Capítulo 29

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Siguió apoyado en la pared la media hora que duró la firma; sin apartar la vista de mi a pesar de que yo intenté no mirarle lo cual resultó imposible y cuando mis ojos se posaban en el, vi la sonrisa reflejada en su rostro; una sonrisa de orgullosa, una sonrisa que parecía decir ahí estás, lo conseguiste y yo sabía que lo harías.

Fue entonces cuando todo el mundo se fue, cuando solo quedábamos el y yo en la sala, cuando por fin se acercó y dio igual la de veces que me había jurado a mi misma que todo sería distinto entre el y yo, que mis sentimientos habían cambiado en ese tiempo separados, pues al verle allí parado delante de mi, no pude evitar levantarme de la silla y correr hacía sus brazos, aquellos que tanto había necesitado. El me recibió con los suyos abiertos, a pesar de haber ignorado sus mensajes y llamadas, a pesar de haberle alejado de mi vida, el aun así me abrazó con fuerza y así nos quedamos durante unos instantes. En ocasiones, parecía como si nuestros cuerpos hubieran sido diseñados para mantenerlos cerca el uno del otro pues cada vez que estos se juntaban, todo parecía ir mucho mejor, las cosas parecían sentirse tal y como debían de ser. Y eso era algo que nunca iba a cambiar, sin importar los años que pasaran, la distancia que pusiéramos.

-Estás aquí. -Murmuré contra su pecho, casi con miedo de levantar la cabeza y mirarle, temiendo que quizás aquello fuera un simple producto de mi imaginación, que al mirarle me encontraría con otro rostro desconocido, que el no podía ser Oliver.

Pero el estaba ahí, abrazándome, sonriéndome. Nos separamos pero aun así seguimos estando muy cerca el uno del otro.

-¿De verdad creías que iba a perderme la firma de mi escritora favorita? -Preguntó haciendo que mi corazón pegase un pequeño brinco al escuchar su voz. Había visto todas sus entrevistas tan solo para oírla, había escuchado sus canciones una y otra vez, había visto cientos de veces sus vídeos pero aun así, nada se comparaba con volver a escuchar su voz en directo, tan cerca de mi. -Entonces, ¿me lo firmas? -El alzó el ejemplar que aun seguía sujetando y me lo tendió.

-¡Si, claro! -Firmar aquel libro me costó mucho más que todos los anteriores. Apenas podía dejar de temblar mientras sujetaba con fuerza el bolígrafo.

-Lo he leído. Cuatro veces. Me ha encantado. -

Abrí el libro y por error, en vez de hacerlo por la página en blanco del principio, lo hice por la segunda, donde se encontraba la dedicatoria. Me quedé mirándola durante unos segundos.

Ad astra per áspera . Ambos estamos rozando las estrellas... ojalá lo hubiéramos hecho juntos.

Este libro es para ti, porque sin ti, no hubiera sido posible.

-Lo hubieras conseguido de todas formas, incluso aunque yo no hubiese estado. -Murmuró al darse cuenta de lo que estaba leyendo. Al alzar mi cabeza vi que me estaba mirando y no supe como reaccionar; no estaba preparada para ese momento, para volver a verle y un gran arrepentimiento me golpeó porque fui consciente del gran error que había cometido al alejarle, por haber intentado hacer todo lo posible por olvidar lo que sentía por el cuando era más que evidente de que era imposible hacerlo. Y es que, le quería, seguía queriéndole.

-¿Como te has enterado de que estaría aquí? Yo... yo no te lo dije. -Tuve que apartar la vista pues no creía poder soportar el leve dolor que se reflejó en su rostro.

-Olly me lo dijo. Al parecer, el si lo sabía. -Hubo algo de acidez en sus palabras, cierto reproche que en realidad no podía culpar y por eso me centré en firmar el libro que aun seguía delante de mi y así ahorrarme el decir nada.

Para Oliver. Te quiero.

Jane.

Y creo que esas dos palabras eran suficientes, que no hacía falta nada más. El me miró y noté como suspiró un poco; estaba dolido y aun así, no me había echado nada en cara aún.

Seremos eternos.Where stories live. Discover now