El gran día había llegado y ellos honestamente no estaban listos.
¿Como lo estarían sí después de todo ellos habían tenido a Jian por casi dos años con vacaciones de una semana donde los padres de Renjun y ahora tendrían que renunciar al pequeño así como si nada?
Jeno, quien había conocido al menor con tres años pensando que era su hijo se sentía triste, se había encariñado muchísimo con el pequeño y cuando Renjun y el decidieron arreglar las cosas y darse una nueva oportunidad su frecuencia en el departamento del Chino fue tanta que no pudo evitar amar al pequeño de abultadas mejillas. Entonces luego estaba Renjun el cual prácticamente lo había criado, estaba totalmente destrozado.
La hermana mayor de Renjun ya estaba bien. Habia estado casi un año completo en un hospital psiquiátrico por una gran depresión, pero ya estaba sana y unos tres meses después de adaptarse al mundo ya podía tener nuevamente a su hijo. Renjun sabía que era el momento y aunque se alegraba por la mayor no dejaba de doler tener que renunciar a su bebé.
Si, era suyo, más que de ella. Incluso le había robado el nombre que le pondría a su hijo así que por la ley de su propio mundo Jian era su hijo.
-¿Entonces... Ella vendrá a buscarlo?
Jeno se acercó delicadamente al mayor y pregunto, el honestamente le atribuía el que estuviera de tan mal humor y cansado a que estuviera sobre pensando acerca de su nueva vida sin Jian.
Renjun suspiró mirando hacia la televisión que pasaba una serie, la cual Jeno estaba seguro Renjun no estaba prestando atención, la pausó y como supuso Renjun continuó mirando hacia la pantalla sin interés.
-Si.-susurró.-Su avión aterriza a las una.
-¿Por qué no sólo lo llevamos allá?-se encogió de hombros.-Así hubieras visto a tus padres.
Renjun pestañeó una vez y lo miro.
-Ella quiere venir a retirar sus papeles de la escuela, ya sabes, ser toda responsable.-rodó los ojos y se cruzó de brazos.-Me da dolor de cabeza solo pensarlo.
-Estarás bien, ya verás.-susurró abrazándolo.
-Si, en cuanto tenga una pastilla.-se puso de pie apartándose del menor que terminó cayendo en el sofá de repente.-De verdad me duele la cabeza.
Jeno bufo viendo cómo su novio caminaba hacia su habitación, probablemente para buscar algo que aliviara su dolor. Renjun había aceptado que se mudara con ellos hacia unos cinco meses atrás y las cosas no podían ir mejor, incluso si Jian no era su hijo el cariño que le tenía al menor lo hacía sentir como una verdadera familia. Entendía que fuera difícil para Renjun.
Un rato después de estar haciendo prácticamente nada Renjun salió de la habitación llorando. Jeno se asustó y de inmediato se puso de pie corriendo hacia el mayor.
-Junnie...
-Tenemos que ir a buscar a Jian.
Jeno sostuvo sus hombros con suavidad y lo hizo mirarlo a los ojos.
-¿Qué pasó? ¿Sucedió algo?
El mayor asintió y luego negó.
-Vamos a llegar tarde a buscarlo, ¿No puedes entender?-seco sus lágrimas alejándose del más alto.
-Aún no son las una. Pero podemos ir por él si estás bien con eso, ¿Si?
Jeno frunció el ceño extrañado cuando Renjun asintió y lo abrazó, pero terminó cediendo y correspondiendo al abrazo de su novio. Luego del extraño pero—para que mentir—satisfactorio momento, fueron por Jian. El menor corrió rápidamente hacia ellos en cuanto los vio, Jeno estaba sonriendo pero frunció el ceño al escuchar cómo Renjun sollozaba.
-¡Jian!
-¡Papi!-El menor llegó y lo abrazó con fuerza aún sonriendo.-¿Mi mami llegó?
El Chino hizo un puchero y negó. Luego sonrió con entusiasmo.
-Aún no, ¿De verdad te quieres ir?
-Si, mami me extraña y ella dijo que esta sola y que tu tienes al tío Jeno.
Renjun llevó sus manos a su rostro y se apartó del menor casi de manera brusca mientras se alejaba de ellos.
