Paranoia [Teen Wolf]

By its_the_impala

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[Libro dos de la saga de Stilinski Twins] «Paranoia es solo un sentido desarrollado de precaución» Cuatro mes... More

Sinopsis
1. Tattoo
2. No le agrado a los pájaros
3. Here we go again
4. Fearless
5. Patrones que no existen
6. ¿Isaac? ¿Ya lo recuerdas?
7. Planeamos robar un banco
8. Just give me your tears
9. Emptyness
Trailer temporada 6b!
10. Definitivamente, hoy no es mi día
11. Cause it hurts like hell
12. Una tarde casi normal
13. Demasiados pensamientos
14. Sobreviviendo al Motel de los Suicidios
15. Sobreviviendo al Motel de los Suicidios
16. This is about us
17. ¡Ten cuidado si eres médico!
18. Un mal presentimiento
19. Para curar hay que sufrir
21. Sigamos con el plan... Ah, es verdad, no tenemos uno
Goodbye, Teen Wolf
22. El recital
23. Mi profesora de Literatura quiere matarme
24. Convincing you
25. Resiste, Cora
26. Guardianes
27. Need you to come back
28. Retirados, sí. Indefensos, no.
29. El atardecer
30. ¿El Nemeton no aparece en el GPS?
31. Que el show comience
32. Dieciséis horas
33. Corre, cariño, corre.
34. Tres Alfas y un darach
35. Lunar Eclipse
36. Cerrando etapas
37. ¿Esto es real?
38. Keeping up
39. Cuervos vs hamingja
40. La puerta entreabierta
41. Problemas con coyotes
42. Problemas con coyotes
43. Problemas con coyotes
44. Oír tu voz me hace bien
45. Un psicópata suelto. En Halloween. ¿Coincidencia?
46. Hora de una historia y de sushi
47. Problemas técnicos (más bien eléctricos)
48. Stranger dreams
49. La nuit est a nous
50. Post-party
51. ¿Dormir o volverse loco? Una decisión complicada
52. Otra perspectiva
53. Una llamada a medianoche
54. Una llamada a medianoche
55. Falling for you
56. En el entretiempo
57. Giving in
58. Fases de un macabro plan
59. Desperté con caos a mi lado
60. Wake me up when you need me
61. Me doy cuenta de lo que soy capaz
62. Soluciones temporales
63. Echo House
64. Echo House
65. Echo House
66. All Hell's Loose
67. Uno de dos
68. Siendo yo misma
69. Ahora lo que importa es Stiles
70. Kanji
71. Nos escapamos con una chica del instituto mental
72. Coup de foudre
73. Coup de foudre
ACLARACIÓN
74. Bad Moon Rising
75. No es el momento adecuado
76. The Divine Move
77. Todo tiene un final
Epílogo
Agradecimientos
Libro #3: Black List + Sinopsis
Playlist

20. Memories

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By its_the_impala

20. Memories

—Aquí tienes.

Él cerró la puerta después de entregarme su chaqueta de cuero. Me quedaba grande pero me abrigaba. Podía reconocer su aroma que desprendía de la prenda. Una sonrisa tonta me embriagó. La cual borré cuando Derek se quedó ahí parado mirándome con reproche. Cerré mis labios abruptamente y le miré con las cejas alzadas.

—¿En qué estabas pensando? —preguntó. No parecía tan enojado como esperaba. Pensé que al interrumpir su soledad, me daría el tratamiento del silencio o algo similar—. ¿No piensas responder? —agregó con un poco más de rudeza. Le miré con el ceño fruncido.

—¿Qué quieres que te diga, Derek? ¿Que no te veo desde hace tres días? ¿Que me he preocupado por ti porque no creo que debas pasar por esto solo? Porque sí, por eso salí a buscarte.

—Necesito tiempo —gruñó él. Desvió la mirada y con un puchero caminó hacia el comedor de la casa. Una de las salas que más se habían mantenido después del incendio. Ésta estaba algo húmeda pero cumplía la función de mantener un techo sobre nuestras cabezas.

Derek fue hacia la gran mesa. Reconocí el gran armario a un costado. Mi escondite cuando conocí por primera vez a Kate Argent. Recuerdo como si fuera ayer cuando Peter le quitó la vida en este mismo lugar. Un escalofrío me recorrió el cuerpo.

Desvié mis pensamientos de aquello. Miré la gran y ancha espalda del lobo gruñón. Sus brazos estaban extendidos sobre la mesa. Parecía estar pensando e ignorándome al mismo tiempo. Suspiré, tenía que mantener la calma si quería que volviera a ayudarnos.

—Te dimos tiempo, Derek —respondí con sinceridad. Derek no se movió de su posición—. Nadie te ha molestado en tres días. Entiendo que la muerte de un Beta es duro. Más allá del vínculo que compartes con ellos por ser Alfa. Boyd era tu amigo.

Él no respondió. No esperaba que lo hiciera. A veces solo necesita escucharlo.

—Y lo sé. Sé que te estás culpando por todo esto. Por eso desapareciste, porque era demasiado. Pero no es tu culpa —vi que cerró sus puños, tal vez contradiciéndose en su mente. Me costaría convencerle que no es su culpa. Primero, hacer que vuelva. Luego, hacerle entender que no es su culpa. Pasos de bebé—. No lo es, Derek. Si quieres culpar a alguien, culpa a la manada de Alfas. Ellos mataron a Erica. Ellos mataron a Boyd. No tú.

—Ellos no le dieron la mordida —murmuró. Apenas le escuché con la lluvia afuera. Pero una vez que comprendí las palabras, una ráfaga de enojo pasó por mi pecho. Apreté los labios y me acerqué al hombre lobo. Él seguía con la cabeza agachada, los brazos sobre la mesa y la espalda encorvada. Cuando aparecí en su campo de visión, desvió la mirada.

Miré su rostro — Tienes razón. Ellos no se la dieron. Fuiste tú. ¿Por eso te sientes responsable? Piensa, ¿cómo era Erica antes de la mordida? Una chica epiléptica, sola, sin amigos. ¿Y Boyd? Un chico tímido que tampoco sabía cómo hacer amigos. Eran dos chicos que no tenían nada. Y tú les diste algo. Fuerza, carácter, pertenencia. Sí, tal vez no tuviste demasiado tiempo con ellos para establecer un vínculo fuerte. Pero créeme cuando te digo que les cambiaste la vida. Y estoy muy segura de que ellos no les gustaría ver a su Alfa y amigo escondiéndose de quiénes verdaderamente les quitaron la vida. Ellos querrían que les vengases. Que patees el culo de esos Alfas por meterse contigo.

Derek apretó los labios y mantuvo su mirada desviada. La lluvia empezó a ser más intensa. Quedamos en un pequeño silencio, en el que yo le miraba con intensidad y lo único que se escuchaba además de nuestras respiraciones era la lluvia.

Aflojé mi mirada y rostro al ver que Derek no decía nada al respecto. No sé si cree algo de lo que dije. Decía la verdad respecto a que él cambió sus vidas. No tuve el placer de disfrutar demasiado tiempo con Erica y Boyd, pero estoy segura de que nada de lo que dije es mentira. Ellos estaban solos. Y Derek les mordió, conscientemente. A diferencia de Peter y Scott.

Sé que en el fondo siempre se sentirá con culpa. Porque si no fuera por él y su mordida, Erica y Boyd tal vez estarían vivos y a salvo. Pero estarían solos, siendo víctimas de la adolescencia y tal vez de otros seres sobrenaturales. Tal vez si no hubieran sido mujer y hombre lobo, hubieran sido sacrificios del darach. O tal vez sólo serían marginados... Nadie podrá saberlo. Pero Derek seguramente piensa que estarían vivos si no fuera por él.

Acerqué mi mano a la suya que seguía cerrada. Sus nudillos estaban blancos por la presión. Acaricié el dorso con suavidad — Sé que es difícil. No te pido que lo superes de un día para el otro. Te pido que me dejes ayudarte.

Bajó la mirada, pensándolo. Luego la alzó. Sus ojos verdes estaban tristes. No se encontraban ocultos tras la típica capa de lágrimas, pero no necesitaba aquello para demostrar que el hablar de sus dos Betas le dolía. Instintivamente apreté levemente su mano. Diciéndole que ahí estaba. Le consolé en la muerte de Erica (y él me consoló con la de Heather). También le consolaría en la muerte de Boyd.

Él miró nuestras manos por largos segundos. Hasta que susurró algo que no comprendí — ¿Qué? —pregunté delicadamente.

—Sé que me ayudarías —dijo un poco más alto, pero igualmente parecía un murmullo—. Y ese es el problema.

—No entiendo. —indiqué con el ceño fruncido y alejando mi mano, mirándole a los ojos. Derek suspiró de manera fuerte, desvió dos segundos la mirada y luego clavó sus ojos en los míos.

—Kali sabía mi debilidad. Te buscó a ti. Te pudo haber... —apretó los labios. Como si terminar esa frase le doliera físicamente. Desvió de nuevo la mirada y bufando.

—Derek, ya hablamos de esto. Incluso si me encadenas a un calabozo, nunca estaré cien por ciento a salvo. Y aunque sea algo loco, ya es parte de mi vida saber que cuando cruce la calle algún hombre lobo puede estar esperándome ahí. Y por eso soy lo más precavida posible.

—Sí, pero no tendrías —me observó. Esta vez no había enojo o culpa hacia sí mismo por lo que ocurrió con Boyd o conmigo hace tres días. Sino tristeza. Arrepentimiento. Me miraba con pena. Eso me confundió más—. No tendrías que estar mirando por detrás de tu hombro a ver si hombres lobo te persiguen. Diablos, ni siquiera tendrías que saber sobre los hombres lobos.

Se pasó una mano por el rostro y por el pelo. Las gotas de su cabello salieron disparadas cuando él sacó su mano. Volvió a desviar la mirada y caminó hacia atrás. Dando vueltas en el comedor. Le miré con confusión.

—Derek, que yo esté metida en lo sobrenatural no es tu culpa. —indiqué algo incrédula. Sé que Derek se tiende a culpar de todo lo malo que pasa a su alrededor, pero esto ya es ir demasiado extremo.

—Sí, sí, lo es —susurró quedándose quieto, mostrándome de nuevo su espalda. Otra vez, me acerqué a él lentamente. Se estaba pasando las manos por su rostro, como si estuviera intentando evitar llorar en frente de mí.

Miré su rostro, con suavidad tomé sus manos, las alejé de su cara y le obligué a mirarme — ¿Por qué dices que esto es tu culpa? Peter fue quién...

—Porque yo hice que Peter fuera así —me interrumpió. Esta vez sí veía la capa fina de próximas lágrimas en sus ojos. La única vez que le vi llorar fue unos días en las vacaciones. Cuando se despertó una noche, extrañando a Laura—. Él no era así de psicópata antes del fuego. Estaba algo loco pero no era así... Yo hice... Yo...

Solté sus manos y tomé su rostro, que lentamente bajaba hasta ignorar mi mirada. Lo alcé, sus ojos ya estaban largando las primeras lágrimas. Con delicadeza las limpié con mis pulgares y le miré con toda la suavidad que podía.

—El fuego no fue tu culpa, Derek.

—Sí, lo es... Tú... Tú no entiendes... Ella... Ella me usó, me engañó y yo... —intentaba discutir conmigo. Mantuve mis manos en sus mejillas, acariciándole para calmarle.

—Lo sé —le di la razón—. Créeme, nunca consideré a Kate una buena persona. Y que te haya usado cuando eras chico sólo me hace querer hacerle volver a la vida para matarla nuevamente.

Derek me miró fijamente, algo confundido — ¿Sabes sobre ella? ¿Sobre...?

—Lo supuse —interrumpí para que no tuviera que decirlo en voz alta.

