Paranoia [Teen Wolf]

By its_the_impala

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[Libro dos de la saga de Stilinski Twins] «Paranoia es solo un sentido desarrollado de precaución» Cuatro mes... More

Sinopsis
1. Tattoo
2. No le agrado a los pájaros
3. Here we go again
4. Fearless
5. Patrones que no existen
6. ¿Isaac? ¿Ya lo recuerdas?
7. Planeamos robar un banco
8. Just give me your tears
9. Emptyness
Trailer temporada 6b!
11. Cause it hurts like hell
12. Una tarde casi normal
13. Demasiados pensamientos
14. Sobreviviendo al Motel de los Suicidios
15. Sobreviviendo al Motel de los Suicidios
16. This is about us
17. ¡Ten cuidado si eres médico!
18. Un mal presentimiento
19. Para curar hay que sufrir
20. Memories
21. Sigamos con el plan... Ah, es verdad, no tenemos uno
Goodbye, Teen Wolf
22. El recital
23. Mi profesora de Literatura quiere matarme
24. Convincing you
25. Resiste, Cora
26. Guardianes
27. Need you to come back
28. Retirados, sí. Indefensos, no.
29. El atardecer
30. ¿El Nemeton no aparece en el GPS?
31. Que el show comience
32. Dieciséis horas
33. Corre, cariño, corre.
34. Tres Alfas y un darach
35. Lunar Eclipse
36. Cerrando etapas
37. ¿Esto es real?
38. Keeping up
39. Cuervos vs hamingja
40. La puerta entreabierta
41. Problemas con coyotes
42. Problemas con coyotes
43. Problemas con coyotes
44. Oír tu voz me hace bien
45. Un psicópata suelto. En Halloween. ¿Coincidencia?
46. Hora de una historia y de sushi
47. Problemas técnicos (más bien eléctricos)
48. Stranger dreams
49. La nuit est a nous
50. Post-party
51. ¿Dormir o volverse loco? Una decisión complicada
52. Otra perspectiva
53. Una llamada a medianoche
54. Una llamada a medianoche
55. Falling for you
56. En el entretiempo
57. Giving in
58. Fases de un macabro plan
59. Desperté con caos a mi lado
60. Wake me up when you need me
61. Me doy cuenta de lo que soy capaz
62. Soluciones temporales
63. Echo House
64. Echo House
65. Echo House
66. All Hell's Loose
67. Uno de dos
68. Siendo yo misma
69. Ahora lo que importa es Stiles
70. Kanji
71. Nos escapamos con una chica del instituto mental
72. Coup de foudre
73. Coup de foudre
ACLARACIÓN
74. Bad Moon Rising
75. No es el momento adecuado
76. The Divine Move
77. Todo tiene un final
Epílogo
Agradecimientos
Libro #3: Black List + Sinopsis
Playlist

10. Definitivamente, hoy no es mi día

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By its_the_impala

10. Definitivamente, hoy no es mi día

Bajé del Camaro después de despedir a Derek. Él ofreció llevarme al instituto. Dijo algo sobre asegurarse de que la profesora Blake, la persona atrapada con Cora y Boyd ayer, estuviera bien.

Caminé hacia la puerta del instituto. Esa mañana teníamos la carrera alrededor del instituto. Es un ejercicio de gimnasia que al entrenador le encanta hacer. No hay realmente un premio, el que llega primero se ahorra el tener que hacer otros ejercicios después. Yo siempre salgo última, cosa que no me sorprende considerando mi mala costumbre física de nunca correr o hacer ejercicio excepto en la escuela.

Tenía en mi bolso ropa para la carrera. Le pedí a Derek si podíamos pasar por mi casa unos segundos a buscar algo de ropa, él insistió en prestarme alguna remera y jogging suyos, pero negué la oferta porque su ropa me quedaría extremadamente grande y no podría correr con ellas (sin mencionar que todos verían que era ropa de un chico mayor y no quiero ser el centro de chismes).

Así que fui hacia el baño de chicas para poder cambiarme. Estaba sola, o era muy temprano o todas ya se habían cambiado. Saqué la calza negra y remera que me pondría. Cuando alcé la cabeza, Allison apareció detrás de mí. Me llevé un susto de la madre. Ella rió ante mi grito ahogado.

