109. Dulce despedida (3)

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¿Qué acaba de pasar?

– ¡Alexis!

– Ya que vas a mudarte – suelta mi barbilla, se aleja y acomoda la silla para que me siente – pedí que trajeran algunos de los platillos que son más comunes en Tiara, te lo advierto, la comida es un poco ácida y muy condimentada, no es para cualquier estómago, así que elegí los que me parecieron apropiados.

¡De verdad!, ¡no vamos a hablar sobre lo que hiciste!

– El primer plato siempre será crema del vegetal de temporada, no importa lo que pidas, te traerán un plato de crema como entrada y trozos de pan en un plato muy pequeño para no arruinar tu apetito.

De acuerdo, hagamos de cuenta que no pasó.

Pruebo un poco.

– Es un poco simple.

– Para eso es el pan de ajo – empuja el plato en mi dirección.

Ah, sabe bien.

– El plato fuerte por lo general es carne o mariscos, los más comunes son pato, cisne y liebre, o cangrejos, langosta y pescado, este es pato en salsa de limón – acerca un plato pequeño.

Es..., demasiado ácido. Necesito un pañuelo.

– Es a lo que me refería, el de piña es mejor.

¿Todos son ácidos?

¡Ah!, es..., es increíblemente dulce.

– ¿No te gustó?

– Al contrario, me sorprendí porque no esperaba que la carne fuera dulce.

Él asiente.

– ¿No comerás?

A diferencia de mí, toma un tercer plato que no llegué a probar, quisiera hacerlo y tal vez me arrepienta, pero el que tengo sabe muy bien, será en la siguiente ocasión.

El té sabe simple en comparación, lo terminé muy rápido

– Cierto, si vas a un restaurante, mientras preparan la comida ponen platos con semillas y frituras saladas, estas debería gustarte, son nueces crudas.

De nuevo él toma un plato diferente, cacahuates con mucha sal espolvoreada, toma uno, lo lanza al aire y lo atrapa con la boca.

– ¿Está permitido hacer eso?

– No importa si está permitido – habla con la boca llena – de todas formas, lo haré – se encoge de hombros.

¡Eso me quedó muy claro!

Pruebo una nuez, su sabor es dulce, debe ser por eso que la eligió para mi.

– Aguarda, lo olvidé, esto es muy importante porque es un platillo famoso en Tiara, se llaman ¡dedos de novia!, básicamente son embutidos, no preguntes qué contiene, será más fácil comerlo si no lo sabes, los llaman así por la forma que tienen y la tradición de hacer un corte en el dedo durante la boda, si me lo preguntas es tonto darle un cuchillo al novio, si él lo quisiera podría tomarlo y enterrarlo...

– En la garganta de la novia – completo.

Su expresión es de sorpresa – ocultas bastante bien tu lado salvaje.

No, de ninguna manera – alguien me contó esa broma cuando era niña – tomo un tenedor para probarlo – fui a una tienda, mi maestra me prometió que podría comprar una muñeca y había una mano de madera para colocar anillos, el dedo índice tenía un corte, pensé en cómo sería mi boda, debí decirlo en voz alta porque detrás de mí...

– Mi turno – sujeta mi mano para tomar el siguiente platillo – el postre es al estilo de Undra, ¡Delicia de Ambrosía!, después de la comida lo probaré por ti.

– Yo comí salsa de limón ácida para conocer la cocina de tu país y tú vas a comer un pastel.

– Siempre estoy dispuesto a sacrificarme por ti.

¡Sacrificio!, ¿de verdad?

– Estás sonriendo mucho, ¿fue algo que hice?

– Come o te haré explicarme porqué me besaste – sí, no lo he olvidado y estoy muy molesta, me quedaré con el pudín y no te daré ni un poco.

*****

La hora en que la reunión terminaba había llegado y el tiempo entre ese punto y la casa en la que Marjory se estaba quedando era muy corto.

– Decidí que te perdonaré solo si vuelves – su expresión era muy decidida.

– Serán pocos días, no notarás que me fui.

Al despedirla dio la vuelta y golpeó su frente contra el carruaje.

– ¿No salió como esperaba?

– No exactamente.

El beso era lo último, la despedía, la besaba y aplicaba una graciosa huida para que ella no pudiera reaccionar, golpearlo, gritarle o sentirse feliz, las posibilidades eran muy variadas y no se sentía confiado.

Para cuando volviera habrían pasado tantos días que ya no importaría, era el plan perfecto siempre que lo ejecutara como el último paso.

¡El último!

¡No el primero!

Ni siquiera pudo recordar el orden correcto de los platillos. Se golpeó la frente una vez más contra la pared.

La petición de la mujer malvadaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin