Paranoia [Teen Wolf]

By its_the_impala

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[Libro dos de la saga de Stilinski Twins] «Paranoia es solo un sentido desarrollado de precaución» Cuatro mes... More

Sinopsis
1. Tattoo
2. No le agrado a los pájaros
3. Here we go again
4. Fearless
5. Patrones que no existen
6. ¿Isaac? ¿Ya lo recuerdas?
7. Planeamos robar un banco
8. Just give me your tears
9. Emptyness
Trailer temporada 6b!
10. Definitivamente, hoy no es mi día
11. Cause it hurts like hell
12. Una tarde casi normal
13. Demasiados pensamientos
14. Sobreviviendo al Motel de los Suicidios
15. Sobreviviendo al Motel de los Suicidios
16. This is about us
17. ¡Ten cuidado si eres médico!
18. Un mal presentimiento
19. Para curar hay que sufrir
20. Memories
21. Sigamos con el plan... Ah, es verdad, no tenemos uno
Goodbye, Teen Wolf
22. El recital
23. Mi profesora de Literatura quiere matarme
24. Convincing you
25. Resiste, Cora
26. Guardianes
27. Need you to come back
28. Retirados, sí. Indefensos, no.
29. El atardecer
30. ¿El Nemeton no aparece en el GPS?
31. Que el show comience
32. Dieciséis horas
33. Corre, cariño, corre.
34. Tres Alfas y un darach
35. Lunar Eclipse
36. Cerrando etapas
37. ¿Esto es real?
38. Keeping up
39. Cuervos vs hamingja
40. La puerta entreabierta
41. Problemas con coyotes
42. Problemas con coyotes
43. Problemas con coyotes
44. Oír tu voz me hace bien
45. Un psicópata suelto. En Halloween. ¿Coincidencia?
46. Hora de una historia y de sushi
47. Problemas técnicos (más bien eléctricos)
48. Stranger dreams
50. Post-party
51. ¿Dormir o volverse loco? Una decisión complicada
52. Otra perspectiva
53. Una llamada a medianoche
54. Una llamada a medianoche
55. Falling for you
56. En el entretiempo
57. Giving in
58. Fases de un macabro plan
59. Desperté con caos a mi lado
60. Wake me up when you need me
61. Me doy cuenta de lo que soy capaz
62. Soluciones temporales
63. Echo House
64. Echo House
65. Echo House
66. All Hell's Loose
67. Uno de dos
68. Siendo yo misma
69. Ahora lo que importa es Stiles
70. Kanji
71. Nos escapamos con una chica del instituto mental
72. Coup de foudre
73. Coup de foudre
ACLARACIÓN
74. Bad Moon Rising
75. No es el momento adecuado
76. The Divine Move
77. Todo tiene un final
Epílogo
Agradecimientos
Libro #3: Black List + Sinopsis
Playlist

49. La nuit est a nous

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By its_the_impala

49. La nuit est a nous

—Derek va a matarme.

—Derek no va a matarte, Sarah.

—Sí, sí lo hará.

Miraba con terror toda la fiesta. ¿Cómo se supone que le explicaré esto? Tengo que hacer que esta fiesta termine o se vaya a otro lado. Lo cual es imposible porque no hay electricidad en ningún otro lado y hay miles de personas aquí dentro.

A mi lado, Isaac suspiró. Miraba la escena con tremenda calma — Prefiero que muestres un poco de preocupación por la próxima muerte de tu amiga —le indiqué. Él se cruzó de brazos y me miró con los labios apretados.

—Deja de ser tan dramática, ¿quieres? —pidió, apenas le escuché con la música fuerte.

—¿Yo dramática? No, soy realista. Si Derek ve esto...

—Sabrá que no fuiste tú. No es idiota. Se enojará, sí, pero no contigo. —explicó con demasiada tranquilidad. No sé cómo se contiene Isaac. Suspiré. Él tiene razón. Derek se enojará, pero tal vez no enteramente conmigo. Aún así, seguir con esta fiesta no me parecía una buena idea—. Lo único que puedes hacer ahora es disfrutar hasta que él llegue. Y le explicas lo que ocurrió.

¿Es que acaso Isaac no me conoce? Preocuparme es mi segundo nombre (no realmente, pero entienden la idea).

Antes de que pudiera volver a quejarme, Allison volvió. Se había metido en lo que sería la pista de baile para ver si encontraba a alguien conocido.

—Vi a Scott. —fue todo lo que mencionó. Esperé a que dijera otra cosa, si había hablado con él o si vio a otra persona, pero sus ojos cafés no me observaban a mí. Sino al chico a mi lado. Isaac no se inmutó con la nueva información. Estaba demasiado callado y sin expresión, no es usual de él. Supongo que será algo entre ellos dos. No es ningún secreto que los dos están intentando ver qué hay entre ambos; y el hecho de que Scott sea amigo de Isaac y ex de Allison no lo hace más sencillo.

De todas maneras, mi muerte tomará lugar en pocos minutos por esta fiesta ilegal en el departamento de mi novio ¡y a mis dos amigos apenas les importa!

Bufé para llamar la atención de ambos y luego dije: — Necesito un trago.

Y sin más me adentré a la fiesta. No sé si los dos tórtolos me escucharon o no. En ese momento no me importaba. No soy de tomar alcohol, las experiencias de mi padre con la bebida era lo que usualmente me contenía, pero en ese momento si no tomaba algo fuerte perdería la cabeza. Las pocas veces que he tomado alcohol han sido cuando hay algo más en mi mente que me molesta. Como en la fiesta de Heather, cuando unas horas antes me había peleado con Derek. Y ahora, pero porque había una maldita fiesta en su departamento y era mi culpa.

Logré visualizar que a un costado del salón había una larga mesa y varios chicos detrás de ella repartiendo tragos. Me acerqué a uno que estaba terminando un trago para un chico cuando alguien me tomó del hombro y me hizo girar para verle.

Me entregó un vaso de plástico rojo. Estaba oscuro así que no sabía si me estaba dando un trago o simplemente agua. De todas maneras, pensé en revoleárselo. Aiden me estaba dando una sonrisa coqueta de lado.

—Me alegro de que hayas venido, Sarah. —dijo sin vergüenza. Apreté los labios conteniéndome. Si usaba mi fuerza telepática sería demasiado espectáculo—. No podríamos haberlo hecho sin ti.

Ni siquiera me gasté en responderle. Le sonreí forzosamente y tomé el vaso que me entregaba. No pude contenerme. Me hice la agradecida, la despreocupada, para luego volcar todo el contenido del vaso que ocupaba mi mano sobre su rostro y cuerpo. Algo de la tintura amarilla flúo, que adornaba su cuerpo con un diseño en especial, se corrió ante el contacto.

Escuché a varios chicos a mi lado gritar "uhh" como si tuvieran doce años y les atrajera una pelea. Pero no les di importancia. Me giré hacia el chico de los tragos. Él ya tenía uno preparado para dármelo aunque no le había dicho qué era lo que quería. Supongo que habrá pensado que soy una novia enojada y con eso ya sabía qué hacer. No lo sé. No me importó.

Tomé el vaso miré al gemelo — Disfruta de la fiesta mientras puedas. Porque cuando Derek llegue y sepa que invitaste a todo el instituto e hiciste una fiesta en su departamento... Digamos que no saldrás de esta para contarlo. ¡Adiós!

Me alejé con una sonrisa triunfante. El terror en el rostro de Aiden valió la pena. Al parecer, cuando robó mis llaves y organizó todo esto, se olvidó en pensar las consecuencias. Sólo a los idiotas les pasa eso.

Admitiendo la verdad sobre el comentario de Isaac, me quedé a un costado del salón. No podía parar esta fiesta ni moverla. Sólo me quedaba seguir el ritmo del lugar y esperar a que Derek llegue (y que no asesine a todos). Me acomodé contra una pared y le di un buen sobro al trago. Tosí al instante. Siempre me olvido que el alcohol quema la garganta. El siguiente sorbo estuve preparada. Lentamente lo fui tomando de a poco.

