Aprecien el gif que hice de Scannah, bai.
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—¿Dónde están Scott y Hannah? —preguntó el sheriff a Theo, junto con los demás oficiales en la escena del crimen en la escuela.
—Fueron a buscar a Liam. Creen que está con Hayden.
—Bien. Necesito hablar contigo. Solo tú, vamos —dijo, llevándolo a un lugar más apartado siendo éste los casilleros del gimnasio.
El sheriff le mostró la credencial de la biblioteca a Theo, esperando a que hablara.
—¿Necesitaré un abogado? —inquirió Theo, bajando la mirada.
—Dímelo tú.
—Stiles no estaba ahí.
—Donovan sí. Era una quimera.
—Un wendigo. Buscaba a Stiles. Iba a matarlo —Theo hizo una pausa, acercándose al padre de Stiles mirándolo fijamente a los ojos—. Donovan dijo que quería matar a Stiles frente a usted. Al verme ahí, trató que le dijera dónde estaba Stiles.
—¿Qué le dijiste?
—Nada —afirmó Theo, con ojos llorosos—. Entonces me atacó a mí. Traté de alejarlo, no podía dejar que me matara o que matara a Stiles —su voz se quebró—. Me subí a los andamios pero empezó a jalarme. Y las vigas de soporte se deslizaron desde arriba. Cuando vi, una de ellas lo había atravesado. No supe qué hacer. Llamé al 911, pero cuando llegaron... El cuerpo no estaba. Ni siquiera la sangre. Todo... Se había ido y no sabía qué hacer. Así que no hice nada —lágrimas corrieron por los verdes ojos de Theo—. Lo lamento. No sabía qué más hacer, así que no hice nada.
—Está bien, está bien —murmuró el sheriff antes de envolver a Theo en un abrazo.
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—¿Así que no tienes idea de dónde está Liam? —preguntó Scott a Hannah, sin creerle un poco.
—Nop. Ni idea.
—Encontrarlo en Beacon Hills va a ser una locura.
—Ahora trata encontrarlo en otro estado.
—Espera, ¿qué?
—Le llamé. Le dije que tomara un poco de dinero de mi cuenta, que viera si Hayden tenía, que robara un auto y que se fuera lo más lejos que pudiera de aquí.
—¡Hannah! —Exclamó Scott, deteniéndola—. Ese es el peor consejo. Deberían quedarse con nosotros, no pueden enfrentar esto solos.
—Claro. Deberían quedarse con nosotros, ya sabes, porque eso funcionó tan bien para Corey que acaba de ser asesinado, para Tracy antes de que la mataran y para Hayden cuando la secuestraron. Claro. Mira, Scott, debemos de aceptarlo. Estarán más a salvo lejos de nosotros. Lejos de los doctores.
—Si crees eso, ¿por qué me ayudas a buscarlos entonces?
—Porque si fueron tan tontos como para quedarse todavía, tal vez podamos distraer a los doctores y conseguirles tiempo.
Scott gruñó por lo bajo.
—¿Qué, Scott? ¿Qué?
—¿Por qué tienes que mentirme siempre, eh? ¿Por qué tienes que ocultarme las cosas?
—Si quieres que te mienta, porque lo hago para proteger a los que quiero. Si quieres que te diga la verdad, para que no la cagues.
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Liam había seguido el plan de Hannah. Se lo había dicho de manera apresurada y había colgado en cuanto las palabras salieron atropelladas de su boca pero la había escuchado porque era Hannah. Si ella pensaba que eso era lo mejor, que lo mejor era que él huyera con Hayden sin ellos, lo haría.
El plan no salió conforme a lo acordado de todas maneras. Habían ido al club donde Hayden trabajaba a tomar prestado algo de dinero cuando los doctores habían llegado. Liam fue lanzado como un simple muñeco a la pared, mientras que los doctores rodeaban a Hayden.
En ese momento, Scott y Hannah aparecieron. Iluminaron sus ojos rojo y azul respectivamente y sacaron las garras y los colmillos al mismo tiempo antes de rugir en perfecta sincronización.
Scott se lanzó por los aires contra uno de los doctores, mientras Hannah aprovechaba y de una patada desequilibraba a otro para llegar a Hayden. Cuando la tuvo cerca, empujó su cuerpo frente al de ella.
