Paranoia [Teen Wolf]

By its_the_impala

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[Libro dos de la saga de Stilinski Twins] «Paranoia es solo un sentido desarrollado de precaución» Cuatro mes... More

Sinopsis
1. Tattoo
2. No le agrado a los pájaros
3. Here we go again
4. Fearless
5. Patrones que no existen
6. ¿Isaac? ¿Ya lo recuerdas?
7. Planeamos robar un banco
8. Just give me your tears
9. Emptyness
Trailer temporada 6b!
10. Definitivamente, hoy no es mi día
12. Una tarde casi normal
13. Demasiados pensamientos
14. Sobreviviendo al Motel de los Suicidios
15. Sobreviviendo al Motel de los Suicidios
16. This is about us
17. ¡Ten cuidado si eres médico!
18. Un mal presentimiento
19. Para curar hay que sufrir
20. Memories
21. Sigamos con el plan... Ah, es verdad, no tenemos uno
Goodbye, Teen Wolf
22. El recital
23. Mi profesora de Literatura quiere matarme
24. Convincing you
25. Resiste, Cora
26. Guardianes
27. Need you to come back
28. Retirados, sí. Indefensos, no.
29. El atardecer
30. ¿El Nemeton no aparece en el GPS?
31. Que el show comience
32. Dieciséis horas
33. Corre, cariño, corre.
34. Tres Alfas y un darach
35. Lunar Eclipse
36. Cerrando etapas
37. ¿Esto es real?
38. Keeping up
39. Cuervos vs hamingja
40. La puerta entreabierta
41. Problemas con coyotes
42. Problemas con coyotes
43. Problemas con coyotes
44. Oír tu voz me hace bien
45. Un psicópata suelto. En Halloween. ¿Coincidencia?
46. Hora de una historia y de sushi
47. Problemas técnicos (más bien eléctricos)
48. Stranger dreams
49. La nuit est a nous
50. Post-party
51. ¿Dormir o volverse loco? Una decisión complicada
52. Otra perspectiva
53. Una llamada a medianoche
54. Una llamada a medianoche
55. Falling for you
56. En el entretiempo
57. Giving in
58. Fases de un macabro plan
59. Desperté con caos a mi lado
60. Wake me up when you need me
61. Me doy cuenta de lo que soy capaz
62. Soluciones temporales
63. Echo House
64. Echo House
65. Echo House
66. All Hell's Loose
67. Uno de dos
68. Siendo yo misma
69. Ahora lo que importa es Stiles
70. Kanji
71. Nos escapamos con una chica del instituto mental
72. Coup de foudre
73. Coup de foudre
ACLARACIÓN
74. Bad Moon Rising
75. No es el momento adecuado
76. The Divine Move
77. Todo tiene un final
Epílogo
Agradecimientos
Libro #3: Black List + Sinopsis
Playlist

11. Cause it hurts like hell

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By its_the_impala

11. Cause it hurts like hell

El dolor empezó a ser demasiado intenso. Tanto que apenas me podía mover. Y Lydia no era particularmente fuerte como para llevarme hacia el estacionamiento y luego a lo de Derek. Sé que él está sufriendo, pero no puedo hacer nada para evitarlo.

—Sarah, por favor, déjame llamar a Stiles o a Scott... —pidió la pelirroja. Negué con la cabeza. No necesito alarmar a nadie, sólo necesito ir con Derek.

Lydia me ayudó a sostenerme contra la pared, pero pronto dejé de hacer fuerza. Caí al suelo, mi espalda pegada a la pared, una de mis manos sosteniendo el hueco que debería haber en mi cuerpo por el dolor que siento y la otra contra el suelo intentando mantenerme sentada. Lydia se agachó frente a mí y me observó con nervios. Sin saber qué hacer.

Abrí la boca para explicarle qué hacer pero justo en ese momento, el dolor se intensificó y en vez de palabras, un gemido lastimero salió de mis labios. Cerré los ojos intentando contener la intensidad del dolor, pero me era imposible. Es como si a Derek le hubieran clavado algo en el centro del pecho. Y en ese exacto momento estaban moviendo esa cosa que le atravesaba. Sentía ardor y un dolor extremo. Apreté mis labios contra mis dientes para evitar gritar del dolor. Mi mano que estaba sobre el suelo se junto y formé un puño. Sentía mis uñas clavadas en la palma.

Sentí cómo lágrimas se escapaban de mis ojos aunque éstos estuvieran cerrados. El dolor continuó por unos segundos, después lo que sea que tuviera Derek atravesado en el torso se quedó quieto, pero aún dentro de él.

—Stiles —escuché que Lydia dijo. Abrí los ojos confundida. La pelirroja estaba con el celular en su oído y una expresión preocupada—. No, escúchame. Es importante. Es... Es Sarah —explicó ella girándose para verme. Lo siento, podía descifrar que decían sus ojos. No quería preocupar a mi hermano, pero eso no parecía ser una opción—. No lo sé. Es como si... —Lydia calló de repente, supongo que Stiles estaba terminando su frase ya que ella no sabe mucho de lo que me ocurre cuando alguien está siendo lastimado—. Sí, sí, pero no la puedo mover y está... De acuerdo.

Sacó el celular de su oído, se acercó a mí y tocó uno de los botones que era de altavoz — ¿Sarah? —escuché a través del teléfono. Pero no era mi hermano, era Deaton.

—¿De... Deaton? —pregunté. Me costaba hablar, el dolor en mi pecho me impedía respirar con normalidad y eso influenciaba en mi capacidad de hablar. Volví a morder mi labio al sentir otra punzada intensa en el pecho.

Sarah, dime qué te ocurre. ¿Quién está sufriendo lo que sientes? —ordenó con tranquilidad el veterinario. Inhalé profundo para lograr formar una oración sin trabarme por la respiración irregular.

—Derek. —respondí—. Es... Es como si le hubieran... Atravesado con algo —logré agregar. Apreté la zona donde debería estar la herida. Se sentía demasiado real. Si cerraba los ojos incluso podía pensar que era a mí quien me han atravesado con algo.

Bien. Lydia, escúchame. Llévala a un aula vacía. Stiles y yo iremos de inmediato. Y tú, Sarah, intenta utilizar el dolor de Derek para comunicarte con él. Tal vez puedas ayudarle —indicó Deaton. Lydia asintió aunque el hombre no podía verle. Cortó la llamada después de eso.

—Necesito que me ayudes, Sarah —dijo la pelirroja posicionándose más cerca de mí y tratando de pasar un brazo entre la pared mi espalda. Con su otra mano pasó mi brazo con tal que quedase en sus hombros—. A la cuenta de tres. Uno, dos... Tres.

Me impulsé con todas las fuerzas que me quedaban, lo cual no era mucho. Usé mis piernas y mi mano derecha para ayudarle a Lydia. Mientras más me movía, más me dolía el torso. Volví a cerrar los ojos y a mover mis pies con tal de ayudar a Lydia. Ella me guiaba.

No sé cuánto caminamos, sólo sé que en un momento ella se detuvo y dejó de hacer demasiada fuerza sobre mí para abrir una puerta. Las luces estaban apagadas. Habían un par de bancos y el típico escritorio de madera. No sabía en qué clase estábamos.

Lydia cerró la puerta detrás de ella y prendió las luces. Me desprendí de ella y caminé hacia uno de los bancos. Me senté en una de las sillas. Intenté regular mi respiración, pero no podía. Era como estar teniendo un ataque y no poder hacer nada para evitarlo. En este caso, si lograba sacarle a Derek la cosa que le atravesaba estoy segura de que el ataque se detendría.

Lydia se sentó a mi lado — ¿En qué puedo ayudar? —preguntó ella. Negué con la cabeza. Ya me ayudó, ya hizo todo lo que podía haber hecho. Llamar a Deaton y pedirle ayuda. Con suerte, él y Stiles vendrían rápido.

Debería estar pensando por qué mi hermano estaba con Deaton, pero la verdad es que a estas alturas ya ni me sorprende. Tal vez fue a hablarle de los sacrificios y conseguir algo de información, considerando que Deaton parece siempre tener idea de lo que ocurre en Beacon Hills.

Recordé lo que me indicó que hiciera el veterinario. Contactarme con Derek. Y no con el celular porque dudo que lo tenga encima mientras alguien que intenta lastimarle le atraviesa el cuerpo con algo.

Deaton quería que usara mi habilidad telepática. Hablar a través de la mente. Me abstuve de hacerlo por esas leyendas que escuché de las hamingjas oscuras. Pero si puedo ayudar a Derek, entonces no me importa.

Cerré los ojos e intenté concentrarme. El veterinario dijo que use el dolor que siento para poder conectarme a él. Las pocas que hablé a través de la mente fueron vagas y la persona estaba cerca de mí. Con Isaac en la bañera, estaba incluso tomando su mano. Con Stiles el primer día de clases, él me estaba tocando los hombros. Incluso cuando entré a la memoria de Stiles sobre Heather, estábamos tomados de la mano. Siempre hubo contacto físico.

Ahora no. No tengo a Derek a mi lado para tomar su mano y lograr hablarle telepáticamente. Así que tenía que esforzarme el doble. Sentí otra vez una punzada en el pecho. Pensé en eso. En Derek herido, con un palo o algo similar atravesándole el pecho.

Derek. Intenté. Esperé unos segundos, a ver si obtenía una respuesta. Nada. Suspiré y volví a intentarlo. Pensé en él, herido y necesitando mi ayuda. Probablemente estaría en el departamento, no creo que dejara a su hermana sola después de ayer.

Derek. No sentía nada. No respondió. Sentí cómo apretaba demasiado mis puños. En parte por el dolor, y en parte porque me molesta no poder ayudarle.

—Sarah, estás sangrando —escuché que dijo Lydia. No abrí los ojos, no me importó que sangrara. Últimamente ya no lo hacía, pero nunca he hecho algo así de complicado. Sentí cómo una tela suave se pasaba por el área entre mi nariz y mi labio superior.

Ignorando el dolor de cabeza y el de mi pecho, me volví a concentrar. Derek.

¿Sarah? Me sorprendí tanto que casi abro los ojos y pierdo la concentración. Intenté calmar mi respiración para poder contestarle. ¿Dónde estás? ¿Qué está pasando? Pregunté.

La respuesta tardó en llegar. Por un segundo pensé que lo arruiné, que estaba demasiado débil para contactarle y mantener una conversación telepática. No me busques.

Incluso podía imaginármelo. Su expresión dura, labios apretados y formando una línea recta, cejas tiesas, cruzado de brazos y su voz ronca ordenándome que no le busque. Que no me ponga en peligro.

Derek, estás herido. Dime qué está pasando. Cómo puedo ayudar. Insistí, pero sabía que la conversación había terminado. Derek no me diría dónde estaba o quién le estaba atacando, aunque no es ningún misterio quién puede estar detrás de esto. La manada de Alfa. Pero, ¿por qué ahora atacan? ¿Por qué sólo a Derek?

Antes de que pudiera seguir intentándolo, el ruido de la puerta me desconcertó. Perdí toda conexión que tenía con el lobo gruñón. Abrí los ojos y vi cómo mi hermano entraba desesperado a la sala, Deaton le seguía detrás.

Le intenté sonreír para que se despreocupase, pero otra punzada golpeó en mi torso y en vez de una sonrisa, di una mueca. No parecía muy convincente. Deaton se acercó rodeando a mi hermano. De su campera sacó dos frascos, uno con una flor y otra con unas semillas. Se giró hacia Lydia — Ve a buscar agua y un vaso, por favor —y la pelirroja ni dudó. Salió corriendo de ahí—. Stiles, tú toma la mano de Sarah —Stiles se sentó en una silla y me tomó de la mano libre como si eso me quitara el dolor. Miré al veterinario con confusión—. A veces el contacto con otras personas, otros protegidos, ayuda.