Sabía pedazos de la historia de Derek. Paige, la primera chica que le llamó la atención en la secundaria. No sé qué pasó con ella, pero sé que murió y él se siente responsable. Sé que Kate y él fueron algo después de Paige. No estaba segura si amigos o pareja, o conocidos. Pero cuando repasé en mi mente sobre las cosas que Kate me había dicho cuando me secuestró... Cómo ella sabía de Paige y su historia, cuando yo, siendo la novia de Derek, no la sabía... Simplemente uní los puntos.

Y Kate era bastante mayor a Derek. Casi diez años de diferencia. Derek era menor cuando le conoció. Su familia murió cuando él tenía dieciséis, eso fue hace seis años. Kate tendría como veinticinco cuando le conoció y quemó la casa de los Hale. De solo pensar en ello me hervía la sangre.

Derek me preguntaba con la mirada. "¿Cómo?" Le miré con ternura. Estaba tan vulnerable por las muertes de su Beta y su pasado que sentía que mi corazón se encogía... De sólo pensar en todo lo que sufrió Derek...

—Creo que lo supe cuando... Nuestra primera vez —Derek frunció el ceño. Parecía adorable. Sonreí para quitarme los nervios. El hablar de nuestra primera vez todavía me hace ruborizar—. Sabía que tú y ella habían sido algo. Ella sabía cosas de ti que ni yo sabía. Y aquella noche... Cuando nosotros... Ya sabes... Tú estabas pendiente de mí. Preguntándome todo el tiempo si estaba segura de lo que quería, que no querías obligarme a nada, que si fuera por ti esperarías a que tuviera dieciocho...

Derek alzó las cejas. Preguntándose probablemente cómo eso se conectaba.

—Y que tú, alguien que puede tener a cualquiera con solo pedirlo, estuvieras tan pendiente de mí, una chica de dieciséis... Sólo podía razonar que te pasó algo similar cuando eras chico. Que estuviste con alguien mayor y que esa persona no fue tan considerada como tú lo fuiste conmigo. Esa persona te dañó. Pensé en Paige primero, pero tengo entendido que ella era joven, tal vez tu misma edad... Entonces pensé en Kate.

Derek bajó su cabeza nuevamente. Mis manos continuaron en sus mejillas. Me acerqué a él. No estaba negando nada de lo que había dicho... Y eso era todavía peor que no saberlo. Porque significa que fue verdad. Que Kate abusó de él cuando tenía dieciséis.

No me di cuenta de que lágrimas caían de mi rostro hasta que sentí el pequeño sonido de éstas golpeando la campera de cuero de Derek. Y sentí humedad en mis manos también. Derek estaba llorando. Sin resistirme, moví sus manos hacia su espalda y lo acerqué a mí, a un abrazo. Él se agarró a mí como si dependiera de su vida. Ocultó su rostro en el área de mi clavícula y cuello. Lo sostuve ahí, contra mí.

No puedo creer que Kate hiciera tal cosa. Que usara a Derek de esa manera íntima y que luego matara a toda su familia. ¿Qué tan psicópata puede ser una persona para dañar a otra de tal manera?

Estuvimos así unos largos minutos. Acariciaba su espalda. La remera verde que tenía puesta seguía algo húmeda por haber salido hace media hora a buscarme en el bosque, pero su cuerpo de hombre lobo (es decir, de estufa humana) hacía que ésta no estuviera pegada a su cuerpo. Acaricié también su cabello, de alguna manera secándolo un poco.

Derek no se movió del abrazo. Seguía agarrándome como si en el segundo que se descuidase yo desapareciera. No sentía humedad en mi piel, ya no sollozaba, pero eso era lo de menos. Ayudar a Derek es estar ahí cuando me necesite. Derek puede ser el gran lobo Alfa, pero como cualquier humano, tiene sentimientos, tiene remordimientos, tiene culpa. A veces es mejor dejarlo salir.

En menos de una hora me enteré de una parte de su vida. Confesar aquello debió haberle costado. Es difícil para una víctima reconocer que lo es. Siempre se piensa demasiado y uno se convence de que fue culpa de uno mismo. Derek a mantenido esa culpa dentro de sí por seis años. Y dudo que haya podido hablarlo con alguien. Debo ser la primera persona que sabe de esto.

