. Oír tu voz me hace bien
45. Un psicópata suelto. En Halloween. ¿Coincidencia?
46. Hora de una historia y de sushi
47. Problemas técnicos (más bien eléctricos)
48. Stranger dreams
49. La nuit est a nous
50. Post-party
51. ¿Dormir o volverse loco? Una decisión complicada
52. Otra perspectiva
53. Una llamada a medianoche
54. Una llamada a medianoche
55. Falling for you
56. En el entretiempo
58. Fases de un macabro plan
59. Desperté con caos a mi lado
60. Wake me up when you need me
61. Me doy cuenta de lo que soy capaz
62. Soluciones temporales
63. Echo House
64. Echo House
65. Echo House
66. All Hell's Loose
67. Uno de dos
68. Siendo yo misma
69. Ahora lo que importa es Stiles
70. Kanji
71. Nos escapamos con una chica del instituto mental
72. Coup de foudre
73. Coup de foudre
ACLARACIÓN
74. Bad Moon Rising
75. No es el momento adecuado
76. The Divine Move
77. Todo tiene un final
Epílogo
Agradecimientos
Libro #3: Black List + Sinopsis
Playlist

57. Giving in

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By its_the_impala

57. Giving in

Los dos mellizos salieron de la habitación tomados de la mano. Melissa les guiaba por los pasillos del hospital mientras su padre y su mejor amigo se quedaban detrás de ellos. Según lo que comprendió Scott, dos doctores realizarían el mismo estudio en los Stilinski pero en habitaciones separadas. Aquello no le agradaba demasiado al señor Stilinski, por lo tanto Melissa movió un par de hilos y pidió por favores.

Ahora, sus dos hijos se harían la prueba en el mismo momento, en dos habitaciones continuas y los resultados aparecerían en la pantalla donde él esperaba junto con Scott y Melissa.

Les ordenaron esperar dentro de la primera habitación. Noah sintió un golpe en el pecho al ver la máquina. Grande, de metal, con un agujero con una camilla donde sus dos niños, lo único que le quedaba, se meterían. Intentó no recordar las veces que había hecho lo mismo con Claudia. Intentó no pensar que sus hijos terminarían igual que ella. Intentó no deducir lo inevitable de la situación.

Melissa le colocó una mano en su hombro. Y él supo que pasara lo que pasara, la tendría a ella a su lado. Por el momento, lo único que le mantenía cuerdo era su agradable amiga.

Cuando el doctor entró, pidió a Stiles y a Sarah que entraran a la otra habitación, la que contenía la gran máquina que hacía imágenes por resonancia. El cuarto donde su padre esperaría era más pequeña, con menos luz y una computadora en una mesa. Melissa, Scott y él entraron detrás del doctor hacia la máquina.

El profesional tomó su tableta de madera con los papeles de los diagnósticos de los Stilinski abrochados a ella. Frunció el ceño al leer los nombres de ambos pacientes — No estoy segura de cómo se pronuncie esto... O si está mal escrito.

—Sólo llámenles Stiles y Sarah —indicó el padre de ambos, acostumbrado a la reacción de extraños frente a los nombres de sus hijos. El doctor le observó y asintió.

—Bien, Stiles, Sarah, les aviso. Escucharán mucho ruido durante el IRM*. Eso se debe a los pulsos eléctricos que se mueven a través del metal que está dentro de la máquina. Stiles entrará aquí —señaló la camilla—. Mientras que Sarah estará al lado —observó a Melissa. El doctor sabía que ella era una enfermera que trabajaba ahí, incluso si no tenía puesto su uniforme. La mujer asintió—. Si quieren puedo conseguirles tapones de oído o auriculares, para el ruido...

Los dos mellizos se observaron y luego al doctor — No será necesario. —dijeron al unísono, haciendo que el profesional saltara levemente de la sorpresa.

—De acuerdo. Entonces empecemos. Sarah, por aquí —señaló el señor abriendo la puerta a la sala más pequeña y oscura. La chica se quedó ahí parada, cuando él abrió la boca para repetir lo que había dicho, la joven le interrumpió.

—¿Puedo estar un segundo con mi hermano? —preguntó. Su tono de voz era dulce.

Pero todos en la sala notaban el miedo que sentía. El doctor no tuvo corazón para impedirle tal cosa, incluso si se trataba de un simple estudio. Asintió y cerró la puerta detrás de él.

—Hey —llamó su padre. Sarah y Stiles giraron sus rostros hacia él—. Estaremos al otro lado de esa ventana, ¿si? —agregó señalando la habitación donde el doctor estaba. Ellos asintieron. Noah colocó ambas manos en un hombro de sus hijos. No necesitaban palabras para saber qué trasmitía el gesto.

Stiles asintió. Sarah se tomó unos segundos, recordando que ella estaría en la habitación de al lado. Su papá no le vería directamente como a Stiles, pero de igual manera estaría cerca suyo. Así que terminó asintiendo.

Melissa les dio una suave sonrisa antes de salir con su padre — Te espero afuera, Sari —le indicó a la adolescente.

Quedaron los mellizos y su mejor amigo. Stiles se acomodó para sentarse en la camilla. Sarah notó lo pequeño que lucía su hermano. Como la esperanza se iba de sus ojos marrones color whiskey. Le dio ganas de llorar.

Scott se acercó a su hermano — Yo también esperaré del otro lado —se giró para ver a su amiga. Sarah asintió. El lobo volvió a observar a Stiles.

—Sabes lo que están buscando, ¿verdad? —dijo el chico, más pálido de lo usual, mirando a su mejor amigo y luego a su hermana. Sarah lo sabía. Reconocía los síntomas en su madre, aún cuando ella era más chica y no comprendía del todo lo que le ocurría a su mamá.

Scott se le quedó mirando, él probablemente tampoco supiera con detalle la enfermedad que ronda en sus genes — Se llama demencia frontotemporal. —indicó ella. Su hermano asintió.

—Áreas de tu cerebro empiezan a encogerse. —explicó Stiles—. Es lo que nuestra madre tenía. Es el único tipo de demencia que puede surgir en adolescentes.

—Y no hay cura. —murmuró Sarah mirando los ojos de su hermano. Él asintió.

—Stiles, Sarah, si ustedes lo tienen, haremos algo al respecto. Yo haré algo —dijo Scott. Los Stilinski miraron a su amigo de la infancia. Los dos no necesitaban ningún tipo de poder sobrenatural para notar que él estaba asustado por la respuesta de los estudios. Stiles y Sarah estaban asustados también, pero lentamente se iban resignando. Todo lo que les pasó desde que se deshicieron de la manada de Alfas, todo síntoma y pesadilla... Lentamente les fue preparando para ese momento.

Ambos nomás hubieran deseado tener algo más de tiempo. Algo más de control sobre sus mentes. Porque su padre no merecía tener que pasar por eso de nuevo. Scott no merecía tener que preguntarse cómo seguir su vida sin sus amigos a su lado. Derek no merecía perder otra persona importante a través de la muerte. Pensar en todas las personas que están defraudando al tener la enfermedad, les daba ganas de llorar y de maldecir la injusta vida.

Pero no podían controlarlo. Y aunque Scott dijera que él haría algo para salvarles, Stiles y Sarah sabían que no se podría. Ni sus sangre polaca ni la mordida de hombre lobo salvaría a los dos Stilinski de la enfermedad en su genética. Pero ninguno de los dos tuvo el valor de decírselo a su amigo de la infancia.

Scott se acercó a Stiles. Lo abrazó con fuerza pero sin hacerle daño. Stiles le rodeó con sus brazos y apretó su rostro contra el hueco entre el cuello y el hombro. Sarah quedó detrás, mirando la escena con tristeza y alegría. Unos segundos más tarde se separaron y fue el turno de Sarah de abrazar a su hermano. Lo abrazó con la misma intensidad que Scott, tal vez un poco más ya que no tenía fuerza sobrehumana que pudiera hacerle mal. Ignoró las lágrimas que escaparon de sus ojos. Le abrazó como si fuera la última vez que lo vería. Y en cierto sentido, era cierto. Después del estudio nadie podría decirle cuánto quedaba de Stiles o cuánto era parte de la demencia.

Al separarse miró directamente a los ojos de su hermano. Aquellos ojos que se parecían idénticamente a los de su madre. Marrón claro, pero con destellos dorados que se veían cuando el sol le golpeaba de frente. Sarah quiso ignorar el recuerdo del rostro de su madre, pero se le hizo imposible. Volvió a sentirse una niña pequeña que perdía a una persona importante en su vida.

