Capítulo 17

17K 122 22
                                    

PARTE 2: CUANDO SE MANTUVO A MI LADO. 

-Así que eres escritora... -Comentó Oliver haciendo que me sonrojase un poco. Sin embargo, no había ningún tipo de sorna o burla en su tono sino todo lo contrario; cierta curiosidad, interés y fascinación.

-No lo soy. -Le respondí, negándome en ese entonces a que se me considerara de esa forma. Sabía que aun me quedaba demasiado para ello y temía que quizás nunca llegase a conseguirlo.

-Pero escribes, ¿no?

-Bueno, si. Lo hago. -El sonrió y se encogió de hombros.

-Entonces, eres escritora.

Y sabía que no iba a aceptar ningún tipo de debate.

-Pues esta escritora, como tu dices, está deseando ir a un nuevo concierto. Dime, ¿cuándo volvéis a tocar?

Oliver me miró durante unos segundos, enarcando una ceja.

-No creas que no se que estás haciendo todo esto para cambiar de tema. -Me acusó, pillando por completo mis intenciones. Decidí ignorarle .-Pero tenemos uno nuevo dentro de dos viernes. Va a ser en un sitio más grande que el anterior.

El orgullo que sentía se vio reflejado en su voz.

-No puedo esperar.

-Tocaré una nueva canción. -Me comentó, elevando mi curiosidad. -La he estado escribiendo en estas últimas semanas, creo que ya está lista para enseñarla.

-Seguro que es fantástica. -Y no me cabía ninguna duda de ello. De hecho, ya podía ser la canción más horrorosa del mundo que si esa era cantada por el, me seguiría pareciendo lo más maravilloso que mis oídos pudiesen haber escuchado.

-Sabes, estoy deseando que la escuches. -Mi corazón latió mucho más rápido después de ello; creo que esa velocidad que este adquiría era algo que tan solo el podía lograr, y solo le hacían falta unas cuantas palabras para ello. -Y ahora dime tu, ¿cuando vas a dejar que lea algo tuyo?

Pude notar como su mirada se iluminaba un poco ante esa pregunta y eso me aterró.

-Mmm... ¿nunca? -Respondí, con una inocente sonrisa.

No le dio tiempo a responder pues Olly por fin hizo su acto de presencia y se sentó con nosotros, interrumpiéndonos. Danna como siempre, volvía a llegar tarde.

Había pasado una semana desde lo ocurrido con Santi y aunque en un principio no lo creí, resultó ser mucho más duro de lo que pensaba. No lo echaba de menos, al menos no echaba de menos los últimos meses que nuestra relación había sido, pero supongo que me había acostumbrado tanto a el; a sus mensajes, sus visitas y saber que al fin y al cabo tenía a alguien, que ahora que todo eso se había ido, me estaba costando hacerme a la idea. Y supongo que lo peor de todo era la forma en la que había acabado; el sentimiento de ser insuficiente y reemplazable había ido creciendo en mi al pasar los días y estaba siendo difícil de llevar. Por suerte, había tendido el apoyo no solo de Olly y Danna si no de Oliver que era el único que sabía realmente lo que había sucedido y que para hacerme el favor, no lo había sacado aun a relucir. Había estado haciendo como si eso no hubiese ocurrido, como si el no hubiera sido testigo de todo ello y yo se lo agradecía.

Lo cierto es que aquella fue una época de muchos cambios, algunos de los cuales apenas vi venir. Algunos fueron para mejor, otros tantos probablemente para peor, pero al fin y cabo, así eran los cambios, así era la vida; una etapa d
se cerraba y otra nueva se abría, trayéndote diferentes cosas con ellas. Terminé varías relaciones; a mi ruptura con Santi también se sumó la ruptura de ciertas amistades, algunas de las cuales resultó que no eran tan fuertes como había pensado. La que más me dolió fue la de Nora la cual al final, después de mucho pensarlo, acabó yéndose a Irlanda con su novio pues le echaba tanto de menos que supongo que no pudo aguantarlo. Es cierto que en los últimos meses nuestra relación no había sido la mejor, que habíamos estado algo distanciadas y que habíamos pasado a ser de cierto modo unas desconocidas pero aun así, me dolió su partida. Ambas lloramos en el aeropuerto y aunque nos prometimos estar en contacto, creo que las dos sabíamos que en realidad, ninguna íbamos a cumplirlo, que la distancia finalmente acabaría separándonos pues ya nos habíamos alejado aun cuando vivíamos a menos de un kilómetro la una de la otra. Y en realidad, estaba bien; había ciertas amistades que acababan, sin necesidad de que nada malo hubiese ocurrido sino que simplemente terminaban, dejando tan solo el bonito recuerdo.

Seremos eternos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora