Abril.
Para los estudiantes de Walton, este mes tiene un significado, una imagen que nos viene a la cabeza siempre que lo escuchamos.
Festival de primavera.
Hará unas veinte generaciones atrás, unos rebeldes estudiantes tuvieron la magnífica idea expresarse, de soltar su verdadera forma de ser, la naturaleza adolescente, los salvajes pensamientos pubertos, en ésta época del año, donde, según ellos y su filosofía, la nieve, que significaba retenimiento a la libre expresión, se disipaba con la llegada del sol y los animales salían de su inveración. Y llegaba el momento de ser libres, de mostrarnos tal cual somos. Aventar los libros un rato y disfrutar de un año nuevo, ver las plantas renacer, los jardines llenarse nuevamente de colores, millones de colores.
Ya me entendieron. Una mierda de esas.
Con el tiempo, esta manifestación fue aceptada por el personal docente y pronto puesta bajo muchas reglas. En nuestros días, llega a decirse festival. Sin embargo, no es el típico festival donde nos vestimos de animalitos y bailamos a lo primaveral y todo está decorado con flores y vivos colores. Es sólo un festival, pero claro, el tema grita PRIMAVERA. Son elegidos dos representantes de cada salón, y hacen una junta entre todos los representantes para ponerse de acuerdo sobre cómo vamos a organizarnos.
Y es ahí donde entro yo. Puesto que soy de las alumnas más destacadas y mi gran sentido del orden y la obediencia, todos mis compañeros apuntaron hacia mí cuando elegimos a nuestros representantes. Jamie fue uno de ellos; maldito seas, Jamie. Louis, como era de esperar, fue el representante del salón B2 y, sorprendentemente, McFare también. No es que Seth tuviera malas calificaciones, él es la clase de persona que no nocesita estudiar mucho para sacar notas altas, me sorprendí porque no creía que él fuera a aceptar un trabajo como esos. Con un trabajo tan administrativo como ese, los dos tendrían que dirigirse la palabra sin importar cúanto tratara Louis de evitarlo, y eso hizo preocuparme un poco por Louis. ¿Es que Seth no era conciente de eso? ¿Y si Louis volvía a salir lastimado? Pero..., ¿y si Louis era de los que había nominado a McFare y éste simplemente había aceptado? ¿Sería esa nominación-aceptación algo más que una simple elección de representantes de aula? ¿Era una señal de que podían volver a hablarse y seguir como siempre había sido? ¿Estaría Louis listo para esto? ¡AHH! ¡Demasiadas preguntas!
Fui elegida junto con un tal Gabriel Culpepper para representar al salón B3.
Perfil mental de Gabriel.
Nombre completo: Gabriel Beck Culpepper
Edad: 17 años
Sex appeal: 99
Lista: blanca
Al parecer, él también tenía muy buenas notas, casi tan buenas como las mías y, según Lily y Melisa, había chicas detrás de él (pero por supuesto, no tantas como tenía mi Louis). La verdad no sé qué le hallaban de guapo, es decir, aún tenía la cara un poco aniñada, no parecía hombre en lo absoluto. Es más, tenía rasgos un poco femeninos a lo Andrej Pejic.
-Apuesto que si le dejas crecer el cabello, hará pasar por mujer -comenté con la boca llena de una barra energética un viernes antes de que la primera semana de abril comenzara. No me sorprendería si Andrej... ¡quiero decir, Gabriel!... fuera gay también, quiero decir, se notaba que era conciente de su higiene personal. Ese día habíamos hecho la elección de representantes y la junta directiva. Seth y yo acabábamos de salir de la junta, apenas nos uníamos a ellos en el recreo, ya que habíamos salido un poco tarde.
-No seas cochina -me recriminó Melisa pasándome una servilleta. La tomé y me cubrí la boca mientras masticaba y pasaba. No me daba pena ser así frente a Jamie y Seth, era un mal hábito que estaba tomando.
-¿Dices que se parece a Andrej Pejic? -preguntó Lily tecleando algo en su celular.
-Precisamente. Es demasiado delgado, cabello totalmente rubio, ojos verde esmeralda y oscuros. Dios mío, te juro que parece modelo -respondí llevándome otro pedazo de barra a la boca.
-¿Y no lo es? -preguntó Jamie dándole una mordida a su sandwich. Me encogí de hombros.
-Pero eso sí, no es más guapo que Louis -dije otra vez con la boca llena y negando con la cabeza.
-Dios mío, Jenna, pareces niña chiquita. No sé cómo te eligieron para representar a la clase- me regañó Melisa, quitándome con la mano algo de comida que se me caía por la barbilla. Seth, con la vista fija en el celular, estiró la mano y alcanzó una servilleta que ofeció.
El lunes, me había preparado tanto física como mentalmente para todo lo que se avecinaba. El día anterior mi padre había regresado de su viaje de trabajo y habíamos salido los tres al parque a practicar bateadas y atrapadas con la bola, y después habíamos jugado con unos que se nos habían unido. Estaba un poco aporreada de los brazos, pero lista para cualquier cosa que pudiera pasarme.
Llegué ese día con una actitud positiva, había dormido totalmente bien y me sentía exquisita. Estaríamos preparando las cosas para el festival toda esa semana, las clases se cancelaban. Pensarán "qué suertudos estos" pero no lo éramos. Todas y cada una de las cosas que habían de hacerse en el festival debíamos planearlas y construirlas nosotros mismos, incluido nuestros propios presupuestos. Y sólo teníamos una semana para todo eso.
Las aulas B3 y B2 estaríamos trabajando juntas, así que los encargados del restaurante que se haría en el patio delantero de la escuela éramos nosotros cuatro: Louis, McFare, Gabriel y yo, quienes éramos los responsables también de supervisar los cinco carros para el desfile por la ciudad.
-¡Atención, por favor! -gritó Louis haciéndose oír por todo el aula ante el escándalo de los B2 y B3. Todo el mundo calló. Se paró frente al salón, como si fuera un maestro, y le hechó una hojeada a la hoja que tenían en las manos. -Este año, los salones B2 y B3 se unieron para crear un restaurante en el patio escolar...
-Quééé?
-¡Y qué pasa con la tradición del carro!
-¿No haremos nuestro propio carro?
-¡Yo no quiero hacer un restaurante!
Protestaron algunos y se creó un ruidajo digno de supermercado. Louis alzó las manos y les pidió que se calmaran con un gesto. Que dos salones se unieran era un poco raro, que yo supiera, era la primera vez que sucedía.
-¡Escuchen, por favor! ¡Chicos! -gritaba Louis pero nadie escuchaba. Antes de que Seth o yo pudiéramos hacer nada, Gabriel dio un paso alfrente y alzó la voz más potente que he escuchado.
-Los de tercer año han decidido hacer un restaurante para atraer a más personas, nosotros no hemos tenido muchas opciones. Los cinco carros de cada aula se harán, como es tradición, pero esta vez no habrán carros del B2 y B3. El que guste, puede ayudar con alguno de los carros, pero sólo en su tiempo libre. Todos deberán ayudar en el restaurante porque así se ha indicado. ¿Me he explicado?
Louis y yo nos quedamos boquiabiertos y hasta Seth había alzado las cejas. No hubo voz que se atreviera a romper ese silencio. Gabriel siempre había sido muy callado en clases, nunca imaginé que pudiera ser tan controlador. El chico tenía todas las de conseguir las cosas de la forma que él quería. Louis carraspeó.
-Gracias, Gabriel -dijo y se posó a lado de éste. -Bueno, Gabriel ya lo ha explicado. Todos deberán contribuir con el restaurante, si alguien piensa ayudar con los carros para el desfile, lo hará por voluntad propia. Entonces, empecemos con las sugerencias, ¿alguien tiene una idea?
La mayoría de las manos se levantaron y nadie objetó nada más, todos tuvieron muy buenas ideas para el restaurante, ya que el tema privemera era muy general y abierto.
Al final, el tema del restaurante sería Alicia en el País de las Maravillas. Yo sería la encargada de coordinar todos los movimientos que se hicieran y de administrar el material que se usaría, Louis estaría checando la comida y el menú, Seth se encargaba de la decoración y el vestuario para los camareros y Gabriel le ayudaría.
Éramos un gran equipo, decían los maestros. A las órdenes de Gabriel y Seth no había quién desobedeciera y a la amabilidad de Louis y mía quién se negara.
Al final del día, me quedé hasta el final en el salón B2, el salón de Seth, llenando un formato del material que usaríamos y de las personas que estarían presentes y quién sería el resposable de ese material, además de mí, claro. Estaba inclinada hacia mi trabajo, más que concentrada cuando escuché pasos por la puerta y ésta e abrió, revelando a un cansado Seth. Cerró la puerta detrás de él y se apoyó en ella, cerrando los ojos y pasándose la mano por el cabello. No había notado mi presencia. Suspiró y ahí se quedó un rato, creí que se había quedado dormido. Abrió los ojos y entonces percató en mí.
-¿Cansado? -pregunté. Asintió lentamente con la cabeza.
-Bastante -.Se sentó en el pupitre vecino en donde yo estaba. Cruzó los brazos y enterró la cabeza en ellos y cerró de nuevo los ojos.
-¿Dónde estabas?
-En el salón de danza, tomando las medidas para los vestuarios. Todos acaban de irse -respondió con voz somnolienta.
-¿Y por qué no te has ido? Louis ya se fue.
Negó con la cabeza como pudo, el movimiento más perezoso que vi en toda mi vida.
-Louis sigue aquí, ahí está su mochila. Creo que está con Jamie, pero voy a esperarlo.
-¿Siempre se van juntos?
Con la cabeza escondida entre los brazos no podía asentir, así que gruñó un pesado "mhm" como afirmación. Levantó un poco la cabeza y entre sus oscuros cabellos que se habían juntado en su frente, sólo vi su ojo asomándose por entre los brazos.
-¿Qué estás haciendo?-preguntó.
-Oh, ¿esto? -miré las hojas sobre el pupitre -Es un formulario que tengo que entregar antes de irme.
-¿Necesitas ayuda?
-No, estoy bien, gracias. Ya termino.
Y como si no creyera en mis palabras, levantó por completo la cabeza y hechó un vistazo a la torre de papeles que tenía frente a mí. Alzó una ceja, incrédulo.
-¿Estás segura de eso?
-Mmmm -dudé unos segundos antes de responder. -Algo así. Pero terminaré rápido -agregué rápidamente.
Seth movió el pupitre hasta que quedó pegado al mío y antes de anticipar sus movimientos, me quitó un buen pedazo de papeleo para ponerlo frente a él.
-¿Tienes alguna pluma? -preguntó mientras buscaba en las bolsas del pantalón. Se había quitado el saco azul escolar y llevaba la blusa blanca arremangada casi hasta los codos, la corbata roja a rayas blancas un poco floja y dos botones desabrochados, revelando un poco los huesos de la clavícula que se le marcaban notoriamente. Maldije mentalmente a la escuela por obligarnos a usar esos uniformes tan sexys.
Saqué una pluma de mi mochila y se le tendí. Comenzó a hacerme preguntas sobre algunos materiales y nombres de personas y le pasé la lista en borrador de esos datos que tenía en una hoja. Ambos nos pusimos a escribir y llenar los datos de los nombres de los salones B2 y B3 y lo que haría cada uno y cómo se supervisaría la actividad.
Cuando terminamos, hará cosa de diez minutos, tomó mi hoja donde había yo amontonado todos los datos en borrador y la dobló formando un avión de papel. Lo aventó y éste cayó a los pies de la puerta justo cuando se abría. Miré los pies hasta llegar a la cabeza. Era Gabriel, quien miró al avión con el ceño fruncido.
-¿Terminaste los formularios, Jenna? -me preguntó.
-Ya está todo terminado, lo llevaré al aula de profesores -.Me puse de pie y apilé todos los papeles. -Vuelvo en un momento- y salí del salón. Esperé a que el señor Thorton leyera todos y cada uno de los formularios y me diera su aprovación. Una vez hecho esto, tomó su portafolio y salió hacia su casa. Me quedé un rato más para usar la copiadora que allí tenían y sacar una copia de cada hoja.
