Era por su bebé que tomaban esa medida, no porque estaba en peligro alguno, trató de convencerse, pero mientras más tiempo pasaba dentro de ese pequeño cuarto, más ansioso se sentía. Cerró los ojos con fuerza y susurró un grupo de plegarias, mientras su corazón lloraba por desear tener a Taehyung a su lado y que le dijese que todo estaría bien, que nada malo ocurriría y besaría sus labios, transmitiendo la calma que siempre lo caracterizaba. 

 Las lágrimas se deslizaron por sus mejillas al escuchar pasos acercarse a la entrada, tragó duro y trató de respirar de manera silenciosa, labor imposible por los hipidos que sacudían su cuerpo.

Las pisadas se tornaron localizadas, como si esa persona supiese acerca del cuarto escondido, lo que lo espantó. ¿Qué si todos estaban muertos y ahora iban por él? Chanyeol ya le habría llamado, ya habría dicho su nombre para tranquilizarlo. El sujeto dejó de caminar y le escuchó suspirar.

—Jinnie, soy yo.



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—¿Él está bien? ¿Su embarazo?—Taehyung asintió con una sonrisa leve, que se convirtió en una carcajada al recordar a Seokjin quejarse de algo la última noche que habían pasado juntos.

—Sí, vive quejándose de que saldrá rodando en cualquier momento por lo grande que está.

—¿Está más grande que yo? B-Bueno, yo soy más bajo. Así que es normal, o...  no lo sé.

—Lo es, ¿Pero como no va a ser más grande si en lugar de comer por dos está comiendo por seis? No le digas que alguna vez dije eso, me pedirá el divorcio—río divertido—, y bueno, yo soy quién se roba los panes para dárselos, porque es su antojo más repetitivo, así que también soy culpable.

—¿Robas los panes de tu propia cosa?—cuestionó el otro doncel con el ceño fruncido y una sonrisa en los labios—. ¿Por qué?

—Hay una razón, por supuesto. Las muchachas que trabajan en mi casa realmente lo quieren mucho, así que lo cuidan demasiado y Jinnie siendo Jinnie, a veces se comportar como un niño pequeño, no come lo que debe por saciar sus antojos, soy el principal cómplice, así que mi nana y las demás muchachas siempre están regañandome por ayudarlo. —suspiró, haciendo un mohín—, pero, ¿Pueden culparme? Soy un hombre enamorado, débil ante sus encantos.

—Yoongi es así, solo que prefería llevarlos él, supongo que por lo del envenenamiento —explicó en voz dulce—, como terminaba sus labores muy tarde, tocaba la puerta para levantarme y decía en una voz exagerada algo como "entrega especial para Minnie", consentirá demasiado a este niño.

—Bueno, supongo que es porque no espera que herede el trono, lo que puede ser bueno o malo según como lo veas. Los niños deben ser niños, no deben preocuparse por cosas como el futuro o las expectativas de los adultos, porque de ser así perderán lo más bonito que es ser libre—concluyó, notando como la expresión del consorte se transformaba—. ¿Sucede algo?

Jimin se levantó, logrando que él lo imitara sin saber que hacer, ¿Le dolía algo? ¿Debía llamar a alguien? Jimin dio un paso y gimoteo, espantando al duque. Este lloriqueo algo inentendible y luego lo observó fijamente.

—Y-Ya viene...

—¡¿Ya viene?!—vociferó sorprendido—. Voy a romper un montón de reglas, pero no sé qué hacer-

Alzó al consorte en sus brazos, sacándole un gritito por la sorpresa y echó a correr con destino a la casona, gritando ya viene, ya viene como si fuera una especie de grito de guerra, por suerte los sirvientes de Namjoon parecieron notar rápido a qué se refería e incluso las concubinas se movieron a ayudarlo, encerrando a Jimin en un cuarto, para sacarlo luego casi a patadas del lugar.

Sabía que le quedaba algo que hacer, por lo que sin dudarlo mucho pidió que le prepararan un caballo y tomó el camino más corto a la capital, probablemente tardó menos de la mitad de lo que debería haber durado y mientras subía las escaleras sus caderas dolían por todo el esfuerzo.

Eso no lo detuvo, esquivó a los sirvientes y llegó hasta la sala del emperador, abriendo sin preocuparle nada e ignorando los gritos de indignación de los sirvientes. Yoongi, que se encontraba leyendo lo que parecían ser algunos documentos oficiales, sólo alzó la mirada curioso.

—¡No puede pasar!

—Es tiempo—Fue lo único que dijo, antes de que Yoongi se levantara y lo tomara del brazo, arrastrándolo hasta las caballerizas, luciendo tan pálido como un fantasma al preparar su caballo en un abrir y cerrar de ojos, para retomar su camino hasta la luna estrellada.

—Te juro que si te equivocas, voy a encerrarte en un calabozo. —fue lo que dijo antes de comenzar a galopar, llegaron a la luna estrellada muy tarde en la noche, el gran cielo lleno de estrellas que brillaban con intensidad.

Yoongi, que no había dormido en muchas noches por todos los problemas que tenía encima, sintió el verdadero temor al escuchar el silencio sepulcral al ser guiado a una habitación dentro de la casona de Namjoon, pudiendo respirar al ver a Jimin sostener a su bebé contra su pecho.

>>Minnie—suspiro, cayendo de rodillas a su lado e inclinándose para rodearlos con sus brazos, besando la coronilla del doncel con alivio.

—¿Yoongi...?

—Casi mato al duque Keim por ese espectáculo que hizo—musito con voz quebrada contra su cuello, separándose para poder ver a los ojos—. Nuestro bebé, Minnie...

—Está bien—le susurro este, haciendo un ademán hasta la pequeña criatura envuelta en gruesos cobertores que llevaba en sus brazos. Jimin estaba pálido y demacrado, pero para Yoongi se veía como el doncel más precioso del mundo, sobre todo cuando le sonrió levemente a pesar del cansancio—. Es un niño, Yoongi.

Bajó la mirada hasta el rostro de su bebé, notándolo por primera vez, su naricita de botón, sus labios gruesos y lo rosado que se veía. El pequeño dormía tranquilamente en su lugar y en la posición en la que estaba podía ver los pocos mechones dorados que adornaban su cabecita, el mismo tono del emperador.

—¿Un niño...?

—Nuestro pequeño Yeonjun—susurró, Yoongi sonrió besando nuevamente la coronilla de su doncel. Tenía muchas cosas que cambiar. 




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¡Hola! 

La obra de este día es un poema. 

Se llama "La lenta maquina del desamor" y es de Julio Cortázar:

La lenta máquina del desamor,

los engranajes del reflujo,

los cuerpos que abandonan las almohadas,

las sábanas, los besos,

y de pie ante el espejo interrogándose

cada uno a sí mismo,

ya no mirándose entre ellos,

ya no desnudos para el otro,

ya no te amo,

mi amor.

De: «Presencia» – 1938

Yeonjun significa Regalo de los dioses. 

Lo escribí en un anuncio, pero también lo hago por aquí, me cree un instagram y una cuenta de Ao3 porque he estado leyendo muchos rumores de que esta plataforma desea eliminar los Fanfics (lo que sería realmente desafortunado), tons cualquier cosa, nos veríamos por aquellas plataformas. 

Aunque igual Ao3 me intimida, no creo tener la habilidad como para compararme con la gente que publica en ese lugar... /sigh

Edit: Wattpad, espero que no me cambies nuevamente el formato del poema, muchas gracias. 

Soft Edges  ➠ 【TaeJin】Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin