Paranoia [Teen Wolf]

Von its_the_impala

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[Libro dos de la saga de Stilinski Twins] «Paranoia es solo un sentido desarrollado de precaución» Cuatro mes... Mehr

Sinopsis
1. Tattoo
2. No le agrado a los pájaros
3. Here we go again
4. Fearless
5. Patrones que no existen
6. ¿Isaac? ¿Ya lo recuerdas?
7. Planeamos robar un banco
8. Just give me your tears
9. Emptyness
Trailer temporada 6b!
10. Definitivamente, hoy no es mi día
11. Cause it hurts like hell
12. Una tarde casi normal
13. Demasiados pensamientos
14. Sobreviviendo al Motel de los Suicidios
15. Sobreviviendo al Motel de los Suicidios
16. This is about us
17. ¡Ten cuidado si eres médico!
18. Un mal presentimiento
19. Para curar hay que sufrir
20. Memories
21. Sigamos con el plan... Ah, es verdad, no tenemos uno
Goodbye, Teen Wolf
22. El recital
23. Mi profesora de Literatura quiere matarme
24. Convincing you
25. Resiste, Cora
26. Guardianes
27. Need you to come back
28. Retirados, sí. Indefensos, no.
29. El atardecer
30. ¿El Nemeton no aparece en el GPS?
31. Que el show comience
32. Dieciséis horas
33. Corre, cariño, corre.
34. Tres Alfas y un darach
35. Lunar Eclipse
36. Cerrando etapas
37. ¿Esto es real?
38. Keeping up
39. Cuervos vs hamingja
40. La puerta entreabierta
41. Problemas con coyotes
42. Problemas con coyotes
43. Problemas con coyotes
44. Oír tu voz me hace bien
45. Un psicópata suelto. En Halloween. ¿Coincidencia?
46. Hora de una historia y de sushi
47. Problemas técnicos (más bien eléctricos)
48. Stranger dreams
49. La nuit est a nous
50. Post-party
51. ¿Dormir o volverse loco? Una decisión complicada
52. Otra perspectiva
53. Una llamada a medianoche
54. Una llamada a medianoche
55. Falling for you
57. Giving in
58. Fases de un macabro plan
59. Desperté con caos a mi lado
60. Wake me up when you need me
61. Me doy cuenta de lo que soy capaz
62. Soluciones temporales
63. Echo House
64. Echo House
65. Echo House
66. All Hell's Loose
67. Uno de dos
68. Siendo yo misma
69. Ahora lo que importa es Stiles
70. Kanji
71. Nos escapamos con una chica del instituto mental
72. Coup de foudre
73. Coup de foudre
ACLARACIÓN
74. Bad Moon Rising
75. No es el momento adecuado
76. The Divine Move
77. Todo tiene un final
Epílogo
Agradecimientos
Libro #3: Black List + Sinopsis
Playlist

56. En el entretiempo

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Von its_the_impala

56. En el entretiempo

Vio a Sarah entrar en el auto del shérif. Su hermano estaba dormido plácidamente, como si nada hubiera ocurrido, en el asiento trasero. Derek sabía que la chica caería dormida en pocos minutos, al igual que su mellizo. Parecía que haber sido sonámbulos le drenó las pocas energías que tenían almacenadas.

Siguió los movimientos de Sarah hasta que ella entró al vehículo. Antes de que pudiera pensar cuál sería su siguiente movimiento, si seguir a los Stilinski hasta su casa o ir a la propia, el padre de los mellizos se detuvo frente a él. Derek le observó con algo de sorpresa.

—Gracias, Derek. —dijo el susodicho. El hombre lobo asintió queriendo decir que no era necesario. No había buscado a los dos adolescentes porque le pidieron, sino porque le preocupaban. Incluso Stiles que aún actuaba como un niño pequeño (uno muy inteligente, pero Derek nunca diría eso en voz alta).