Pues el tener la mano con la de Stiles no ayudaba demasiado. Seguía sintiendo del dolor en mi pecho. Derek seguía estando en peligro, no sé cómo unas hierbas y semillas podrán ayudarme con eso. Pasaron cinco minutos, en los que estábamos esperando a Lydia con el agua y el vaso.

Ella no llegó, lo cual nos extrañó a todos. Finalmente, Stiles dijo que iría a buscar una botella de agua. Él volvió al instante. Deaton usó un pequeño mortillo (supongo que se lo llevó del veterinario) y puso el polvo de semillas en el líquido. E hizo lo mismo con la flor de color violeta pálido.

—Bébelo hasta el fondo —ordenó una vez que la mezcla estaba preparada. Vagamente me hizo recordar cuando debía curar a Isaac, después del primer día de clases. Derek me había dado un vaso con una mezcla de agua y una flor amarilla para beber. Para ayudarle a Isaac. No sé qué haría esta mezcla en mí. Tal vez aliviar el dolor.

Lo tomé hasta el fondo. Tenía un sabor amargo y algo asqueroso, pero no me quejé. Me costó tragarlo, pero una vez que terminé miré al veterinario esperando que él me explicara qué me acaba de dar. Pero no tuvo el tiempo.

Como ya otras veces ocurrió, parpadeé y ya no me encontraba en el aula con Deaton y Stiles. Sino en el departamento de Derek. Se veía borroso, como si fuera la memoria de un sueño. Pero podía ver con claridad a Derek en el suelo, palmas y rodillas sobre éste, un caño atravesado en el torso, una mujer bronceada y de pelo morocho manteniendo el caño firme en su cuerpo, un charco de sangre debajo de él y un hombre hablando.

No entendía qué decía el sujeto. Es como si estuviera viendo una película en un lugar con demasiado eco. Sólo captaba pocas palabras. En cierto momento, el sujeto que hablaba, el de los anteojos de sol y palo blanco de ciegos se giró con enojo. Su voz se intensificó hasta el punto que creí que escuchaba truenos en vez de palabras.

Y de un sólo movimiento, la mujer que mantenía a Derek y al caño en su lugar, sacó el mismo del cuerpo del lobo. Y eso fue lo que bastó para nuevamente romper la conexión que tenía con él.

Me volví a encontrar en la sala, en el instituto, con dos pares de ojos mirándome con preocupación. Inhalé como si recién hubiera salido al aire después de estar mucho tiempo bajo el agua. Mi respiración se volvió errática por unos segundos, lentamente me fui calmando. El dolor de mi pecho ya se había ido, sólo quedaba un pequeño rastro como una presión. Espero que eso signifique que Derek se está curando.

—¿Qué pasó? —preguntó Stiles. Miré el centro de mi pecho, como si esperaba que éste me dijera algo.

—Ya pasó —fue lo único que dije, porque no sabía qué ocurría. La escena que vi en el departamento de Derek... Estoy muy segura de que los que le atacaron eran algunos de la manada de Alfas. Pero no entendí qué querían con él o qué pasó—. ¿Qué tenía lo que me diste? —pregunté mirando al veterinario mientras Stiles ayudaba a ponerme de pie, aunque ya podía moverme por mi cuenta.

—Anís y un poco de acónito —respondió relajado. Fruncí el ceño.

—Anís... Eso es lo que usó Gerard para hablarme telepáticamente —recordé. Stiles me miró confuso.

—¿Cuándo fue eso?

—En tu partido —señalé. Nunca le había contado. Después de que Gerard me amenazara con lastimar a Stiles si no le daba a Derek, él desapareció y volvió con heridas en el rostro. Teníamos que detener la evolución de Jackson antes que cualquier otra cosa, y luego nunca se presentó el momento para hablarlo.

—Sí, es una muy buena semilla para esos fines. Aumenta el psique —explicó el hombre—. El acónito era un toque para guiar ese psique hacia Derek.

Asentí, agradeciéndole. Aunque no sé si aquello sirvió de mucho. Pude ver dónde estaba Derek y quiénes le infligían dolor, pero nada más. Ni siquiera pude entender de qué estaban hablando. Creo que lo hubiera sabido si hubiera practicado como tantas veces dijo Deaton.

—Oigan, ¿y Lydia? —pregunté al observar que ella no había vuelto. Stiles miró a Deaton, los dos negaron con la cabeza.

Salimos del aula buscando a la pelirroja. No creo que Lydia se haya perdido en el instituto, ni creo que se estuviera ocultando de nosotros. Tal vez ocurrió algo similar a lo que pasó en la piscina pública. Ella dijo que no sabía por qué llegó ahí, que simplemente apareció en el lugar. Y si eso volvía a pasar, miedo me da que Peter pueda estar controlándole. U otra persona.

Sentí algo vibrar en mi bolsillo. Saqué mi celular. Lydia me estaba llamando. Me detuve en el pasillo y atendí confundida — ¿Lydia?

Ven a la sala de música —indicó ella sin perder el tiempo—. Creo que se llevaron al profesor.

•••

Fuimos al lugar como Lydia nos indicó. Ella tenía un celular que no era el suyo en la mano con una grabación en él. Una melodía tranquila hasta cierto punto, como si quien estuviera tocando se cayera sobre las teclas. Stiles y Deaton discutieron la conexión de las víctimas. Al parecer Kyle había hecho un un entrenamiento o algo por el estilo (Stiles lo llamó R.O.C.T.), y el profesor había servido en una guerra hace unos años, Stiles encontró una foto de él en uniforme en su escritorio.

Deaton mencionó que las tres víctimas cuadraban en una categoría. Vírgenes, curadores, guerreros, filósofos... Creo que Kyle y el profesor de música calificarían como guerreros. Pensamos que Boyd, compañero de Kyle en aquél emtrenamiento, podría ser una posible víctima. Pero Lydia pensó en otra persona. Harris.

Decidimos chequear que él estuviera bien antes de ir a por Boyd. Fuimos al aula, Harris no estaba pero sí su maletín y unas pruebas que estaba corrigiendo. Pensé positivo y dije que tal vez se había ido temprano, pero Stiles me miró con seriedad absoluta. "¿Cuándo él se va temprano?"

Lydia descubrió que en su escritorio habían evaluaciones. Harris las estaba corrigiendo. Pero una de ellas no tenía sentido, estaba evaluada en R. Revisamos el resto de las evaluaciones, solo las primeras cinco estaban corregidas. Si las juntábamos, se formaba una palabra. Darach. Lo cual para ninguno de nosotros tenía sentido... Excepto para Deaton.

Stiles me tuvo que explicar después. Al parecer, él había ido con el veterinario para obtener respuestas ya que él parecía saber bastante de lo que ocurría sobrenaturalmente en Beacon Hills. Y Deaton le habló de druidas. Aparentemente, un darach es una druida oscura. Una que tomó un mal camino, que mata para ser poderoso. Mientras que los druidas normales son como magos apasionados de la naturaleza. O eso es lo que comprendí del monólogo de mi hermano.

Después de asegurarnos de que yo estaba bien con mi anterior no-herida y que Lydia no estuviera siendo controlada por otra persona, cada uno partió para su lado. Deaton probablemente volvió a la clínica animal y Lydia, Stiles y yo fuimos a nuestras casas después del último timbre.