El festival era una actividad donde los maestros no internevían, como ya dije, éramos nosotros y nuestra libertad de expresión, pero debían confirmar que todo estuviera en órden y que todos participaríamos equitativamente. Después fui hacia las aulas de tercero y busqué al presidente del consejo estudiantil. Estaba en una 'reunión' con los demás del consejo, pero me sorprendió no ver a Louis por ahí, que también era miembro. ¿Se abría ido ya? Saludé a todos y le mostré los papeles a Jordan, el presiedente, le dije que todo había sido aprovado y le dejé la copia para que le hechara el visto bueno y después me diera su opinión.
Al llegar al salón B2, Gabriel y Seth platicaban. Pude escuchar su conversación desde el pasillo.
-¿Te animarías? -preguntó Gabriel.
-No estoy interesado en esas cosas.
Abrí la puerta y los dos clavaron las miradas en mí. Gabriel estaba apoyado en el pupitre de Seth frente a él.
-Jenna, ¿podrías, por favor, convencer a Seth de participar con la banda en el concurso? -se dirigó Gabriel a mí. El concurso era el evento más esperado del festival, el cual era dentro de la escuela, sólo para nosotros los estudiantes, para nuestro deleite y una celebración de que el festival había terminado y todos habíamos hecho un gran trabajo. Había toda clase de actuaciones; no era precisamente un 'concurso' sino una demostración libre, era en ese momento donde nos permitíamos expresarnos como quisiéramos, ese era el punto donde toda la cosa del festival se resumía. Y ahí sí que los maestros no metían ni pata ni naríz. En el concurso, la mayor autoridad era Jordan, el presidente estudiantil.
La mayoría de las actuaciones durante el concurso eran bandas, había unas que se presentaban los tres años seguidos y era facinante cuando daban su último "concierto".
-¿Tienes una banda?- pregunté a Gabriel.
-Es sólo para el festival, yo me ocupo del teclado.
-Ya veo -susurré estupefacta por la idea de ver a Seth dentro de una banda y tomé asiento donde antes había estado. Él no parecía esa clase de persona, él era un flojo y perezoso con honores y diploma.
Escuchamos la puerta abrirse y Louis entró por ella con aire ausente, se veía un poco triste y pensativo. Entonces reparó en nosotros y su cara se despejó. Abrió los ojos y nos miró uno por uno.
-Creí que ya se habían ido -dijo solamente.
-Tratamos de convencer a Seth a que cante en el concurso con mi banda -puntualizó Gabriel y yo abrí los ojos como platos.
-¿Cómo vocalista? Seth, ¿cantas? -pregunté sorprendida. Louis también lo miró, esperando una respuesta.
-No, y no pienso hacerlo. -negó Seth.
-¡Vamos, Seth, será divertido! -le animé.
-Ya estoy bastante ocupado con esto, no quiero más compromisos ahora.
-Ensayeremos después de clases para no juntar nuestras resposabilidades con el restaurante.
-He dicho que no.
-Perfecto, mañana iremos a mi casa para escoger la canción y practicaremos los acordes. Hasta mañana. -dicho esto, Gabriel salió del salón y dejó a Seth con la palabra en la boca.
-Mierda -soltó entre dientes.
Lo miré esperando a que fuera detrás de Gabriel o dijera algo más, pero se quedó donde mismo, con la cabeza sobre los brazos.
-Entonces, ¿aceptaste? -pregunté confundida después de un largo silencio.
-Creo que me perdí algo -confesó Louis.
-En ningún momento acepté -dijo Seth. -Me ha obligado.
-¿Por qué no vas y hablas con él? -ofreció Louis -Tuvo que ir primero al aula B3 para recoger sus cosas, aún lo alcanzas.
-Estoy demasiado cansado para eso. -¿Qué les dije? Perezoso con honores y diploma. -Mañana hablaré con él.
-Suerte con eso -objeté-.Gabriel siempre se sale con la suya.
-Gracias por el apoyo. Veré una manera de convencerlo.