—Sé que no nos hemos presentado formalmente —siguió el shérif. Derek prestó atención a la conversación. Sabía que tenía el respeto del padre de Sarah pero aún así lo que podía seguir de ese comentario podía ser algo muy bueno o algo muy malo. Tantos años habían pasado desde que se sintió de tal manera. Como un adolescente—. Y lamento que hayan sido en estas circunstancias. Sé que eres alguien muy importante para Sarah. Y sé que eres un buen chico, aún después de todo lo que pasó el año pasado —Derek asintió otra vez. No dijo nada con miedo a estropear el optimismo de la conversación. El shérif rió—. Sarah no bromeaba con lo de que no hablas mucho.

—No sé qué decir, señor. —espetó él con toda cordialidad. Si su tío estuviera presente, ya se hubiera encargado de arruinar la imagen que Derek le estaba mostrando al shérif. Intentó no pensar en Peter y sus trucos.

El shérif soltó otra pequeña risa. Derek supo que esa era causa del alivio de encontrar a sus dos hijos a salvo — No tienes que decir nada. Sólo quiero que me digas... ¿Te importa mi hija? —el señor Stilinski ya sabía la respuesta. Derek podía notarlo por las reacciones que captaban sus sentidos. Pero a la vez sabía que era una prueba.

—Mucho, señor. —respondió casi instantáneamente. Pero conociendo a la familia Stilinski, su padre necesitaría más que eso. Así que se obligó a dejar su faceta silenciosa y se explayó un poco—. Ella me ha ayudado mucho desde que le conocí. No sólo con los temas sobrenaturales, sino también con problemas que yo mismo tenía conmigo mismo. Nunca podré agradecerle lo suficiente por haberme salvado de mí mismo. Y todavía no entiendo qué es lo que ve en mí, no después de todo lo que le confesé y de todos mis errores. Siento que no merezco tener a una persona tan agradable y perfecta a mi lado.

Derek ya no miraba al hombre, sino a la hija de tal. Podía notarla peinando a su hermano dormido. Segundos después se colocó contra él y cerró los ojos. Todo lo que había dicho era verdad y hasta el momento no lo había confesado con nadie. Le había dicho a Sarah que ella le salvó de sí mismo, pero no que sentía que no le merecía. Porque ella encontraría la manera de oponerse a su comentario y Derek le creería si ella dijera que la merecía y más. Y sinceramente no estaba seguro de que fuera verdad.

El señor Stilinski colocó una mano sobre su hombro y eso hizo que el lobo observara los ojos celestes del hombre. Esos ojos que Sarah había heredado en casi su totalidad — Eres un buen chico, Derek. Me alegro de que te tenga a ti para cuidarla —respondió y Derek soltó un suspiro que no sabía que contenía. El shérif le dio unas palmadas—. Pero eso no quita el hecho de que si le lastimas quiero que recuerdes que tengo permiso para llevar un arma.

—Las balas no me hacen daño, señor —contestó estúpidamente. No podía evitarlo, siempre que le amenazaban con balas o con cosas que harían daño a humanos, él sin duda respondía diciendo que no le iban a hacer nada. Era una respuesta inmediata, sin siquiera pensarlo.

Por suerte, el hombre no lo tomó a mal. Sonrió aún más y dijo: — Esperemos que no ocurra nada para que testeemos esa teoría —definitivamente el Stilinski mayor tenía el mismo humor que sus hijos.

El shérif sacó la mano de su hombro y con una sonrisa que agradecía mucho más que lo que ya había dicho, se dio la vuelta. Antes de que se alejara demasiado, Derek le llamó. El hombre se dio la vuelta con las cejas alzadas. El gesto le recordó tanto a Sarah que por un segundo se olvidó de qué iba a decir.

—Creo que debería llevar a Sarah al médico —su padre abrió la boca para responder, pero Derek agregó antes: — Al caer tomé su mano y el impacto creo que le rompió algún hueso.

El ceño fruncido del hombre apareció como respuesta — ¿"Al caer"? —preguntó sin comprender. Y en ese momento quiso odiar a Scott. Él le mencionó que Sarah despertó justo al borde de la azotea del instituto y que si bien cayó, él la atrapó. Pero claramente Idiota McCall no le dijo eso al padre. Entonces era él quien debía romper la noticia al shérif de la ciudad.

—Sarah estaba en la cornisa del techo cuando le encontré —dijo con delicadeza—. Estaba dormida y antes de que pudiera sacarle de ahí, despertó y cayó. Logré agarrarle de la mano antes de que cayera, pero al hacerlo creo que el impacto le rompió algún hueso —respondió repitiendo sus palabras. Había oído al señor Stilinski preguntarle a su hija si estaba bien o herida, y ella como siempre negó para que no se preocupara. Pero Derek no iba a dejarle que hiciera eso cuando podía ser que su mano estuviera quebrada.

El shérif quedó callado, procesando la información. Unos segundos más tarde alzó el rostro hacia la azotea del instituto, como si se estuviera imaginando la escena. Derek no supo si debía interrumpir su hilo de pensamiento o no. Así que recurrió a sus otros sentidos. Podía oler que el señor Stilinski había incrementado levemente su miedo y ansiedad. Su oído captaba su corazón palpitando con rapidez.

Eran reacciones normales cuando alguien le mencionaba lo que Derek acababa de contarle, pero por alguna razón el lobo sentía que había más detrás de ello. Como si hubiera encontrado conexión entre lo que ocurrió con Sarah y otra cosa. No preguntó y el hombre definitivamente no le contó qué pensaba. Asintió y volvió a agradecerle por salvar y encontrar a su pequeña.

Se dio media vuelta y entró al vehículo. Encendió el motor y se alejó del instituto lo más rápido posible.

•••

Cuando el señor Stilinski apagó el motor del auto, no se pudo mover del asiento. Sabía que debía salir de ahí y pedir ayuda para que pusieran a sus hijos en dos camillas. Melissa debía chequearlos. Pero se vio incapaz de moverse. Su cuerpo aún estaba temblando de todo lo que había ocurrido en una noche. Desde que Derek Hale entró a su estación para decirle que sus hijos estaban desaparecidos y probablemente en peligro, hasta que encontró a los dos sanos y salvos. Casi sanos y salvos.

Si Derek decía la verdad (cosa que así se suponía, pues ¿qué ganaría con mentirle al shérif?), Sarah probablemente tuviera la muñeca quebrada. Stiles necesitaba un baño pero dentro de todo, el varón de sus hijos no estaba herido.

Miró a los dos a través del espejo retrovisor. Ambos durmiendo, la cabeza de Sarah sobre el hombro de Stiles. Stiles con la boca abierta y roncando levemente, su cabeza apoyada en la de Sarah. No los había visto dormir así de juntos desde que eran pequeños. Después de la muerte de su Claudia.

Pensar en ella le deprimió aún más. Sacó de su abrigo la pequeña libreta. Abrió a la primera hoja y se detuvo al ver los síntomas. Desde que se enteró de todo lo sobrenatural, anotaba todo lo que pensaba que se relacionaba con eso. También usaba la libreta para las compras del supermercado y cosas cotidianas. Pero en ese momento, la libreta tenía un uso que no le gustaba para nada.

Ni Stiles ni Sarah fueron muy abiertos con todo el tema de las pesadillas. Él sólo se encargaba de contenerles cuando se levantaban gritando o tenían algún episodio similar en su presencia. Pero Scott le mantenía al tanto de los avances (más bien el empeoramiento) de sus ataques. Le contó sobre el ataque de pánico de Stiles en el instituto, del ataque de demencia de Sarah y demás.

Mientras más le contaba el joven McCall más recordaba a su esposa y su enfermedad. No quería ser pesimista, pero todo lo que Stiles y Sarah estaban sufriendo era muy similar a los síntomas de Claudia cuando empeoró de su enfermedad. No podía ser coincidencia, él lo sabía. Uno es un incidente, dos, coincidencia, tres, un patrón.