Allison me llamó cuando estaba en casa y me contó su extraño día. Al parecer, mientras yo casi ni respiraba por la herida de Derek, Isaac, Scott y ella se metieron en una guerra de rabietas con los gemelos Alfa, Aiden y Ethan. Todo empezó por lo ocurrido en la carrera, luego lograron meter a Isaac en detención al actuar una pelea entre ambos y hacer ver como si Isaac fuera el culpable.

Ella siguió contándome. Allison se había ganado una detención por dormirse en Francés (no la culpo, yo también me aburro en esa clase) y le tocó junto con Isaac ordenar uno de los armarios del conserje. La puerta se cerró y Isaac enloqueció. Después de lo que pasó con su padre no me sorprende que siga teniendo miedo de los espacios pequeños. Por suerte, nadie salió gravemente herido y Scott les encontró antes de que algo ocurriera.

Después de eso, los tres se encargaron de molestarles usando sus preciadas motos. A una le quitaron varias partes y la otra la metieron dentro de la escuela, todos parecieron enterarse (menos yo, claro está) y uno de los gemelos le suspendieron.

Su día sí que fue más interesante que el mío. No le especifiqué lo que ocurrió conmigo. No es necesario preocuparla con aquello.

¿Sigue en pie lo de mañana, no? —preguntó después de narrar todo su día. Podía verle sonreír al otro lado del teléfono. Aún sin verle, la sonrisa me contagió.

—¿Hablas de ese plan que hiciste en el cual me torturas por horas mientras tú te pruebas ropa? —dije con sarcasmo. Su risa invadió la línea. Era bueno escucharle reír.

Vamos, Sari, no será tan malo. Tal vez incluso podamos ir a comer algo —ofreció. Argh, ella sabe que me convence con la comida.

—De acuerdo, me convenciste.

Eres fácil de convencer —respondió. Escuché unos murmullos lejanos y otros ruidos, Allison estaba haciendo algo—. Me tengo que ir. Después hablamos.

Me cortó antes de que pudiera saludarle. Supongo que estaba realmente ocupada con algo. De igual manera, utilicé nuestro fin de conversación como signo para salir de casa. Debía ir a chequear a Derek, tal vez ahora ya esté perfectamente curado. Pero sólo quería ir a verle y asegurarme por mi cuenta. Si quería hablar sobre los Alfas, si simplemente quería que estuviera ahí, si ideábamos un plan, si ayudaba a cuidar de su hermana... Lo que sea. Quería estar ahí para él.

Me despedí de Stiles, quien ha estado pegado a su computadora buscando sobre la palabra Darach y toda información útil. Dudo que haya escuchado realmente a dónde iba. Llevaba mi celular por si después se daba cuenta de que no estaba en casa.

Tomé mis llaves, mi usual campera de cuero beige y bajé las escaleras. Salí de casa y tomé mi bicicleta. Ahorré lo suficiente para comprar una nueva ya que la mía de cuando tenía siete años no era adecuada para mi cuerpo de dieciséis.

Fui con tranquilidad, habré tardado como diez minutos en llegar. Admiré el paisaje, estaba nublado, parecía que iba a llover. Incluso mi pelo podía sentir la humedad del ambiente. En estos días, mis ondas se transforman y pasan a ser una melena de león.

Llegué al edificio. Como muchas otras veces, no había nadie en la calle. Algunos autos estacionados, ningún ser vivo caminando. No es una zona peligrosa donde vive el lobo gruñón, así que dejé la bicicleta sobre la gran pared de ladrillos. Entré y subí las escaleras hasta llegar al departamento.

La gran puerta corrediza estaba cerrada, lo cual es extraño, Derek usualmente la tiene abierta ya que puede oír cuando ya estoy allí. No le di demasiada importancia. Toqué suavemente y esperé a que me abriera.

Me sorprendí al ver que una chica abría la puerta. Ni siquiera la abrió completamente, sólo dejó mostrar su cuerpo. Tenía una remera gris y unos joggins ajustados. Su pelo marrón estaba recogido en una coleta alta. Considerando que Derek no conoce a tantas chicas, supuse que esa era su hermana, la que pensó que perdió en el incendio.

