3. Here we go again
No fue necesario llamar al lobo gruñón. Él me llamó justo cuando tenía pensado tocar su contacto y avisarle sobre el ataque de los cuervos. Salí de la clase para hablar con más tranquilidad, Stiles aún conversaba con Scott por teléfono y Allison seguía algo distraída por el ataque, ella se quedó sentada en un banco hablando con su padre.
Atendí la llamada una vez afuera y asegurándome de que nadie se fijara en mí — ¿Derek?
—Necesito tu ayuda.
Logró ponerme los pelos de punta. Pensé rápidamente en la repentina ida de Scott de la clase de literatura. No sé a dónde fue ni qué ocurrió, pero algo me dice que está relacionado con lo que Derek necesita. Intenté no alarmarme demasiado. Era la primera vez, en cuatro meses, que Derek mencionaba mi ayuda. Y no la normal, sino la sobrenatural.
—¿Qué ocurre? —pregunté pasándome una mano por el rostro. Finalmente viendo que este año tampoco sería normal. El ciervo y los cuervos ya lo confirmaron.
—¿Puedes venir a mi casa? No al loft. A la casa Hale —especificó antes de que yo preguntase. Fruncí el ceño intentando buscar una razón por la cuál él estaría ahí. Finalmente me rendí y decidí asentir con lentitud.
—Bien... ¿Pero qué rayos estás haciendo ahí? —escuché su suspiro al otro lado de la línea.
—Solo ven lo más pronto posible. Por favor.
Sentí nuevamente un escalofrío por mi cuerpo. Parecía suplicarme que fuera a ayudarle. Derek nunca me pedía por favor cuando me pedía algo. No porque fuera maleducado, sino que nunca necesitó pedírmelo para que yo ya me pusiera a trabajar en lo que necesitaba.
Podía notar la preocupación en su voz. Eso me hizo dar cuenta de que algo estaba pasando, y no había tiempo para desperdiciarlo en preguntas. Le dije que en diez minutos estaría ahí. Corté la llamada y volví a entrar al aula, Stiles justo estaba saliendo. Fue casi un milagro que no nos chocáramos entre sí. Él me miró con las cejas alzadas.
—Tenemos que ir a lo de Derek —dijimos al unísono. Lo cual llamó la atención de algunas personas a nuestro alrededor. Como Allison y su padre que estaban esperando que nos moviéramos de enfrente.
Sin sorprendernos por haber dicho eso al mismo tiempo, ambos fruncimos el ceño — ¿Para qué necesitas ir tú a la casa de Derek? —volvimos a decir—. ¿Quieres dejar de repetir lo que digo? —bufamos. Esto ya no es divertido.
—¿Quieren terminar con la sincronía y moverse de enfrente de la puerta? —dijo el padre de Allison. Agregó una mínima sonrisa al final de su pregunta como para evitar la amenaza en su voz.
Stiles y yo obedecimos. Hablo en serio cuando digo que el sujeto me sigue dando miedo. Allison me ha intentado convencer de que es más bueno de lo que parece. Aún no ha logrado su objetivo.
Decidimos olvidar el momento de sincronía y las preguntas. Simplemente debía ir con Derek y Stiles también. Supongo que Scott le habrá dicho de juntarse ahí. Y si mi hermano, mi mejor amigo y mi novio están en una habitación juntos... Es porque algo grave ha ocurrido.
•••
—¿Qué?
Miré el cuerpo de Isaac sobre la mesa de madera. La casa Hale seguía igual de destrozada que hace cuatro meses. Había más tierra y plantas en el interior, parecía como si la naturaleza quisiera que la casa fuera parte de ella. Era un agradable ambiente si te olvidas que aquí fue donde murió toda la familia de tu novio. Detalles.
Isaac tenía una bata celeste y una sábana blanca a su alrededor. Estaba inconsciente, pero no parecía tener heridas físicas. Sabía que algo había ocurrido, pero cuando Derek me habló esta mañana diciendo que él estaba bien, yo sola supuse que Isaac también lo estaba. Estaba equivocada.
