Paranoia [Teen Wolf]

By its_the_impala

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[Libro dos de la saga de Stilinski Twins] «Paranoia es solo un sentido desarrollado de precaución» Cuatro mes... More

Sinopsis
1. Tattoo
2. No le agrado a los pájaros
3. Here we go again
4. Fearless
5. Patrones que no existen
6. ¿Isaac? ¿Ya lo recuerdas?
7. Planeamos robar un banco
8. Just give me your tears
9. Emptyness
Trailer temporada 6b!
10. Definitivamente, hoy no es mi día
11. Cause it hurts like hell
12. Una tarde casi normal
13. Demasiados pensamientos
14. Sobreviviendo al Motel de los Suicidios
15. Sobreviviendo al Motel de los Suicidios
16. This is about us
17. ¡Ten cuidado si eres médico!
18. Un mal presentimiento
20. Memories
21. Sigamos con el plan... Ah, es verdad, no tenemos uno
Goodbye, Teen Wolf
22. El recital
23. Mi profesora de Literatura quiere matarme
24. Convincing you
25. Resiste, Cora
26. Guardianes
27. Need you to come back
28. Retirados, sí. Indefensos, no.
29. El atardecer
30. ¿El Nemeton no aparece en el GPS?
31. Que el show comience
32. Dieciséis horas
33. Corre, cariño, corre.
34. Tres Alfas y un darach
35. Lunar Eclipse
36. Cerrando etapas
37. ¿Esto es real?
38. Keeping up
39. Cuervos vs hamingja
40. La puerta entreabierta
41. Problemas con coyotes
42. Problemas con coyotes
43. Problemas con coyotes
44. Oír tu voz me hace bien
45. Un psicópata suelto. En Halloween. ¿Coincidencia?
46. Hora de una historia y de sushi
47. Problemas técnicos (más bien eléctricos)
48. Stranger dreams
49. La nuit est a nous
50. Post-party
51. ¿Dormir o volverse loco? Una decisión complicada
52. Otra perspectiva
53. Una llamada a medianoche
54. Una llamada a medianoche
55. Falling for you
56. En el entretiempo
57. Giving in
58. Fases de un macabro plan
59. Desperté con caos a mi lado
60. Wake me up when you need me
61. Me doy cuenta de lo que soy capaz
62. Soluciones temporales
63. Echo House
64. Echo House
65. Echo House
66. All Hell's Loose
67. Uno de dos
68. Siendo yo misma
69. Ahora lo que importa es Stiles
70. Kanji
71. Nos escapamos con una chica del instituto mental
72. Coup de foudre
73. Coup de foudre
ACLARACIÓN
74. Bad Moon Rising
75. No es el momento adecuado
76. The Divine Move
77. Todo tiene un final
Epílogo
Agradecimientos
Libro #3: Black List + Sinopsis
Playlist

19. Para curar hay que sufrir

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By its_the_impala

19. Para curar hay que sufrir

Me revolví en la cama. Miré mi celular chequeando la hora. Las seis de la tarde. Pero parecían como las nueve por la gran tormenta que había afuera. Podía escuchar el agua golpear contra el vidrio de mi ventana. Me levanté unos centímetros y me volví a recostar, suspirando.

¿Sigues ahí? —escuché la voz de la castaña a través de mi celular—. ¿Sarah?

Tomé el aparato y lo acerqué a mi oído — Sí, sí, Alli, sigo aquí.

Por un segundo pensé que me dejaste colgando —rió ella. Involuntariamente dejé escapar una sonrisa al escuchar su risa—. ¿Cómo te encuentras?

Era una pregunta complicada de responder.

Han pasado tres días desde la muerte de Boyd. Y desde la última vez que vi a Derek. Cuando desperté al día siguiente, pensando en todo lo que podía hacer para apoyar al lobo gruñón, éste había desaparecido. Su hermana fue quien me recibió en su departamento aclarándome (con una mirada mortal) que Derek no estaba. En el momento no le di importancia. Tal vez necesitaba un tiempo a solas, perdió dos de sus Betas, dos amigos, merecía sufrirlo como él quería. Pero ya cuando al segundo día tampoco escuché nada de él, me empecé a preocupar. Derek no merece estar por ahí solo, culpándose por estas muertes e incapaz de decirles adiós como se debe.

Cuando le pregunté a Cora nuevamente si él había vuelto a su departamento, ella me comentó que probablemente no lo haría. Que era una costumbre de su familia ocultarse y curarse antes de volver. Asentí, tenía sentido pero no calmaba mi preocupación.

Y este día hice lo posible para encontrarle. Porque no quiero que siga estando solo. Le llamé y di una vuelta por el bosque y el centro, hasta que empezó a llover y me vi obligada a volver a casa.

—Estoy bien —respondí sin mucho ánimo. Allison suspiró al otro lado de la línea.

No suenas bien, Sari —dijo. Escuché otros sonidos, como si se estuviera levantando de la cama y ordenando algo—. Sé que te destroza esto de no poder ayudarle, pero creo que Derek necesita su tiempo para pensar cuál es su siguiente movimiento...

Gruñí levemente — Hablas como si fuera un soldado —me quejé—. Todos esperan que él haga alguna maniobra y salve el día porque es el Alfa, pero ¿adivina qué? Es tan humano como todos nosotros. Y perdió a dos de su manada.

Sarah, no quise...

—No, no —suspiré, dándome cuenta de que había explotado. Allison no merecía ese comportamiento de mi parte—. Disculpa, yo no quise...

Está bien, Sarah —me quiso calmar. Su voz era dulce y eso me hacía sentir aún peor por haberle gritado. Me pasé una mano por el rostro. Volví a suspirar.

—No, no lo está... —susurré. Esto de no saber dónde está mi novio no me agrada. Sé que él necesita su espacio y tiempo, pero no puede mantenerse así de oculto por tres días. Quién sabe, hasta dónde sé tal vez los Alfas le encontraron y le mataron. Aunque en aquella versión yo sentiría su dolor así que no está muerto... Pero igual, se entiende lo que quiero decir.

Sé que es un día horrible, pero ¿por qué no despejas tu mente con algo? —ofreció aún con su dulce voz. ¿Esta mujer no se cansa de ser adorable y buena persona?

—¿Crees que la manada de Alfas o el darach esté descansando y despejando su mente? —pregunté con ironía, demostrándole que descansar no era una opción. Teníamos que pensar en nuestro siguiente movimiento, como ella dijo antes. Derek tal vez no esté al mando porque está ausente, pero otros tenemos que seguir adelante. Si no pensamos qué puede ocurrir y cómo prevenirlo, no salvaremos a nadie.

Escuché un resoplido de su parte, podía ver su ceño fruncido de regaño — ¿Tendré que llamar a Stiles para que te saque de tu cuarto y de tu repentina depresión?

Esta vez fui yo la que resopló — Quiero verte intentarlo. Él se fue hace una hora al departamento de Derek para encontrarle o hablar con Cora. Dijo algo sobre estar cansado de verme tirada en mi cama.

Pues no le culpo —se calló de repente. Fruncí el ceño, estuve por preguntar si estaba todo bien, pero unos murmullos al otro lado de la línea me interrumpieron. No comprendía qué decía. Tal vez era su padre—. Oye, Sarah, tengo que irme. Pero sigue mi consejo, ¿si? Despeja tu mente. Sólo así podrás ayudar a Derek.

Antes de que pudiera refutar o decir algo, ella colgó y la llamada terminó. Miré el celular con sorpresa, Allison nunca me dejaba así de colgada. Bufé y golpeé el celular contra el colchón de mi cama haciendo un ruido seco.

Miré la ventana. Y luego a mi celular otra vez. 6:28p.m. ¿Qué se supone que haga para despejar mi mente? No es como si pudiera decirle a Isaac o a Scott que me acompañen al cine o a hacer algo.

En otro momento, iría a la cafetería donde trabajaba Heather y me juntaría con ella... Pero ahora eso ya no es una opción. Apreté mis labios, intentando no pensar en aquellos que perdí al inicio de este año.

Unos pasos que se detienen el marco de mi puerta me distrajeron de la repentina tristeza al recordar a mis amigos. Me incorporé un poco y vi a papá con una sonrisa en su rostro. No dijo nada, simplemente entró y se sentó a un costado de mi cama, aún manteniendo la sonrisa. Parecía como si él supiera que yo no estaba en mis mejores días y quisiera ayudar.

Suspiró suavemente y miró por la ventana — ¿Recuerdas lo que hacíamos en días así? —preguntó con un tono suave y nostálgico.

—Nos quedábamos en el sillón viendo películas —respondí. Imágenes de Stiles y yo pequeños y papá en el medio, sentados con una gran manta cubriéndonos del frío de la lluvia, en la mesa ratonera algunos dulces o palomitas de maíz... No volvimos a hacerlo desde Stiles y yo dejamos de temerle a las tormentas y nos hicimos demasiados grandes para entrar los tres en el sillón.

Papá miró por la ventana y luego a mí — Deberíamos ver alguna película —ofreció. Era su manera de sacarme de la cama y de mi humor—. Por los viejos tiempos —agregó para convencerme. Inevitablemente, asentí.

Desde que papá es el shérif y desde que las cosas sobrenaturales empezaron, él ha estado metido en su trabajo casi las veinticuatro horas del día. Todos los días libres que tiene prefiere pasarlos en la estación, ahora más que nada que hay un asesino serial ritualista (también conocido como darach) suelto. Pero creo que uno de sus oficiales le amenazó con dañarle si no se tomaba este día libre.

Debería buscar quién fue el responsable y agradecerle. Cuando papá se mete demasiado en su trabajo, empieza a tener jaquecas, ojeras por las largas noches, toma demasiado café (cosa que Stiles y yo intentamos prevenir porque es una adicción y no de las buenas). Incluso sueña con sus casos y a veces le escuchó gritar o dar vueltas por la casa porque no puede dormirse. Necesita un descanso.

Me levanté de la cama y le seguí. Tomé una gran manta de mi armario y mi celular por si surgía alguna emergencia. Bajé las escaleras y papá fue a la cocina diciendo que haría algunas palomitas mientras yo encendía el televisor y buscaba alguna película.

Todavía tenemos los VHS* de las películas de Disney. Hércules sigue siendo nuestra favorita. Cantábamos todas las canciones con Stiles. Pero también estaba La Sirenita, El Rey León, Los 101 Dálmatas, entre otras de princesas. Al tocar la caja del gran casete me sentí increíblemente nostálgica.

Tomé la película de Hércules y lo coloqué dentro de la videocasetera. Lástima que Stiles no esté aquí para disfrutar esto.

Me acomodé en el sillón después de encender todo lo necesario para ver la película. Me senté en forma de indio con la manta sobre mis piernas, esperando a papá. Él volvió unos segundos después con un exquisito aroma a palomitas. Sonreí. Él se sentó a mi lado con el pote entre sus piernas.

Antes de poner la película, miré a papá — ¿Seguro que quieres pasar tu día libre viendo películas conmigo?

Papá me miró con ternura. Sus ojos celestes brillaban de una manera que no vi desde el año pasado, antes de todo lo sobrenatural. Incluso antes de la muerte de mamá.

—No hay otra cosa que quiera hacer que no sea ver películas contigo, Sari —respondió acercándose y depositando un beso en mi sien.

Apreté el botón de play y la película empezó.

•••

Entré a la cocina para lavar el pote.

Ya habíamos visto Hércules y por muy bien que la estaba pasando, mi mente siempre volvía a cierta persona. Aquella que se mantiene oculto por la pérdida de un amigo. Aquella que siempre se culpa de todo lo malo que pasa a su alrededor.

Tal vez tardé demasiado lavando el pedazo de plástico, porque papá se levantó y entró a la cocina diciendo: — ¿Está todo bien?

No me asusté, pero sí interrumpió todos mis pensamientos. Cerré el agua, reconociendo que el pote estaba más que limpio. Lo dejé a un lado para luego secarlo, me di la vuelta y asentí a la pregunta.

—Has estado algo caída estos días, ¿ocurrió algo? —preguntó con suavidad. Tomé el repasador para secar el pote, cualquier cosa que pudiera distraerme de la conversación. No porque no quería charlar con papá de mis problemas (yo sé que él me escucharía y ayudaría a su manera), sino porque no quiero mentirle—. ¿Sabes que siempre puedes contar conmigo, verdad?

Le miré otra vez y asentí. Luego suspiré — Es solo... Son muchas cosas.

—Es parte de ser adolescente —sonrió papá acercándose. Dejé el repasador a un lado—. Y además perdiste a varios amigos este inicio de año. Es normal que te sientas abrumada e incluso triste por ellos. Pero no está bien que te quedes todo el día en tu cama, que salgas sólo al instituto y te vuelvas a encerrar en tu cuarto. Estoy seguro de que ninguno de ellos estaría contento viéndote así.

Bajé la vista. Tiene razón, pero yo no me encontraba caída por eso. Sí, estaba triste por Heather, Boyd, Erica y todos los que murieron en los sacrificios... Pero esta noche, estos últimos días, no he estado caída particularmente por ello.

Miré mis manos — No es sólo eso —reconocí. Nos quedamos en silencio unos segundos.

—Yo también le extraño —dijo él rompiendo el silencio. Alcé la mirada, sus ojos celestes se escondían detrás de una leve capa cristalina. Reconocí que mis ojos también tenían ese brillo de las inminentes lágrimas.

Papá se acercó y me envolvió en un abrazo. Volví a sentirme como la niña pequeña que encuentra refugio en su padre. Me sentía tan diminuta. Mis lágrimas no tardaron en empapar mi rostro y su camisa. Pero no importaba, porque podía sentir las humedad de las lágrimas de papá contra mi cabello. Y estaba bien. Para curar hay que sufrir.

Y sí, puede que esté triste por las muertes de mis amigos y esta repentina desaparición de Derek, pero la pérdida de mamá en mi vida es otro aspecto del que siempre pienso. Ella nunca podrá verme graduarme, ni acompañarme cuando tengo problemas de chicos, ni maquillarme, ni acompañarme en mis momentos más importantes... Y eso duele.

Y con mi cumpleaños y el de Stiles acercándose... Duele más.

Después de algunos minutos de estar abrazados y soltando esas lágrimas acumuladas, papá se separó de mí. Puso sus manos en mis hombros y me miró. Su rostro estaba algo rojo al igual que sus ojos. Me dedicó una sonrisa. Le sonreí de vuelta aunque por dentro quisiera seguir llorando. Se acercó y depositó un beso en mi frente. Cerré los ojos, recordando otra vez cuando era pequeña. Las últimas lágrimas cayeron cuando los cerré.

—Stiles y tú siempre pueden venir a mí, ¿si? —indicó alejándose y mirando directamente a mis ojos—. Sé que no estoy mucho en casa, que siempre estoy trabajando... Pero intentaré hacer espacio para esto —inclinó su cabeza señalándome el comedor, donde la película ya había terminado pero la televisión seguía prendida—. No quiero perderme de las vidas de mis dos hijos.

Asentí, en parte agradeciéndole, tal vez necesitaba escucharle decir eso. Apretó suavemente mis hombros.

—Y con eso también me refiero si hay alguna persona especial en sus vidas —agregó, como un comentario de doble sentido. Me sorprendí y él lo notó. Soltó una sonrisa—. Está bien si no quieres presentármelo o presentármela todavía. Entiendo que al ser shérif tengo que acostumbrarme a que sus parejas no estén encantados de conocerme —sonrió, haciéndome sonreír—. Así que por el momento sólo te diré que tengas cuidado y te cuides, ¿de acuerdo?

Asentí moviendo la cabeza. A veces creo que no merezco a papá. Stiles y yo le mentimos sobre las heridas y moretones que a veces tenemos al volver a casa, sobre nuestras pesadillas, sobre nuestras vidas en general... Y él hace lo posible para hacernos entender que está aquí para nosotros, que nos necesita tanto como nosotros le necesitamos. Él es honesto con nosotros y deberíamos ser honestos con él...

Esto me hace sentir peor. Y creo que eso también lo notó papá, porque volvió a apretarme los hombros.

—Y cualquier problema que tengas con ellos, creo que es algo que debes arreglarlo charlándolo.

Lo miré, aún sorprendida de que papá me esté dando esta clase de consejos. Dudo que dijera lo mismo si supiera que el chico con el que salgo es Derek Hale, ex-criminal (acusado inocentemente, pero a los ojos de él sigue siendo el chico que fue buscado por homicidio no una, sino dos veces).

Le contaría sobre Derek. Tal vez no ahora, porque si lo hago tengo empezar hablando sobre su acusación por homicidio y como todo fue un malentendido porque Scott le entró pánico aquella noche en el instituto porque un Alfa, hombre lobo grotesco que después terminó siendo el tío de Derek quien murió pero de alguna forma volvió a la vida sin ser un zombie, nos perseguía y nos quería matar.

Primero tengo que contarle lo sobrenatural. Luego, debe creerme y por último le diría sobre Derek.

No hay un buen escenario en el que pueda presentar a Derek sin que papá saque su pistola y salga en su auto a buscarle.

Así que tendría que esperar. Ni bien vuelva Stiles charlaría con él sobre cómo abordar el tema de lo sobrenatural a papá. No podemos seguirle mintiendo. Por el momento, atesoraría esta memoria de ambos viendo Hércules y él dándome consejo y apoyo.

—Lo haré —respondí a su comentario. Papá tenía razón. No tengo un problema con Derek en sí, sino con su desaparición. Tres días ha estado así. No es sano ni para él ni para nosotros.

Me giré sin despegarme del tacto de papá, vio por la ventana como la lluvia era leve. Ideal para salir de casa y buscar a Derek. Tengo que. Cuando me volví a girar para decirle a papá que tendría que cancelar el resto de tarde de películas, él me miraba con una sonrisa de lado. Como si estuviera orgulloso de mí.

—Ve a buscarle —ordenó con suavidad, como si hubiera leído mi mente y los sucesos de mis pensamientos—. Yo estaré aquí cuando vuelvas y espero que me cuentes como fue. Sólo eso, ¿si?

Asentí con una sonrisa sincera en mi rostro — Eres el mejor —salté y envolví mis brazos alrededor de su cuello. Él tambaleó y casi se cae si no fuera por la mesa detrás de él. Luego le di un beso en la mejilla antes de salir corriendo a mi cuarto por una campera como abrigo y mis llaves.

Salí de casa con una misión: encontrar a Derek y hacerle ver que estoy aquí para él.

•••

Es más sencillo decir que encontraré a Derek en vez de hacerlo. Tengo el presentimiento de que él sería un grandioso jugador de las escondidas.

Nota mental: nunca jugar a las escondidas con Derek.

Pensé como el lobo gruñón. ¿Dónde se escondería? ¿Dónde pensaría que estaba completamente solo como para recuperarse de su pérdida? ¿Sin que nadie le molestase...?

Me detuve en el semáforo. La bicicleta resbalaba un poco por la fricción del pavimento mojado. Por suerte, no había autos alrededor que pudieran considerarse amenaza para el resbaladizo piso y mi bicicleta.

Deseché la idea de ir a su departamento o a algún lugar del centro. En su loft estaban Cora y Peter (este último pasaba más por ahí que en su propia casa) y en ese momento mi hermano, si quiere estar solo no iría a donde sabe que hay personas. Por lo tanto, eso queda descartado. Al igual que el centro. Dudo que Derek se oculte en alguna cafetería o librería. Está de luto, no huyendo de alguien en particular.

Entonces el bosque era la opción más viable. Los hombres lobo no sienten el frío, así que la lluvia no sería un problema. Encadené mi bicicleta en un poste de luz cercano a una de las entradas al bosque. Una vez puesto el seguro, corrí adentrándome en el mismo.

El barro manchaba mis zapatillas Converse (ahora Derek no solo me debería un par de zapatillas por aquella vez que vomitó esa cosa negra cuando se estaba muriendo por la bala de Kate Argent, sino que ahora me debería otro par). La lluvia se intensificó al entrar al bosque, como si me estuviera retando. No me detuvo. Coloqué mi pelo mojado debajo de la capucha de la sudadera roja y limpié mi cara con la manga.

Uno pensaría que con las muchas veces que estuve en el bosque, aprendería por dónde tengo que ir si quiero llegar a un lado en especial. Pero no. Mi memoria no es tan buena como para tener un GPS mental del bosque.

Me detuve en el medio del mismo. Mirando a mi alrededor. Derek estaba aquí, podía sentirlo. Mi parte hamingja servía de algo después de todo. Pero el problema es que no sé dónde del bosque. Hasta dónde sé podría estar oculto en una cueva como el lobo gruñón que es.

Pensé. Está lloviendo fuerte. Derek es una estufa viviente pero dudo que le apasione estar debajo de la lluvia como la estrella de una película dramática o un vídeo de música emotiva. Por lo tanto, debe estar oculto en algún lado con techo. Tal vez una cabaña o...

Oh, Dios. ¿Cómo puedo ser tan idiota? ¡La casa Hale! Él debe estar ahí.

Salté involuntariamente de la emoción. Proseguí a correr hacia la casa. Me costaría encontrarla. Como dije, no tengo un GPS en mi mente y a veces todo el bosque me parece exactamente igual sin importar de dónde lo mire. Sin mencionar que la lluvia molestando mis ojos y mojándome en todos los rincones posibles no ayudaba. Pero al menos ya sabía qué buscaba.

