-Así que tu eres la chica de la que hablan en todas sus canciones... me alegro de conocerte por fin, he oído hablar - y cantar - mucho de ti. -Comentó al conocerme haciendo que lanzase una mirada a Oliver el cual se encogió de hombros.

-Creo que gracias a todas esas canciones, todo el mundo está enamorado de Jane aun cuando si ni siquiera la conocen. -Admitió Danna haciéndonos a todos reír con su comentario.

Leslie era una chica preciosa de pelo rojo y ojos azules los cuales siempre llevaba pintados de negro; era tan alta que nos sacaba como mínimo una cabeza a todos. Las cosas entre Danna y ella fueron buenas durante un principio pero al final, no pudo adaptarse al ritmo de vida de esta primera.

-No me acostumbro a verlos en ese escenario. -Murmuré más para mi misma pero como ella se encontraba a mi lado me oyó.

-Impone verlos allí arriba, ¿verdad? -Asentí sin apartar mis ojos de ellos. -¿Alguna vez pensaste realmente que iban a conseguir todo esto?

-Creo que si... quiero decir, sabía que era algo difícil, casi imposible, pero... no se, es como que todo esto ha pasado y a mi no me sorprende para nada, como si desde un prime momento hubiese sabido que era algo que iba a suceder.

Mi mirada se cruzó con la de Oliver y este me regaló una de sus sonrisas, esas que seguían dejándome sin aliento, esas que sabía que nunca llegaría a superar.

-Tiene que ser duro estar tanto tiempo separados. En mi caso, puedo acompañarlos cuando quiera ya que estudio a distancia y aun así se me hace muy difícil porque no puedo estar con ella siempre que quiero...

-Yo tengo que trabajar. -Expliqué. -Y aun así, aunque no lo tuviera, tampoco me vería a mi misma siguiéndolos a cualquier lugar... también tendría que vivir mi propia vida. -Nunca había pensado realmente en ello pero cuando lo dije, me di cuenta de que realmente era así, de que no podría conformarme con ser simplemente la chica que le sigue a todos lados. Yo quería buscarme mi propia vida, aunque tuviera que servir cafés durante el resto de mis años.

-La forma en la que Oliver te mira... no se, creo que nunca antes había visto ese tipo de mirada. Tienes suerte.- Confesó y a pesar de sus palabras, no pude evitar sentir un ligero dolor en el estomago por estas.

No era la primera vez que los había visto tocar después de su salto a la fama pero aun así no conseguía acostumbrarme a todo ese furor que levantaban. Era raro verlos en concierto con tanta gente alrededor; estaba acostumbrada a aquellos tiempos en los que su publico se reducía a un pequeño número de personas por lo que la diferencia era bastante notable. La gente a mi alrededor se volvió loca; cantaban las canciones hasta quedarse sin voz, gritaban, saltaban y lo daban todo la igual que los chicos en el escenario. Y a pesar de los empujones, codazos y esa sensación de agobio al estar rodeada de tantos cuerpos, disfruté como nunca.

Nada más comenzar el espectáculo, Oliver se había parado en mitad del escenario, había acercado el micrófono a sus labios y había dado un pequeño repaso a la multitud, como si esperase encontrarme allí; sabía que yo estaría entre uno de esos tantos rostros pero le era imposible diferenciarlo. El siempre parecía estar buscando mi mirada, en cualquier lugar.

-Muchas gracias a todos y todas por venir. Hoy es una noche muy especial para mi; hoy esta presente una de las personas más importantes de mi vida, la persona que ha estado a mi lado en este camino y la cual ha sido mi inspiración todo este tiempo. Gracias a ella puedo cantar estas canciones pues sin ella, ni si quiera habrían existido.

Espero que disfrutes del concierto, cariño... sabes lo mucho que te quiero. Por favor, un fuerte aplauso para Jane.

Y el teatro pareció estar a punto de caerse por los aplausos a pesar de que ninguna de esas personas sabía quien era; ninguna de las chicas o chicos que estaban a mi lado sabían que era a mi a quien estaban aplaudiendo, que era yo la chica de las canciones, la chica que en ese momento sentía como su corazón estaba a punto de salir de su pecho.

Seremos eternos.Where stories live. Discover now