El día siguiente, estuvimos más ocupados que el día anterior. Gabriel y yo comenzamos a construir el ambiente del País de las Maravillas junto con la mayoría de los alumnos de los B2 y B3. Louis no estuvo presente porque tuvo que ir a probar la comida que había elegido junto con otros alumnos. Seth ya había sometido a su grupo asignado a hacer los vestuarios y a cada rato pedían la presencia de uno para reafirmar medidas y darnos la información de nuestro traje. Incluso yo fui al salón de danza cuando una chica llamada Bonnie fue por mí y dejé a Gabriel a cargo del patio escolar.
Seth lucía el uniforme como el día anterior, pero esta vez tenía una cinta métrica alrededor del cuello y sostenía una tabla de madera de apoyo para anotaciones. Tanto chicas como chicos medían a una docena de personas más presentes. Seth gritaba órdenes y asistía a cada uno para anotar las medidas de cada persona. Se veía realmente ocupado. Me vio entrar y sonrió de medio lado.
-Señorita Guindo -me saludó.
-McFare -le sonreí. -¿De qué será mi disfraz?
Seth le pasó la tabla y la pluma a Bonnie, la chica chaparrita, y se deshenredó la cinta métrica del cuello.
-Sube los brazos a la altura de los hombros -me ordenó, pero fue él quien me los subió. Se paró detrás de mí y sentí la cinta a lo largo de los brazos, después sus tibios dedos en mi cuello, lo ancho del torso. Le dio unas cifras a Bonnie, pero yo no escuché, estaba extrañamente abrumada por la delicadeza con la que me tocaba para acerme las medidas. Me costó pensar y respirar cuando sentí su aliento en mi cuello mientras me tomaba las medidas de la cintura y le daba otra cifra a Bonnie.
-Seth, ¿de qué es mi disfraz? -le repetí como pude.
-De conejo -susurró.
-¿De qué? -me aparté de él para verlo a la cara. Una pampanante sonrisa le cubría la cara.
-Conejo. Ya sabes, el lindo animalito...
-¡Sé lo que es un conejo! ¿Qué clase de conejo?
-Uno normal.
-No me refiero a eso. -me ruboricé. ¿Me obligarían a usar orejas, brasier con esponjado blanco y un pantalón más corto de lo que me gustaría con un rabito por detrás? ¿Quién había revisado su formulario? ¡Exigía saber quién había aprovado algo así! -Eres un pervertido.
-¿Disculpa? -me miró fingiendo indignación mientras Bonnie le volvía a pasar la tabla y la pluma y ella me medía los pies y las piernas.
-Me escuchaste bien.
Como toda respuesta, Seth elevó una ceja. Después, su rostro se tornó serio.
-Necesito que me hagas un favor, Jenna -susurró casi en mi oído.
-Ahora necesitas un favor -le respondí molesta.
-Ya he hablado con Gabriel, y no parece querer razonar. Cambia conmigo y participa en el concurso.
-Seth, eso no es correcto -repliqué. Bonnie terminó de medirme y se alejó hacia otra persona. Le agradecí con un grito y ella me respondió con un 'de nada' apenas audible desde allá. -Además -me dirigí a él -, ¿quién fue el que dijo que no corría de sus problemas?
Seth suspiró con ganas y supe lo que pasaba.
-No me digas que tienes pánico escénico -le pedí. Tardó en contestar, había desviado la mirada y evitaba la mía.
-No es eso.
-¿Te da vergüenza cantar?
-No.
-¿Entonces?
-¡No quiero más compromisos ahora! Tengo suficiente con encargarme de hacerte un disfraz de conejita.
Seth no tuvo otra opción más que asistir a la casa de Gabriel después de clases. Jamie llegó conmigo ese día más calmado que de costumbre. Él se estaba encargando de la comida en el asignado grupo de Louis y ya estaban preparando en las casas la comida que se serviría en el restaurante. Muchos adornos a estaban casi listos, el nombre del restaurante no lo estaba aún, se colgaría en un árbol muy grande que había crecido en el patio, esa sería la entrada de nuestro restaurante.
-¿Qué tal, Jamie? ¡Mario, la letra mayúscula es pintada con amarillo! -grité. -Lo siento - le dije a Jamie -, está todo muy estresante. ¿Está todo bien? -le pregunté cuando vi que estaba más serio que el Jamie que yo conocía. Negó con la cabeza lentamente, ausente.