—Te veo en un rato —le dijo Stiles. Y eso hizo que más lágrimas cayeran. Porque él veía lo mucho que le dolía a Sarah separarse de su hermano en la situación en la que estaban. Ella soltó un suspiro a forma de risa. Le dedicó una sonrisa a Stiles y asintió.

—Te veo en un rato, Sti —repitió.

Scott le acompañó hasta la habitación donde estaban los adultos. Melissa la tomó de los hombros y le guió a la habitación del costado. Una enfermera con cara familiar le recibió con una sonrisa. Repitió algunas cosas que dijo el doctor, como el ruido dentro de la máquina, y luego se puso a trabajar. Sarah acomodó su bata al sentarse en la camilla. Miró la pared detrás de ella, donde su hermano estaba y se volvió al ver a Melissa entrar al cuarto.

Ella no dijo nada. Se acercó a la muchacha y le depositó un beso en la frente. Le dedicó una leve sonrisa y salió de ahí. Sarah se acostó en la camilla y con un ruido metálico, se metió en el tubo. Cerró los ojos por el miedo. Cuando los abrió no supo describir lo que veía. Eran luces blancas a su alrededor. Era poco el espacio que tenía. Como una cúpula a su alrededor.

Como un ataúd, pensó su mente negativamente.

«Stiles, Sarah.» La voz del doctor se escuchó dentro. Sarah no podía ver el parlante. «El estudio puede tardar de cuarenta y cinco minutos a una hora. Recuerden, intenten no moverse demasiado. Ahora, escucharán el sonido del que les hablé. Es como un martillo golpeando algo de metal.» Ni bien se escuchó el micrófono apagado, el sonido surgió.

Era insoportable. Era exactamente lo que describió el doctor. Un martillo golpeando. Sarah suspiró. Tendría que soportarlo por una hora. Ojalá pudiera dormirse con facilidad para evitar el sonido molesto. Se movió un poco y luego se quedó quieta recordando lo que dijo el doctor. Miró un punto cualquiera entre las luces y cerró los ojos.

Tal vez así el tiempo pasaba más rápido.

•••

Derek salió del auto y se dirigió al hospital. Supuso que Kira venía detrás de él, no se detuvo a esperarla. Pero sí se detuvo al escucharla hablar.

—No sé si debería ir contigo —dijo. El lobo le miró con el ceño algo fruncido. Derek tenía demasiadas cosas en la cabeza como para tratar de razonar lo que había dicho la kitsune. Por suerte, aunque Kira no conociera su poca expresión en palabras, ella especificó: — Le vas a decir a Scott que Barrow probablemente haya usado el fuego de zorro para darle poder al nogitsune dentro de Stiles y Sarah.

El mayor asintió levemente. Entre los dos, después de que la joven le explicara bien sobre el fuego del zorro, llegaron a la conclusión de lo que realmente pasó aquella noche.

—Básicamente le dirás que ayudé a que un espíritu maligno se apoderada de sus dos mejores amigos —aclaró. Derek lo pensó y volvió a asentir.

—Es mejor que esperes aquí.

Se dio media vuelta y no desperdició más tiempo. Dejó el auto abierto para que la joven pudiera esperar ahí. Caminó con paso apurado. Se enteró por Scott que le harían estudios a los mellizos. Le sorprendió un poco no haber tenido ningún mensaje de Sarah. La verdad es que todavía no podía creer todo lo que pasó en menos de dos días. Con los dos jóvenes desaparecidos en la noche más fría del año, apareciendo estando sonámbulos, Sarah casi cayendo de un edificio a una altura mortal, los dos durmiendo casi todo el día siguiente y ahora... Exámenes médicos. Eso nunca era buena señal.

Derek sabía algo de la enfermedad que tomó la vida de la señora Stilinski. Sarah le contó sobre ella en el aniversario de su muerte. A ella no le gustaba hablar de esa época, prefería recordar memorias felices con su madre (lo cual era lógico, Derek también prefería rememorar a su familia viva y no el fuego). Pero aún así, Sarah se abrió contando algunas cosas de aquél tiempo. Y Derek hizo su investigación aparte. Solo para estar preparado, para comprender mejor por lo que Sarah había pasado.