Unos chicos que estaban cerca de la biblioteca llamaron mi atención. Estaban ebrios, claramente. Uno de ellos había tomado uno de los libros de Derek. Eso no iba a terminar bien. Caminé hacia ellos aún con mitad de mi trago en la mano. No puedo detener la fiesta, pero puedo evitar que estos idiotas rompan los libros de mi novio.

Yendo hacia ahí, me choqué con una cara conocida. Por suerte, el vaso se mantuvo entre mis dedos. Kira alzó las cejas sorprendida — Disculpa, Sarah. No sabías que estabas aquí...

Quería decirle lo mismo. Por lo que sabía, ella, Scott y Stiles habían ido a la estación de policía para recuperar unas fotos que estaban en el celular de la muchacha (no me preguntes qué tipos de fotos, ni yo quiero saber eso). Cuando Allison mencionó que mi mejor amigo estaba aquí, supuse que también ella y mi hermano. Su plan pareció haber salido bien, de otra forma no estarían acá.

Le sonreí con cordialidad — No te preocupes. Si me disculpas, tengo que impedir que esos imbéciles rompan los libros de mi novio. Ya vengo. —y pasé de largo, ignorando su segundo comentario.

Al llegar al grupo de tres chicos, tomé el gran libro que tenía uno de ellos y lo volví a poner en su lugar — No toques eso. En realidad, no toques nada —dije con voz dura. El chico pelirrojo, el que tenía el libro, rió.

—Es que estos libros son taaaaaaaaan raros... —su aliento era 80% alcohol y 20% de un olor asqueroso. Hice una mueca—. ¿Quién tiene libros que hablan sobre criaturas míticas? ¡El dueño del lugar debe estar loco! —antes de que pudiera decirle algo, se inclinó hacia delante y vomitó sobre mis zapatillas.

Esto parece un dejá vù. Apreté mis labios conteniendo mis ganas de trompearle. Aparentemente no hacía un buen trabajo conteniéndome porque alguien detuvo mi brazo (que se había levantado por voluntad propia) y me alejó de los tres muchachos. Una pelirroja apareció en mi campo de visión.

—¿Estás borracha? —preguntó con preocupación y mirando el vaso en mis manos. Fruncí el ceño antes de responder.

—Ojalá.

Realmente no puedo seguir sobria con esta fiesta en pie y ahora con vómito en mis zapatillas favoritas (segundas favoritas, las primeras fueron las Converse que Derek arruinó con su vómito negro hace un año).

—Dame eso. —amagó para sacarme el vaso de la mano. Pero actué rápido y me bebí lo que quedaba del trago antes de que Lydia me lo quitase. Ella me reprochó con la mirada—. No creí que fueras una borracha violenta. —me recriminó.

—Sólo cuando un imbécil me roba las llaves y hace una fiesta en la casa de mi novio —declaré con obviedad y enojo. Su rostro se transformó, como si se hubiera dado cuenta de una cosa.

—¿Aiden? —preguntó aunque ya sabía la respuesta.

—Quién más sino.

No dijo nada más. Parecía sentirse culpable, pero nada de esto es su culpa. Incluso si Aiden hizo esta fiesta en su nombre, seguía sin ser su culpa. Le di un apretón de manos, queriendo que sepa que yo no le culpaba y que no debía preocuparse. Ya encontraría yo la forma de evitar tanto desastre en una noche.

Nos separamos unos momentos después. Dando vueltas por el lugar, evitando que la gente rompa las pertenencias de Derek, logré ver a Scott de la mano con Kira y a mi hermano bailando (horriblemente) con una chica de peluca rosa. De lejos, Isaac y Allison ya se habían sacado las remeras y pintado el cuerpo. Ahora mismo estaban bailando también.

Me mantuve al margen, busqué otro trago para hacer pasar el tiempo. Ya casi terminaba el vaso cuando una mano me tomó de la muñeca y me llevó hacia una de las pesas dónde algunas chicas pintaban a los invitados. Sobre la mesa habían mínimo veinte potes de pintura flúo, naranja, amarilla, rosa, verde, roja, blanca y azul. Observé a la persona que me atrajo ahí.

—Gracias por hacer esto posible, Sarah. —me dijo al acercarse a mi oído. Le di una sonrisa falsa. Si tan solo supiera que yo fui una víctima de todo esto, no cómplice. Se giró a la artista y le dijo: — Píntale.

—No, Danny, no creo que...

—¿Algún diseño en particular? —preguntó la muchacha. Y antes de que pudiera saber qué ocurría, un pincel ya estaba en mi mejilla derecha. Danny se quedó a mi lado, mirando como si fuera de suma importancia.

Noté que él estaba sin remera y con diseños extraños pero lindos en todo su torso, mejillas y brazos. No sé si fue efecto de los tragos o qué, pero me dejé estar. Dejé que la artista pintara lo que quisiera sobre mi cuerpo. Sé que pintó mi rostro. Unas lineas curvadas sobre mis cejas y una patita que se metía en el hueco entre ambas, justo por encima de mi nariz. Con la parte de madera del pincel, pintó unos puntillos amarillos rodeando mis ojos, en la zona del pómulo y decorando un poco las cienes. Terminó de pintarme el rostro y me observó a los ojos.

—Quítate la remera. —parecía una orden.

Pude notar cómo el rubor se juntaba en mis mejillas pintadas. Miré a Danny sin saber por qué. ¿Pidiéndole consejo tal vez? Él, con una enorme sonrisa, tomó el borde de mi remera y me la quitó de un movimiento. Apenas pude resistirme. Gracias al Cielo, él es gay porque sino podría haber interpretado mal su entusiasmo.

Me había puesto un corpiño básico blanco esta mañana. Con las luces ultravioletas, pues no fue una sabia decisión. La chica continuó pintándome del mismo color la clavícula, los brazos y un poco el torso. Haciendo ondas y pequeños diseños de enredaderas.

Una vez que la mujer terminó de pintarme, Danny le agradeció, me tomó de la mano y me llevó a la pista de baile.

Era una buena fiesta. Admitiré eso. Pero aún así me siento incómoda. No sólo por el hecho de que estoy bailando sin remera y un poco ebria, sino porque en cualquier momento Derek entraría a su departamento y me vería en este estado. Si esto no destruye mi relación, sería un milagro.

Stiles apareció delante de mí en cierto momento y eso me hizo olvidar temporalmente de mis problemas — ¡Hola, hermanito! —grité para que me escuchase. Stiles me observó de arriba a abajo, sorprendido probablemente. Nunca he estado así de descubierta, sólo cuando vamos a alguna pileta o al río pero en esos casos sólo él (y Scott a veces) me ven así. No dijo nada al respecto, sólo sonrió.

—Tú eres la más chiquita... —dijo entre risas. Pude notar que él también estaba un poco ebrio. Incluso noté que tenía un beso marcado en su mejilla. Labial rosa flúo. Sonreí, ,e acerqué a él y negué lentamente con la cabeza ante el comentario. Me mareaba el hacerlo, pero tenía que dejarle en claro que él es el más inmaduro, por lo tanto el más pequeño.

—Yo... Yo soy la mayor...

—Lo que tú digas, Sarah. —volvió a reír y tomó un trago de su cerveza—. Oye, quería preguntarte. Tú soñaste con mis llaves en mi casillero. —asentí.

Ajá, fue algo confuso...

—¿Soñaste algo en particular con alguna llave? —insistió. Le miré con el ceño fruncido—. Porque hay una que no sé de dónde salió. Le pregunté a papá pero él no la puso ahí. ¿Tal vez la pusiste tú?

Mi ceño continuó fruncido — Yo no... No sé de qué estás hablando... —mencioné con seriedad. Estaba algo ida con el alcohol, pero entendía que era un tema importante—. En mi sueño sólo las dejaba en tu casillero, nada más...

Stiles apretó los labios y asintió. No era la respuesta que esperaba pero no sabía qué más decirle. La conversación pareció terminar ahí porque la chica de peluca rosa apareció y se llevó a mi hermano a otra parte. Antes de que se fuera, él tomó una botella de agua (no sé de dónde) y me la entregó — ¡Te reto a que te la tomes toda!

Y como la hermana competitiva que soy, tomé toda la botella de un solo trago. No estaba demasiado borracha pero lo poco que estaba se me iría en unos minutos con toda el agua tomada. El retarme a tomarla entera era la forma de Stiles de cuidarme. Siempre cuidándome.

Di una vuelta por el lugar, asegurándome de que nadie destrozara el loft cuando vi que Aiden y Danny traían a Lydia en sus brazos. Los tres se acercaron a la calefacción. Frunciendo el ceño me acerqué a ellos.

—Buscaré una cobija —indicó Danny antes de salir corriendo. Lydia parecía paralizada. Aiden la dejó en el suelo, a la par de la calefacción y le cubrió con su cuerpo.

—¿Qué le hiciste? —pregunté enojada. Lydia temblaba como si se estuviera congelando. Sus ojos estaban cristalizados y su mirada petrificada.

—Yo no le hice nada. —me respondió enojado—. Le encontré así en el balcón.

—Sa-salieron de la oscuridad... —logré escuchar que Lydia dijo.

Eso me hizo ponerme en alerta. Miré la fiesta con más enfoque, buscando alguna amenaza. La pista de baile estaba caóticamente estable. El DJ con su máscara negra y luces led no parecía extraño. Las chicas que pintaban tampoco parecían una amenaza. Miré el balcón. No había nada allí.

Cuando Danny volvió con una colcha (no quiero no saber cómo la encontró), dejé que Aiden cuidara de Lydia para enfocarme en lo que estaba ocurriendo. No había visto a Ethan desde que llegué. Lo cual podía ser normal ya que nunca encuentras a todos en una fiesta. Pero ahora mismo tampoco podía ver a Allison ni a Isaac. Ni a Scott ni a Kira. Diablos, ni siquiera a Stiles. Han pasado ¿qué? ¿Dos minutos y todos desaparecen? Algo está pasando aquí.

Intenté que mi mente no fuera a lo negativo. Aunque obviamente fue hacia ahí. No he sentido amenaza alguna de mi lado hamingja, pero sé que desde el hielo y las dieciséis horas muerta, mi parte hamingja está defectuosa. Ya no puedo sentir si alguna de las personas que quiero está en peligro. El ejemplo claro es Derek en México. Él insistió que estaba lejos y que tenía demasiadas cosas en mi mente, pero eso nunca fue un obstáculo para mí antes. Algo ocurría con mi parte hamingja. Como si algo me estuviera bloqueando de mis poderes. La fuerza telepática aún la tengo, y supongo que también la de curación, pero la conexión con mis seres queridos... Eso parecía haberse apagado. Y no sé qué interpretar con esa información.

De repente, por el rabillo de mi ojo, vi algo que me hizo helar. Estaba lejos, detrás de un pequeño grupo de chicos que bailaban. No era un disfraz. Al menos no lo parecía. Era como una sombra. A los bordes de sus brazos y cabeza parecía esfumarse. No era nítida. Estaba todo de negro y tenía una máscara plateada. Me recordaba a algunas películas japonesas que veíamos con papá. Pero aquellas tenían más colores.

Al parpadear, la sombra desapareció. Y eso me heló la sangre. Eso debió haber atacado a Lydia. Pero, ¿qué es? ¿Y qué le hizo a mi amiga? Me levanté del suelo con intención de buscar a aquella sombra y demandar una respuesta, pero choqué contra algo y casi caigo hacia atrás. Más bien, choqué contra alguien. Parece ya una costumbre que me chocara con personas todo el tiempo. Reconocí la remera celeste que usaba tan cuerpo (y reconocí el cuerpo también). Alcé mi vista y Derek tenía una expresión de querer asesinar a alguien. Me mordí el labio.

—Derek...

Él me ignoró (o no me escuchó, ¿tal vez?) y siguió de largo. Se metió entre los cuerpos pintados y sudorosos que seguían bailando sin prestarle mucha atención a las personas a su alrededor. Me habrán dado ya tres codazos en las costillas en menos de tres horas. Supongo que Derek también recibió un par de golpes, pero en su caso quienes le daban el codazo sufrirían más.

Me era complicado seguirle el paso. Por suerte, él es alto y puedo reconocerlo con facilidad entre los adolescentes ebrios. Pero mi estatura y mi poca fuerza para empujar a otros me impedían estar detrás de él. Aparté manos de chicos ebrios y rechacé invitaciones de chicas para bailar. No era el momento.

Mi mente ni siquiera podía reaccionar ante la aparición del lobo gruñón. En un segundo estaba con Lydia que convulsionaba y al otro Derek apareció con una mirada que pretendía fulminar a todos los humanos (y no humanos también) de su casa. Puedo saber con exactitud que volver a su casa y encontrarse con todo esto no era lo que se esperaba. Sólo espero que antes de arrancar algún cuello con sus colmillos de lobo, hable conmigo.

Pero hablar conmigo parecía algo que no quería hacer. Grité su nombre varias veces. Puede que no me haya escuchado ya que estamos bastante cerca de los grandes parlantes de música. Pero por alguna razón sabía que no era por eso. Tal vez Isaac se equivocó y Derek sí está enojado conmigo. Es decir, yo misma estoy algo enojada conmigo. Derek me vio sin remera y toda pintada, soy tan culpable como la fiesta en sí.

Derek se detuvo frente a la gran consola del DJ. No podía ver con claridad cómo, pero de alguna manera el hombre se las había arreglado para tener una plataforma y ahí arriba poner todos sus aparatos electrónicos. Había una gran mesa, sobre ella una enorme consola y tocaba botones mientras se movía con la música.

Mi rostro puso una mueca al sentir cómo en un momento la música se elevaba más. No puedo imaginar cómo lo debe estar escuchando Derek.

A los costados de aquella plataforma, habían hombres vestidos de negro y brazos voluminosos. Su rostro serio nos observó sin expresión. Derek le ignoró y siguió su camino hasta el DJ, hasta que el hombre colocó su enorme mano en su pecho deteniéndole.

Esto no iba a terminar bien.

—El DJ no toma sugerencias, amigo —le dijo el hombre calvo. Derek le miró sin transmitir ninguna expresión y movió la mano del hombre. Volvió a intentar subir a la plataforma, el guardia volvió a detenerle—. En serio, amigo, él no toma...

Derek no le dejó terminar. Tenía el corazón en mi garganta. Por suerte, todavía había algo de sentido común en su mente. Lo que hizo fue tomar el cuello del hombre, alzarlo unos centímetros. Lo suficiente para demostrar que él era quien mandaba de los dos.

—Tomará mi sugerencia —mencionó respondiendo a lo que había dicho antes el guardia.

Y sin esperar respuesta, lo lanzó a un costado. El hombre empezó a toser y después de un momento, le perdí entre los adolescentes. Nadie pareció haber notado a un hombre mayor que ellos en el suelo tosiendo. Los efectos del alcohol.

Derek subió a la plataforma. El DJ detuvo su baile de saltos y a través de su máscara lo observó. No podía ver su rostro pero se notaba que estaba sorprendido que alguien hubiera subido ahí. Derek no le dedicó ni dos segundos de su tiempo. Colocó una mano debajo de la mesa y la revoleó hacia la pista de baile.

La música se detuvo al instante. Los cables que conectaban la consola volaron por ahí. Los adolescentes ebrios se movieron justo antes de sufrir un aplastamiento de la mesa. Todos se quedaron parados mirando a Derek, incluso el DJ.

Quise decir algo, interponerme y mencionar que la fiesta había terminado. Pero mis ojos estaban clavados en Derek. En su postura desafiante, sus hombros tensos y listos para atacar. Varias veces le he visto enojado, pero no como aquella vez. Sería realmente un milagro si todos sobrevivimos esta noche.

Mi voz no logró salir de mis cuerdas vocales. No había forma. Como si fuera una Beta y él mi Alfa, me quedé callada, sumisa y petrificada. Apenas podía respirar.

—¡¡VÁYANSE!!

No sé si usó su voz lobuna o fue mi impresión. Tal vez las dos. Todos notaron la amenaza en su tono de voz. Los de la pista de baile fueron los primeros en salir corriendo hacia la puerta corrediza. Pude notar que las chicas en la estación de pintura y los pocos hombres cerca de la mesa de tragos, se chocaban entre ellos para salir antes de ahí. Incluso el DJ atropelló a un par de chicos para alejarse de Derek.

No me moví de mi lugar. Rápidamente el lugar quedó vacío salvo por algunas personas. Pude ver cómo Danny se llevaba a Lydia, supuse que sería lo mejor. De la nada, aparecieron cinco figuras encapuchadas.

Las reconocí. Eran las mismas figuras que vi hace un momento, antes de que Derek apareciera y deshiciera la fiesta. Con la poca luz, no podía identificar qué llevaban puesto. Sólo sé que era negro y cubría todo su cuerpo. Incluso manos y piernas. La cabeza parecía estar oculta con alguna capucha también oscura y su rostro, una máscara plateada. Estas cosas atacaron a Lydia. Salieron de la oscuridad. Como si estuvieran calculando todo movimiento a su alrededor, esperando el momento oportuno para moverse y atacar.

Me sentí como una presa. Y ni siquiera parecían que me miraban a mí. Me puse en alerta. No sé si fue mi lado hamingja o simplemente mi sexto sentido. A mi lado, Derek también se puso tenso.

Logré ver a Scott y a Kira que acababan de llegar. Mi amigo miró a las cinco figuras. Isaac y Allison aparecieron del otro costado, con Ethan entre sus hombros. Parecía haber sufrido algo similar a lo de Lydia. Temblaba y parecía ausente. ¿También le atacaron?

Las cinco figuras empezaron a esfumarse. Sus brazos, piernas y rostros estaban cubiertos de una leve neblina negra. Pero no desaparecieron del todo. En realidad, simplemente se giraron. Como si al moverse, su figura dejaba de ser tan nítida. Lo cual, en un mundo sobrenatural, tenía un poco de sentido.

Las cinco máscaras plateadas miraron a un hombre lobo en particular. A Aiden. Mi cerebro no procesó con rapidez qué ocurría. ¿Por qué estas sombras atacaron a Lydia y a Ethan? ¿Qué les hacían? ¿Y por qué ahora parecían que atacarían a Aiden? ¿Por qué? ¿Por qué?

—Chicos, todos me están mirando —indicó el hombre lobo cubierto de pintura amarilla. Estaba lejos de él pero podía notar que tenía algo de miedo. Nadie le respondió. Todas las sombras al mismo tiempo dieron un paso hacia él—. ¿Por qué están todos mirándome?

Otro paso. Y esa pareció ser la señal silenciosa entre mi mejor amigo y mi novio. Me quedé en mi lugar. No sabía si era buena idea arrematar contra figuras como esas. Parecían saber qué hacían y qué buscaban. Derek y Scott lucharon contra tres de las cinco sombras. Lanzaban manotazos con sus garras. Era imposible saber si les hacían o no daño.

Las sombras esquivaban con gracia los golpes. Se escuchaban los rugidos y las respiraciones agitadas. Pero no se podía saber quién estaba ganando. Derek logró sorprender a una de las sombras, y de un rápido movimiento le quebró el cuello. El sonido me dio un escalofrío que me recorrió toda la piel.

Derek, al igual que el resto, creyó que ese había sido el golpe final. La sombra se tomó unos segundos para reacomodar su cuello quebrado. Noté la confusión en los ojos de Derek. La sombra le devolvió el golpe. Lo lanzó volando por los aires. Su espalda chocó contra una de las columnas. Fue un milagro que no la rompiera.

—¡Derek!

Mi cuerpo actuó solo. Mi mano se alzó y sintiendo la fuerza telepática moviéndose a través de mis nervios, la moví en dirección a mi golpe. La sombra no salió volando como Derek hizo, pero sí se alejó de su lugar como si una ráfaga de viento la moviera.

Escuché el rugido de Scott. De reojo vi cómo miraba detrás de sí. Observaba a Kira. Ella no sabe que él es un hombre lobo. No le duró mucho la normalidad a mi amigo. No tenía tiempo para estresarme porque Kira le descubrió. La sombra se dirigió hacia mí. Sentí un terrible miedo. Pero no sé por qué. Es como si mi cuerpo estuviera temblando por tener la atención de la sombra y mi cerebro tratando de decirle que no era para tanto. Es decir, sí me da algo de miedo la situación pero no como para correr y ocultarme. Por alguna razón, sentía que debía esconderme.

Me hizo recordar a mis pesadillas. En las que corro y no importa cuántos kilómetros corra, la persona (o cosa) que me persigue siempre me agarra. No es el mismo terror de cuando no podía mover mi cuerpo y Jennifer estaba alrededor, pero se asemejaba. No pude establecer conexión con mi sentimiento de terror y la realidad. No entendía por qué me sentía así.

Scott también voló por los aires. La sombra a la que molesté se acercó a mí. Di un paso hacia atrás. El terror inexplicable me hacía imposible poder reaccionar con mis poderes. De reojo observé cómo Isaac dejaba a Ethan en manos de la cazadora y se acercaba a mí con las garras listas para atacar. La sombra que me miraba dejó de hacerlo. Con un extraño ruido, se dio la vuelta hacia Aiden. Isaac se quedó detrás.

Cuando estuvo a punto de atacar, la sombra se tocó el pecho. La mano recubrió una estructura que salía de su esternón. Con un efecto de niebla y sombra plateada, salió una espada de su cuerpo. La blandió de manera desafiante, como si le estuviera diciendo a Isaac: "¿Realmente quieres intentarlo, lobito?" Y eso pareció ser suficiente para que mi amigo retrocediera.

Aiden intentó quejarse. Las cinco figuras borrosas se pusieron a su alrededor. Pero sólo una le tocó. Los orificios de los ojos de la máscara plateada se iluminaron de amarillo, como si las pupilas de la sombra brillaran con esa intensidad. Se le quedó mirando con detenimiento.

Pocos segundos pasaron. La luz de sus ojos fue disminuyendo hasta volver a ser oscura otra vez y con su mano cubierta de guantes (si es que eran eso) rozó la zona detrás de la oreja izquierda del gemelo. Escuché un ruido de quemadura. La sombra se alejó de él y se giraron hacia Scott, quien aprovechó la distracción para volver a levantarse.

Intenté controlar ese inexplicable miedo para así poder actuar. No sé qué están haciendo estas sombras, ni siquiera cuál es el plan pero necesitamos toda la ayuda posible para detenerlas. Scott sacó sus garras, Isaac volvió a su postura de pelea. Pude ver cómo Derek se levantaba con esfuerzo para un round dos. Coloqué mis manos en una posición de ataque.

El ambiente estaba tenso. En cualquier segundo, todo se desataría y habría una gran pelea. Pero aquél segundo no llegó. La luz del amanecer empezó a colarse en la sala a través del enorme ventanal detrás de nosotros. Tanto tiempo había pasado que ni nos dimos cuenta de la hora. Ni del cansancio, la adrenalina nos mantenía alerta y de pie.

Con los primeros rayos de luz del día, las sombras desaparecieron.



**La nuit est a nous = la noche es nuestra

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