52. Otra perspectiva
Melissa McCall salió del cuarto donde Sarah estaba. La mujer sintió una presión algo dolorosa en su pecho cuando ambos Stilinski le dijeron "gracias, mamá." Sabía que no le correspondía tal comentario. Se sentía como si los hubiera robado de la persona que realmente los merecía. Claudia Stilinski.
Miró los dos números de las puertas enfrentadas. Los dos hijos Stilinski, teniendo tales problemas... Sueños vívidos, no poder diferenciar la realidad de la fantasía, miedo a dormir por no saber cuándo despertar, ataques de pánico, en estado alerta, de paranoia... Los engranajes funcionaban con rapidez en el cerebro de Melissa. No podía ser coincidencia.
Tomó ambos papeles, los que hace un momento estaban en blanco y ella completó.
Le parecían extrañamente similares los síntomas... No entre ambos mellizos, sino con otra paciente. Siguiendo su instinto, fue hacia la sala donde guardaban todas las historias clínicas de los pacientes del Beacon Hills Memorial. Incluso de los fallecidos. Especialmente los de los fallecidos.
Cerró la puerta detrás de ella asegurándose de que nadie le haya visto entrar. No es usual que una enfermera revisara historias clínicas de otros pacientes. No perdería su trabajo por esto, tal vez algún reproche, pero ni siquiera eso si era cuidadosa.
Tomó las primeras hojas de las dos historias clínicas que rellenó con Stiles y Sarah. Revisó otra vez los síntomas. Eran similares. Sostuvo las hojas, alzó la mirada y buscó la caja que contenía las historias de 2004. Al encontrarla, sacó la tapa y buscó entre los apellidos con S.
Sacó el informe que buscaba. Abrió en la última historias clínica del paciente y leyó en voz alta las últimas anotaciones del doctor.
—El paciente es irritable e impulsivo. Se queja de sueños vívidos durante el día. Incapaz de distinguir la fantasía de la realidad, ocasionalmente alucina. Los síntomas surgieron con un agudo insomnio.
Suspiró, odiándose por tener razón. Tomó los dos papeles de los mellizos Stilinski.
ALUCINACIONES
IRRATIBILIDAD
IMPULSIVIDAD
AGUDO INSOMNIO
ATAQUES DE PÁNICO
ANSIEDAD
Melissa miró ambas anotaciones esperando que sus ojos le engañaran. Que las palabras cambiaran. Que no tuviera razón. Pero eso no pasaría. Fue enfermera por mucho tiempo, sabe cómo son las cosas. Stiles y Sarah sufrían los mismos síntomas que su madre al morir.
Cerró la historia clínica de Claudia Stilinski. Con el gran FALLECIDA EN 2004 en la tapa. Tomó aire y pensó con detenimiento. Debía comentárselo al shérif. Probablemente no tenía ni idea de lo que sufrían sus dos hijos. Con su marido molestándole en el área de trabajo, Melissa no puede culpar a Noah de no estar muy presente en la casa.
Antes de desesperarse, decidió esperar a que los dos chicos se levanten de su siesta. Si se sentían mejor y las cosas pasaban, no sería necesario preocupar a nadie. Tal vez era todo un efecto del sacrificio que hicieron para encontrarles antes de que Jennifer les matara. Ella sabe que Scott tuvo problemas con el control. Y oyó algo sobre Allison que veía a su tía. Tal vez los dos Stilinski sufrían de eso.
Melissa sólo esperaba a que las cosas mejoraran. No quería tener que decirle a su amigo que sus dos hijos podían tener la enfermedad de su madre.
•••
Derek se despertó al escuchar a alguien moviéndose en su casa. Se puso en alerta. Se incorporó de repente, con las garras y colmillos listos para atacar. Recordó que Sarah se había quedado a dormir. Pero la chica no se encontraba a su lado. Antes de levantarse, agudizó su oído lobuno.
—Vamos, Ethan, ayúdame con esto, ¿quieres? —escuchó una voz que le irritó. Aún así no se movió de su lugar. Que los gemelos hayan despertado de su siesta no era su problema—. Sabes qué pasa si no ayudamos.
—Si no ayudamos a Scott, no entiendo por qué tenemos que estar aquí recogiendo basura.