Los síntomas de la demencia frontotemporal eran muy parecidos a las cosas que vivían Sarah y Stiles. Pesadillas, dificultad de diferenciar lo real de lo ficticio, ataques de pánico más frecuentes. Derek no había hecho la conexión a tiempo. A menos no hasta que Scott le avisó sobre los estudios.

Él sintió un hueco en el pecho cuando identificó que Sarah no le había avisado personalmente de lo que le harían a la tarde. Estuvo casi todo el día dormida pero aún así. Derek no sabía el por qué del silencio de su novia. ¿Estaría nerviosa? De ser así, Derek tuvo que haber estado ahí para ella. Sí, investigó más sobre lo que estaban enfrentando y descubrió respuestas a algunos interrogantes; pero eso podía esperar, Sarah no necesitaba respuestas, sino apoyo.

Pero si Derek tenía que ser honesto, haber estado esperando en el hospital, haciéndole compañía al señor Stilinski y todo lo que conllevaba tener paciencia en una situación tan delicada... Pues, probablemente no hubiera salido bien. Habría explotado de los nervios, tal vez incluso arruinar la poca buena relación que tenía con el shérif. Se sentiría inútil porque sus poderes de lobo no servían en esa escena ni podía ayudar a los dos Stilinski. Así que decidió mantener su mente y cuerpo ocupados. Buscando respuestas. Siendo útil.

Y lo fue. Encontró el bate de Stiles y el collar de Sarah. Kira le contó sobre el fuego del zorro. Y así con las piezas expuestas en su cabeza, fue armando levemente el rompecabezas. Todavía no estaba cien por cien seguro de que todas las piezas estuvieran en su lugar o si todavía faltaban para terminarlo, pero tenía una idea. Una teoría.

La primera pieza fue Aiden diciéndole lo que el resto pensaba, sobre Stiles siendo el nogitsune. Podía tener razón. Derek, si fuera un espíritu maligno, hubiera elegido otro huésped. Otro más fuerte, con poderes sobrenaturales. Y ahí es donde entraba Sarah. Había leído hace unos días sobre la capacidad del nogitsune de controlar otras personas (o criaturas, dependiendo de tal). Para el nogitsune era como una extremidad más, como una herramienta para usar. A ellos se le llamaban kumicho.

Si el kitsune oscuro se hospedó en Stiles por una razón que el lobo desconocía, pues Sarah debía ser el kumicho en ese escenario. Todos saben la conexión especial que tienen los dos mellizos, más allá de ser hermanos de sangre. Sarah tiene una conexión sobrenatural con todos aquellos a quienes quiere y necesita proteger; pero su hermano, esa unión debía ser aún más fuerte que el resto. Lo cual, otra vez, era razonable. Stiles era su hermano, su amigo, alguien que estuvo ahí desde el principio. A diferencia de Scott, Derek y el resto de sus amigos...

Esa era la teoría. El nogitsune en el cuerpo de Stiles y controlando a Sarah a la vez. Tal vez por eso sus ataques de pesadillas y de pánico eran más frecuentes e intensos. Eran ellos mismos luchando con lo que tenían dentro. Aquello que no les pertenecía.

Pero cuando McCall mencionó la resonancia magnética y Derek lo vinculó con la enfermedad de Claudia, pues temió que su teoría estuviera errónea. Que lo que les ocurre a Stiles y Sarah no era una lucha interna contra el nogitsune, sino los efectos de la enfermedad de su madre.

Y eso le asustó, interrumpió a Kira cuando ella le contaba algo respecto de los kitsunes oscuros y le indicó que debían ir directo con Scott para contarle todo lo que averiguaron. Intentó pretender que no estaba nervioso por Sarah pero no supo si logró que la chica se diera cuenta. Si Kira lo notó, no dijo nada al respecto.

Derek entró al hospital y fue directo al pasillo que McCall le indicó por mensaje. Al llegar el señor Stilinski no estaba fuera. Derek chequeó por donde había venido por si lo había visto y no se dio cuenta, pero no estaba tampoco. Debió haber ido a buscar algo para tomar o seguía dentro con el doctor. Derek sabe cómo hacen las resonancias y para qué sirven, pero no el procedimiento de los familiares o amigos que esperan a los resultados.

Scott estaba sentado en una de las muchas hileras de sillas. La más cercana a la puerta de sus amigos. Derek observó la madera que le distanciaba de Sarah. Suspiró y se volvió al lobo — ¿Hace cuánto entraron? —preguntó.

El chico alzó el rostro. Derek podía notar la preocupación en sus gestos. Y también olerlo. Estaba ansioso — Unos diez minutos. —respondió sin emoción alguna—. Tardarán media hora más aproximadamente.

Derek asintió, agradeciendo la información. No podía irse y volver dentro de treinta minutos. Ya estaba ahí, tenía que controlar sus nervios y estar presente cuando Sarah salga de su estudio. En frente de Scott había otras sillas, menos que la otra hilera pero las suficientes. Derek se sentó en la que enfrentaba a cara al lobo más chico. No dijo nada, no tenía nada para decir en ese momento.

Scott estaba demasiado preocupado por sus amigos, si Derek le soltaba la bomba del nogitsune, se pondría aún más nervioso. Y un lobo nervioso (siendo Alfa además) no era una muy buena idea. Así que calló y se sentó cómodo en la silla.

Dentro de unos pocos minutos, fue McCall quien rompió el silencio — ¿Recuerdas las cosas que me dijiste sobre las señales químicas? —Derek alzó la vista y asintió. Aquello pasó hace unas horas, pero se sentía que había pasado hace mucho tiempo—. Me recordó a la vez que me enseñaste a usar el enojo para controlar la transformación.

Derek sintió un escalofrío al recordar aquella parte de él. Cuando lo único que tenía era enojo y tristeza en sí. Y proyectando aquél en los problemas que empezaron con McCall siendo mordido. Tantas cosas ocurrieron el año pasado, tanto había cambiado. Si debiera volver, haría las cosas diferente. No dejaría que a Sarah la mordiera su tío, no se dejaría engañar tan fácil por Jennifer, hubiera protegido a sus Betas incluso si ellos no lo querían... Aquél Derek, desesperado, enojado... Ese no era él. Y por suerte, Sarah lo vio. Lo ayudó.

Era necesario aclararle eso también a Scott — Creo que tú me enseñaste más sobre ello —respondió, haciendo referencia al enojo como ancla. Y decía la verdad. Estaba equivocado en cuanto a Allison. Si bien no era una santa (le había disparado todo su arsenal a sus dos Betas), no era Kate. No manipulaba a Scott para luego destrozarlo. Y Scott, siendo el adolescente de intenso sentimientos que es, era más fuerte con el ancla puesta en alguien que le importaba.

Derek no se dio cuenta del control y la fuerza que requería el cambio de ancla hasta que inconscientemente le pasó. No podía saber el momento exacto de cuándo hizo el pasaje de anclas. Solo supo en cierto momento se preocupaba tanto por Sarah y su bienestar que sus ojos empezaron a brillar. Todavía recuerda la risa de Erica cuando le contó por qué le ocurrió. Y lo confirmó cuando peleó contra el Kanima, cómo el ver a Sarah ahí, con Gerard obligándole a curarle, encendió un fuego en su estómago. Una fuerza inhumana de querer destrozar a todos porque Gerard estaba tocando a Sarah.

—¿Me estás enseñando algo de nuevo? —preguntó Scott inseguro. Hale dejó salir una suave sonrisa. En aquél momento, sentía a McCall como un hermano. Como un igual, aunque el chico tenía mayor status.

—Piénsalo como un intercambio de secretos —indicó inclinándose para adelante, dejando sus codos en sus rodillas—. ¿Sabes? Llevé a Cora a Sudamérica. Es dónde vivió la mayor parte de su vida después del fuego —Scott asintió—. Pero ella no fue la única razón por la que me fui. Necesitaba hablar con mi mamá.

Scott frunció el ceño — ¿Tu madre muerta?

Derek soltó otra sonrisa. A veces se olvida de que Scott no nació siendo lobo, sin saber todos los secretos de los de su especie. Asintió, pensó no decir demasiados detalles, eso sólo confundiría al chico — Ella me dijo cosas que me hizo cambiar la perspectiva que tenía de muchas cosas. Me dijo que mi familia no sólo vivía en Beacon Hills, sino también la protegían. Cosa que sabía pero ella lo confirmó. Esta ciudad necesita alguien que la proteja. Alguien como tú.

