Hopeless - NHC

By -besoamargo

35.6K 3.2K 1.1K

Obra original. No se aceptan copias ni adaptaciones. Cover: organicos More

0 0
0 1
0 2
0 3
P. d M.
0 4
0 5
0 6
0 7
0 8
0 9
1 0
Especial Blake
1 1
1 2
1 2
1 3
1 4
1 5
1 6
1 7
1 8
1 9
2 0
2 1
2 2
2 3
2 4
2 5
2 6
2 7
2 8
2 9
3 0
3 1
3 2
3 3
3 4
B O N U S
3 5
3 6 (I)
36 (II)
3 7
3 8
3 9
4 0
4 1
4 2
4 3
4 4
EPÍLOGO
Agradecimientos + Segunda Parte
Novela de Reece

4 5

361 40 9
By -besoamargo

#ÚLTIMOCAPITULODEHOPELESS

En Lowell Hills era una especie de tradición por parte de los alumnos de último año organizar una cena la última semana de clases para despedir un buen ciclo escolar y estaba invitada toda la escuela, hasta incluso los de primero. Sí, esta secundaria contaba con muchos eventos sociales a lo largo del año, tantos que resultaba agotador ir y participar de todos y cada uno de ellos, pero suponía que tampoco era una pésima idea después de todo.

Pasé todos los exámenes restantes que debía realizar y por fin me vi promovida a mi último año de colegiatura, de todos modos lo único que me emocionaba del fin de clases era por supuesto el tiempo libre que aprovecharía en las vacaciones de verano... Bueno, todo el verano que Inglaterra pudiera tener, claro.

Retomando el asunto del baile, Pauline y yo fuimos de compras por vestidos y demás cosas que fueran "necesarias". Ella consiguió un atuendo rosa muy sofisticado y también unos zapatos plateados. Y, a pesar de que recorrí todas las tiendas de la cuidad, lo único que logró llamar mi atención fue una falda y una blusa celestes a buen precio en una tienda de ropa de segunda mano... Me consideraba afortunada de que mis gustos ni fueran tan refinados como los de mi amiga.

Los chicos debían usar traje —de nuevo— lo que ocasionaría mi muerte y la de las demás chicas del colegio. Coff, sarcasmo, coff.

Bien, no hay mucho que contar. Creo que ya leyeron el procedimiento para este tipo de ocasiones ¿verdad? Y si no es así sería una lástima, debido a que no me complace estar relatando las largas horas de preparación estética que se requieren. Así que pasemos directamente a la noche de la cena.

Viernes, 8.30 p.m.

Pauline y yo descendimos del auto de Mary frente a la escuela, la leve y refrescante ventisca movió las hebras de mi cabello. Mi tía se asomó por la ventanilla y descendió el vidrio.

—Tomen muchas fotos y disfruten la cena, lindas.

—Muchas gracias por traernos, Mary —sonrió Pauline.

Nos despedimos de ella y emprendimos rumbo al interior del establecimiento. La entrada principal estaba ornamentada con guirnaldas y dos chicas de último año recibían a los invitados en la puerta.

—Ah, ah —dijo una, haciendo detener a un grupo de chicos que intentaba pasar—. Sin bebidas alcohólicas o la cena se cancela y tendremos llamar a sus padres.

Bueno, nosotras no portábamos bebidas o sustancias toxicas así que pasamos sin ningún problema.

En el hall colgaban serpentinas violetas y negras, globos dorados a cada lado de un cartel daba la bienvenida a las personas que arribaban y salían al patio exterior. Mesas redondas con manteles combinados, mesa de aperitivos, estudiantes charlando, música de fondo.

—¿Qué dijeron los chicos? —pregunté.

—Mmm —ella chequeó su reloj de muñeca—, según George llegarían a las ocho treinta, pero nos los veo, ¿tu sí?

Hice un recorrido periférico de todas las personas en el lugar pero no hallé rastro de Tonto, Retonto y Supertonto.

—Supongo que se les hizo tarde.