—Sigue sin ser tu culpa —susurré sin poder evitarlo. Que Kate haya aprovechado el momento de debilidad de Derek para usarle e incendiar su familia no es culpa de Derek. Kate merece el infierno por ello.

Derek aflojó el abrazo. Se alejó de mí. Su cara estaba algo húmeda por las lágrimas. Sus ojos también estaban algo rojos por la misma razón. Pero ya no lloraba. Acercó su mano a su rostro y se secó la humedad con los dedos de un rápido movimiento.

—No sabes toda la historia... —soltó él. Negué con la cabeza, interrumpiéndole.

—No necesito saberla —dije—. No presioné para saberla. No tienes que presionarte para decírmela. Cuando estés listo, aquí estoy.

Le di una pequeña sonrisa. Sé que puede escuchar mis latidos y saber que lo que digo es verdad. Sí, me encantaría que él hablara de su familia, como también me encantaría consolarle cuando lo necesite. Pero soy fiel a mi palabra. Si él no está listo para confesarlo, no voy a hacer nada al respecto. Yo tampoco he hablado de mi mamá con él desde que nos conocimos. Algún que otro pequeño dato, pero nada profundo.

Derek me miró de una manera que no supe descifrar. Tampoco es que tuve demasiado tiempo para hacerlo. Esa mirada estuvo dos segundos antes de que él tomase mis mejillas de un rápido movimiento y me besara lentamente.

Mis manos subieron a sus muñecas, queriendo que me siga sosteniendo de esa manera. Aquél beso era una demostración. Derek siempre es mejor en las acciones que en las palabras. Se alejó después de unos segundos. Estaba tan sorprendida por el beso que mantuve mis ojos cerrados y mis manos sosteniendo las suyas. Él no las quitó de mi rostro. Se acercó y sentí su frente contra la mía.

Nos quedamos así otros largos minutos. Disfrutando de la cercanía del otro y de la lluvia golpeando el vidrio como fondo.

—Pero quiero contarlo. Mereces saberlo. —murmuró rompiendo el silencio. Abrí mis ojos. Sus irises verdes me miraban fijamente. Estaba decidido. El rastro de lágrimas en sus ojos había desaparecido.

Asentí — Si estás seguro...

Él asintió de vuelta — Lo estoy.

•••

La lluvia ya no era tan fuerte. Derek pidió que le acompañara a un lugar antes de contarme la historia de Paige. Dijo que no estaba muy lejos de su antigua casa. Tomó mi mano y ambos salimos de ahí. Caminamos en silencio hasta que vi un edificio abandonado en el medio de la nada. Parecía una fábrica vieja. Derek y yo entramos por una de las puertas traseras. Podía ver cadenas y otros artilugios metálicos oxidados por todos lados. No sabía por qué Derek me traería aquí, hasta que dijo:

—Aquí es donde Paige y yo veníamos cuando queríamos estar solos.

Apreté su mano, de alguna manera agradeciéndole por contármelo. Es difícil volver a abrir un recuerdo que te produce gran dolor. Por eso no dije nada. Me quedé en silencio esperando a que él continuara.

Habló vagamente de cómo la conoció. Él siendo un chico tonto deportista (sus palabras, no las mías) y ella siendo parte del grupo musical del instituto tocando el chelo. Al principio todo era como una típica historia de amor. Ella no cayendo bajo sus encantos, él interesado en ella por esa razón pero luego descifrando que es más que eso... Todo hermoso. Hasta que Derek señaló una láminas de metal en el lugar (que era una vieja destilería).

Había una gran espiral. Me explicó que había algún tipo de guerra entre los cazadores y los hombres lobo. Su madre, junto con otros Alfas, intentaban mantener la paz. Tratando de llegar a un acuerdo. Esa gran espiral era su signo de venganza. Lo recuerdo de cuando Peter era el Alfa y buscaba a los responsables del fuego, él hacía la misma espiral.

