Capítulo 24

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Dos semanas sin Oliver ahora, comparado con todas las que vinieron después, me parecen casi un milagro; solo catorce días, sabiendo que volvería, sabiendo que al hacerlo sería el mismo chico que era cuando se fue, que nada iba a cambiar entre nosotros. Pero en esos años, la idea de pasar dos semanas sin el se me hizo insoportable; los días pasaban lentos, cada hora procurábamos enviarnos aunque fuese un mensaje y cuando no estaba hablando con el, pensaba en el.Se hizo difícil pero mereció la pena tan solo por el reencuentro, por volver a tenerle conmigo después de haberle echado tanto de menos; era como si esos días de distancia, de no poder estar juntos hubiese hecho nuestros sentimientos más fuertes, mucho más grandes.

Lo malo es que a esas dos semanas se fueron sumando más días y cada vez eran más las actuaciones que les salían en la otra punta del país, en lugares demasiado alejados de casa. Pero podíamos soportarlo; eran viajes cortos, unos cuantos días con un billete de ida y otro de vuelta. Dos semanas había sido lo máximo que habían tenido que irse y habíamos podido superarlo.

Con su ausencia, había aprendido que el tiempo podía alargarse o acortarse según su presencia. Cuando el no estaba, los días eran dolorosamente lentos, haciendo que cada minuto fuera más eterno que el anterior. Y entonces, el tiempo pasaba demasiado rápido cuando el estaba conmigo y el momento de volver a irse llegaba mucho antes de lo que merecíamos.

Creo que no fui realmente consciente de lo grandes que se estaban haciendo hasta que un día, caminando con Oliver por la calle, por los mismos lugares que habíamos recorrido cientos de veces, una chica paró delante de nosotros, teniendo ojos solo para el.

-Perdona que te moleste pero, ¿eres Oliver Crowell, el del grupo?

Aun puedo recordar la sorpresa reflejada en su rostro cuando asintió con la cabeza. La joven me pidió que les hiciese una foto y Oliver seguía tan sorprendido que apenas pudo esbozar una decente sonrisa. Pero estaba feliz; porque lo estaba consiguiendo, porque por fin estaba comenzando a ver la cima que tanto había estado intentando alcanzar. Y a pesar de toda la felicidad que yo también sentía, un leve miedo se instaló dentro de mi y creo que muy en el fondo, comencé a comprender que las cosas ya no iban a ser como antes.

Incluso una tarde, cuando Martha y yo nos encontrábamos en la cafetería en uno de esos días en los que apenas había trabajo, me preguntó por ellos.

-He visto el último vídeo que han subido -comentó de pronto. -y vaya, son bastante buenos.

Una sonrisa de orgullo cruzó mi rostro al oír aquel comentario.

-¿Como has podido verlo? No sabía que tenías redes sociales. -Martha rodó los ojos.

-Chica, puede que sea una vieja a tu lado pero en mi casa hay Internet y también se como ver un vídeo en mi teléfono. -Gruñó, haciéndome reír.

-Tienes razón, lo siento. -Solté un pequeño suspiro. -Y si, son muy buenos. Son... los mejores. -Hubo cierta pesadez en esas últimas palabras, como un toque de melancolía y tristeza que no sabía muy bien de donde provenía.

-¿Te preocupa? -Preguntó entonces la mujer que pareció darse cuenta de mi cambio.

-¿El que?

-Todo ese reconocimiento. He visto sus reproducciones, he leído los comentarios que les ponen y me he dado cuenta de que cada vez aparece menos por aquí... La fama, chica. ¿Te preocupa?

Y mentiría si dijese que aquello no se me había pasado por la cabeza. Mentiría si dijera que no había estado minutos mirando como sus seguidores subían cada vez con más rapidez, como les dejaban numerosos comentarios que parecían multiplicarse por horas y como cada vez más, el teléfono de Oliver sonaba ofreciéndoles una nueva actuación. La idea de que todo eso fuese a más me hacía sentir feliz y orgullosa, pero aun seguía habiendo ese pequeño egoísmo e inseguridad dentro de mi que temía todo ello, que temía que yo no tuviese hueco en esa nueva vida que estaba a punto de comenzar para ellos. Y se lo conté a Martha porque en ese momento parecía ser la única persona con la que podía hablar de ello.

Seremos eternos.Where stories live. Discover now