—Tranquila, Sarah, no muerdo —comentó acercándose y sacando de su bolso también ropa deportiva—. ¿Cómo estás?

La miré con confusión. Yo debía preguntarle a ella como estaba, ayer fue la última vez que le vi y no estábamos en buenos términos. Todo por el secreto que le revelamos de que su madre quiso asesinarnos a Scott y a mí.

—Algo cansada, pero bien —respondí a su pregunta mientras me quitaba los jeans y los cambiaba por las calzas. Allison hizo lo mismo, se quitó sus pantalones para ponerse otros deportivos—. ¿Tú?

Alzó los hombros — Estoy bien —contestó como si nada. Parecía extrañamente feliz y no podía averiguar por qué. Antes de que pudiera preguntarle, se quitó la remera delante de mí. Con rubor en las mejillas, desvié la mirada.

—¿Seguro que no estás enojada conmigo? —insistí. Tenía que saberlo, porque no quiero perder mi amistad con Allison. Ya perdí varias amistades, no quiero perder más.

Una vez que Allison se puso la remera sobre su top deportivo, me giré para mirarle. Una sonrisa suave estaba en su rostro — ¿Por qué lo estaría? —preguntó juntando sus cosas. Alcé los hombros, no quería recordarle lo de su madre pero al parecer ella no estaba entendiendo a qué me refería.

—Por lo de... Ya sabes, lo de ocultar lo de tu madre... O por no haberte acompañado ayer a donde querías que te acompañe... Que ahora que lo pienso, querías que te acompañe al banco, ¿verdad? ¿Cómo supiste que ahí estaban Boyd y Erica?

Allison siguió con su sonrisa. Se acercó y puso sus manos sobre mis hombros — Sari, no estoy enojada —respondió mirándome directamente a los ojos—. Por ninguna de esas cosas. Eres mi amiga y agradezco que después de lo que mi familia te hizo lo sigas siendo —agregó acariciando suavemente mis hombros sobre la tela. Separó sus manos de mí, tomó mi remera deportiva (simplemente era una remera suelta vieja que ya no usaba) y me la entregó—. Ahora cámbiate que sino llegaremos tarde.

Asentí. Tomé la remera, me di la vuelta y me saqué la que tenía puesta. Con rapidez (y vergüenza, Allison tiene un gran cuerpo, yo no) me puse la adecuada para correr. Una vez lista, Allison seguía en su posición esperando que terminase. Luego tomó mi mano y me guió afuera del baño. A veces no le entiendo a Allison, pero me alegra ver que seguimos siendo amigas.

A mitad de camino, en el pasillo, le dije que iría a buscar a mi hermano y a Scott. Tenía una llamada perdida de ambos cuando me desperté esta mañana, como en unos minutos tendría que verles, ni me preocupé en llamarles de vuelta. Ella asintió diciendo que iría a por Lydia.

Fui hacia el vestidor de los hombres. La mayoría de los del equipo de lacrosse estaban ahí con pecheras bordó. Ignoré a un par de muchachos hasta poder llegar a los casilleros de Stiles y Scott, los cuales estaban cerca de las duchas. Sólo espero que nadie se esté bañando.

Los encontré charlando — Hola —saludé. Stiles casi se lleva un infarto, me moví para estar delante suyo. Danny apareció a mi lado y su abrió el casillero que estaba a la par del de mi hermano.

—¿Por qué no atendiste tu celular? —me recriminó Stiles.

—A diferencia de ustedes, intenté conciliar un poco el sueño —me quedé alzando las cejas. Stiles rodó los ojos—. Pero ahora estoy aquí, así que ¿qué ocurre?

—Uno de los clientes de Scott desapareció —indicó mi hermano mirando con recriminación a Scott, como si fuera la culpa de nuestro amigo.

—Miré por todos lados. Simplemente se fue. Dejó su auto, su perro...

—De acuerdo —dijo Stiles interrumpiendo a Scott. Mi amigo buscó su sudadera mientras esperaba alguna teoría loca de mi hermano—. ¿Era él, ya sabes... Virgen tal vez? ¿Lucía como un virgen? ¿Era virginal? —fruncí el ceño. ¿Cómo diablos sabes si alguien es virgen o no por lo que lleva puesto?