Ennis, uno de la manada de Alfas que murió en la emboscada a Deucalion, era Alfa en ese entonces pero de su propia manada. Derek explicó que uno de los suyos había muerto y que perder un Beta es como perder una extremidad. Por lo tanto, Ennis estaba enojado y desesperado para encontrar un reemplazo.

Me distraje un poco pensando en cómo Derek se siente, en cuanto al vínculo Alfa, después de perder a dos Betas. ¿Duele físicamente? ¿O simplemente es más dolor emocional? No le pregunté.

Prosiguió explicando que Peter le revolvió la cabeza con el tema de Paige. Derek estaba asustado de que ella no le quisiera cuando adivinase que él no era humano. Derek tenía quince, tenía razón en tener miedo de aquello. Entonces Peter, por alguna razón desconocida, le ayudó diciendo que tenía que convertirle. De esa manera estarían juntos para siempre. Derek, asustado de perder a la chica por algo que no podía cambiar, siguió el plan de Peter.

Ennis logró acorralar a Paige una tarde en el instituto. Derek y Peter estaban ahí para asegurarse de que todo fuera respecto a su plan. Pero Derek confesó que al oír los latidos rápidos de Paige se arrepintió al instante de hacer aquello. Corrió a por ella e intentó quitar a Ennis de la escena. Pero el Alfa era más fuerte y estaba enojado y desesperado. Derek no pudo evitar que Paige fuera mordida.

Paige no se convirtió. Como tampoco yo lo hice. La diferencia es que ella no tenía sangre polaca que le salvara de una inminente muerte. Derek se la llevó del instituto sin saber qué le ocurría. Fue a un lugar que sólo él conocía, pero que ahora no recordaba. Estuvo ahí con ella. Con una Paige que temblaba, tenía miedo y lentamente moría. Para ese entonces, yo estaba ya llorando.

Dijo que sentía su miedo y dolor. Que él hacía lo posible para evitar que sintiera aquello. Derek supo que moriría cuando no pudo quitarle más el dolor. Como si éste volviera a ella. Paige le suplicó terminar con el dolor. Que no podía soportarlo más. Y Derek le hizo caso. Terminó con su sufrimiento.

Le di un apretón a su mano mientras secaba mis lágrimas con la otra. Derek no se había movido demasiado desde que empezó a relatar su historia. Seguía parado mirando la espiral grabada en la lámina metálica. Yo a su lado sosteniendo su mano. En silencio, escuchando.

—Pero eso no es lo peor... —agregó él con la voz algo dura, probablemente enojado consigo mismo—. Lo peor es que, de alguna manera, ella sabía sobre mí. Sobre ser un hombre lobo. Pero no había dicho nada. Porque me quería a pesar de eso...

Instintivamente volví a apretar su mano.

—Tampoco fue tu culpa —mencioné después de casi una hora sin hablar—. Eras chico y tenías miedo. Tal vez no fue una buena idea seguir el plan de Peter, pero al final te diste cuenta. Te enfrentaste a Ennis e intentaste salvarle.

—Pero no lo hice —murmuró él con sus ojos aún clavados en la espiral.

—Hiciste lo que pudiste. E hiciste lo más difícil que cualquier persona puede soportar. A pesar de tu miedo, hiciste lo que ella te pidió. Terminaste con su dolor. Y eso te cambió —Derek asintió levemente—. Tenías quince años, Derek y pasaste por algo que nadie, en su entera vida, debería pasar.

—Por semanas no pude verme al espejo... Ni sacar mis ojos de Beta —susurró bajando su cabeza. Sin solar su mano, me acerqué a él. Me coloqué en frente, bloqueando su vista de la gran espiral.

—¿Porque eran celestes en vez de dorados? —pregunté, aunque ya sabía la respuesta. Derek alzó su rostro, unió su mirada con la mía y asintió—. Pues, dorados, rojos o celestes, cualquiera es hermoso en ti. Más allá de lo que signifique.

Él soltó una suave sonrisa y bajó la mirada nuevamente, como si se estuviera ocultando — Es lo que mamá me decía —confesó en un murmullo. Sonreí levemente al entenderle. Apreté nuevamente su mano.

—Pues tu madre era una mujer muy inteligente —acoté con suavidad y delicadeza. Derek asintió antes de volver a alzar su mirada y quedándose mirando fijamente. En cualquier otro contexto, ya me hubiera ruborizado al ver cómo Derek me mira. A veces me gusta pensar que se pierde en mis ojos como yo me pierdo en los suyos.

Quedamos así, mirándonos fijamente y con nuestras manos entrelazadas, por largos minutos. Incluso podía sentir que la lluvia se detenía y que lentamente el cielo se oscurecía. Pronto tendría que volver a casa para evitar que papá y Stiles llamen a todo el departamento de policías para que me busquen.

Pero no quería dejarle solo. No después de todo lo que confesó, después de ver que su historia es más dolorosa de lo que alguna vez pensé. Estaba más tranquilo, como si se hubiera quitado un peso de encima. Pero la culpa seguía ahí. Junto con el dolor. De lo de Boyd, lo de Kate, lo de Paige...

—Gracias —rompí el silencio—. Gracias por contármelo. —aclaré. Derek no respondió. Apretó mi mano con suavidad y siguió mirándome fijamente. Y estaba bien. No necesitaba que me respondiera.

•••

Eran como las ocho cuando llegamos a la cuadra de mi casa y nos detuvimos ahí para evitar los ojos curiosos de mi familia. Derek tomó con fuerza mi mano y se agachó para besar con delicadeza una última vez mis labios. Sonreí estúpidamente al ver que no se alejaba, que mantenía su frente contra la mía.

—No sabes cuánto deseo poder decirte que entres a casa y cenes con nosotros. —él dejó salir una pequeña sonrisa—. Pero papá...

—Usaría todas sus balas contra mí, lo sé —terminó la frase por mí.

Asentí algo avergonzada. Pero Derek sabe que todavía no le dije a papá por el tema sobrenatural, no porque no quiero presentarle.

—¿A dónde irás? ¿Al loft? —pregunté cambiando de tema y asegurándome que me dijera a donde iría por si volvía a desaparecer, aunque dudo que lo haga. Derek se enderezó y alzó los hombros.

—Supongo.

No parecía seguro. Creo que no quiere lidiar con Cora o Peter. Apreté los labios intentando pensar en algo para evitar que él vuelva a allá (lo cual es irónico porque es su departamento).

—Puedo esperarte con la ventana abierta —dije intentando darle otra opción—. Por si no quieres lidiar con Peter o Cora.

Dejó salir una pequeña y honesta sonrisa. Bajó su rostro, como si estuviera avergonzado y luego la volvió a alzar — Consideraré la oferta —respondió. Asentí sonriéndole. Me apretó suavemente la mano y se acercó dejando un beso en mi frente—. Gracias, Sarah.

Sabía que ese agradecimiento era por más que sólo invitarle a que se queda la noche. Por estar ahí para él. Como simple respuesta, le apreté de vuelta la mano antes de soltarle y caminar hacia casa.

Antes de entrar, le vi en la esquina. Le saludé mientras sacaba mis llaves. Una vez que respondió el saludo, entré a casa.

Lo primero que sentí fue el aroma de carne. Hace meses que papá no cocina.

—¡Ya llegué! —dije para que ambos Stilinski me escuchasen.

Me dirigí a la cocina mientras escuchaba los pasos atropellados de mi hermano. Stiles probablemente me regañaría por haber salido de casa y no haberle avisado.

En la cocina, papá tenía el horno prendido y la mesa lista. Escuché a Stiles balbuceando alguna cosa mientras me acercaba a papá y le susurraba: — Huele delicioso.

Papá se dio la vuelta con una sonrisa y tenedor en la mano. Frunció el ceño al verme detenidamente — ¿Esa chaqueta es tuya?

Seguí la mirada de sus ojos hasta mí. Todavía tenía puesta la chaqueta de Derek. No me había dado cuenta de devolvérsela. Papá me seguía mirando esperando mi respuesta. Podía decir que era mía, pero era obvio que no. Esta chaqueta me queda enorme. Abrí la boca para soltar alguna tonta mentira, cuando Stiles me interrumpió.