Derek se acercó a mí, Scott y Stiles hablaban por detrás. Supongo que mi hermano estaría explicándole el episodio de los cuervos. Derek tomó mi mano y me guió hacia el cuerpo de Isaac. Miré al Beta sin comprender.
—¿Qué le ocurrió? —pregunté aún analizando el cuerpo de Isaac. Si tenía una bata era porque había estado en el hospital.
—Primero necesito que me ayudes a curarle —dijo el Alfa tomando unas hierbas de una pequeña caja de madera. Nunca la he visto antes, supongo que la mantenía oculta. Sacó una planta con flores amarillas.
—¿Curarle? —pregunté. Analicé el cuerpo de Isaac, incluso levanté la bata para ver a su costado. Ayer por la noche había recibido una puntada a un lado de mis costillas. Algo me decía que aquél leve dolor que sentí no se comparaba en nada a lo que estaba sintiendo el Beta. Me sorprendí al ver que en aquél costado no había nada—. Parece estar bien.
—Le hirió un Alfa. La herida curó físicamente, pero no en el interior —explicó Derek machucando las flores para crear una pasta amarillenta. Fruncí el ceño.
—¿Un Alfa? —Derek no alzó su mirada, tomó una botella de agua que había en la esquina de la mesa y un pequeño vaso metálico. Colocó la pasta en el vaso y luego agregó agua—. Derek —esta vez sí levantó el rostro—. ¿Qué está ocurriendo? ¿Qué Alfa le atacó a Isaac?
—Primero cúrale —insistió. Apreté los labios. Me ofreció el vaso—. Bébelo.
Le miré con confusión — Pensé que eso era para Isaac.
—Lo es. Pero si quieres ayudarle, tú también debes beberlo —le miré insegura. Suspiró levemente—. No te hará mal. Sólo te ayudará a visualizar su herida interna.
Asentí. Confío en Derek. Tomé el vaso y me tomé la mitad del contenido. No sabía delicioso, pero tampoco era asqueroso. El sabor de la flor apenas se sentía. Le devolví el vaso, Derek se acercó a Isaac e hizo que se tragara el resto del líquido. Me dio una mirada, diciendo que ahora ya podía intentar curarle.
No sé cuán rápido actúa aquella flor amarilla en mi sistema, pero definitivamente me ayudó. Podía sentir la herida de Isaac en su costado. Era un gran tajo, provocado por enormes y filosas garras. Cerré los ojos mientras ponía una mano sobre el lugar donde Isaac debería tener la herida. Escuché pasos a un costado, supongo que son mi hermano y mi amigo.
No pensé en eso. Debía concentrarme si quería ayudar al Beta. Me tomó unos segundos accionar mi habilidad curativa. Usualmente ésta sale sola cuando veo que alguien está herido. Pero como dijo Derek, al ser una herida interna, me costaría más. Apreté los labios. Sentí mi cabeza doler. Eso era una buena señal.
Pude visualizar al tejido del músculo unirse. Al ser hombre lobo, Isaac se estaba intentando curar solo. Usé eso a mi favor. Lo único que tuve que hacer fue unir ambos tejidos rasgados y sostenerlos entre ellos hasta que la capacidad curativa de los lobos hicieran su parte.
Me habría costado mucho más si era humano. Porque no sólo debería haber juntado esos dos tejidos, sino también unirlos mediante sus fibras.
No sé cuánto tiempo estuve, tal vez unos minutos. Cuando dejé de tocar a Isaac, supe que ya se estaba curando solo. Me empezó a doler la cabeza. Pero no me sangró la nariz. Eso es otra señal buena, ¿verdad?
Derek se acercó a mí, me sostuvo. Ni siquiera me di cuenta de que me estaba cayendo. Logré ver a Scott y a Stiles mirándome desde una esquina. Me incorporé nuevamente, agradeciéndole silenciosamente a Derek por sostenerme.
—Se está curando —comenté mirando a Isaac aún inconsciente. Derek apretó con suavidad mi brazo, miré sus ojos verdes y supe que me lo agradecía. Sonreí levemente como respuesta.
—Les debo una —dijo Derek mirando a Scott. Mi amigo asintió. Stiles simplemente me miró, no necesitaba ser una genio para saber que estaba preocupado por mí. Le di una suave sonrisa, indicándole que estaba bien. Cansada, pero bien.
—Uh, Derek. Si quieres devolverme el favor... Hay algo que puedes hacer por mí —dijo Scott tocándose su brazo izquierdo. El tatuaje.
Derek le hizo sentar a Scott en una de las sobrevivientes sillas del lugar. Tenía un lanza llamas en su mano y miraba el brazo desnudo de mi amigo. Stiles y yo estábamos detrás mirando con atención.
El lobo gruñón usó sus ojos de Alfa y asintió — Sí, lo veo. Dos bandas, ¿verdad? —preguntó Derek. Scott asintió—. ¿Qué significa?
—No lo sé —respondió con honestidad Scott—. Sólo algo que dibujé con mis dedos —alargó su mano derecha y dibujó dos círculos en el baúl lleno de tierra que había a su lado. Uno más grande que el otro. Derek vio el diseño.
—¿Por qué es tan importante para ti?
—¿Sabes lo que significa la palabra "tatuaje"? —le preguntó Scott.
—Marcar algo —respondió mi hermano con una sonrisa de lado y guiñándole el ojo al Alfa que se había girado ante su respuesta.
Derek no le dijo nada y volvió a girarse hacia Scott. Yo miré a Stiles con las cejas alzadas. Él levantó los hombros, aún con una sonrisa en su rostro. Rodé los ojos. Nunca entenderé a Stiles.
—Sí, en tahitiano. En samoano, significa "herida abierta." —explicó Scott. Los tres le miramos con atención—. Sabía que quería un tatuaje cuando cumpliera dieciocho. Siempre quise uno. Decidí hacerme uno ahora, como una recompensa —Derek frunció el ceño y preguntó por qué, Scott miró hacia abajo unos segundos—. Por no llamar ni mandarle mensaje a Allison en todo el verano. Incluso cuando realmente quería, incluso cuando era difícil no hacerlo. Estuve tratando de darle el espacio que ella quiere. Aún después de cuatro meses, sigue doliendo. Se siente como...
—Una herida abierta —respondí por él comprendiendo la explicación de la palabra tatuaje en samoano. Scott alzó su mirada y con esos ojos de cachorro asintió a mi acotación.
Derek asintió a la historia. Miró con seriedad a mi amigo — El dolor va a hacer lo peor que has sentido en toda tu vida.
Scott asintió. No creo que le importase el dolor, él sólo quería tener su tatuaje de una vez. Derek encendió el lanza llamas para hacerle entender a mi amigo qué es lo que iban a hacer. Aunque dudo que Scott, con lo torpe que es, supiera con exactitud. Amo a Scott, pero su torpeza a veces no tiene límites.
—Ah, eso es genial —murmuró sarcástico Stiles. Scott no se inmutó por el fuego, al contrario, mencionó un leve "hazlo" al lobo gruñón—. Oh, bueno... Eso es demasiado para mí. Así que esta es mi salida. Voy a ir a esperar afuera.
Stiles ya estaba pasando por detrás de Derek cuando él alzó una mano y le detuvo. Supe que mi hermano estaba maldiciendo — Tú y Sarah le mantendrán quieto —dijo Derek con una leve sonrisita. Parecía estar disfrutando de molestar a mi hermano.
Me coloqué detrás de Scott, mis manos en sus hombros, Stiles estaba a mi lado, sosteniendo el hombro del tatuaje con más fuerza. Esperamos a que Derek se acercara con el fuego.
Scott gritó desgarradamente. No creo que Derek mintiera con aquello de que duele demasiado. Es decir, él mismo experimentó el dolor de un tatuaje. El de su espalda. El cual todavía no sé nada al respecto. Sólo que aquella espiral significa Alfa, Beta y Omega, recordándole al lobo gruñón que cualquier hombre o mujer lobo puede caer o subir de estrato.
