Destinados #D1 (Completa)

De DeniseAyleen

2M 197K 95.1K

Destinados es la historia de dos mejores amigos de infancia, Brisa y Gastón, quienes en su adolescencia se al... Mais

Destinados #1
Prólogo
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez
Capítulo once
Capítulo doce
Capítulo trece
Capítulo catorce
Capítulo quince
Capítulo dieciséis
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve
Capítulo veinte
Capítulo veintiuno
Capítulo veintidós
Capítulo veintitrés
Capítulo veinticuatro
Capítulo veinticinco
Capítulo veintiséis
Capítulo veintisiete
Capítulo veintiocho
Capítulo veintinueve
Capítulo treinta
Capítulo treinta y uno
Capítulo treinta y dos
Capítulo treinta y tres
Capítulo treinta y cuatro
Capítulo treinta y cinco
Capítulo treinta y seis
Capítulo treinta y siete
Capítulo treinta y ocho
Capítulo treinta y nueve
Capítulo cuarenta
Capítulo cuarenta y uno
Capítulo cuarenta y dos
Capítulo cuarenta y tres
Capítulo cuarenta y cuatro
Capítulo cuarenta y cinco
Capítulo cuarenta y seis
Capítulo cuarenta y siete
Capítulo cuarenta y ocho
Capítulo cuarenta y nueve
Capítulo cincuenta
Capítulo cincuenta y uno
Capítulo cincuenta y dos
Capítulo cincuenta y tres
Capítulo cincuenta y cuatro
Capítulo cincuenta y cinco
Capítulo cincuenta y seis
Capítulo cincuenta y siete
Capítulo cincuenta y ocho
Capítulo cincuenta y nueve
Capítulo sesenta
Capítulo sesenta y uno
Capítulo sesenta y dos
Capítulo sesenta y tres
Capítulo sesenta y cuatro
Capítulo sesenta y cinco
Capítulo sesenta y seis
Capítulo sesenta y siete
Capítulo sesenta y ocho
Capítulo sesenta y nueve
Capítulo setenta
Epílogo
Siempre serás tú
Nuevo título
¡Próximamente en librerías!
¡A LA VENTA EL 20 DE ENERO DE 2022!
LIBRO EN FÍSICO: dónde conseguirlo

Capítulo diecisiete

31.5K 3.4K 1.3K
De DeniseAyleen

Brisa

Me subo al auto de Stef y me someto a sus constantes indagaciones sobre lo de ayer. Tuve que contarle todo y cuando digo todo, también me refiero al tallado cuerpo de Gastón.

—¡Qué incómodo! —dice después de que le comento sobre nuestro pequeño acercamiento en la piscina.

—Créeme que sí —contesto—. Después, todo fue distinto, no hubo tanto acercamiento. Solo charlas y risas.

Asiente mientras conduce.

—Así que Liam volvió mucho antes... —me observa un segundo y después vuelve a concentrarse en la vía.

Sonrío.

Recordar que Liam está en casa otra vez me hace sentir muy feliz. Anoche fue bonito volver a hacer el amor y dormir en la misma cama. Quizá otra persona pensaría que estoy exagerando, que él solo se fue un par de días y que no es la gran cosa, pero a mí se me hace eterno. Lo quiero tanto que cuando se va lejos lo extraño un montón.

—¿Pasó algo anoche? —sonríe con picardía.

—¿Tú qué crees? Obvio que sí. Cuando lo vi me lancé a sus brazos y de los besos tranquilos pasamos a besos calientes. El resto ya te lo puedes imaginar.

—¡Qué calientes! —responde, robándome una sonrisa.

Pensar en lo de anoche me provoca mariposas en la panza.

—Y volviendo a Gastón... creo que le pareces linda, que le gustas un poco.

La miro y sonrío incrédula.

—¡Qué va, Stef! ¿En serio estás insinuando eso? Gastón no me vio, no me ve y no me verá jamás de esa forma.