-No todo. Louis no está bien -eso fue todo lo que necesité oír para bajar de mi puesto de mandona líder a amiga comprensiva.
-¿Qué pasa con Louis?
-Ayer estuve hablando con él. Me dijo todo eso que me dijiste el otro día en tu casa. Se veía realmente herido, ¿sabes? Nunca lo vi tan mal.
-También lo he visto mal. ¿Qué le has dicho?
-Que todo estaría bien.
-¿Sólo eso?
-Sí. No hay otra cosa que pueda hacer. No se supera a alguien así en tan poco tiempo, pero Louis estuvo a punto de derrumbarse.
-¿Te refieres a llorar?- pregunté. Asintió con los ojos cerrados y se sentó en una jardinera. ¿Sabe que tú...?
-No, no le he dicho nada de eso, haré que se sienta peor.
Asentí mostrando que estaba de acuerdo y le sonreí para animarlo. Después le di un golpe en el hombro y le dije que me ayudara a colgar las mariposas hechas de cartón (que habían quedado muy bonitas) por todos los árboles del patio.
Y así se fue le semana, todos estábamos ocupados, más de lo que nos gustaría. Yo casi me quedo afónica de tanto gritar y dar órdenes, en especial el miércoles y jueves, el último día que teníamos para preparar todo. Por más que le había pedido a Seth que me dijera en qué consistía mi disfraz, se limitaba a sonreír y cambiar el tema. Incluso fui a preguntarle a Bonnie, pero la pobre estaba tan ocupada de un lugar para otro ayudando con las imperfecciones de los trajes, que mejor la dejé en paz. También le pregunté a Gabriel pero éste me ignoraba mientras checaba junto con Seth los atuendos de todos los alumnos que estaríamos asistiendo al restaurante. Tendría que esperarme hasta el gran día, no tenía de otra.
Para el jueves, el patio estaba lleno de mesas y sillas, los manteles guardados y listos para ser utilizados junto con la vajilla planeada para el tema. Había incluso sillas volteadas, que eran parte de la decoración. Relojes abuelo apoyados en los árboles, habíamos colgado ratoncitos de mentira entre las hojas, pan de plástico, frutas de plástico como centros de mesa, ya que ahí sólo serviríamos postres y bebidas, era como una burla hacia la comida sana. Había telones de diferentes tamaños, formas y colores por todo el patio, los troncos de los árboles sostenían flechas que señalaban hacia todas partes y todas decían lo mismo: Walton en el País de las Maravillas.
Esa misma noche, Louis nos llevó a Seth, Gabriel y a mí a la casa de una chica llamada Sara, cuya madre era repostera y ahí se había preparado toda la comida. Ya estaba toda lista en sus selectivos recipientes para el próximo día.
Ya estaba todo listo para el viernes, inclusive todos los participantes en el concurso. Me pregunté qué tal le había ido a Seth con eso, la canción que cantarían, la voz de McFare. Me preocupé por el estado emocional de Louis, en el festival no tendría tiempo para pensar en eso, lo relajaría y despejaría por un rato. Las cosas entre Jamie y Louis parecieron cambiar esa semana, el jueves los miré un poco distintos a los dos, ahora Jamie también se veía decaído. Me pregunté, sin poder evitarlo, en mi disfraz de conejita y qué haría para evitar ponerme algo tan vergonzoso y provocativo.
Al día siguiente, comenzó el tan esperado y un poco indeseado para mí, el gran Festival de Primavera.
***
¿Me extrañaron? Yo sé que sí e_e
Para empezar, perdón por no haber subido el viernes, se me presentaron muchas cosas y casi no estuve en casa.
Tenía planeado hacer este capitulo mucho más largo, iba a estar todo hasta que terminara el concurso, pero me estoy dando de zopes contra el teclado xD
Mañana comienzo con los malditos exámenes parciales, así que no podré dedicar tanto tiempo a escribir, y gracias a tod@s por sus comentarios que me animan siempre a seguir escribiendo.
Aquí les dejo un dibujito que, en cuanto lo vi pensé en Jenna. Sólo que Jenna tiene los ojos grises.
Gracias por leer. Besos y pandas<3
SirumYem