—Porque hicimos enojar a Sarah, por consiguiente a Derek. Y si no hacemos algo para equilibrar la balanza... Mira, no queremos tener a Derek en nuestra contra. —hubo un silencio—. No más de lo que ya está por nuestras acciones. Estamos solos, necesitamos una manada. Y no podemos hacer eso si la única manada que encontramos están enojados con nosotros.
Un suspiro. Derek consideró sus opciones. Podía seguir durmiendo e ignorar a los dos idiotas. Pero no sabía dónde estaba Sarah y no escuchaba su latido en el edificio, por lo tanto si volvía a dormir no se quedaría ni quieto ni tranquilo. Además, tenía cosas por hacer. Por muy cansado que esté por la pelea y lo que sea que le hicieron esas sombras antes de ello, tenía que ponerse a trabajar.
Movió las sábanas de su cuerpo y agarró la ropa que había dejado a un lado antes de irse a dormir. Olfateó el aire para saber hacía cuánto se había ido Sarah. Su aroma, cubierto de vainilla, aire fresco y algo puramente Sarah, seguía ahí. No se había ido hacía mucho tiempo. Chequeó la hora y concluyó que probablemente haya ido al instituto. Las clases empezaban en media hora. ¿Se fue caminando?
Una vez vestido y presentable, salió de la habitación cerrando la puerta por inercia. Eso hizo que los otros hombres lobo presentes se callaran y le observaran al bajar de la escalera caracol. Ethan y Aiden tenían una bolsa de basura. Ya habían levantado la mayoría de los vasos, pinceles y cosas flúo del suelo.
Derek les ignoró, como si no fueran más que muebles en su apartamento. Fue a la cocina y se sirvió el poco café que había preparado ayer. Por suerte, ningún adolescente borracho consideró tomarlo. Uno nunca se mete con el café de un hombre lobo a menos que esté buscando que le arranquen la garganta.
Tomó un buen sorbo. Al darse la vuelta, los dos gemelos le observaron.
—Derek...
El mencionado alzó las cejas. No esperaba nada de esos dos. Ni siquiera sabía por qué estaban ahí limpiando su salón. No se quejaba, pero no entendía. Uno de los gemelos le entregó una nota. Frunció el ceño levemente.
Der, me fui al instituto. Les dejé una nota a Dummie 1 y 2 para que limpiaran el lugar (tal vez les amenacé con que les arrancarías sus gargantas con tus dientes :) ). Después hablamos,
- S <3
Una sonrisa involuntaria surcó sus labios.
—Vaya, sí que le quieres. —al recordar que no estaba solo gruñó ante el comentario. Se guardó la nota en su pantalón y se giró. No fue necesario darse la vuelta para saber que su hermano le codeó—. Ay... Digo... Está bien. Sarah es una linda chica, cuando no me tira vasos llenos encima...
—Aiden, en serio, cállate.
—Pero...
—¿Qué siguen haciendo aquí? —interrogó el mayor de la sala. Los dos gemelos dejaron de lanzarse miradas y observaron al hombre lobo. Derek se giró dispuesto a mandarlos a mudar. No estaba de humor para lidiar con esos dos.
—¿Estamos limpiando? —debería haber sonado como una afirmación, pero Ethan usó un tono de pregunta. Derek alzó sus cejas y entrecruzó sus brazos.
—No les veo limpiar.
Miró a su hermano y se dieron la vuelta con suma rapidez. Derek trató de guardarse el orgullo. Los dos gemelos estaban intentándolo. Derek sabe lo que se siente no tener una manada y solo a tu hermano. Lo vivió con Laura. Sabe que no es fácil. No perdonaba del todo a los dos gemelos, pero sí les entendía. Así que por esa razón era menos duro de lo que debería ser. Además, ellos están buscando la aprobación de Scott, no la suya. Era un peso menos sobre sus hombros.
Los gemelos tardaron quince minutos en ordenar todo. Habrían tardado menos si no hubieran malgastado tiempo quejándose de los olores y manchas dudosas. Derek quiso gruñirles, recordarles que él vivía ahí y que ellos metieron esos olores raros en su departamento. Cuando el lugar quedó mucho más limpio, los dos gemelos partieron sin demasiada despedida.
Derek terminó de desayunar y observó la hora. Sarah estaba en el instituto. No quería distraerla. Después hablaría de lo que quería hablarle. Puede esperar. Se pasó una mano por el rostro. Ordenó las cosas que usó en la cocina y fue a darse un baño.
Cuando el agua golpeaba contra su cuerpo recordó los eventos de ayer. Cómo estaba haciendo un recorrido por la reserva, cómo al volver a su camioneta unos niños le interceptaron y pidieron dulces. Él había sido listo y había comprado una bolsa llena de caramelos masticables. Apreciando el miedo de los niños, tomó dramáticamente la bolsa. Después de darles un par a cada uno, hizo brillar sus ojos y lanzó un gruñido suave. Los chicos gritaron de euforia y corrieron por donde vinieron. Debía contárselo a Sarah, ella se reiría. Y a él le encantaba su risa.
Cerró el agua, se secó y se vistió. Recordó también cómo después de eso, esas sombras que después aparecieron en su loft, le interceptaron y quemaron la piel detrás de su oído. Se miró al espejo tratando de buscar la marca, pero su fisiología de lobo ya la estaba haciendo desaparecer. Se concentró entonces en las sombras.
En su mente no había información de tal cosa, pero empezó a pensar como un detective. Teniendo en cuenta todos los acontecimientos. Estas sombras no podrían haber salido de la nada. Obviamente debía tener conexión con el Nemeton. Buscó en algunos libros de su madre, los que sobrevivieron al fuego al menos. Con rapidez leyó algunas cosas, pero no encontró lo que buscaba.
Pensó entonces en la chica que estaba con Scott. Con sus ojos de lobo logró ver el aura que le recubría. Era un guerrero zorro. La chica tenía descendencia japonesa. No le sorprendía que fuera una kitsune. Por lo que le había dicho Sarah, ella había absorbido la electricidad que hizo que la ciudad se quede sin energía. Sus poderes estaban al máximo. Tal vez era eso lo que buscaban las sombras.
Aún así, no sabía qué eran y eso le molestaba.
Por ahora los datos que tenían eran que estas cosas venían de noche, tenía hasta el atardecer para resolver el problema. Sus máscaras y las espadas, venían de la cultura japonesa. Y probablemente haya conexión con la chica zorro. Las sombras atacaban, sí, pero lo que hacían principalmente era hacer un análisis en las criaturas sobrenaturales. Derek frunció el ceño.
—Están buscando algo. —dijo en voz alta. Con pasos rápidos fue a buscar su computadora, la cual había dejado en su cuarto. Se sentó en la cama y la encendió.
Las sombras tenían rasgos japoneses. La chica nueva era un kitsune, una criatura japonesa. Eso no podía ser coincidencia.
Una vez encendida, fue al buscador y tecleó con sencillez.
KITSUNE
•••
Derek había oído poco de tales criaturas. No eran comunes en Estados Unidos. Pero de chico leía muchas historias, le ayudaba a no sentirse tan solo siendo un hombre lobo. No recordaba mucho de los kitsunes. Y si tenía algún libro de ellos, se había quemado probablemente. Lo único que podía recordar era que eran japoneses, habían varios tipos (fuego, electricidad, entre otros) y había algo importante sobre sus colas.
Encontró cosas interesantes en internet. Le costó encontrar una página que hablara bien de la cultura japonesa, pero finalmente la encontró. Él tenía razón, había tipos de kitsunes. Alrededor de trece. Celestial, salvaje, océano, trueno eran los más conocidos junto con el de electricidad y fuego. Otro muy conocido era el kitsune oscuro. También llamado void. O nogitsune.
Derek empezó a recordar algunos otros datos. Cómo los zorros y lobos no se llevaban del todo bien y por eso casi nunca cruzaban caminos a menos que sea muy necesario. Cómo los kitsunes jóvenes, como aquella chica, tenían un aura más fuerte y usualmente no la ocultaban porque todavía no sabían cómo. Los kitsunes con más experiencia, al igual que los Alfas, pueden ocultar su aura (en caso de los lobos, su aroma). Requería práctica y mucho control sobre uno mismo. Se acordó también lo de las colas. Mientras más años y experiencia, más colas. Eran guerreros a su disposición. Seguían sus órdenes, sean buenas o malas.
Algo hizo click en su cerebro. Las sombras. Debían ser las colas de un kitsune. No de la kitsune joven que estaba en la fiesta. Ella no podía ni ocultar su aura, probablemente ni sepa lo que es. Debía ser otro, más experimentado. Aquél otro kitsune buscaba algo entre ellos.
Recordó el símbolo que desaparecía detrás de su oído. Buscó entonces símbolos japoneses. Lo encontró en una de las variaciones antiguas del japonés.
Kanji. Significa "uno mismo." Derek frunció ante el significado. Instintivamente se pasó las yemas de los dedos sobre dónde aún quedaba algo de la quemadura.
Uno mismo.
Salió de la página y volvió al buscador. Esta vez tipeó NOGITSUNE. Leyó con atención.
"El nogitsune, o kitsune oscuro, es una de las criaturas más poderosas. Se sabe que los kitsunes son representados como criaturas que buscan su propio beneficio. Engañan con intención de obtener lo que desean. Se divierten de la confusión e ignorancia de otros.
Pero el kitsune oscuro se divierte de algo mucho peor. Le gusta crear caos. Adquiere su poder del dolor y la tragedia. Este es uno de los kitsunes que les hace más sencillo poseer a una o múltiples personas. Para así, obtener más mentiras y caos a su alrededor. A estos portadores del nogitsune se les conoce como kumicho. En las leyendas están portados como humanos que ayudan al nogitsune, usualmente con cuervos a su alrededor.
Las colas de los kitsunes son guerreros y expresan el aura y deseos del zorro que les posea. Son prácticamente sombras y eso les ayuda en el combate. Estos guerreros se los conoce con el nombre de oni."
Derek dejó de leer e intentó guardar toda esa nueva información. Chequeó la hora antes de pensar su siguiente movimiento. 7:36a.m. Scott, Sarah y Stiles estaban en clase. Las sombras –oni– marcaban a los que analizaban con un símbolo que significaba "uno mismo." Por lo tanto, buscaban a alguien que no fuera uno mismo. Tal vez estos guerreros diabólicos no eran tal cosa. Después de todo, atacaron cuando Derek y Scott lo hicieron. Ethan, Aiden, Lydia y él estaban bien después de haber pasado la prueba de los oni.
Cerró la computadora con rapidez. Los oni miraban a Scott cuando amaneció. La chica kitsune estaba al lado de Scott. Cuando el sol se pusiera, los oni probablemente querrán analizarles. Ver si son ellos mismos. Debían estar buscando a un kitsune malvado. Al nogitsune o alguno de sus poseídos, los kumicho. Derek no podía estar seguro, pero debía haber otro kitsune en Beacon Hills que utiliza sus colas para encontrar al nogitsune.
Él mismo puede admitir que el asunto le marea. Especialmente con sólo tener cinco minutos para digerir toda la información. Si bien los oni podían ser de un kitsune desconocido que buscaba a uno malvado, también podían ser del malvado y estar haciendo otra cosa. No era una teoría certera, Derek prefería la otra teoría pero no podía descartar el hecho de que puede que se esté equivocando.
Se levantó de la cama y tomó las llaves de su camioneta. No iba a poner en suerte lo que sea que pasara al atardecer. Iba a proteger a Scott. Y si la nueva amiga de él no resultaba ser el nogitsune, entonces también le protegería a ella.
•••
Derek entró en acción justo en el momento adecuado. La casa de los McCall, a pedido y oferta de Deaton, tenía protección. De la sobrenatural. Derek debía admitir que eso era bastante inteligente, salvo por el hecho de que un humano debía activar tal seguridad.
Se encontró nuevamente con los gemelos que al parecer habían seguido de cerca a Scott para "cuidarle" de las sombras. Cuando estos dos empezaron a desconfiar de Kira (el nombre de la chica nueva), Derek interfirió diciendo parte de la información que sabía. Los dos gemelos se quedaron mirando a la chica con disculpa. Ella observaba con confusión (hacia Derek por saber del tema probablemente) y miedo (hacia Scott por los oni).
En el medio del lío, Derek se acercó al Alfa presente — ¿Dónde está Sarah? ¿Y Stiles? —Derek siguió los pasos de McCall desde las 8a.m. hasta ese momento (debían ser cómo las nueve). En ninguna de esas horas vio a los Stilinski. Intentó llamar a su novia, no respondía. Mandó mensajes al hermano de su novia, él tampoco respondía. Pero si Scott no parecía preocuparse por la desaparición de ambos, entonces no debía ser algo grave. No cambiaba el hecho de que a Derek no le gusta saber dónde o qué le pasó a su novia.
—Mi mamá me dijo que se chequearon en el hospital —frunció el ceño. Intentó contener su repentina rabia ante la confesión.
—¿Qué? ¿Por qué?
Scott bajó la mirada unos segundos. Derek olió algo de culpa en su aroma — Sus pesadillas y ataques de pánico... Están empeorando. Creo que es por el cansancio, ¿sabes? Ni Sarah ni Stiles han dormido más de dos horas seguidas en la última semana.
—¿Por qué no me lo dijo? —la pregunta era más para sí que para Scott. Él sabía que Sarah no estaba durmiendo, que sus ataques y alucinaciones no parecían mejorar. Pero nunca presionó con el tema porque éste era delicado. ¿Y ahora está en el hospital?
—Sé lo que piensas. Y no es por eso. Sarah confía ciegamente en ti. Pero creo que el problema es que no confía en sí misma. —Derek observó al adolescente con las cejas alzadas. Scott suspiró—. Esta mañana le vi tener un ataque de demencia, no de pánico. Repetía que yo no era real, que era Jennifer disfrazada para engañarle y herir a otros. Fue al hospital con Stiles después de eso. Mamá les dio un sedativo a los dos. No se han despertado todavía. Con suerte, volverán a la normalidad después de eso.
Derek asintió. Para despejar su mente de su novia que parecía estar volviéndose loca, le explicó brevemente lo que encontró sobre los oni y su teoría sobre el nogitsune. Una vez terminado, idearon un plan. Scott y Kira debían ser analizados por los oni. Para así saber que ellos son ellos mismos.
Después pensaría en lo estúpido que fue. En cómo no debió ignorar las señales de Sarah. Si bien le contó alguno de sus sueños, no le mencionó que sus alucinaciones empeoraban y eran cada vez más recientes. Sabía que la muchacha lo hacía para no poner más pesos en sus hombros, pero Sarah se estaba aplastando con aquél peso y Derek ni lo notó.
Cuando se despierte, se asegurará de no pasar desapercibido todo el peso que Sarah tiene en sí.
•••
La cosa salió mal. (¿Cuándo no?) Hubo pelea antes de que finalmente los oni inspeccionaron a Scott y Kira. El padre de McCall salió gravemente herido, así que Derek llevó a Melissa, Scott y su padre al hospital. La señora McCall se encargó de que su marido (¿ex?) tuviera la atención requerida. Cuando el ambiente se relajó un poco, Derek se acercó a la mujer y preguntó por el número de habitación de Sarah.
—Es la habitación al final del pasillo. La puerta a la izquierda —dijo ella, miró a su hijo—. Stiles está en frente —Scott entendió la indirecta. Salió corriendo a buscar a su mejor amigo. Antes de que pudiera irse a buscar a su bella durmiente, Melissa le detuvo—. Gracias, Derek.
Él no supo bien por qué le estaba agradeciendo. No parecía ser un simple "gracias por conducir hasta aquí y salvar al padre de mi hijo." Pero no se detuvo a preguntarle. La mujer tenía demasiado en su plato. Olía la ansiedad saliendo de sus poros. El cansancio también.
Asintió y partió a la habitación.
•••
Sarah se levantó al escuchar un alboroto. Simplemente abrió los ojos. Se sentía extraña. Muy calmada para su usual ansioso ser. Relacionaba la sensación con el mar. No sabía bien por qué.
Se levantó de la camilla. Sentía algo raro en sí misma. Se sentía como en un sueño. Melissa no le había mentido. No recordaba haber soñado nada. Ni Jennifer, ni hombres momias. Pero el sedativo parecía haber tenido mucho poder en ella. Apenas sentía su cuerpo. Hasta parecía que alguien más lo controlaba. ¿Acaso eso era posible?
Bajó las piernas y se mantuvo de pie. Sarah sabía que no estaba soñando, pero no podía evitar sentir que no estaba despierta. Sentía su cuerpo, pero no podía controlarlo. No del todo.
Un ruido extraño sonó detrás de ella. Su cuerpo se giró. Dos de las sombras que había visto hace casi veinticuatro horas aparecieron en frente suyo. Esta vez no sintió el característico terror como en el departamento de Derek. Esta vez estaba pacífica. Porque sabía qué hacer.
Una de las sombras alzó su brazo para tomar su oído. Sarah sabía qué era lo que quería hacer. Quería asegurarse de si ella era quien decía ser. No podía permitir que la sombra hiciera tal cosa.
Alzó la mano y detuvo el movimiento de la sombra. Ésta se hizo corpórea y permitió que Sarah le detuviera. Ella no podía ver la expresión de la sombra detrás de la máscara, pero supo que le había sorprendido. Notó cómo una sonrisa de lado surgió en su rostro.
Dobló la muñeca. No iba a producirle dolor midiendo sus golpes, pero sí podía desconcentrarle lo suficiente para hacer su movimiento final. Uno de sus puños golpeó el área del esternón, el pecho. Su intención había sido sacar aquella cosa que daba vida al oni. La luciérnaga en su pecho. Pero la sombra era astuta. El golpe de Sarah sólo hizo que su espalda diera contra la pared.
Sarah miró a la otra sombra que se mantenía estática mientras su compañera se incorporaba del suelo. Sarah estaba lista para seguir peleando, pero sus contrincantes desaparecieron justo cuando la puerta se abrió.
Sarah estaba de espaldas a tal. Vio cómo la luz se colaba por el hueco y el ruido se intensificaba. Sarah no se dio la vuelta. Cualquiera que le mirara en ese instante describiría su rostro diciendo que había perdido la cabeza o que su sonrisa prometía dolor hacia la persona que le enfrentara. Pero quién entró no vio esa mirada asesina, tan atípica de Sarah Stilinski, en su rostro.
—¿Sarah? —dijo la voz de Derek. La mencionada alzó su cabeza y ocultó su sonrisa peligrosa. Se giró con inocencia en los ojos y miró al hombre lobo—. ¿Estás bien?
Era una pregunta que tal vez no podría contestar con honestidad. Porque... ¿Qué es estar bien? La mente de Sarah era un sin fin de pensamientos cruzados. Emociones que desataban conflictos. Lo que acababa de ocurrir, ¿tenía algún sentido para ella? ¿Por qué lo había hecho? ¿Qué estaba pasando realmente?
Como si alguien desviara su pensamiento, como si alguien ocultara información dentro de su mente, observó a su pareja y asintió con lentitud.
—Estoy perfecta.
+++
Este fue un capítulo distinto a los que están acostumbrados.
Recuerdo que varios lectores me pidieron hacer capítulos con el punto de vista de Derek. Me he negado varias veces porque 1- no puedo escribir con certeza lo que pasa por la mente de Derek. Con Sarah es más sencillo porque yo le "creé", porque ella es como una parte de mí. Y 2- porque usualmente no me gusta cambiar el punto de vista de una historia a menos que sea muy necesario.
Pero creo que ya han podido deducir que Sarah no es la misma que siempre. Por lo tanto, sus pensamientos, emociones... La mente en general, estará dividida. Y no creo que pueda escribir tal cosa sin que se confundan constantemente (o al menos sin que yo me confunda constantemente).
Todavía no he planeado los siguientes capítulos. No sé si Sarah los narrará o una tercera persona omnisciente como en este capítulo. Tampoco puedo negar la posibilidad de que Derek narré alguno (es menos probable, pero ¿quién sabe? Tal vez ocurra).
Lo que sí sé es que mi principal opción será que Sarah narre. Porque es su historia y así es como decidí escribirla. Pero como será complicado de entender, al menos toda esta parte, me inclino por otro método de narración. Pero sepan que la narración de Sarah será la usual. La de tercera persona o de otros personajes probablemente sólo pasen en unos pocos capítulos y sólo de esta temporada por el tema del nogitsune.
Por lo tanto, espero que puedan apreciar la novela de cualquier manera. Si hay confusiones porque algo no quedó claro o mi escritura no es muy comprensible, haré lo que pueda para arreglarlo. También pueden preguntarme por privado o en los comentarios si no comprendieron, haré lo posible para responderles sin spoilers.
Nos leemos en el siguiente capítulo,
Danna