Es cierto lo que digo... Gastón tiene la posibilidad de tener a cualquier supermodelo que él quiera y justamente en mí no se vendría a fijar, no solo porque no le parezca atractiva, sino también por otras razones, como mi relación de siete años con Liam, por ejemplo.

—A ver, ¿y cómo me explicas el acercamiento en la piscina?

—Cuando éramos mejores amigos teníamos ciertos acercamientos así, pero nunca pasó nada. Yo le confesé mi amor, y prácticamente me dijo que jamás en la vida estaría conmigo porque me quería como si fuera su hermanita.

Stefanía echa la cabeza hacia atrás, toma aire y me preparo para negar lo siguiente que sé qué dirá.

—¡Pasó el tiempo, Brisa! En nueve años las cosas dan giros, vueltas y eso.

Buen punto.

Nueve años lo cambian todo. Pero estoy segura de que Gastón tiene alguna conquista por ahí, con la que pasa su tiempo y se divierte. Yo le dije que estaba en pareja cuando me hizo la visita sorpresa y cuando uno se entera de que la persona está en pareja simplemente, no te tienes que fijar y ya. Es terreno ocupado.

Le digo exactamente lo que estaba pensando.

—No te creas. Sabes que no siempre es así, que lo que dices se aplica o no dependiendo de la persona —gira en una esquina—. No es que quiera que Gastón se interese en ti, porque ya sabes que adoro la parejita que hacen tú y Liam, pero anoche estuve pensando en cuál podría ser la combinación de nombre entre tú y Gastón, si fueran pareja, pensé en su ship, pues.

Sonrío.

—¿Y ese es...? —pregunto.

Stef adora combinar nombres de parejas para crearles uno solo. Siempre que vemos una película me dice el ship que tiene para cada personaje, hasta incluso empareja a los que apenas son mencionados.

—Briston.

Me río.

—¡No me gusta nada! —respondo negando con la cabeza y enciendo la radio.

—¿Y cuál prefieres entonces...? —me mira un momento y después vuelve al frente—. ¿Gassa? ¿Gastisa? —Frunzo las cejas—. ¿Gabrisa? ¿Gasrisa? Porque esos sí que son bien feos...

—Tienes toda la razón, «Briston» es muchísimo mejor.

Los siguientes minutos los pasamos cantando a todo pulmón las canciones que reconocemos en la radio. Varias personas nos tocaron bocina por nuestra molesta voz, y mi amiga —siempre tan poco paciente— les saca el dedo del medio a quienes nos molestan.

Cuando llegamos al estacionamiento de la universidad, rápidamente diviso caras conocidas. Stef busca un lugar para estacionar, pero la mayoría de los espacios están ocupados. Cuando al fin encontramos uno, me bajo y me paro al lado de mi amiga, quien parece estar ansiosa por ver a Matt.

Me cuelgo el bolso y nos echamos a caminar. De lejos llego a divisar el cabello medio ondulado y la gigante estatura de nuestro amigo Matthew. La sonrisa se me va formando conforme nos acercamos. Casi llevándome por delante, Stef corre hacia los brazos de su pareja y le da un efusivo beso en los labios.

Les doy su tiempo para intercambiar saliva, pero cuando el timbre suena decido que es hora de que vuelvan a tener espacio personal.

—Ya, listo, es hora de que se separen, cochinos —me meto en medio de ambos y con mis manos los alejo. Matt gruñe y me despeina el cabello como venganza.

—¡No, oye, no! No hagas eso, por favor.

—Entonces tú no nos separes. Te gusta separar parejas Brisa —responde riendo.

—Concuerdo con él —se mete Stef y entrelaza sus brazos.

Los miro a ambos y después me centro más en mi amigo.

—Hola, Matt. Es bueno verte de nuevo.

—¡Ven aquí, Brisa! —responde con una sonrisa y me acerco para darle un abrazo.

Matt se integró a nuestro grupo a principios del año pasado. No sé cómo le hizo para la transferencia de universidad, porque venía de otro centro, aunque tampoco le he preguntado. Nos conocimos en una fiesta de fraternidad a la que nos invitaron, y de ahí empezamos a hablar y a darnos cuenta que teníamos muchas cosas en común. Dentro de la universidad no logramos vernos mucho porque él estudia una carrera distinta, por lo que siempre que tenemos un tiempito nos juntamos para darnos alguna que otra primicia.