Un encogimiento de hombros concluyó con su frase. Ambas divisamos la mesa con bocadillos y sutilmente sacamos unos cuantos, pasaron otros minutos y nos encontramos con Lou Chang, Kennedy Brince y una chica más a quien presentaron como Amanda. Charlamos animadamente un rato, Amanda fue agradable y no sé en que momento terminamos jugando a verdad o reto entre todas. Intercambié con Pauline mi mirada de desprecio mientras muy a mi pesar me dirigía junto al chico que musicalizaba la velada para pedirle que pusiera la canción más escuchada en todo el año. Esa asquerosa melodía pegadiza e insoportable pero que no puedes evitar cantar y bailar.

El muchacho asintió sin prestar mucha atención y a los dos segundos la música ya resonaba por todo el lugar.

—Evans, veo que ya conociste a mi primo.

Cole estuvo a mi lado y como siempre no tuve idea de dónde apareció. Vestía una chaqueta oscura sobre una camisa blanca, jeans negros y zapatos formales, en muy pocas ocasiones lo había observado vestido de ese modo. Tampoco fue como si le prestara mucha atención.

—Él parece simpático —objeté—, no como tu.

—Luces diferente —dijo en cambio. Me costó comprender de qué hablaba hasta que señaló con la cabeza mi atuendo—. No te queda mal el cambio, para serte franco.

—Supongo que lo que quisiste decir fue que es la primera ocasión en que me ves con vestido.

—No la primera. Recuerda la fiesta de año nuevo.

Esto de encontrarme con Cole en fiestas, más que en la propia escuela a la que vamos todos los días comenzaba a parecerme bizarro.

—¿Tienes compañía esta noche?

—Estoy con mis amigas. ¿Y tu?

—Mi cita debe estar por llegar.

¿Cole Mc.Callister? ¿Con una cita?

—Lo sé. Es algo nuevo —rió.

—¿Quién es? —pregunté de repente interesada.

—Ahí viene.

Moví mi cabeza rápidamente a la entrada del salón, donde ingresaba una castaña con el cabello recogido y luciendo un lindo vestido rojo. Lo que me dejó pasmada, fue el que reconocí a esa chica.

Los ojos de ella dieron con Cole y se acercó rápidamente. Él, por su parte, la inspeccionó de arriba a abajo y vi sus comisuras haciendo el intento por formar una sonrisa que no se completó del todo.

—Hola —saludó ella, posicionándose frente a su cita que no emitió palabra. Luego fijó sus ojos en mi—. Hola, Lorraine.

—Hola, Jocelyn.

No creía que era la mismísima chica que tocó el violín en la orquesta, la última vez que la había visto fue el día de la obra hablando con la señora Islands y otro hombre más luego de que todo terminara. Resultaba impresionante como todas las piezas encajaban ahora.

Mc.Callister seguía sin pronunciar palabra. Percibía que se sentía levemente cohibido conmigo allí, entonces me despedí de la pareja y me alejé junto a las chicas que tenían una vista panorámica espectacular de todo lo que ocurría.

Mis tres otros amigos decidieron aparecer 15 minutos después. Para mi suerte de no ser sorprendida por un ataque cardíaco triple, ninguno llevaba puesto un traje pero sí estaban elegantemente vestidos.

Mi noche fue divertida y medité todo lo ocurrido a las 3:12 de la madrugada, mirando con aire ausente por fuera de la ventana de mi habitación, el resto de la casa en un silencio sepulcral para mi gusto. Mientras la brisa del viento movía las ramas que golpeaban el vidrio que me separaba del exterior, sonreí, con la mente hecha un revoltijo de recuerdos y el bombeo de mi corazón retumbando como un tambor contra mi oído y la almohada. Al imaginar su rostro y las exactas palabras que me había dicho cuando nos encontramos por primera vez solos en toda la velada.

La música volvía a resonar potente a manos del primo de Cole y cuando más personas decidieron llenar el espacio de baile decidí alejarme un momento para tomar aire. No dije nada a Pauline, ella se encontraba en perfecto estado moviéndose de aquí para allá junto a George y Reece haciendo el ridículo bailando.

Llené mis pulmones con aire nuevo y estuve agradecida de no volver a respirar el asfixiante calor corporal de los demás. Justo en ese momento oí las suelas de unos zapatos arrastrándose en mi dirección y como acto reflejo volteé.

—¿Te cansaste? —le pregunté.

—Veo que no soy el único.

—Claro que no. Sinceramente, ya no soportaba un segundo más allí.

Blake rió.

—Yo igual.

La conversación se detuvo allí por unos 20 segundos (sí, los había contado) hasta que hablé.

—Quisiera irme de aquí —... y dije lo primero que se me cruzó por la cabeza.

—Podemos —dijo él.

—Nuestros amigos no querrían que los dejemos.

—No les digamos.

—Blake. —Reproché.

—Lori —acotó—. Yo te quiero.

Parpadeé.

—Te quiero como una amiga, pero también como ese algo más.

—¿Te refieres a que...?

Esperaba que dijera esas palabras. No saben cuanto.

—A que estoy enamorado de tí. Y sé que sientes lo mismo. Entonces, ¿por qué no darnos una oportunidad?

Ese era el momento. Vamos Lori, no dejes que el que tu corazón quiere salirse de su lugar te impida hablar.

—Tienes razón —acepté—. Siento cosas que no he sentido por nadie más y todo ocurre cada vez que te veo o estás cerca, y quise decírtelo pero jamás se me ocurrió que sería en este instante... —con cada palabra, Blake sonreía—. Pero no podemos hacer esto.

Yo misma me hería, pero era mejor ser sincera en el acto que luego cargar mentiras que empeorarían las cosas.

—Es decir... —suspiré, creando una avalancha de pesar en mi interior—, ahora que sé acerca de los sentimientos de Reece no creo que sea justo para él. No hasta que las cosas avancen. Hace apenas unas semanas volvimos a ser como antes y lo último que quiero es que lo que tenemos se arruine.

No desviaba la mirada a algo más que no fuera el chico frente a mi y ver su repentino cambio de actitud hizo que temiera lo peor.

—Tienes razón —dijo al final asintiendo—. No debemos ser tan egoístas.

Agachó la cabeza y apartó la mirada a un punto cercano. Tomé la iniciativa de caminar hacia él y envolver mis brazos alrededor de su torso. Traté de controlar la corriente de electricidad que me atravesaba por la mitad. No pasó tanto hasta que me regresó el gesto. Antes de separarnos analicé por última vez como era tenerlo así de cerca, respirando su colonia, la suavidad de su camisa y, si prestaba mucha, pero muchísima atención, tal vez captaba como su corazón golpeaba su caja torácica. Esperaba que él también captara el mío.

Me alejé para tomar distancia pero en el rozar de su rostro con el mío, sentí la calidez de un tibio y rápido beso en mi mejilla.

—¡Chicos, no sabíamos donde estaban! —la voz de Reece se escuchó unos metros más adelante. Ambos dirigimos nuestra atención a él—. ¡Vengan! Las fiesta apenas está comenzando.

Ese instante. La inseguridad y el temor. Descubrir cosas nuevas. Su compañía a mi lado. Las discusiones y sentimientos encontrados. Los secretos y la verdad. Llantos siendo reemplazados por recuerdos. Volver a casa. Sentirse amado. Reconciliaciones. El hogar. Un último beso. Las risas y el baile. Las miradas comprensivas y afables. El sentimiento de pertenecer a un lugar. Jamás en mi vida había soñado tan bien.

FIN.

Continue Reading

You'll Also Like

19.7M 1.3M 122
Trilogía Bestia. {01} Fantasía y Romance. El amor lo ayudará a descubrir quién es en realidad y su pasado hará reales sus peores miedos. ¿Podrá ell...
288K 27.6K 67
Freen, una CEO de renombre, se ve atrapada en una red de decisiones impuestas por su familia. Obligada a casarse con Rebecca, una joven que llegó a s...
113K 14.2K 50
Elladora Black es la hija menor de Orion y Walburga criada para ser una sangre pura perfecta, sin embargo no es lo que planearon. Narcisista, egoíst...
91.3M 8.5M 65
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y paut...