—Hola, soy...

—Sarah, sí, Derek dijo que podrías llegar a venir —indicó con un tono neutral, como si le aburriera mi presencia. No dijo nada después de eso, simplemente se me quedó mirando. Tampoco me dejó pasar ya que la puerta seguía mayormente cerrada.

—Erm... Sí, ¿está él aquí? —pregunté siendo cortés. Tengo que llevarme bien con ella. Derek se lleva bien con mi hermano... Más o menos.

Cora mantuvo su expresión neutral. No sé si está pensando en unicornios o en cómo matarme de la manera más rápida. Definitivamente ella es hermana de Derek.

Tardó en responderme, como si estuviera esperando que alguien le dijera qué decirme — Él... Él quiere estar solo.

Fruncí el ceño, algo confundida. ¿Acaso pasó algo después de lo del caño a través de su cuerpo? — ¿Que quiere estar solo...? ¿Ocurrió algo?

Cora tardó nuevamente en contestarme — No, sólo quiere estar solo.

Estuvo a punto de cerrarme la puerta, pero le detuve estampando mi mano contra la misma — ¿Está bien? —pregunté finalmente. Si Derek quiere estar solo, no hay quién le detenga. Todavía recuerdo cómo me ignoró por casi dos días después de nuestro primer beso.

El tema es que ahora no sé por qué me mantiene afuera. Sé que antes, con lo del beso, él tenía miedo. De abrirse, de que yo le hiriera o de que él me hiriera a mí... Pero ahora, no comprendo. ¿Tal vez los Alfas le dijeron algo y él está dudando de su estatus de Alfa? ¿O es por otra cosa completamente diferente?

Cora asintió como respuesta a mi pregunta. Después de eso me cerró la puerta y me quedé unos segundos mirando el metal sin saber qué acababa de ocurrir.

Me tardé como unos cinco minutos en reiniciar mi mente e irme a casa. Derek no me abriría, algo está pasando por su mente y no sé qué es, por lo tanto no sé cómo ayudarle. Tendré que esperar a que él me hable. A que él me deje entrar.

Bajé las escaleras, aún algo confundida. Salí y subí a mi bicicleta para volver a casa. A unas cuadras, empezó a llover. Los primeros segundos fue una llovizna leve. Pero luego empezó a ser más pesada. Me costaba maniobrar la bicicleta sin caerme o resbalarme. No podría llegar a casa sin ganarme un rasguño o un hueso roto.

Por suerte, estaba cerca de la casa McCall. De paso podría hablar con Scott, a quién no he visto desde la carrera al aire libre. Y pensar que en ese momento estaba soleado.

Dejé mi bicicleta a la par de su moto y corrí hacia la puerta. Estaba toda empapada. Me entraba agua por todos lados y pronto empecé a tener frío. Los truenos y relámpagos no tardaron en llegar. Toqué la puerta y el timbre.

Melissa me abrió — ¿Sarah? —preguntó confusa. Le sonreí a través de mi empapado cabello—. Oh, por Dios, entra, entra —seguí su orden y entré a la casa. Ella cerró al instante la puerta y me miró como si estuviera loca al haber pensado en salir con aquella tormenta—. Ve arriba a secarte, le avisaré a Scott que estás aquí.

—Gracias —murmuré intentando no titubear. Subí las escaleras y entré al baño. Utilicé una de las toallas para secarme el pelo y la cara. Miré por la pequeña ventana del baño. Se había largado con todas. Ni siquiera recuerdo una tormenta así en el pronóstico de hoy.

Alguien llamó a la puerta. Le indiqué que podía pasar. Scott entró, llevaba una remera negra y unos jeans. Su sonrisa me hizo a mí sonreír. Es como una maldición, cuando veo a alguien sonreír, yo también sonrío. Quedo como una tonta.

—Te traje algo de ropa —me dijo entregándome una remera blanca y uno de sus joggins—. Mamá me dijo que estabas empapada.

Asentí mientras estrujaba mi cabello contra la toalla — La lluvia me agarró en el camino.

—¿A dónde ibas? —preguntó. Dejé la toalla donde la encontré y me giré para tomar su ropa.

—A casa —indiqué—. Fui a ver a Derek.

Scott asintió. Luego me dejó espacio para cambiarme. Me saqué la remera que tenía. Parecía un trapo por lo mojada que estaba. Estuve sólo cinco minutos debajo de la lluvia, ¿cómo me pude haber mojado demasiado?

Me sequé un poco el cuerpo antes de ponerme la remera de Scott. Me quedaba grande pero al menos estaba seca. Me saqué mis jeans (sacarse jeans mojados es lo más complicado del Universo), e hice lo mismo. Sequé un poco mis piernas con la toalla y luego me puse los joggins. Por suerte al tener elástico, éstos no me quedaban tan grandes.

Puse la ropa y la toalla mojadas en la cesta para lavar. Otro día vendría a por ellas, junto con un pequeño regalo para Melissa y Scott por haberme ayudado.

Me quedé con Scott hasta que la tormenta pasase, o la lluvia dejase de ser tan potente. Llamé a Stiles y le indiqué donde estaba para que se quedase tranquilo. Luego me quedé charlando con Scott. Melissa en un momento nos trajo algo de jugo y aperitivos.

Scott me contó sobre su versión de los hechos respecto a lo ocurrido con los gemelos. Le pregunté si esto afectaba en algo con Allison, a lo que respondió alzando los hombros "creo que quiero hacerle ver que podemos ser amigos" A lo que le sonreí y alcé los pulgares.

Ya después de media hora, la lluvia no paraba y el cielo estaba cada vez más oscuro, por las nubes y lo tarde que era. Papá me llamó y me preguntó si necesitaba que me llevara a casa, que su turno terminaría dentro de poco. Así que pronto él me pasaría a buscar.

Estaba recostada en la cama de mi amigo, las piernas colgando, las manos sobre mi estómago y mirando el techo. Scott me cambió por su computadora. Él está haciendo algún trabajo.

Alguien tocó la puerta — Mamá, estamos bien... —dijo Scott arrastrando las palabras. Se levantó de golpe y abrió la puerta. Me incorporé de la cama y miré a quién estaba esperando en el marco para pasar. Abrí los ojos con sorpresa.

—¿Isaac? —pregunté confundida. Scott también parecía confuso pero no dijo nada. Él estaba empapado, similar a como yo estuve hace largos minutos. Miró a Scott.

—¿Puedo quedarme aquí esta noche? —preguntó. Scott lo pensó unos segundos pero luego asintió. Dijo sobre buscar ropa seca y salió de su habitación. Supongo que también le iría a avisar a su mamá que había alguien más en la casa. Isaac dejó una mochila toda mojada en el suelo—. No sabía que estabas aquí —me dijo.

—No sabía que necesitabas lugar para pasar la noche —mencioné mirándole. Isaac desvió la mirada—. ¿Pasa algo con Derek?

Isaac tardó en responder. Parecía como si no supiera qué decir al respecto — No lo sé —suspiró finalmente—. No sé si cometí un error o si algo le molestó... Sólo dijo que debía irme. Que tenía suficiente con Cora y...

Suspiró cansado. Le di una sonrisa leve — Algo le ocurre —concluí—. Quise ir a verle pero no me dejó pasar —expliqué mirando mis manos—. No creo que hayas cometido un error, Isaac... Creo que algo le da miedo. Por eso nos está alejando.

—A Cora no parece estar alejándole —gruñó levemente Isaac.

No dije nada. Porque no sabía qué decir. No sé qué pasa por la mente de Derek. No sé qué ocurrió esa tarde que le diera tanto miedo como para alejarnos a Isaac y a mí.

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