Liam comenzó a darle puñetazos directo al estómago a uno de los doctores, pero no causó ningún efecto. La criatura lo tomó del cuello y de un movimiento lo lanzó lejos.
Cada uno estaba haciendo su mejor esfuerzo con los doctores, pero no parecía ser suficiente. Scott estaba golpeando a uno de ellos violentamente y Hannah no dejaba de intentar clavar sus garras en la criatura pero era imposible. Eran demasiado rápidos. Demasiado fuertes. Aceptaban golpe tras golpe, adoloridos, mientras que los doctores permanecían intactos.
Uno de ellos azotó a Liam contra el piso, dándole el golpe final. El de Scott estaba a punto de acabar con el Alfa cuando se paró y lo confrontó. Scott dio pelea, pero pronto ya estaba en el suelo.
Finalmente, eran tres contra Hayden y Hannah.
—Nunca he hecho un trío, pero me han dicho que son divertidos —ronroneó Hannah, respirando entrecortadamente por el esfuerzo. Ató su cabello en una cola de caballo alta y escupió sangre mezclada con saliva en el suelo—. Vengan.
Hannah comenzó a luchar contra ellos, intentando patearlos, desgarrarlos, romperlos... Nada funcionaba. Theo se unió a su lado al poco tiempo, y aunque odiaba al chico, debía admitir que peleando hacía un buen equipo con ella.
—¡Scott! Uno de ellos se ha ido, ve a buscarlo y a Hayden —le gritó Hannah al moreno, concentrada en su propia batalla que ni siquiera volteó a verlo.
Fue Liam el que fue, corriendo a buscar a Hayden, solo para descubrir que tenía a una de las criaturas inyectándole algo en el cuello. Los ojos de Hayden se tornaron metálicos del mercurio y cayó de rodillas. Liam gritó y corrió hasta ella.
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—¿Estás bien? —le preguntó Hannah a Scott, una vez que los doctores se fueron, ayudándolo a pararse.
—Tus heridas se abrieron —dijo Scott, sin aliento.
—No pueden abrirse si nunca se cerraron —respondió secamente—. Vamos por Hayden.
Theo, Scott y Hannah corrieron por los pasillos del club, hasta encontrar a Hayden recargada contra la pared con Liam frente a ella, actuando como una especie de barrera entre ellos y ella. A Hannah no le importó y se acercó a la chica, dejando a los otros detrás. Cuidadosamente, la revisó buscando alguna herida visible con la mirada. Finalmente, acunó su rostro, obligándola a verla.
—Cariño, ¿estás bien? —preguntó suavemente.
—Estoy bien —respondió Hayden, aunque no muy convencida. Liam negó con la cabeza y volteó a ver a los chicos
—Vi como una aguja entraba y sus ojos se llenaron de mercurio —les dijo—. Se volvieron plateados.
—Ella luce bien —observó Theo—. Tal vez se curará.
—O tal vez no —dijo Scott. Liam, Theo y Hannah le voltearon a ver, incrédulos. Sí, tal vez Hannah estaba pensando lo mismo, pero no lo diría en voz alta nunca.
—¿Y si algo le pasa por dentro? —preguntó Liam.
—Vayan a la clínica de animales —ordenó Scott—. Los veré ahí.
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Apenas Hannah iba a entrar a la puerta del copiloto del auto de Theo, Hayden la detuvo.
—Hannah —la llamó.
—¿Si, cariño?
—Pase lo que pase... Solo quería darte las gracias.
—Podrás darme las gracias cuando estemos con mis chicas bebiendo margaritas en mi viña en Italia —aunque ambas sabían que era una mentira, sonrieron levemente.
Liam y Hayden subieron atrás, acurrucándose el uno contra el otro. A los pocos minutos, Hayden comenzó a gemir del dolor.
—Mantenla despierta —ordenó Hannah—. No la dejes dormir.
—Hayden, mantente despierta —le dijo Liam.
—Estoy muy cansada —respondió Hayden a duras penas.
—Lo sé, pero no puedes dormirte —Liam volteó a ver desesperado a Hannah—. ¿Cómo la ayudamos?
—No sé. Si fuera acónito, lo quemas. Pero mercurio...
