22. Agua bendita (2)

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Necesito calmarme, son ochenta botellas de agua bendita, el cuerpo humano no puede procesar demasiada energía, dejando emergencias y situaciones extremas de lado, la iglesia recomienda un vaso especial que se compra en las capillas y contiene la medida exacta, una botella es capaz de llenar cuatro vasos.

Sin ser tacaña, un vaso es la medida para un mes, una persona promedio podría consumir tres botellas al año, sí reservo veinte para emergencias todavía tendré treinta años de completa salud y vitalidad.

¡Así debe sentirse ser rica!

– ¿Y bien?

– Acepto.

De vuelta en el salón donde estábamos, escribo todo lo necesario, ella le da la hoja al guardia de aspecto rudo que se retira dejándonos solas de nuevo.

– Leticia, prepara una habitación para la señora Sheridan y envía un mensaje a esa mujer para informarle que su nuera se quedará a dormir en mi mansión.

– Como ordene, mi señora.

La mansión de la Marquesa es un poco atemorizante, cuando visitamos la bodega me habría gustado mirarla más detenidamente, pero estaba tan asustada que me concentré en el suelo y lo único que pude ver fue la falda de mi vestido.

– Mencionaste que tu estamina es importante, ¿basta con el agua bendita?

Niego con la cabeza – necesito comer y dormir – ahora que lo pienso, esta es mi oportunidad – y darme un baño.

– No será problema.

Tiene que ser un sueño.

El techo de la mansión Van Tassel es tan alto que mi cuello se tuerce cuando quiero mirar la pintura de castillos, caballos y, ¿qué es exactamente eso?, ¡oh!, hombres empalados y sangre escurriendo.

– Es, una gran pintura – sí agudizo la mirada puedo ver las vísceras de los cuerpos en el suelo o los cuervos peleándose por los globos oculares que arrancaron de los cadáveres – muy detallista – la sangre se ve muy oscura, supongo que será diferente si la veo de día y el castillo tiene dibujadas todas las ventanas, en lugar de ser solo líneas, se ve que se tomaron mucho tiempo para hacerlas perfectas, hasta el crin de los caballos que se agita con el viento o las patas siendo cortadas de tajo por una espada – muy realista.

No debí mirar hacia arriba.

Escucho una delgada risa, la Marquesa Morgana luce como una mujer dura y al mismo tiempo tranquila, pero cualquier mujer que haya enfrentado un aborto tras otro debe ser fuerte o no se mantendría luchando.

– Debes pensar que soy extraña.

– No pensaba eso.

– No me interrumpas.

– Lo siento mucho – bajo la cabeza de prisa, curiosamente, ella sonríe.

– Cualquier otra mujer en mi condición ya se habría rendido y optado por la adopción.

De acuerdo, tal vez sí pensé un poco en eso.

– Todos piensan que soy una mujer tiránica que dejará a sus seguidores caer en la desesperación por el capricho de convertirse en madre – suspiró – adoptar a un hijo, educarlo y criarlo para que siga mis pasos, todos los que me han visitado lo mencionan como si fuera igual a levantar un gato de la calle, ¿qué importa que no lleve tu sangre?, ¡lo amarás igual!, ¡debes darte la oportunidad!

Sonríe sutilmente.

– Llevo años escuchándolos y no me he rendido, ¿sabes por qué?

Niego con la cabeza.

La petición de la mujer malvadaWhere stories live. Discover now