121. Banquete (1)

3.3K 422 132
                                    

Alexis dijo que me visitaría tan pronto como pudiera, pero ya es pasado el mediodía.

Si sigue molesto, ¿no vendrá?

El día está nublado y hace frío, mis dedos dibujan líneas sobre el cristal de la ventana, alguien debería limpiar un poco, lo haré después.

Entre las carretas que pasan de un extremo al otro de la calle distingo un abrigo blanco y..., ¡Alexis!

Corro a abrir la puerta.

Alexis, Lamus y Sir Quiral entran cargando varias cajas.

– ¿Esto es?

– Tu ropa para el banquete.

– Pero, ya tengo ropa, el vestido que me regalaste el otro día debería estar bien – sería un desperdicio usarlo solo una vez.

Niega con la cabeza – no es apropiado, el banquete de esta noche será informal – abre la primera caja mostrándome un vestido rojo de mangas largas y entiendo la parte informal, no tiene pedrería, el estilo es sencillo con pocos bordados, pero sigue siendo muy hermoso.

– ¿Te gusta?

Es muy lindo – significa, ya no estás molesto.

Su mirada baja y alborota mi cabello cuando su frente toca la mía – ayer estaba irritado porque tenía un problema que no sabía cómo resolver, no quería asustarte, ¿me perdonas?

No estaba asustada, pero – te perdono.

¿Qué tontería acabo de decir?, no hay algo que perdonar, él tiene derecho a estar irritado y yo no debería enojarme, tengo que decirle que está bien y que yo no...

– Tomé en cuenta las botas.

¿Botas?, quiero decir – ya tengo suficientes.

Botas rojas, ¡por la diosa!, son botas rojas y muy brillantes con suela y agujetas negras, y tienen forro.

– ¿Debería llevármelas?

¡No te atrevas!

– Ya que las trajiste hasta aquí, sería un desperdicio.

Me sonríe.

Acabo de descubrir algo, jamás se tienen suficientes botas.

No lo entiendo, jamás me gustaron los vestidos o recibir obsequios, en tanto pudiera vestirme cualquier cosa me da igual.

O quizá.

Es posible, que muy en el fondo deseara uno de sus vestidos.

Sin previo aviso Alexis me abraza desde la espalda colocando sus brazos sobre mi cintura y recarga la cabeza junto a mi mejilla – si no te gusta puedes decirlo, no importa qué tan lindo sea, sí no te sientes cómoda no vale la pena.

Intento tapar el sol con un dedo – me gusta mucho – levanto el vestido para mirarlo más detenidamente y noto el escote justo en la parte central donde hay un espacio vacío, otros vestidos tienen adornos o moños justo en la parte media.

– Me dijeron que tienes un broche con forma de araña con rubíes.

Mis dedos se deslizan por la tela, no hay rastros de que hubo algún adorno que fuera arrancado, este vestido fue pensado de esa forma, hecho a la medida, para mí – todos estos regalos, ¿por qué lo haces?, ¿esto es, por mí?

– De ninguna manera, son para mí, soy el que irá a tu lado y quiero presumir.

Alexis.

Recibo un pequeño toque en la nariz – ¿lo usarás?

La petición de la mujer malvadaWhere stories live. Discover now