No sé cuánto tiempo estuve buscando una gran casa tenebrosa y oscura. Tal vez diez o treinta minutos. Ya la emoción de poder encontrar a Derek se había ido de mi cuerpo. Aquella me había dado adrenalina y algo de calor, pero sin ella sentía el frío del día e intensificado por la ropa mojada. Me abracé a mí misma y seguí caminando, tiritando. Miraba alrededor esperando encontrar la casa.

Me detuve en un momento, en el que me di cuenta que estaba terriblemente perdida. No sólo no encontraba la casa, sino que tampoco sabía cómo volver a la parte de la ciudad donde dejé mi bicicleta. Estaba perdida, en el medio de la lluvia, con frío y probablemente agarrando un futuro resfriado. Y nadie podría venirme a buscar. Porque nadie sabe dónde estoy.

El pánico se adentró en mí. Mi respiración se interrumpía por sí sola, por el frío o por el pánico. Intenté calmarme, cerrando los ojos y dejándome caer en rodillas. Tal vez si me quedaba quieta podía controlar mi respiración. Recordé los métodos que Stiles y yo usábamos cuando teníamos ataques de pánico. Contar hasta diez respirando hondo, pensar en las cosas que nos gustan, imaginar que el otro está a nuestro lado guiándonos en la respiración... Cualquier cosa ayuda.

Pero el frío no me dejaba pensar. No me dejaba calmarme. Tiritaba cada vez con más fuerza. Ya incluso lágrimas de desesperación caían confundiéndose con las gotas de lluvia que estaban en mi rostro.

Derek. Era lo último que podía hacer.

Derek, por favor. Rogué. Era el pánico hablando. Y no sé si él puede sentir con mi mensaje que no le hablo para saber dónde está, sino porque le necesito. Porque tengo un maldito ataque de pánico.

Derek... Insistí una vez más. No sentía que él me escuchara. Aunque con el frío no puedo sentir nada, ni mis propios pies. Pero tenía esperanza. Que luego de varios segundos desapareció.

Estaba por rendirme. Pensando en recostarme contra la tierra y que la naturaleza haga en mí lo que quiera... Cuando sentí que alguien tomaba mi cuerpo como si fuera un cachorro perdido.

No necesitaba abrir los ojos para saber que era él. Me alzó contra su pecho al estilo princesa. Tenía tanto frío que no me importó. Su cuerpo me daba calor. Y aunque siguiera con la respiración entrecortada por el pánico, al menos estaba un poco más calmada. Ni bien Derek me baje o me deje en algún lado, el pánico volverá. No es algo que pueda controlar. Si bien éste surge de una respuesta psicológica, otra respuesta psicológica no hace que el pánico se detenga. Tendría que estar en un lugar donde me siento a salvo y relajarme con alguno de los métodos.

Pero con tener a Derek a mi lado, ya me sentía a salvo.


*VHS: sé que algunos de mis lectores son más chicos que yo, pero los VHS era lo que había antes de los DVD. Eran casetes enormes y tú, con una videocasetera, podías ver la película. Sí, lo sé, soy vieja.

+++

Me disculpo por la tardanza. Esta semana ha sido muy pesada. Y así serán las demás. Por lo tanto, les pido que comprendan que tal vez los capítulos tarden en llegar.

Porque a diferencia de otras historias que hice, ésta tiene un hilo con la serie. Antes de escribir, tengo que ver el capítulo de Teen Wolf que sigue para ver cómo meto a mi personaje en esas escenas. Sin mencionar que escribir también tiene sus complicaciones y bloqueos de vez en cuando.

En fin. Sólo sepan que podré tardar con los capítulos pero que no dejaré la novela olvidada. Si tienen miedo a que eso pase, estén atentos a mi tablero de mensajes (ahí pondré si me he atrasado, cuando viene el próximo capítulo o alguna otra noticia) o sino también pueden mandarme mensaje privado ("oye, Danna, ¿habrá publicación nueva esta semana?" O cosas así). No tengo problema en contestarles personalmente.

Espero que les haya gustado el capítulo emotivo con papá Stilinski. El siguiente se hablará del tema de Paige, ¡y lo contará Derek! (Siento que es un avance en su relación).

Nos leemos!
Danna

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