Scott alzó las cejas. Sorprendido por las palabras. Derek lo sabía. Él como Alfa no había hecho mucho por la ciudad. El Kanima, la manada de Alfa, el darach... Luchaba contra ellos por supervivencia, no por protección. Scott al revés. Él luchaba para proteger a sus seres queridos y proteger el resto de las personas que no entendían qué ocurría. Scott sería mejor Alfa de lo que él había sido. Pero no se sentía enojado por tal hecho. Algo orgulloso tal vez, algo aliviado de no tener tanto peso en sus hombros. Aún así, no dejaría que Scott cargara todo el peso solo.

—Y alguien como tú para enseñarme algunos secretos —respondió el latino con una sonrisa de lado. Derek volvió a asentir.

Quedaron en silencio, Derek no tenía otra cosa para aportar a la conversación. Sólo quedaba esperar a que el estudio terminara. Pero el rostro de Scott se paralizó con asombro — ¿Qué? —preguntó el lobo mayor.

—Stiles y Sarah... Estaban protegiéndonos, de ellos mismos. —indicó. Derek frunció el ceño. Scott se levantó y corriendo fue a las escaleras. Le siguió.

Llegaron a la terraza. Donde habían estado hace menos de doce horas porque ahí les llevó el aroma de los Stilinski. Sabían que estaban luchando contra ellos mismos, pero ¿protegiéndoles? ¿De qué exactamente?

—¿Qué estamos buscando? —preguntó cuando el lobo más joven se acercó a una de las paredes. Scott se dio la vuelta.

—No estoy seguro. Pero Stiles y Sarah no estuvieron aquí sólo luchando contra ellos mismos —miró a Derek a los ojos—. Creo que estaban luchando por no hacer algo.

•••

Sarah no podía dormirse. Ni descansar. En realidad, no podía dejar de prestarle atención a ese molesto sonido. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que entró a ese gran tubo de ensayos eléctrico. Sólo sabía que quería salir de una vez. No era claustrofóbica, pero el espacio pequeño le estaba poniendo de los nervios.

Se sobresaltó al escuchar una respiración a su lado. Recordó las palabras del doctor. No debía moverse, si lo hacía tardaría más el estudio. Sarah suspiró. No podía ser una respiración, debía ser una brecha por donde entraba aire de la habitación. Estaba paranoica.

Se relamió los labios secos. Intentó pensar en otra cosa. Pensó en el instituto, cómo debía ponerse al tanto con las materias. Estaba reprobando Química. Dentro de poco tendría un examen para recuperar nota. Todavía no había empezado a estudiar. El constante ruido en su cabeza, las pesadillas y los juegos mentales no le dejaban seguir adelante con su vida.

Y no sólo en el área educativa, sino también en la afectiva. ¿Cuándo fue la última vez que salió con Derek a hacer algo normal? ¿Ver una película? ¿Comer en alguna cafetería? ¿O simplemente estar con el otro sin que uno esté en peligro? Ya no podía ni recordarlo.

Sintió algo de culpa al pensar en el lobo gruñón. Él le había salvado hacía unas horas y ella ni le mandó mensaje diciendo lo que pasaría esa tarde. Sobre los estudios. Tranquilamente pudo haber pedido el celular de su papá y llamarle ya que su celular quedó sin batería después de la noche alocada que tuvo. Sabía el celular de Derek de memoria. Al igual que el de Stiles, Scott y su papá. Tenía todo lo que necesitaba para llamarle y decirle lo que pasaba.

No tenía en claro por qué no lo hizo. Tal vez no quería arrastrarlo hasta el hospital. Tal vez no quería molestarle de nuevo con su problema. O tal vez estaba cansada de ser la damisela en peligro. Sarah no lo tenía bien en claro, sólo sabía que no le gustaba para nada todo lo que le ocurría. Derek no merecía tener a alguien tan loco a su lado. Él pasó por demasiado como para que ahora tenga que cuidar de una Sarah con problemas psicóticos.

Sin mencionar que el estudio, la resonancia, era una confirmación de que no era sobrenatural lo que le ocurría a Stiles y a ella. Sino algo mucho más complicado. Tal vez ella no estaba lista para admitir esa parte. No estaba lista para dejar su vida y convertirse en lo que su madre se convirtió con la enfermedad. Para dejar a su papá y a Derek atrás mientras Stiles y ella se alejaban de su consciente. Ninguno de ellos merecía lidiar con lo que les ocurriría si la enfermedad empeora.

