Destinados #D1 (Completa)

By DeniseAyleen

2M 197K 95.1K

Destinados es la historia de dos mejores amigos de infancia, Brisa y Gastón, quienes en su adolescencia se al... More

Destinados #1
Prólogo
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez
Capítulo once
Capítulo doce
Capítulo trece
Capítulo catorce
Capítulo quince
Capítulo dieciséis
Capítulo diecisiete
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve
Capítulo veinte
Capítulo veintiuno
Capítulo veintidós
Capítulo veintitrés
Capítulo veinticuatro
Capítulo veinticinco
Capítulo veintiséis
Capítulo veintisiete
Capítulo veintiocho
Capítulo veintinueve
Capítulo treinta
Capítulo treinta y uno
Capítulo treinta y dos
Capítulo treinta y tres
Capítulo treinta y cuatro
Capítulo treinta y cinco
Capítulo treinta y seis
Capítulo treinta y siete
Capítulo treinta y ocho
Capítulo treinta y nueve
Capítulo cuarenta
Capítulo cuarenta y uno
Capítulo cuarenta y dos
Capítulo cuarenta y tres
Capítulo cuarenta y cuatro
Capítulo cuarenta y cinco
Capítulo cuarenta y siete
Capítulo cuarenta y ocho
Capítulo cuarenta y nueve
Capítulo cincuenta
Capítulo cincuenta y uno
Capítulo cincuenta y dos
Capítulo cincuenta y tres
Capítulo cincuenta y cuatro
Capítulo cincuenta y cinco
Capítulo cincuenta y seis
Capítulo cincuenta y siete
Capítulo cincuenta y ocho
Capítulo cincuenta y nueve
Capítulo sesenta
Capítulo sesenta y uno
Capítulo sesenta y dos
Capítulo sesenta y tres
Capítulo sesenta y cuatro
Capítulo sesenta y cinco
Capítulo sesenta y seis
Capítulo sesenta y siete
Capítulo sesenta y ocho
Capítulo sesenta y nueve
Capítulo setenta
Epílogo
Siempre serás tú
Nuevo título
¡Próximamente en librerías!
¡A LA VENTA EL 20 DE ENERO DE 2022!
LIBRO EN FÍSICO: dónde conseguirlo

Capítulo cuarenta y seis

26.1K 2.8K 1.4K
By DeniseAyleen

Brisa

La boca de Gastón sobre la mía y sus manos sosteniéndome de las mejillas me dejan anonadada. Me cuesta reaccionar, me cuesta creer que su boca verdaderamente está posada en la mía y que esto no es un sueño. Porque la sensación mágica recorriendo cada partícula de mi anatomía me hacen creer que estoy soñando.

Gastón da un paso hacia adelante, como si quisiera adentrarse en mi cuarto. Retrocedo para darle espacio mientras seguimos besándonos con lentitud. Me dan ganas de abrir los ojos para verlo, pero prefiero no hacerlo, y así, seguir completamente perdida en su boca. Mi cuerpo se llena de calor y mi respiración se vuelve agitada conforme van pasando los segundos. ¿Qué tiene tu boca que me hace perder?

Retrocedo otro paso cuando él camina. Sin esperármelo, sus manos bajan de mis mejillas hasta mis piernas, y me levanta para que rodee su cintura con ellas. Nuestras bocas llegan a separarse un momento y ese minúsculo segundo es una tortura.

Lo deseo como nunca a nadie. Su boca tiene chispas electrificantes que intensifican todo. Me pierden. Me vuelve a besar, cierra la puerta con su pierna y empieza a caminar hasta la cama. No lo veo, pero sé que se dirige hacia allí.

Siento cosquillas en mi vientre. Es una sensación que realmente no pensé que volvería a sentir. Porque estas no son de esas cosquillas o ese rubor en tus mejillas que te suceden cuando alguien te hace un cumplido o ves a la persona que te atrae. Esto se siente diferente. Y es más intenso que la vez en que él me robó un beso en su habitación. Ahora no hay nada que me detenga.

Ahora no hay nada que me haga reprimir los sentimientos que estuvieron guardados en una caja en el fondo de mi corazón, desde hace años. Ni siquiera Liam se cuela en mis pensamientos. Ya no me duele haber terminado nuestra relación. Ya no me siento sola como antes. Gastón ha logrado eso con solo un beso. Lo quiero.

Mi espalda cae sobre la mullida cama, y rápidamente lo tengo encima de mí. Es excitante sentirlo. Sus manos se posicionan a los costados de mi cuerpo para sostenerse, pero su parte íntima toca la mía y me vuelve loca, tal y como sus besos lo hacen. Su lengua va al encuentro de mi lengua y las dos juguetean entre ellas cuando se sienten. Tener su respiración caliente chocando contra mi cara pone en riesgo lo que me queda de cordura.

Distinto, esa es la palabra que define este encuentro de labios. ¡Y me encanta!

Debería sentir asco porque su boca ha tocado la de Sofía hace un rato, pero me consuela saber que Gastón ha intentado echarla de la casa y que ha sido él solito quien vino a tocar a mi puerta para besarme.

Sus caderas se mueven lentamente. Que se frote de esa manera tan sensual me provoca deseo. Quiero llegar hasta el otro punto, y sí, sé que apenas este es el segundo beso, pero estamos grandes como para reprimir lo que queremos.

Le muerdo el labio y lo atraigo más hacia mi boca. Quiero que me toque, quiero sentir sus manos acariciando mi cuerpo. Me siento nerviosa, pero mi deseo hacia Gastón es más fuerte que mis miedos. Suelta un gemido que produce que mi piel se erice.

—¡Brisa! —murmura sobre mi boca y succiona mi labio inferior para luego morderlo y estirarlo.

—¿Qué? —respondo con voz agitada. No quiero hablar, quiero hacer otras cosas.

—Me gustas —confiesa, y otras chispas de excitación se encienden.

Asiento lentamente con la cabeza. Mi semblante mantiene una sonrisa de gusto.

—También me gustas —dejo salir las palabras. En otra ocasión, decir esto me habría dejado colorada y con ganas de apartar la mirada, pero en este momento de intensidad, de lo único que siento ganas es de besarlo hasta mañana y de hacer el amor.

Mis pensamientos sucios me sorprenden. Gastón sonríe y me vuelve a besar.

Ahora sus manos se cuelan bajo mi remera y tocan la piel desnuda de los costados de mi cuerpo. Me encanta. Pero quiero sus manos en otra parte. Ahí abajo, por ejemplo. Porque siento muchas ganas de él. Siento muchas ganas de Gastón y hoy no me da miedo ni vergüenza admitirlo.

Levanto un poco su remera para poder tocar su pecho. Es algo que siempre quise hacer. No es un secreto que él tiene un físico extremadamente atrayente. Noto que sonríe cuando lo toco. Para mi extrañeza, aparta mis manos y provoca que mis ojos se abran. Mis ojos azules se encuentran con sus ojos avellana.

—No me mires así... —me acaricia la mejilla con ternura—. No es que no quiera que me toques —deposita un beso en mi boca—, es que tengo que irme dentro de unos minutos.

—¡Ah!...

—Créeme que quiero seguir aquí contigo haciendo... muchas cosas —me da otro beso— . Pero tengo que solucionar unos temas de trabajo.

—Está bien. —Mi respiración sigue siendo agitada a causa de sus calientes besos.

—Llegaré como a las nueve o diez de la noche, pero pronto hablaremos de todo esto. ¿De acuerdo? O podemos no hablar y seguir en lo que estábamos.

Me quita una sonrisa. Obvio que quiero seguir en donde nos quedamos, pero también prefiero que hablemos de esto. No quiero que este beso modifique la relación que tenemos en algo malo. Y tampoco quiero que quedemos en la nada. Esto me ha dejado ilusionada. No puede quedar así nomás. Ambos nos gustamos.

—¿En cuánto exactamente tienes que irte?

—En diez minutos.

Se me pasa una idea sucia por la cabeza.

—Podemos hacer bastante en diez minutos, ¿no te parece? —mi voz suena desesperada. Prácticamente, le acabo de decir a Gastón que podemos aprovechar los diez minutos que tiene libre para tener sexo.

Su mirada se encuentra con la mía y espero de verdad que no me diga que ahora no haremos nada. Mi piel está en llamas, necesito hacerlo con él, tengo una presión en todo mi cuerpo, sobre todo en mi parte íntima que me pide a gritos que la libere. En otras palabras, quiero que Gastón me dé un orgasmo.

—Por más tentadora que sea la propuesta, me veo obligado a decir que no. No quiero hacértelo a los apurones, quiero hacértelo lento, despacio, fuerte y sin apuros. Quiero disfrutarte bien. Quiero tener una noche en la que esté centrado solo en ti. Quiero hacértelo más de una vez, no quiero dejar las cosas a medias.

Suelto una queja suave con la garganta. El deseo es el que está hablando por mí, estoy centrada en ello, he dejado a la Brisa pensativa y analítica encerrada en alguna parte, en una parte oscura, y no será liberada hasta que la calentura se me vaya un poco.

Todo está pasando demasiado rápido. Hace un momento estábamos en la planta baja, y Gastón me recriminaba con la mirada lo que hice con Sofía, pero ahora estamos en la cama, con él encima de mí, ambos con ganas de sentirnos carnalmente y hablando de sexo como si fuésemos novios, y no solo amigos que se reencontraron hace no más de unos meses.

—Además, creo que antes de dar un paso adelante tenemos que hablar. No quiero que después te arrepientas —añade.

Lo dudo, pero, la verdad, él tiene algo de razón.

—¿Quieres que aprovechemos estos minutos para hablar de lo nuestro? —pregunto.

—También quiero hacerlo con más tiempo.

Bien.

—Entonces, ¿en qué gastamos estos diez minutos?

—Tengo que ir a cambiarme. Hay sesión de fotos hoy también.

Si soy sincera, me siento desilusionada en todo el sentido de la palabra. Por un lado, hubiera preferido que me besara en un momento en el que él estuviera libre y centrado solo en mí, pero, por otra parte, me agrada saber que podemos estar llegando a algo, y su cercanía y sus besos han estado de diez para mí.

Nota mi cara de decepción.

—Lo siento.

—Lo sé, no es tu culpa, tienes que hacer cosas.

—Te lo compensaré.

Gastón se va luego de disipar todas mis dudas y romper todos mis temores sin usar una sola palabra, solo sus besos, sus besos que ahora deseo más que nunca... Las horas sin él se me hacen eternas y solo pienso en que vuelva para continuar lo que dejamos en el aire...

Para cuando llega la noche, me siento demasiado cansada como para esperar a Gastón. Me envió un mensaje pidiéndome disculpas porque no podría llegar a cenar conmigo, ya que le adelantaron una cena con el director de una película. No me gusta que no esté conmigo, pero entiendo que tiene cosas importantes que hacer.

Me quedo dormida después de la cena. Siento que alguien me toca la mejilla y me alarmo. Pero cuando abro mis ojos, ahí está él.

—Lo siento, no te quise despertar.

—No, está bien, no es nada —sonrío.

—Toqué la puerta un par de veces, pero no escuchaste. Perdona el atrevimiento de meterme si tu permiso.

—Es tu casa, Gastón.

—De todas formas.

Me da un beso en la frente.

—¿Estás cansada?

—Un poco, sí. ¿Tú?

—La verdad que sí. ¿Te parece si hablamos mañana sobre... esto que tenemos? —Parece haberlo dicho con vergüenza—. Mañana no tengo nada que hacer.

Le acomodo el pelo hacia arriba cuando se sienta a mi lado.

—Sí. Lo hablamos mañana cuando llegue de la universidad.

—Bien —me da un beso pequeño en los labios—. Te dejo dormir, ¿sí? Así descansas, pues mañana tienes que levantarte temprano. ¿Te parece si te llevo yo, en vez de Stefanía?

Hago una mueca.

—Quisiera, pero ella no está muy bien, y no quiere llegar a la uni sola.

—Entiendo. Bueno, te esperaré con el desayuno listo antes de que despiertes.

—No tienes por qué hacerlo. Descansa.

—No —me da otro beso—. Te espero con el desayuno listo. Descansa.

—Igual.

Quiero decirle que se quede conmigo a dormir, pero ahora que hablo desde el lado de la cordura, creo que será mejor que primero aclaremos lo que queremos hacer con nuestra relación, antes de andar durmiendo juntos. Ya lo hemos hecho antes, pero las cosas eran muy diferentes en ese entonces, pues nada de lo de hoy había sucedido.

Continue Reading

You'll Also Like

4.3K 243 6
Giyuu tomioka, pilar del agua un chico solitario que trabaja en la asociacion de cazadores de demonio, su hermana murio por un demonio haciendo que e...
797K 48.6K 41
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las...
2.7M 130K 55
Cuando te han traicionado lo ultimo que quieres es volver a jugártela en el amor. Pero de vez en cuando hay que arriesgarse y apostarlo todo aun sabi...
184K 11.7K 49
//TERMINADO// Dos almas. Una maldición. El hijo favorito de Lucifer encontrará su tentación en una de sus víctimas, y desde ese momento todos sus pla...