Scott lo pensó unos segundos — No, definitivamente no —una sonrisa apareció en su rostro—. Deaton me hace tener sexo con todos los clientes, es una nueva política —Stiles y yo le miramos con el ceño fruncido mientras él dejaba escapar una sonrisa. Scott no sirve para hacer bromas. Después de ver que no nos reíamos, suspiró—. No, no sé si era virgen. ¿Y por qué hablas de él como si ya estuviera muerto? Está desaparecido.

—Desaparecido y presuntamente muerto porque probablemente es virgen, Scott —dijo susurrando, pero aumentando su voz a medida que seguía hablando—. ¿Y sabes quién más es virgen? Sarah y yo, ¿de acuerdo?

—Yo no soy virgen.

Abrí los ojos con grandeza. Oh, Dios, no puedo creer que haya dicho eso en voz alta. Ni siquiera lo pensé. Se me escapó. Oh, Dios, estoy muerta. Scott y Stiles me miraron con los ojos bien abiertos, shockeados. Aunque mi hermano pasó a tener una mirada más siniestra.

—Digo... Sí, sí, claro que soy virgen y estoy aterrada. Aterradísima —intenté reparar mi error con nervios, cosa que ni sirvió para convencerles. Scott puede notar que miento y no creo que mi hermano se lo creyera. Diablos, a veces sí que la cago.

—¿Que no eres virgen? —murmuró a regañadientes, Stiles se acercaba a mí, clavándome sus ojos marrones color whisky en mí—. ¿Quién fue? ¿Matt? Por Dios, dime que no fue él. Sino tendré que buscar la manera de traerle a la vida y volver a matarlo.

—No fue él. No importa quién fue. Sino que estoy a salvo de que este asesino de vírgenes me busque. Tú, por otro lado...

Stiles bufó — Sí, yo. Soy virgen, pero esta conversación no termina aquí, jovencita —señaló su dedo índice hacia mí—. Pero primero lo primero, yo sigo siendo virgen. ¿Y saben que significa eso? Que mi falta de experiencia sexual está literalmente amenazando contra mi vida. De acuerdo, necesito tener sexo, ahora —dijo preocupado, ya casi gritando en el lugar—. Necesito que alguien tenga sexo conmigo hoy. ¡Necesito tener sexo con alguien! —cerró su casillero, dándole ese portazo dramático a su desesperación. Excepto que quiera perder su virginidad con alguno de los chicos del vestidor, no entiendo por qué está haciendo tal escena especialmente en el vestidor de chicos.

—De acuerdo, yo lo haré —dijo otra voz. Stiles gritó del susto, últimamente está muy asustadizo todo el tiempo.

—¿Qué?

Danny cerró su casillero con menos fuerza y colgó su mochila al hombro. Miró a mi hermano con una sonrisa — Ven a mi casa a las nueve. Planea quedarte la noche, me gusta dormir abrazados —dijo mientras se preparaba para salir del vestidor.

Stiles no sabía que decir, me miró a mí buscando alguna pista de si era una broma o no. Es un hecho que Stiles le insistió a Danny con preguntas si él le consideraba atractivo, tal vez Danny sí le consideraba atractivo y esa era su forma de conquistarle. No lo sé, no soy buena al coquetear. No sé si Danny lo dice en serio o no.

Al parecer Stiles tampoco lo sabe — Oh, eso es muy tierno. ¿Estás bromeando? —preguntó Stiles. Parecía como si en serio estaba considerando la oferta. Supongo que con lo desesperado que está por perder su virginidad, no le importa si lo hace con un árbol o una cabra.

Danny rió — Sí, estoy bromeando. —pasó a mi lado y siguió su camino hacia la puerta del vestidor. Stiles pareció enfadado y herido.

—¿Sabes? No se juega así con las emociones de un chico, Danny —le gritó Stiles, aunque dudo que el chico le escuche—. No es lindo, ¿de acuerdo?

Me levanté y puse una mano en su hombro — No te preocupes, Sti, estoy segura de que al menos le apareces atractivo.

Stiles me dedicó una mirada mortal, le sonreí con inocencia. Sé que seguramente sigue pensando en mi comentario anterior. Ese estúpido comentario que dejé salir, anunciando que ya no era virgen. Creo que en la parte muy profunda de los cerebros de mi hermano y mejor amigo, ellos ya sabían eso. Es decir, estoy saliendo hace casi ya cuatro meses con Derek, no es ningún secreto que algunas veces voy a su casa y me he quedado a dormir. Eso sí, no lo he hecho tantas veces. Solamente dos. Pero eso cuenta para dejar de ser virgen, tendría que agradecerle a Derek. Sería gracioso ver su cara.

Incluso hasta Scott puede hacer las sumas y ver que había una alta probabilidad de que ya hubiera perdido mi virginidad. Él la perdió con Allison el año pasado, él no puede decirme nada. Creo que ninguno de los dos esperaba que lo dijera tan libremente como si estuviera hablando de una tarea o cualquier otra cosa cotidiana. No fue mi intención soltar esa pequeña bomba. Simplemente se me escapó.

La entrada de Isaac al vestidor me distrajo de mis pensamientos — Señor Lahey, me alegra tenerlo de vuelta. No me alegra de que haya llegado tarde —dijo el entrenador. Isaac se disculpó y fue hacia una de las bancas del fondo. Me excusé con mi hermano y mi mejor amigo y fui a ver cómo estaba Isaac. Él también perdió a Erica ayer.

—Hey —saludé. Isaac no tuvo tiempo de responderme antes de que el entrenador empezara a gritar.

—Les quiero recordar que la carrera al aire libre no es opcional para los jugadores de lacrosse —Isaac y Danny, quien estaba a nuestro lado, se quitaron las remeras para ponerse las deportivas—. No necesito que se conviertan en unos obesos mientras no jugamos —miró los torsos de Isaac y Danny, los cuales están muy bien trabajados—. Así que trabajen en eso. —agregó desviando la mirada.

Los jugadores listos fueron saliendo, unos segundos después solo Isaac y yo quedamos en los vestidores — ¿Cómo estás? —pregunté con gentileza mientras reposaba mi cuerpo contra uno de los casilleros grandes y grises. Isaac se estaba poniendo las zapatillas—. No estabas esta mañana cuando Derek y yo nos despertamos.

—Corrí hasta aquí —respondió algo cortante—. Necesitaba pensar.

Asentí. Me senté a su lado en la banca y puse una mano en su hombro — Lo entiendo, Isaac. No sé por lo que debes estar pasando, y solo quiero que sepas que estoy aquí, ¿de acuerdo? —comenté mirándole. Él terminó con sus zapatillas, parecía querer ignorar mi mirada pero finalmente giró su rostro. Sus ojos celestes miraron directamente a los míos—. Eso lo que los amigos hacen —agregué con una mínima sonrisa. Isaac dejó soltar un suspiró y luego asintió.

—Gracias —murmuró tan bajo que apenas le escuché. Cada uno tiene distintas formas de lidiar con la muerte de un amigo. Se levantó de golpe, dejando su mochila con la ropa a un lado y luego me miró—. Vamos, no creo que al entrenador le guste que tardemos demasiado.

•••

El entrenador hizo sonar su silbato. Todos empezaron a correr, escuché a Scott gritar el nombre de Isaac antes de que la carrera empezara. No llegué a ver qué ocurría. Empecé trotando, calentando mis músculos.

Dejé que la gente me pasara. Si iba a correr al aire libre, lo haría a mi manera. Corrí con tranquilidad. Hasta que me di cuenta de que no sabía dónde estaba. Creo que me he desviado del camino principal.. O no, no lo sé. Usualmente sigo a las personas que están delante de mí, pero no hay nadie. Sí, me tuve que haber desviado y no me di cuenta. Me detuve y vi a mi alrededor, no veía a nadie corriendo cerca de donde yo estaba. ¿Cómo puedo ser tan idiota como para perderme en una carrera al aire libre?

—Genial —bufé. Empecé a caminar, recobrando el aire perdido mientras seguía analizando cada detalles intentando encontrar una pista que me dijera por dónde ir.