Pero no sé la historia detrás de él. ¿Se lo hizo después del fuego? ¿Por qué decidió hacerse aquello y no otra cosa? ¿Qué fue lo que le impulsó a soportar el dolor de quemar tu piel con tal de tener un tatuaje? Nunca le pregunté. Como tampoco pregunté por Paige, ni su familia, ni su vida antes del fuego. No quería sonar como en un interrogatorio. Estoy segura de que Derek me hablaría de eso en algún momento. Yo no le presionaría.
Tardamos alrededor de una hora. Derek apagó el lanza llama y lo dejó a un lado. Scott estaba todo sudoroso y casi inconsciente. Le tardó unos minutos en recomponerse. Mientras Stiles se quedaba a su lado mirando la tinta en el brazo de nuestro amigo y sin creer lo que hizo para obtenerla ahí, Derek juntó las herramientas utilizadas y se levantó. Aproveché esa oportunidad para preguntarle sobre Isaac.
—¿Quién atacó a Isaac?
—Ve a casa, Sarah —respondió él sin girarse. Estaba intentando mantener una conversación con su espalda. Apreté los labios.
—No me iré a ningún lado, ¿de acuerdo? Isaac es mi amigo y quiero saber qué le ocurrió —demandé frunciendo algo el ceño. Derek ahí sí se dio la vuelta, tenía una expresión neutra.
—Sarah...
—Ah, no, señorito, nada de "Sarah" —imité cómo su nombre había sonado de sus labios—. No moverás tu culo de ahí hasta que me digas qué diablos está ocurriendo —me puse de brazos cruzados y le miré con determinación. Derek alzó levemente sus cejas, no sé si sorprendido por cómo le hablaba (al fin y al cabo sigue siendo un Alfa) o si le parecía graciosa mi reacción.
Eso sí, no me esperaba lo que ocurrió después. De un rápido movimiento, Derek se agachó y tomó mi rostro entre sus manos. Acercó sus labios a los míos y me besó con increíble ternura. No sé a qué se debía el beso, pero no me quejé. Uno nunca se queja de tener esos labios sobre tu piel, créanme.
Mi ceño fruncido se aflojó. Si Derek quería hacerme olvidar nuestra conversación, estaba haciendo un muy buen trabajo con su beso. Mis manos abandonaron su refugio en mis brazos y se colocaron sobre la nuca del lobo, acariciando con simpleza los mechones cortos. Sé que a Derek le gusta que haga aquello.
Un carraspeo fue lo que nos interrumpió. Fui yo la que salté hacia atrás. No tardé en ponerme roja como un tomate. Derek no parecía afectado por el hecho de que teníamos público. Incluso hasta puede ser parte de su plan de hacerme olvidar sobre el ataque a Isaac.
Oh, no, cariño. No te saldrás con la tuya sin explicarme. Derek se movió hacia Stiles y Scott, el primero mirándole con una terrible mirada mortal. Creo que no le agrada ser espectador de nuestras interacciones. Scott parecía algo sorprendido y tímido al respecto, eso era de esperarse.
El lobo gruñón abrió la puerta. Stiles intentó hacer conversación sobre el tatuaje y cómo éste lucía bastante permanente. Sabía que hablaba de ello para no lanzarse a luchar una pelea que no ganaría con Derek. Stiles sabe cómo va nuestra relación. No le he vuelto a mentir desde la estación y la situación con Matt. Claro que no le digo todo lo que hago con Derek. Porque ahí sí se lanzaría a luchar, ganara o no.
—Sí... Necesitaba algo permanente. Todo lo que nos ocurrió a nosotros... Todo cambia con tanta rapidez. Todo es tan... Efímero —Stiles y yo alzamos las cejas.
—¿Estudiando para los exámenes? —preguntó mi hermano. Scott asintió algo orgulloso. Le felicité con una leve sonrisa.
Stiles y Scott ya estaban saliendo de la casa, Derek ya se había vuelto a ocultar en la sala donde estaba Isaac. Quería avisarles a Stiles y a Scott que me quedaría un rato, cuidando de Isaac y buscando respuestas interrogando a Derek; pero no logré decir nada, otra cosa me llamó la atención.
La puerta de la casa. Estaba pintada de color rojo, lo cual no era un color que pasaba desapercibido. Al acercarme logré ver que ni siquiera estaba toda pintada de rojo, sino una parte, la de adelante. ¿Por qué Derek pintaría solo un lado de la puerta de su antigua casa?
—Pintaste la puerta —mencioné en voz alta—. ¿Por qué pintaste la puerta? ¿Por qué sólo de un lado?
—Sarah...
Scott se acercó, visiblemente preocupado por lo que encontraría detrás de la pintura. Sacó sus garras y rasgó la puerta para ver qué era lo que se ocultaba. Un extraño símbolo negro apareció en la madera. Como una espiral similar al tatuaje de Derek pero más geométrico. Me pareció haberlo visto en algún lado.
—Los pájaros en el instituto, el ciervo anoche... —dijo Scott acercándose con una mirada confusa—. Justo como la noche en la que fui mordido por un Alfa, me quedé atrapado en una estampida de ciervos. ¿Cuántos hay?
Miré a Derek esperando su respuesta. Scott tenía razón, no podía haber sólo uno. Peter solamente había provocado una estampida, sólo una noche. Se necesitarían al menos dos Alfas nuevos para que los pájaros se mataran contra nuestras ventanas y el ciervo contra el auto de Lydia.
Derek suspiró, sabiendo que no podría seguir posponiendo la conversación — Una manada de ellos. Una manada de Alfas.
—¿Qué? ¿Todos ellos? —interrogó Stiles sin comprender. Derek asintió—. ¿Cómo rayos funciona aquello?
—Escuché que tienen un tipo de líder. Se llama Deucalion —me miró unos segundos, y luego agregó: — Sabemos que tienen a Boyd y Erica. Sarah, Isaac, Peter y yo les estuvimos buscando estos cuatro meses.
Ignoré las miradas curiosas sobre mi nombre. Yo ayudé muy poco. En parte porque seguía creyendo que nos enfrentábamos a cazadores, no a Alfas.
Apreté levemente los labios. Recuerdo levemente las miradas entre Isaac y Derek cuando yo mencionaba sobre considerar la idea de que estén en algún edificio. Era como si ellos supieran algo que yo no. No quise darle importancia porque no creía que Derek me mintiera respecto a algo tan importante como las vidas de Boyd y Erica. De repente me sentí bastante enojada con el gruñón.
—Digamos que les encuentras —comentó Scott acercándose a Derek—. ¿Cómo te enfrentas a una manada de Alfas?
—Con toda la ayuda que pueda conseguir.
Justo ese momento, el Beta inconsciente se despertó con estrépito, respirando con dificultad y como si se hubiera despertado de una pesadilla. Mi instinto fue acercarme a él. Sus ojos celestes me observaron con atención.
—¿Dónde está la chica? —preguntó. Su mirada pasó a la de Derek y luego a Scott. Al parecer, nadie sabía de lo que estaba hablando. Derek me miró unos segundos antes de darse la vuelta y fruncirle el ceño a Isaac.
—¿Qué chica?
Isaac prosiguió a contar su historia. Cómo estaba revisando uno de los lugares abandonados de la ciudad, con esperanza de encontrar a Erica y a Boyd. Y lo siguiente que recuerda es a dos gemelos siguiéndole. Ahí es dónde apareció la chica, morocha y con una motocicleta que le salvó. Apenas recuerda el hospital.
Derek le analizó. No era común que un hombre lobo olvidase con tanta rapidez esos recuerdos. Prosiguió a explicar con brevedad que los hombres lobo, usualmente los Alfas, eran quienes podían hacer aquello de robar recuerdos. Por lo tanto, el recuerdo que le quitaron a Isaac debía ser importante. Isaac debió haber encontrado dónde estaban Erica y Boyd.
Sin mucho por hacer, Scott, Stiles y yo decidimos irnos a casa. Esa noche es la fiesta de cumpleaños de Heather, nos invitó a Stiles y a mí (también a Derek pero sé que él no irá), y nosotros invitamos a Scott. Tenía que darme un baño y prepararme para la fiesta.
Stiles y Scott salieron de la casa después de asegurarse de que Isaac estuviera bien. Mi hermano se detuvo en el marco de la puerta. Se giró hacia mí.
—¿No vienes, Sari? —preguntó con las cejas alzadas. Yo no me había movido del lugar. Tenía los brazos cruzados y mirando a Derek.
—Dame cinco minutos —le pedí. Pareció dudar, pero con una simple y directa mirada él aceptó mi oferta. Él y Scott salieron de la casa, yendo hacia el Jeep. Me giré mirando a Derek con enojo—. ¿Por qué no me dijiste sobre la manada de Alfas? —recriminé, Derek apretó sus labios—. Pude haber ayudado si hubiera sabido que nos enfrentábamos a unos malditos de ojos rojos y no a cazadores.
—Es problema mío —fue lo que dijo él. Apreté los labios, desvié una mirada y solté una risa seca.
—¿Tu problema? —le miré, él alzó su cejas con enojo—. Nunca es sólo tu problema, Derek. ¿Peter fue también solo tu problema? ¿O Jackson? No me vengas con esa excusa. ¿Acaso no confías en que puedo ayudar?
No quise terminar mi comentario en esa pregunta, pero el gesto de Derek me desvió de mi objetivo. Miró hacia abajo y apretó los labios. Parecía como si se estuviera de confesar algo.
—Oh —fue lo que salió de mis labios. Derek no negó ante la pregunta. No dijo nada y eso bastó para que yo entendiera con claridad el mensaje. Me habré expresado con suma emoción ya que después de mi suspiro, Derek alzó su mirada. Sus ojos me transmitían una extraña sensación; decepción, tristeza, enojo... No supe a qué se refería.
Desvié la mirada, si seguía viéndole terminaría llorando enfrente de él y no quería aquello.
—Sarah, yo...
—No necesitas decir nada —le interrumpí con rudeza. Miré al suelo—. Tu silencio ya lo dijo todo.
No volví a alzar la mirada. Salí de la casa sin mirar atrás. Sentía la mirada de Derek y de Isaac en mí, pero seguí caminando. No me detuve hasta llegar al Jeep, donde Scott me dejó un lugar a su lado en el asiento del copiloto.
Stiles condujo en silencio. No sé si Scott escuchó la conversación y se la contó a Stiles o no. No lo sé. No me importa. Sólo quiero ir a casa.
•••
Ya me había dado un baño para despejarme. En menos de media hora debíamos salir para la fiesta. Ya me había cambiado para salir, estaba de un vestido azul oscuro que terminaba arriba de la rodilla, mangas tres cuarto y cuello redondo junto con tacos negros (cortesía de Lydia).
Durante el verano Melissa me enseñó unos cuantos trucos de maquillaje. Logré hacerme una sombra negra sobre los párpados, estos más el delineador remarcaban mis ojos claros. Luego me coloqué un colgante que Allison me regaló como "gracias por seguir siendo mi amiga después de todo lo que he hecho", justo antes de irse a Francia. Era una cadena plateada con un dije de media luna con una estrella a su lado. Era precioso.
Mi celular vibró, desconcentrándome de mis pensamientos. Estuvo vibrando todo el tiempo desde que volví a casa. Esta ya era la quinta llamada de Derek. Pero aún así no le respondí.
Me quedé observando unos segundos la foto que aparecía en la pantalla. Una de él durmiendo adorablemente. Aún recuerdo haberla sacado. Fue una noche en la que me quedé a dormir en el loft. Me levanté antes que él y me dio demasiada ternura su cara. Tenía un leve puchero, su mejilla izquierda pegada a la almohada, su rostro sereno, el pelo despeinado y el brazo derecho oculto debajo de la almohada.
Derek, como el Alfa que es, dijo que no podía dejarme tener esa foto. Que Isaac o Stiles podían verla y que luego tendría que lidiar con sus burlas. Aún así la mantuve. Y no tenía pensado deshacerme de ella. La foto desapareció al igual que la llamada.
Stiles apareció unos segundos después en el marco de mi puerta — ¿Lista? —asentí. Hora de ir a la fiesta de Heather.