—¿Entonces cuál es el plan?
—Scott tiene un plan —mintió Hannah.
—No, no lo tiene y lo sabes. ¿Hayden se va a curar?
—No es como nosotros, Liam. No lo sé. No sé cómo funcione su genética.
—Son como imitaciones baratas —sugirió Theo—. Tal vez ella no sea tan fuerte. No es una mujer loba verdadera.
—¿Y si la convertimos en una?
—Es una bonita idea, pero Hannah y yo no somos Alfas —le recordó.
—Pero Scott sí lo es —exclamó Hannah—. ¿Ves? Te dije que Scott era la solución. Scott siempre la tiene —Hannah se quedó estática un momento—. A la mierda, me iré adelantando.
—¿Qué? ¿De repente eres más rápida que un auto? —se burló Theo.
—Soy Hannah Hale. Por supuesto que soy más rápida que tu auto —dicho esto, Hannah salió del auto en movimiento y comenzó a correr.
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Hannah llegó empapada totalmente por la lluvia, sonriendo por dentro. Hayden sobreviviría si Scott la mordía, tenía lógica completamente. Cuando llegó, y lo vio esperándolos en medio de la lluvia igual de mojada que ella, casi se le cuelga encima. No tuvo tiempo de decirle mucho, pues en ese momento Stiles llegó en su Jeep, estacionándose frente a la clínica.
—Lo siento —se disculpó Stiles, acercándose a ellos—. El Jeep no arrancaba de nuevo. Las cosas apenas aguantan.
Scott miró a Stiles y Hannah, quienes al verse se sonrieron. Actuando tan normales. Como si nada hubiera pasado. Como si no hubieran matado a alguien y lo hubieran encubierto y como si todo no se estuviera colapsando y rompiendo en pedazos. Sabía que no era el momento. Pero era imposible contenerse.
—¿Sabes algo de Lyd? —preguntó Hannah inmediatamente.
—No. No me pude comunicar ni con Lydia ni con Malia —Stiles le dio a Hannah una mirada de 'hablaremos más tarde' y Hannah asintió, entendiéndole perfectamente. Ella no lo sabía, pero él quería contarle lo que Malia le había dicho la última vez que la había visto.
Scott miró de nuevo su secrecía, la manera en que se comunicaban con solamente una mirada sobre algo que claramente no querían que él se enterara. Secretos y más secretos.
—Dejen eso —exclamó Scott, en voz fuerte y alta. Hannah y Stiles le miraron, confundidos. De su chamarra, sacó la llave que le había dado Theo. A ninguno le pasó por alto como Hannah cambió lugares, y en lugar de estar al lado de Scott se movió frente a Stiles.
—Qué bonita llave, no sabía que te interesaran las reparaciones, Scott —dijo Hannah.
—Deja esa mierda, Hannah —espetó Scott.
—¿De dónde sacaste eso? —preguntó Stiles, sus ojos fijos en la llave, que alguna vez fungió de arma improvisada.
—¿Esto es tuyo? —preguntó Scott, extendiéndole la llave. Hannah se quedó estática. Él sabía.
—Deja esa mierda, Scott —escupió Hannah—. Dejémonos de juegos.
—¿Por qué no me dijeron? —dijo Scott, alternando su mirada entre Stiles y Hannah. Su voz casi era una súplica dolorosa. Stiles abrió la boca para responder, pero Hannah lo cortó.
—Yo lo hice. Stiles quería decirte, pero yo no lo dejé. Maté a Donovan en la biblioteca. Me dijiste que si mataba a alguien estaría fuera de la manada así que cuando asesiné a Donovan me lo callé. Convencí a Stiles de que no dijera nada y él me siguió la corriente. No fue su culpa. Él no tuvo nada que ver. Fui yo. Todo fui yo.
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Daaaaaamn. Esto se está poniendo buenooooo! Asdfghjklkñ<3 Veremos cómo reacciona Scott a Stiles y a Hannah, y lo que le acaba de decir y la pelea ahhh, ya quiero que la lean en el siguiente cap.
Se me había olvidado cuánto odiaba a Theo hasta que empecé a escribir estos capítulos >:( en serio es un maldito manipulador mentiroso.
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