Le aterraba pensar que sus dos hijos pudieran sufrir de la misma enfermedad, con tan joven edad.

Y lo que Derek le mencionó sobre Sarah. Estaba al borde de la azotea. Le hizo recordar a uno de sus peores momentos. Sarah y Stiles apenas tenían nueve años. Los tres fueron a visitar a Claudia. Estaba empeorando y la mujer pidió ver a sus niños una última vez antes de perder la cabeza definitivamente. Él recordaba que el médico no aprobaba que sus hijos volvieran a verla, ya que Claudia podía tener un fuerte ataque de demencia. Pero ella suplicó y él no tuvo el corazón para negarse a que vea a sus hijos.

El doctor tenía razón. Claudia tuvo un ataque al verles. No al principio, sino a los minutos. Empezó a gritar que era la culpa de los niños que ella estuviera muriendo. Logró escapar de su habitación y corrió a la azotea. Él le siguió y los dos pequeños asustados también.

Los cuatro se encontraron en la azotea. Sarah y Stiles tomados de la mano, con expresiones asustadas. A punto de llorar. Estaban lejos, a unos cuatro metros, cerca de la puerta. Pero Claudia estaba al borde del techo. Él le sostenía de una mano para evitar que siguiera retrocediendo. Murmuraba cosas sin sentido. Que sus hijos le querían atacar, que ellos le quitaban su vida lentamente, que ellos tenían la culpa de todo.

No pudo evitar pensar en esa escena pero con Sarah. ¿Algo así ocurrió cuando Derek le encontró? No quería saberlo, porque sería una dosis de realidad que él no estaba dispuesto a digerir. No podía perder a ninguno de sus hijos. Ellos eran lo más preciado que tenía.

Tomó aire y lo dejó salir. Apretó con fuerza el volante, sus nudillos convirtiéndose en blancos y luego lo soltó. Volvió a suspirar y salió del auto para así llamar a quien debía y que se aseguraran de que sus hijos no hubieran sufrido algún efecto del frío de la noche. Y para que chequearan la mano de su hija.

•••

Derek se prohibió ir a su departamento. Sabía que ni bien pisara el lugar no iba a poder relajarse. Ni dormir. No con todo lo que pasó. La desesperación, el miedo, la agitación. Su instinto de lobo aún demandaba ir con Sarah y quedarse a su lado para protegerla de todo. Como un perro guardián. Pero sabía que no podía hacer eso. Su padre les cuidaría y protegería.

Así que prefirió hacer cosas útiles con su tiempo. Scott volvió a su casa. Isaac también. Ambos probablemente lograrían volver a dormir. De Allison no sabía nada (y tampoco le importaba demasiado). Se enteró por Scott que Lydia había encontrado una pista en el lío de hilo rojo que hizo Stiles pero esa pista llegó a un callejón sin salida. El joven dijo que Lydia parecía muy segura de lo que había descubierto, pero que aún así ni Stiles ni Sarah estaban en el sótano de Eichen House.

Derek quiso explicarle que el poder de una banshee es inexacto y a veces no se interpreta como debería. Pero Lydia ya había partido para su casa.

El lobo fue a buscar su auto. El Camaro que hacía tanto había dejado olvidado. Lo había dejado de usar porque le recordaba demasiado a Laura y todo lo que ocurrió el año pasado. Sin mencionar que en aquél momento tenía una manada y en el Camaro apenas entraban tres. Por eso había comprado la camioneta Toyota. Quién diría que poco después dos de sus Betas murieron y el otro se fue con otro Alfa. Cora probablemente se hubiera burlado de la mala inversión si no hubieran muerto sus Betas.

Desechó esos pensamientos y se acercó al Jeep, aún muerto de batería. Recordó que habían encontrado el auto en el hospital. Decidió hacerle un favor a los Stilinski y revivir el Jeep con su propia batería. No era muy complicado, con dos cables gruesos y pinzas en ambos lados. Tenía que conectar su batería del Camaro a la del Jeep. Pero debía conectar primero el cable a tierra antes del otro.

Cuando escuchó el rugido del Jeep, sacó ambos cables y bajó el capó. Se acercó al asiento del piloto y apagó el motor con la llave que habían dejado puesta. Al salir, uno de los gemelos se le apareció en frente. Cerró la puerta y volvió para su Camaro.

—¿Tú crees que fueron sólo sonámbulos? —preguntó de repente Aiden. Derek sacó los cables de su batería y cerró el capó. Se giró al lobo con las cejas alzadas—. ¿O es algo más?

—En esta ciudad siempre es algo más —murmuró enojado por las palabras.

Nunca había deseado volver a Beacon Hills. Y aunque su estadía en Sudamérica no había sido del todo placentera, se sintió más en paz que aquí. Lo único bueno de la ciudad es que tenía a Sarah y algo así como una manada. Aún no comprendía qué papel jugaba en el grupo que formó Scott.

—¿Y si te digo que sé algo sobre ese "algo más"? —Derek alzó nuevamente las cejas, pero sin expresión curiosa—. Escuché a Stiles hablando con Scott y Sarah en el instituto. Él creía que había sido quien escribió el mensaje en la sala de Química. El mensaje que le decía a Barrow de matar a Kira.

—Tú crees que Stiles. Delgado, indefenso Stiles, ¿es el nogitsune? —Aiden alzó los hombros—. ¿Un poderoso y oscuro espíritu?

—No soy el único que lo piensa. Soy el único que lo dice en voz alta. —indicó el gemelo con calma. Derek se le quedó mirando con el ceño fruncido.

—¿Esta cosa quiere poseer a alguien y elige a Stiles? ¿Por qué no tomaría a alguien más grande, fuerte? ¿Alguien con más...? —su mente trabajaba más rápido de lo que él podía reaccionar—. ¿...poder?

Se detuvo y analizó sus palabras. Aiden no parecía compartir el mismo hilo de pensamiento ya que Derek podía oler la confusión saliendo de él. Sin muchas palabras, se despidió del gemelo y se metió dentro del Camaro.

Necesitaba más información, pero no podía simplemente buscarla en internet. Necesitaba hablar con la chica.

Con Kira.

•••

Stiles y Sarah se mantuvieron despiertos unos pocos minutos cuando entraron a la misma habitación. Melissa había arreglado que hubieran dos camillas en una porque así sería más fácil chequear en ellos cuando se necesite. Su padre entró y les cuestionó con un par de preguntas simples. Ambos mellizos estaban algo confundidos, aún les costaba asimilar que todo lo que pasó en menos de cinco horas fue real. Su padre no presionó después de eso.

Salió de la habitación dejándoles que descansen un rato. Melissa y su familia estaban ahí, junto con Lydia. El hombre no estaba enojado con la pelirroja después de que ella le guiara hasta Eichen House convencida de que sus hijos estaban ahí. No entendía mucho de lo sobrenatural y según Stiles y Sarah, Lydia era una banshee que aún no conocía sus capacidades del todo. Aún así, ella se dispuso a ayudar. Tenía que agradecerle por eso.

El agradecimiento a Rafael McCall por haber encontrado a su hijo no fue algo difícil de decir. Puede que el padre de Scott haya venido a sacarle de su puesto en la estación de policías, pero después de que haberlo ganado nuevamente, el agente McCall se quedó por el caso Barrow y para intentar arreglar lo que rompió en su familia. El shérif estaba agradecido que el sujeto haya identificado el lugar por una cosa que dijo Stiles en pánico.

Él acompañó a Scott y Lydia hacia la salida. Los dos tenían clase por la mañana y apenas aprovecharon la noche para descansar. El shérif notó la confusión en la pelirroja y esperaba que ella no se culpara por haber indicado una pista errónea. Él, siendo policía, seguía más pistas equivocadas que certeras.

Melissa quedó a su lado. Se cruzó de brazos, miró la puerta donde sus hijos estaban detrás y dijo: — El otro día... Les pregunté algunas cosas. Sólo síntomas y... —se quedó callada. Un hombre en los parlantes llamó a un equipo pero ninguno de los dos dijo algo al respecto.

El mayor Stilinski sabía qué le estaba diciendo la mujer — Sí, sí... Creo que sé de qué hablas. —le entregó su libreta—. Estuve escribiendo lo mismo durante las últimas dos semanas. —Melissa abrió y leyó los síntomas. Los mismos que ella ya había diagnosticado hace horas. Alzó la mirada hacia el hombre—. Necesitamos hacerles unos estudios.

Melissa asintió, sintiéndose horrible por todo lo que su amigo estaba sintiendo en el momento. No sabía cómo ayudarle. Ella deseaba que lo único que tuvieran los dos chicos era falta de descanso.

•••

Al día siguiente, Derek se despertó temprano y condujo hasta el instituto. Sabía que Kira estaría ahí. La encontró en el pasillo principal, llamando a Scott quien con todo lo que ocurrió anoche apenas le escuchó. Derek le aseguró a la chica que simplemente tenía demasiado en su plato ahora mismo y que él podría ayudarle en lo que le pidiera. Ella le preguntó por qué le ayudaría, Derek apreciaba que fuera cautelosa.

—Quiero que me cuentes todo lo que ocurrió en la estación con William Barrow. En realidad, quiero que me lo enseñes —Kira tardó en acceder.

Derek entendía por qué la chica estaba terriblemente callada. De por sí ya la había identificado como tímida. Además, ella no le conocía. Se vieron en la casa de Scott cuando los oni querían analizarles. Y sí, él ya sabía qué era ella pero nunca tuvieron una conversación sobre lo sucedido.

Se subieron al Camaro. Derek condujo hacia la estación. Recordaba lo que Sarah le había dicho que pasó aquél día. Mantuvo los datos importantes presentes en su cerebro. Como el hecho de que la chica a su lado había absorbido la electricidad de todo Beacon Hills. Derek no sabía los números, pero sabía que era mucho voltaje. Y Kira al ser una kitsune, no tuvo ninguna herida ni consecuencia. Salvo por el hecho de que su aura es más intensa.

Llegaron al lugar y ambos se bajaron. Kira le guió hasta donde Barrow le mantuvo cautiva. Todo estaba normal, habían arreglado las rejas y puesto bien los carteles. Derek se concentró en su olfato y oído. Oía el zumbido de los aparatos haciendo su trabajo y no olía nada en particular. Siguió caminando por la gran sala hasta que se detuvo al ver una puerta de reja abierta. Le sorprendió aún más lo que vio dentro. Parecía un gran locker. Y tenía un gran bate de béisbol pegado a su puerta.

—¿Qué es eso? —preguntó confundida la adolescente. Derek frunció el ceño.

—Es el bate de Stiles. —respondió. Se acercó al objeto y usando su fuerza lobuna lo sacó del locker. Le costó hacerlo y eso le hizo confundir aún más. Hasta que sus ojos captaron la línea blanca del suelo, en perpendicular al locker. Se posicionó donde la línea terminaba, justo a los pies de Kira, afuera de las rejas. Colocó la punta del bate en la línea y el magnetismo hizo su trabajo. El bate voló nuevamente al mismo sitio donde había estado antes de que Derek lo sacara de ahí—. Está magnetizado. —razonó el lobo. Quitó sus manos del bate y bajó la mirada, tratando de asimilar lo que significaba eso. Nuevamente, sus ojos vieron algo que le llamó la atención.

Se agachó y lo tomó con suma delicadeza. Era una pequeña cadena plateada con un dije de media luna con una estrella a su lado. Reconocía el colgante, pues había visto a Sarah usarlo muchas veces. Había sido un regalo de Allison si el lobo no se equivocaba.

Apretó los labios y guardó la cadenita en el bolsillo de su chaqueta. Se alzó y miró a la kitsune — Necesito que me digas todo lo que sabes sobre el fuego del zorro.

•••

Scott hizo lo que le dijeron. Se aseguró de que Lydia llegara a su casa después de que encontraran a Stiles y a Sarah y después fue a la suya a dormir un rato antes de partir al instituto. Le llegó un mensaje de Isaac diciendo que Allison estaba bien, simplemente tenía el celular apagado (algo que no era usual en la cazadora). Se sintió mucho más tranquilo después de asegurarse de que sus amigos –su manada– estaban sanos y salvo.

Aunque en el hospital, al oler a los dos mellizos... Algo no cuadraba. Scott no era muy bueno con su sentido del olfato. Es decir, olía todo lo que había ahí pero muchas veces no podía identificar olores. Con aquello que le dijo Derek en el tejado del hospital, pues le dio un tip para identificar emociones a través de los olores, pero aún así le costaba. Decidió ignorar ese sentimiento de que algo no andaba mal y se durmió.

Al día siguiente, estuvo ausente en muchas clases. Era diferente no tener a sus dos amigos de la infancia dando vueltas a su alrededor. Se sentía terriblemente solo. Tenía un presentimiento de tener que hacer algo para ayudarles pero no se le ocurría qué. Su madre esa mañana le indicó que le harían estudios a Stiles y a Sarah a la tarde, por si quería ir a apoyarlos. Scott no dudó en asentir.

Le avisó a Lydia de los estudios por si ella también quería estar ahí para los mellizos pero se negó. Parecía aún estar culpándose por su errónea pista la noche anterior. Scott no presionó, le prometió avisarle cómo estaban los dos Stilinski después del estudio.

Al terminar las clases, habló unas rápidas palabras con Isaac y Allison. Al parecer, el celular de la cazadora apareció con muchos buzones de voz en la noche. El mismo eran instrucciones en japonés de una base militar (ya le habían preguntado al profesor Yukimura al respecto). Scott le dijo que no tenía ni idea qué significaba y que en ese momento no podía darse el lujo a pensar en aquello. Apreció el hecho de que le explicaran pero indicó que ahora estaba muy ocupado preocupándose por sus amigos.

—¿Por lo de anoche? —preguntó Isaac sin sonar duro. El lobo también se había preocupado cuando Scott le despertó diciendo que Stiles estaba en problemas. Obviamente se preocupó aún más cuando encontraron a Derek en la casa Stilinski diciendo que Sarah también estaba en peligro.

Allison le observó con los ojos marrones bien abiertos. Scott supuso que su amigo le comentó todo lo que ocurrió con Stiles y Sarah, podía notar que ella también estaba preocupada. Explicó brevemente que esa tarde les harían estudios para descartar la idea de que sea algo natural (y proveniente de la enfermedad de su madre) para así idear un plan en caso de que sea sobrenatural.

Se alejó de la cazadora y el lobo prometiéndoles también avisarles si tenía noticia de los dos mellizos. Y sin más, tomó su motocicleta y condujo hasta el hospital.

Cuando llegó al recinto. Sarah y Stiles estaban despiertos. Vestidos en batas celestes. Scott parecía haber interrumpido algún tipo de conversación entre ambos, quiso disculparse pero antes de eso, la muchacha se lanzó a abrazarle. No supo a qué correspondía tal acto pero no dudó en responder el gesto. Sarah se separó de él y le dio una suave sonrisa.

Observó a Stiles en la otra esquina. Él asintió. Scott no se había dado cuenta de que ambos Stilinski le estaban consolando. Como si ellos pudieran notar toda la preocupación que guardaba por sus amigos. Eran sus hermanos, aunque no fueran biológicos. Sin Stiles ni Sarah no estaría vivo, hubiera perdido la cabeza hacía años. Se acercó al muchacho y él mismo le dio un abrazo que le dejó sin aire.

Se separaron cuando alguien entró a la habitación. Era el señor Stilinski, seguido de Melissa.

—Es hora, chicos.

Los mellizos asintieron. Y el corazón de Scott aceleró su pulso.

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