Una lágrima se deslizó de su mejilla izquierda. Quiso limpiarla, pero recordó que seguía encerrada en el tubo. No podía moverse ni aunque quisiera. De repente, su cuerpo se tensó. Escuchaba pasos y alguien hablando. Parecía que la persona estaba en la misma sala que el gran aparato. Sarah no podía ver hacia afuera, sólo escuchar.

Trató de no moverse demasiado mientras agudizaba su oído — Todos la tienen... Nadie la puede perder... ¿Qué es? —le costó comprender las palabras. Y una vez que lo hizo, no entendió el por qué de ellas. ¿Acaso la persona en el cuarto estaba haciendo acertijos?

—¿Hola? —llamó ella. El sonido de la maquina, el martillo imaginario golpeando en su cabeza, le impedía escuchar lo que ocurría afuera. Pero aún así seguía identificando pasos y la voz.

—Si tú lo adivinas antes que tu hermano, consideraré dejarles ir —Sarah logró escucharle con más claridad. La voz rasposa. Perteneciente al hombre momia. Intentó no ponerse nerviosa. No podía saber qué ocurriría si su cuerpo tenía un ataque ahí dentro.

—¿Dejar a quién ir? —preguntó insegura, no sabía si quería saber la respuesta. ¿Acaso le hizo daño a alguien?

—Tus amigos... Tu familia...

Imágenes de Scott, Derek, Allison, Lydia, Isaac y su padre cruzaron por su mente con suma rapidez. No podía recordar la última vez que les vio salvo por su padre, su mejor amigo y su novio. Pero muchas cosas podían haber pasado desde el último segundo que estuvo con ellos.

—Todos aquellos que significan algo para ustedes... Nosotros les destruiremos, Sarah. Uno por uno.

—¿Por qué? ¿Qué quieres de mí? —sollozó. Se sentía tan inútil. Dentro de un tubo, sin posibilidades de salir e impedir aquello que la voz rasposa parecía prometer.

—Todos la tienen... Nadie la puede perder... ¿Qué es?

La respiración de Sarah empezó a aumentar de ritmo — No lo sé... —sentía sus lágrimas deslizarse por sus mejillas hacia la almohada que descansaba debajo de su cabeza. Se sentía aprisionada. Quería salir de ahí.

—Todos la tienen, nadie la puede perder. ¿Qué es? —la voz sonaba más dura. Sarah sentía que el hombre le hablaba al oído pero su voz resonaba en su cerebro, como el sonido metálico de la resonancia. Cerró los ojos con fuerza.

—No lo sé...

—¿Qué es, Sarah?

Se quedó en silencio. No sabía a qué se refería, nunca fue buena con los acertijos. Stiles era el más inteligente. Ella no podía resolverlo sola.

—¿QUÉ ES?

Sarah abrió los ojos.

Sintió que su mente por fin se relajaba. El sonido metálico y la respiración árida estaban en segundo plano, apenas las escuchaba. Las luces empezaron a parpadear y finalmente se apagaron. Segundos después, una luz más azulada se prendió. Escuchó el ruido de la máquina abriéndose y sintió la camilla deslizándose. Pero no se abría con normalidad. Parecía que alguien le sacaba a la fuerza de ahí. Esa persona debía tener fuerza sobrenatural.

La joven vio la oscura sala. La luz azulada de la máquina interrumpida en el medio del proceso era lo único que iluminaba el lugar. Sarah identificó a la persona que le sacó de ahí adentro.

Su hermano tenía una sonrisa de lado. La luz le iluminaba parte del rostro y le hacía ver más pálido. Sarah se sentía extraña. El ver a su hermano debía aliviarle, pero no lo hacía. Pero aunque sus sentimientos le dijeran una cosa, su cuerpo hacía otra.

Sintió su boca moverse en una sonrisa similar a la de su hermano. No podía verse en un espejo pero sabía que sus ojos miraban con intensidad a Stiles.

—Una sombra. —respondió. Y su hermano ensanchó la sonrisa.



*IRM = Imagen por Resonancia Magnética. Es el estudio que le hacen a Stiles en el episodio.

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