—Es de Allison —gritó mi hermano desde el marco de la puerta.

Asentí agradeciendo que su mentira fuera más convincente. Papá frunció el ceño, tal vez pensando si Allison tenía talle L de chaqueta o simplemente no creyéndose a fondo la mentira de mi hermano. Papá siempre tiende a dudar de nuestros comentarios.

—¿Allison no es la chica con la que Scott salía? —preguntó volviéndose a la comida.

—Somos amigas —le indiqué con una sonrisa inocente.

Papá señaló la mesa. Stiles y yo nos sentamos en nuestros lugares, enviándonos señales que solo nosotros entendíamos para mantener la mentira a flote. Papá colocó la carne en el centro de la mesa y repartió un pedazo a cada uno. A un costado de la carne había unas verduras calientes. Todo olía delicioso.

Papá se sentó y antes de comer me miró — ¿Ella es tu...? — preguntó inseguro. Movió la mano tratando de terminar la frase con gestos. Fruncí el ceño, ¿qué quiere decir?

—¿Mi...?

—¿Novia? —dijo abruptamente. Abrí los ojos sorprendida, me atraganté con mi propia saliva. ¿Dé dónde salió eso?

Stiles tapó su boca para evitar que la risa escapase de sí — ¡No, papá! Te dije que somos amigas. —exclamé incrédula. ¿Realmente cree que saldría con la ex-novia de mi mejor amigo? Hay códigos.

—Bueno, bueno, yo sólo preguntaba —se defendió cortando un pedazo de carne—. ¿Entonces de quién es la chaqueta? —insistió. Pero la verdadera pregunta escondida en esa era "¿quién es la persona misteriosa?"

—De Scott —volvió a interrumpir mi hermano. Papá observó a Stiles con los ojos achinados. Le señaló con el tenedor mientras tragaba su pedazo de carne.

—Hace unos segundos gritaste que era de Allison. Además conozco a Scott y él no usa chaquetas de cuero.

—Es la nueva moda, ya sabes...

Papá le miró mortalmente. Como si ya supiera que se trataba de una mentira. Stiles se dio cuenta de que su plan no funcionaba, me observó y con su mirada me dijo "hice lo posible, estás por tu cuenta ahora" antes de girarse a su comida y masticar en silencio.

Tomé algo de agua antes de mirar a papá e intentar hacer un plan en mi mente para desviar el tema de la identidad de Derek.

—¿Recuerdas que antes de irme me dijiste que hable con él? —indiqué mirando a papá. Él frunció el ceño, confundido.

—¿Con Scott?

—No... —murmuré. Suspiré—. Con esta persona —agregué haciendo énfasis en "esta"—. La cual no conoces. —papá asintió, dejándome en el anonimato—. Pues, estábamos hablando y empezó a llover. Él me dio su chaqueta para que no tuviera frío.

Papá alzó las cejas sorprendido — ¿Te dio su chaqueta de cuero para protegerte de la lluvia, es decir agua? —asentí a su pregunta incrédula. Sé que cuero y lluvia no son la mejor combinación—. Vaya, debe quererte bastante. —sonreí mientras bajaba la cabeza algo ruborizada—. ¿Arreglaron lo que sea que ocurrió entre ustedes?

Asentí — Sí, papá. Todo gracias a ti —le di el crédito con una sonrisa.

—Me alegro, Sari.

Papá no siguió insistiendo en saber quién era el muchacho misterioso. Stiles parecía más relajado. Aunque algo inquieto, como si quisiera que la cena terminase lo más pronto posible porque debía contarme algo. Proseguimos a comer en silencio por varios segundos. Estaba un poco más tranquila aunque sabía que tarde o temprano debía contarle a papá sobre Derek. Ni bien terminemos de comer hablaré con Stiles para confesarle a papá sobre lo sobrenatural.

—Deberías invitarle a comer la próxima semana —anunció papá y casi me vuelvo a atragantar.

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