-Renjun.-reclamó Jeno pero no fue escuchado, de inmediato le sonrió al menor para que no se sintiera mal por la reacción de su tío.-¿Estas bien, Jian? ¿Contento?
-Si.-asintió y luego miro hacia Renjun.-¿Papi está triste?
Acaricio el cabello del menor y negó.
-No, el va a estar bien, te lo prometo.
Jian lució satisfecho y cuando estuvieron a punto de ir a buscar a Renjun para irse una alta chica vestida con un traje violeta y una hermosa sonrisa camino hacia ellos, Jian soltó un jadeo al instante y corrió hacia ella con entusiasmo para abrazarla.
Fue una linda escena, debía admitirlo.
Ella en realidad se había esforzado mucho por mejorar y ser una mejor persona para sí misma y para su hijo. Su matrimonio no había terminado bien, lamentablemente, y en vez de apoyó sus esposo le había dado la espalda, pero ahora estaba mejor, lista para cuidar a su hijo y darle todo el amor que tenía por dar. Sin embargo no dejaba de ser difícil y doloroso para Renjun quien por dos largos años casi tres había tenido al menor junto a él, siendo literalmente un padre para el.
Jeno le sonrió a Mei y la chica correspondió con pequeñas lágrimas en sus ojos, de inmediato fue por su novio el cual estaba en la puerta de la escuela mirando la escena fijamente.
-¿Estoy siendo inmaduro?
Jeno negó de inmediato.
-No. Es normal que reacciones así.
-¿Tu crees?-llevo su mano a su cuello con una mueca.-La psicóloga de la escuela dijo que tengo fatiga, que se nota a kilómetros.
Jeno pasó su brazo por su hombro y luego de darle una última mirada a Jian y a Mei comenzó a caminar junto a su novio.
-Quizás, pero ya pasará.
-Mm.-asintió con un puchero.-Tienes razón. Ahora tengo hambre, y también quiero hacer pipí.
-Quieres hacer muchas cosas.-soltó una risa mientras caminaban al estacionamiento.-Vamos al restaurante que te gusta, el de sushi, ¿Quieres?
Renjun asintió y luego de llegar al auto Jeno condujo al restaurante favorito de su novio. El Chino adoraba el sushi, siempre comían eso cuando celebraban cualquier cosa; como que Jian hiciera un dibujo de ellos tres cuando el mandato era : "Dibuja a tu familia." Eran lindos recuerdos.
Cuando llegaron no habían muchas personas y fueron atendidos al instante. Sin embargo algo fue diferente a las otra veces, aparte de que Jian no estaba en la mesa era la evidente mueca de asco de Renjun.
-¿Qué sucede?
Renjun abrió la boca y dejó caer el pescado que se había llevado a ella con una mueca, Jeno frunció el ceño disgustado con la escena.
-Sabe horrible.-susurró cerrando los ojos mientras se estremecía.
-¿Qué?-frunció su nariz.-No, está bien, sabe igual que siempre.
-Sabe a podrido, Jeno.
El pelinegro miro lo que habían ordenado, era lo de siempre para Renjun: Sushi frito de kanikama, zanahoria y queso crema coronado con huevos de pescado, el literalmente adoraba aquel plato, no lo entendía.
-Es lo que siempre ordenas.
-Voy a vomitar.-soltó poniéndose de pie para prácticamente correr hacia el baño.
Jeno fue detrás de él y luego de asegurarse de que estaba bien dejó que arreglaran todo para llevar y llevó a su novio a casa.
-Me voy a morir.
-No moriras.-susurró cerrando la puerta detrás suyo.-¿Quieres ducharte?
Renjun hizo una mueca mientras lloriqueaba y asintió ahora caminando hacia el baño.
Lo extraño—aparte de casi todo el día—había sido que Renjun decidió no ir a despedir a Jian al aeropuerto, lo llamo y le dijo que lo vería luego, ni siquiera hablo con su hermana y cayó rendido. Hasta ronco, y el estaba seguro de que Renjun no hacía eso hacía unas semanas atrás pero, la gente cambia y él lo amaba así que lo aceptaba.
Otra cosa fue que al despertarse en la madrugada para tomar agua encontró los paquetes para llevar fuera de la nevera, justo en la encimera. Renjun parecía haberse dado un banquete.
Estaba preocupado, ¿Y si su novio se estaba volviendo loco? Tenía otra teoría más realista pero no sabía si decírsela al mayor, ¿Y se enojaba?
Sin embargo en la mañana del sábado tuvo suficiente cuando apenas eran las nueve y Renjun había ido al baño tres veces en la media hora que llevaban despiertos.
-Tengo sueño.
-Duerme.-arregló sus lentes y miro al mayor.-Es sábado de todos modos.
-Pero tengo hambre.-se quejó.
-¿Quieres que te compre algo?
-No.
-¿Por qué?
-Porque voy a vomitarlo.-se quejó.
-¿Como estás seguro?
Renjun bufo y lo miro.
-Jeno, si me muevo solo un poquito estoy seguro de que te voy a vomitar todo encima.
El mencionado miro a su novio por varios segundos antes suspirar y apoyar sus codos en la mesa, Renjun ni siquiera se había tomado su té de jazmín y había hecho una mueca ante el café de Jeno, Renjun no tomaba café, no porque no le gustaba sino porque no podía, pero jamás había repudiado su amado café, de hecho solía apreciar el olor porque era lo único que podía hacer.
-Renjun.
-¿Mm?-contestó con los ojos cerrados.
-Dime algo.
-¿Qué cosa?
-¿Haz considerado la idea de...?-suspiró esperando no molestar al mayor.-De que estás, no se, embarazado.
Eso lo hizo abrir los ojos de inmediato.
-¿De que estás hablando?-frunció el ceño.-Claro que no.
-Pero estás extraño...
-¿Y? No puedo ser perfecto siempre, Jeno.-respondió con voz quebrada.
-¿Ves?-lo señaló.-A eso me refiero, no hablo de perfección, estás actuando como... Loco, dime, ¿Por qué lloras?
Renjun hizo un puchero y se incorporó.
-¡Porque eres malo conmigo!
-No lo soy.-negó.-Creo que estás...
-¿Me estás diciendo que no me cuido bien? ¿Estás diciendo que soy inútil? Puedo cuidarme Jeno, puedo hacerlo muy bien.
Jeno no sabía que había hecho mal pero más fácil era preguntarse qué había hecho bien, que se resumía en prácticamente nada.
-Yo no quise decir eso, bebé.-hizo una mueca.-Pero, ¿Me harías un favor? ¿Te harías una prueba? Por favor.
Renjun miro más allá del menor y luego de pensarlo por casi un minuto asintió.
-Esta bien.
Si era positivo Jeno no sabía si podría manejar la situación.
(...)
Si era positivo.
Era obvio.
De hecho fue mucho más fácil que lo que presentaban en las películas. Renjun la había hecho, la dejaron en su mesa de noche y quince minutos después ya tenían una carita feliz.
-Pero tome mis pastillas.-susurró mordiendo su labio inferior mientras miraba la prueba.-Me engañaron.
Jeno soltó una risita y lo abrazó.
-¿No estás feliz?
Renjun lo miro y sonrió.
-¿Un bebé con tu rostro? ¿Quien no estaría feliz, Jeno? Por favor.-correspondió el abrazo cerrando los ojos.-¿Estaremos bien?
-Por supuesto que si.-dejó un beso en su mejilla.-Los tres. Aveces cuatro cuando Jian nos venga a ver.
Renjun soltó una risita e hizo un puchero.
-Lo extraño.
-Volverá pronto, estará feliz.-Jeno se recostó en la cama y Renjun hizo lo mismo en su pecho.-Tendrá un hermanito.
Renjun rió suspirando.
-Te amo, gracias por nunca dejar de amarme.
Jeno apretó su abrazo.
-Jamás, es imposible hacerlo. Además gracias a ti por tampoco dejar de amarme y darme una oportunidad.-sonrió acariciando su cabello.-Ahora si, tendremos un bebé.
Renjun no pudo evitar reírse con fuerza mientras se acomodaba para mirarlo.
-Ahora si, tonto.
no me canso de los bebés del Noren. 💕