Alguien me tomó por detrás asustándome. Las manos grandes cubrieron mis hombros. Quien fuera que estaba detrás mío era fuerte. Sobrenaturalmente fuerte.

—¿Qué tenemos aquí? —dijo el chico. No sonaba como ninguno de los lobos que conozco. De un rápido movimiento me giró y pude verle el rostro, era uno de los gemelos que vi el primer día de clases.

—Tu amiguita —respondió una voz similar, seguramente su gemelo. Cuando me giré para ver de dónde venía la voz, el gemelo que me sostenía apretó su agarre en uno de mis brazos. Apreté los labios y le miré con odio.

—No la toquen —gruñó una tercera voz, una que sí reconocía.

—¿Isaac? —pude girarme y ver como el otro gemelo sostenía a mi amigo, de rodillas sobre la tierra. No estoy entendiendo nada. Los gemelos son hombres lobo. No, son Alfas. Y se ve que quieren molestarnos, sino ¿por qué atrapar a Isaac y a mí en el medio del bosque durante la carrera? Pero... ¿Cuál es el objetivo? ¿Cuál es su plan?

—Ethan —dijo el gemelo que me sostenía—. Siempre me olvido —sus ojos marrones pasaron a posarse en los míos, su agarre se intensificaba, definitivamente iba a quedar un moretón—. ¿Cuántos huesos hay en cuerpo humano? —preguntó sin despegarme los ojos de encima. Era una amenaza.

—No lo sé, tendrás que contarlos —le respondió Ethan.

Apretó incluso más sobre mi brazo. Brazo derecho, fue un gusto tenerte todos estos años. Cerré los ojos esperando el golpe, esperando sentir el hueso quebrarse. Escuché gruñidos detrás de mí, supongo que Isaac tratando de liberarse del gemelo número 2 para evitar que yo pierda mi brazo.

De repente, dejé de sentir el agarre del gemelo número uno. Escuché un crujido, como si hueso se rompiese, pero no era uno de los míos. Abrí los ojos al escuchar el sonido, Scott estaba delante de mí, protegiéndome con su cuerpo — Uno —dijo. Al principio no entendí, luego cuando gemelo número 1 se giró con una mirada de odio y tomaba su mandíbula para colocarla en su lugar, razoné que Scott se refería a la broma de cuántos huesos había en el cuerpo humano.

Un grito desgarrador detuvo cualquier pelea que empezara por los dos gemelos Alfa y mis dos amigos. Scott tomó de mi mano y agarró a Isaac, los tres partimos de ahí en dirección a donde provino el grito.

Todos los estudiantes estaban alrededor de un árbol, la policía ya estaba ahí, papá intentando alejar a los curiosos de la escena. Un chico del último año quien he visto pocas veces en los pasillos estaba contra el árbol, una cuerda rodeándole el cuello, sangre impregnada en su ropa.

La oficial Tara y papá intentaron alejar a los estudiantes de la escena, incluso el entrenador dio órdenes de que dejen a los profesionales lidiar con eso. Vi a Stiles acercándose a papá para decirle algo, señaló al cuerpo y esperó a que papá le dijera algo.

—Escucharon al hombre —indicó el entrenador Finstock refiriéndose a mi papá—. Nada que ver aquí. Probablemente un chico sin hogar —Scott, Isaac y yo nos acercamos a donde estaba Stiles para ver mejor la escena. Estoy muy segura de que este asesinato concuerda con los otros. Debe tener las mismas heridas que Heather y los otros chicos encontrados.

—Entrenador —llamó Scott. El hombre se giró hacia él.

—¿Sí?

—Era del último año —aclaró mi amigo. El entrenador vio su error y suspiró.

—Oh... No estaba en el equipo, ¿o sí?

—¡Kyle! —gritó una chica. Una rubia de ropa negra—. Oh, Dios. ¡Kyle! —la chica empezó a llorar, la oficial Tara le detuvo para que no interfiriera con la escena pero claramente ella estaba afectada por la muerte. Tal vez era su amiga.

Papá dispersó al resto. Scott, Stiles, Isaac y yo caminamos hacia una bajada. De reojo vi a los gemelos que hace menos de media hora querían romper mis huesos por simple diversión. Me extrañó verles confusos. Como si no supieran quién estaba detrás de esa muerte.

Las heridas no eran sobrenaturales, sino bastantes humanas. Podíamos estar lidiando con un asesino en serie, pero ¿puede que sea coincidencia que los Alfas aparezcan y también este asesino?

—¿Vieron como los gemelos miraron al cuerpo? —preguntó Isaac una vez ya alejados de la escena.

—¿Te refieres a que no tienen idea de qué ocurrió? —señaló mi hermano. Asentí a su comentario, no parecían saber quién le mató.

—Oh, no, no, ellos saben —comentó Isaac a regañadientes, enojados con los dos chicos. Debe ser por la muerte de Erica que Isaac esté todo el tiempo tan enojado. Le entiendo, quiere vengarse, pero no quiero que vaya por ahí siguiéndoles y que algo malo le ocurra. Nos vengaremos, pero primero necesitamos saber qué está ocurriendo con estos cuerpos.

—El chico fue estrangulado con un garrote, ¿de acuerdo? —anunció Stiles—. ¿Soy el único que reconoce la falta de actitud lobuna en esos asesinatos?

—No fueron ellos —afirmé, Stiles me señaló con su brazos y agradeció silenciosamente al cielo—. Las heridas son normales. ¿Por qué unos Alfas poderosos se gastarían en usar garrotes y sogas cuando tiene garras y colmillos?

Isaac se giró con una mirada dura — ¿Entonces crees que es una coincidencia que ellos aparecieran y de repente la gente se esté muriendo?

—No, claro que no —defendí—. Sólo que no son ellos.

—¿Scott? —llamó mi hermano. Nuestro amigo estaba terriblemente callado. Tal vez analizando la situación.

—¿Tú que piensas? —preguntó Isaac.

Scott levantó los hombros levemente — No lo sé todavía.

Fruncí el ceño — ¿Qué no sabes todavía? —pregunté insegura, ¿cómo no puede saber qué pensar respecto a esto?

—Bueno... Isaac tiene razón —me indicó, luego se giró hacia Stiles—. Además, ¿sacrificios humanos? ¿En serio?

Stiles apretó sus labios, conteniendo sus ganas de explotar a gritos — Scott, tus ojos pueden cambiar de color a amarillo brillante, ¿si? El pelo literalmente crece en tus mejillas e inmediatamente desaparece, y si te clavara un cuchillo en ese preciso instante, te curarías por arte de magia, ¿pero me dices que tienes problemas al creer que estos pueden ser sacrificios humanos?

Scott suspiró y se giró al Beta — Él tiene razón también.

—No me importa —Isaac apuró el paso–. Ellos mataron a ese chico y mataron a la chica que me salvó —recordé mi sueño sobre la chica en la motocicleta. No escucha,os nada sobre ella desde que rescató a Isaac, así que él estaba en lo correcto en pensar que estaba muerta—. Y yo voy a matarlos a ellos.

Suspiré. ¿Por qué todos los hombres lobo quieren eliminar su problema con la matanza?

•••

Después de cambiarme, fui a mis siguientes clases del día. Ya en el quinto período fui hacia la clase de Biología. Lydia era la única que compartía esta clase conmigo, así que me senté con ella. Me sonrió cuando me acerqué.

—¿Tú sabías que los gemelos son Alfas? —me preguntó la pelirroja mientras sacaba mi cuaderno. Le miré sorprendida.

—Lo confirmé esta mañana, ¿por? —interrogué. Lydia alzó sus hombros.

—Stiles lo mencionó —respondió abriendo su cuaderno mientras la profesora entraba—. También dijo sobre estos sacrificios humanos... Al principio, vírgenes y ahora no sabe cuál es el patrón.

—¿Y cómo sabe que Kyle no es virgen? —cuestioné. Lydia escribió la fecha y luego me miró a través de sus pestañas, como si me estuviera juzgando—. ¿Cómo sabes tú que no lo es?

—Me entero de todos los rumores, Sarah. Te lo aseguro, Kyle no es virgen —explicó.

—¿Y qué le dijiste? —ella frunció el ceño—. A Stiles. ¿Qué le dijiste sobre los homicidios? —indiqué. Ella alzó los hombros. Apenas me crucé con mi hermano después de la carrera, no sabía qué planeaba.

—Que se lo dejara a los profesionales, que esto parecía algo que el shérif debería resolver —Lydia pasó de hoja. Un dibujo apareció en la siguiente página, un árbol, de enormes y largas ramas. Me sorprendí al ver lo bien que estaba dibujado, no sabía que ella dibujaba sinceramente.

—Lindo árbol —le indiqué mientras yo abría mi propio cuaderno cuando la profesora terminó de escribir los temas en el pizarrón. Busqué una hoja libre, pero me detuve en cierta página. No puede ser... Me giré hacia Lydia, ella ya había pasado el dibujo, ahora estaba en otra hoja, donde se encontraban sus notas—. Préstame tu cuaderno —pedí aunque más bien era una advertencia porque tomé su cuaderno sin esperar a que me respondiese.

—¡Sarah! —susurró-gritó pero no me importó. Pasé unas páginas hacia atrás y encontré nuevamente el árbol. Dejé en esa página y vi el dibujo de Lydia. Luego el mío... Son exactamente iguales. El mismo árbol. ¿Cuándo dibujé esto? ¿Y por qué es el mismo árbol?—. ¿Tú también lo dibujaste? —preguntó Lydia sorprendida—. ¿Por qué? ¿Cómo...?

De repente sentí un dolor agudo en mi pecho. Como si alguien me hubiera atravesado con algo, un caño o una vara. El dolor no desapareció. En pocos segundos me costaba respirar.

Caí hacia atrás, Lydia intentó sostenerme. Podía ver los rostros confusos del resto de la clase. Mi respiración se volvió irregular, el dolor se acentuaba en mi pecho y me costaba respirar. Parecía que estaba teniendo un ataque de asma o ansiedad, pero en realidad siento que mis pulmones están siendo perforados. Algo malo le está ocurriendo a alguien.

—La llevaré a la enfermería —escuché que Lydia dijo. Sentí cómo ella me tomaba de los hombros y me ayudaba a salir de la clase. Nadie nos siguió y aprecié eso—. ¿Sarah? ¿Qué está ocurriendo?

Llevé mi mano al centro de mi torso, justo en el pecho. No podía quitarme ese dolor. No parecía como un rasguño o una bala, sino como si algo estuviera atravesando mi caja torácica y se mantuviera dentro de mí.

No pude responderle a Lydia. Las palabras no salían de mi boca, lo único que salía de ella eran mis respiraciones agitadas y desesperadas. Si sigo así terminaré teniendo un ataque de verdad.

Supe de repente, como ayer por la noche, que quien estaba herido era Derek. Las únicas otras personas con las que estoy conectada por ser hamingja están en el instituto. Y sinceramente dudo de que alguno de ellos tenga algo atravesando su caja torácica sin que todo el instituto se entere. Esa era la explicación razonable. Pero además de eso, lo sabía. Simplemente sabía que era Derek. Es de esos presentimientos que no puedes explicar.

Lydia no se detuvo a esperar por mi respuesta ni seguir preguntando, siguió llevándome a rastras hasta la enfermería. Pero ningún doctor puede ayudarme. Necesito detener a quien le esté haciendo daño a Derek.

—Lydia... —llamé cuando vi que estábamos a unos metros de la sala de enfermería. Lydia me miró con los ojos bien abiertos, como si estuviera sorprendida de que le hablara.

Se detuvo, el estar quieta me ayudaba a poder hablar.

—¿Sarah? Oh, mi Dios, ¿Sarah? —llamó ella. Mi cuerpo me pesaba, me deslicé contra la pared más cercana y terminé en el cuelo. Una de mis manos estaba cerca de mi pecho, donde debía estar la herida de Derek—. Allison me dijo sobre esta habilidad tuya de conectarte con el dolor de otras personas pero... —lucía nerviosa, asustada—. No sé qué hacer. ¿Busco a la enfermera? ¿O a Scott?

Negué con la cabeza.

—Tienes que llevarme con Derek.

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