Matt es de los amigos que valen la pena, siempre ha estado, en las buenas y en las malas, sin importar qué. Es cierto que nos conocemos hace poco, pero ha demostrado su valía en este corto tiempo. Y ahora que tiene el corazón de Stef, es otro punto a su favor. Solo espero que duren y que no se lastimen.

—¿Cómo estás? —pregunto, ansiosa. El timbre ya ha sonado y mi clase está en el tercer piso, lo que quiere decir que me tengo que apurar si quiero llegar temprano.

—Bien. ¿Y tú?

—Igual —lo saludo con la mano y arrastro a Stef conmigo—. Te veremos más tarde —le digo.

—Adiós, amor —lo saluda Stef y ruedo los ojos. No sé por qué lo hago, yo soy igual con Liam.

Las clases, para ser las primeras, son demasiado pesadas y largas, pero aun así sobrevivo y llego a casa con ganas de comerme todo lo que encuentre en la heladera. Para mi suerte, cuando me despido de Stefanía y subo a mi depa, un aroma delicioso se introduce en mis fosas nasales. Persigo el olor y me encuentro a Liam preparando el almuerzo.

—Llegaste. ¡Qué bien! —me besa—. Te he extrañado mucho. ¿Qué tal el día?

—Pesado, la verdad.

—Tendrás más energía cuando almuerces lo que he preparado para ti.

Disfrutamos de una deliciosa comida preparada por Liam, que siempre tiene un toque especial en todo lo que cocina. Honestamente, no sé cómo hace para que todo le quede siempre tan rico. A mí me gusta cocinar, pero siendo sinceros él es mucho mejor que yo en cuanto a ese tema.

Pasamos el resto del día ocupados en nuestros asuntos, él con las cuestiones de la empresa, atendiendo los problemas que le quedaron pendientes y yo con mis cosas de la universidad, intentando retomar el ritmo. Cuando me doy cuenta, ya la noche ha caído

Salgo a ver las estrellas y puedo ver que el cielo se ha tapado con una fina capa de nubes y que el ambiente está un poco fresco, más de lo que debería, por lo que me puedo imaginar que una tormenta se acerca.

Preparo la cama y me acuesto bajo las sábanas.

—¡Liam, apresúrate! —le grito para que me escuche.

—Aquí estoy —avisa. Liam no tarda en entrar a la habitación con solo una toalla en la cintura. Lleva el cabello algo revuelto y mojado. Su cuerpo también tiene alguna que otra gota de agua corriendo por su piel.

Me quedo mirándolo y pretendo decirle alguna cosa para que hagamos el amor, pero entonces un celular suena. Como Liam y yo tenemos el mismo tono y teléfono celular, es fácil confundirlo, pero el mío está en la mesita de luz, por lo que es claro que es una llamada para mi novio.

Mira el celular con el entrecejo fruncido.

—Ahora vuelvo.

Lo miro con extrañeza. Liam sale de la habitación sin reparar en mi mirada.

Irse a otra parte para atender una llamada no suele ser propio de él, y me da mucho que pensar esto. No me quiero hacer la cabeza por una simple cosa, pero a veces las simples cosas no son tan... simples. De todas formas, no tengo por qué desconfiar de él, no ahora... no después de tanto tiempo. Cuando vuelva puedo pedirle que atienda las llamadas sin necesidad de irse a otro lugar y tema solucionado.

Para matar el tiempo, agarro mi celular y reviso mis mensajes. Le contesto a Stef y entro al chat de Gastón.

No tengo un mensaje de él. La verdad es que no me ha respondido el mensaje de ayer. Me ha dejado en visto y no sé por qué. Era un mensaje en el que le demostraba que me preocupaba por él, pero no pareció importarle... ¿Suena eso desesperado? No quiero parecer desesperada porque no lo estoy, pero habíamos dicho que sería lindo volver a relacionarnos más. Y ahora que le mando un simple mensaje, solo lo ve y opta por no responder. ¿Y si le envío otro...?

Dijo que se iría de viaje por un par de días. Me gustaría saber que el viaje estuvo bien, pero ni siquiera sé a qué hora viaja.

Y como si lo estuviera llamando con mis pensamientos, Gastón se conecta. Salgo rápidamente de nuestro chat. No vaya a ser que piense que estoy como una loca mirando el mensaje que no contestó.

Gastón:

Hola, Brisa. Lamento la demora.

Hoy tuve un día más ocupado de lo que pensé,

así que cuando quise responderte

tuve que dejar el celular. 11:57 p. m.

Gastón:

Veo que no estás dormida,

quizá podamos hablar un poco.

¿Cómo estás? 11:58 p. m.

Brisa:

Hola, Gastón.

No hay problema. 11:59 p. m.

Brisa:

Estoy bien, ¿y tú?

Con un poco de sueño,

el día fue algo largo. 11:59 p. m.

Bueno, ahora sé por qué no me respondía. Por un momento se me pasó por la cabeza que ya no me respondería y que volveríamos a lo mismo de antes. Por suerte no. Ya me estoy acostumbrando a la idea de intentar ser lo que una vez fuimos.

Gastón:

Bien, también cansado. Me alegra que estés bien. Ya estoy acostado,

tengo que descansar porque mi vuelo sale a las diez de la mañana

y aún tengo cosas que meter en la maleta. 12:01 p. m.

Sonrío y tecleo un mensaje para Gastón, pero mi escritura es interrumpida por la presencia de Liam en el cuarto. Lo observo atenta.

—Liam, ¿quién era?

—Mi padre —responde sin mirarme y me da la espalda para buscar ropa en los cajones. Se quita la toalla y la tira a la cama sin decir nada más.

Ahora tengo una perfecta vista de su cuerpo desnudo, pero no se me apetece hacer nada. No como hace minutos atrás.

—¿Y qué quería? Es un poco tarde.

—Hablar sobre un contrato.

—¿De...? —pregunto y él se da la vuelta y se pone un bóxer.

Lo observo recelosa.

—¿Estás desconfiando de mí? —su pregunta me toma por sorpresa.

Evade la pregunta con otra.

—Respóndeme.—Insisto.

—Estás desconfiando de mí. ¿Por qué?, ¿te he dado razones?

—Solo me pareció raro que fueras a contestar a otra parte —le respondo y me acomodo el cabello.

—Fui a la cocina por un vaso de agua —aclara y se sacude el pelo. Levanta las sábanas para acostarse a mi lado. No digo que esté mintiéndome, pero algo raro sí que tiene—. No te estoy engañando ni hablando con otra, por si es lo que se te pasa por la mente, Ojos Azules —me dice y me da un beso en la mejilla—. Es tarde y aún no me siento del todo bien. Vamos a dormir, amor.

La luz de su lámpara se apaga y me quedo sentada en la cama viendo cómo se pone de costado para dormir. Observo su espalda y, aunque en otra ocasión estaría deseando tocarla, esta vez solo me acuesto mirando hacia el otro lado. Nuestras espaldas están enfrentadas y, aunque no haya sido para tanto, siento que hay una ligera tensión en el ambiente. Quizá es cosa mía, no sé. Me despido de Gastón y apago mi lámpara.


Continue lendo

Você também vai gostar

184K 11.7K 49
//TERMINADO// Dos almas. Una maldición. El hijo favorito de Lucifer encontrará su tentación en una de sus víctimas, y desde ese momento todos sus pla...
3.3M 191K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...
109K 10K 28
|SEGUNDO LIBRO DE MI PEQUEÑO ÁNGEL| Maddy ha perdido a la única persona que realmente había amado en su vida, no sabia como lidiar con ello mientras...
33.5M 4.3M 46
[COMPLETADA] ¿Es posible enamorarse de alguien sin conocerlo? ¿Sin haberlo visto? ¿Es posible desarrollar sentimientos por una persona que solo has e...